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martes, 11 de diciembre de 2007

Presidenta

Qué les puedo decir... No deja de emocionarme. Una mujer en el máximo escalafón del poder es una potente imagen para luchar contra el sexismo. Al menos eso espero.
Pienso en los niños viendo esas imágenes, en las niñas que se pueden identificar con ella y que pueden soñar con ser, ellas también, "presidenta de la Nación", y no eternas maestras o enfermeras.
Deseo a Cristina Fernández éxito en la gestión de su gobierno.

6 comentarios:

  1. Acá difiero.

    La opresión de género no es la única que existe. La opresión de clase también existe y está relacionada con la opresión de género. Una mujer presidenta, policía, militar o diputada es una mujer que contribuye positivamente a perpetuar este sistema, sin importar las intenciones con que ejerza su función.

    Mucho mejores ejemplos, en todo caso, son Rosa Luxemburgo o Lucy Parsons.

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  2. Y agrego algo:

    Para ejemplos de mujeres presidentes y en posiciones de poder tenemos a Margaret Tatcher, Golda Meir, Indira Ghandi, Condolezza Rice, y problamente a Hillary Clinton (que dijo que no retirará las tropas de Iraq).

    En la postdata de "¿Cerebro de hombre, cerebro de mujer?" decís algo que quiero citar acá:

    "aquellos que quieren que hombres y mujeres estén bien diferenciados en realidad quieren dos categorías de personas: hombres y mujeres.
    Yo, al pretender que seamos individuos y no sexos, quiero más de seis mil millones de categorías: una para cada individuo, porque cada individuo es único e irrepetible."

    Esto, a lo que suscribo plenamente, me parece contradictorio con esa reivindicación de la llegada de una mujer a la presidencia de un país. Fomentar el pensamiento de que porque quien ocupe la presidencia sea mujer las cosas pueden ser distintas es seguir fomentando la creencia en dos categorías de personas ("las mujeres son más sensibles" y demás).

    Yo, en coherencia con la visión de individuos y no de hombres y mujeres, miro la historia pasada y reciente de Cristina de Kirchner y sé muy bien cómo va a gobernar y para quién. Cuando se habla de quien ocupa la presidencia, lo que más importa son sus filiaciones políticas y no su sexo.

    Francamente sentiría asco y decepción ante el hecho de que Kristina sea un ejemplo para alguna niña o adolescente.

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  3. Nunca dije que con una presidenta mujer las cosas podrían ser distintas. Como se entiende muy bien en mi entrada sobre los cerebros y mi rechazo del esencialismo, no creo que una mujer gobierne mejor o peor que un hombre.

    Releé mejor mi entrada: dije que la IMAGEN de una mujer como jefa de Estado es muy potente y muy impactante para los niños. De niña siempre vi a hombres como los jefes supremos. Creo que la imagen de una mujer, sea cual sea su manera de gobernar, cambia la idea de que el jefe tiene que ser necesariamente hombre.

    Me recuerda ese niño en Islandia, que siempre vio a una mujer como jefa de Estado (Vigdís Finnbogadóttir lo fue entre 1980 y 1996) y que preguntó un día a sus padres: "Pero... ¿los hombres también pueden ser presidentes?"

    Y eso sí me parece un avance.

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  4. Yo pienso distinto porque estoy en contra de una humanidad dividida entre quienes tienen poder y quienes no lo tienen.

    Por lo tanto para mí el "impacto" que puede llegar a causar la imagen de un gobernante es siempre algo negativo.

    No considero que una mujer presidenta, una mujer policía, una mujer diputada representen avances en la liberación femenina, sino más bien un incremento de la participación activa de las mujeres en la esclavitud humana. No hay liberación femenina sin liberación humana, y no hay liberación humana mientras haya gobiernos y mientras la gente siga creyendo que es necesario o inevitable ser gobernada.

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  5. Yo no soy anarquista, razón por la cual considero que ver a mujeres en los puestos ocupados tradicionalmente por hombres me parece un avance.
    Amén de que creo que la lucha contra el sexismo es la más urgente de todas.

    Por ejemplo: siempre estuve en contra del servicio militar obligatorio. Pero si se decidía mantenerlo, entonces estaba a favor de que se obligara también a las mujeres a hacerlo.

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  6. Yo no creo, por lo menos a priori, que ninguna lucha parcial sea más urgente que otra.

    La dominación de la sociedad de clases sobre la humanidad se presenta en múltiples formas: capitalista, rascista, machista, imperialista, clasista, etc.

    A cada sector social la dominación le aparece de una forma específica, y de ahí que cada cual tenga sus propias luchas, sus propias urgencias, sus propias prioridades, sus propios métodos de lucha.

    Yo creo que la lucha contra el machismo, el sexismo y el heterocentrismo es una parte importante de la lucha contra "el sistema", y por eso apoyo esa lucha, coincida conscientemente o no con un proyecto más abarcativo de autoliberación integral de la humanidad.

    Pero apoyar no quiere decir callarse las críticas que a uno le parezca justo hacer, y la crítica que me parece adecuada a la perspectiva de la lucha feminista aislada de la lucha por la autoliberación integral de la humanidad es que no va a poder ser consecuente en la práctica. Pues no es posible un cuestionamiento radical de la opresión de género sin un cuestionamiento de la opresión de clase.

    Para mí no se trata, como sí lo es para muchos izquierdistas, que la liberación de la mujer tiene que quedar para "después de la revolución" o que debe abordarse como un punto más de un programa revolucionario armado por el "partido de vanguardia" (que, obviamente, tendrá su sección feminista así como tiene su juventud).

    Para mí se trata de que, al mismo tiempo que reconocemos la forma particular en que el sistema nos oprime a cada uno y nos dediquemos a combatirla, reconozcamos también las otras formas en que somos oprimidos y en la que son oprimidas otras partes de la sociedad. Reconocer la multiplicidad y la unidad de esa opresión y de nuestra lucha contra ella, y sobre esa base, desde la autonomía y no desde una centralización desde arriba, nos enriquezcamos entre todos y creemos una nueva comunidad de mujeres y hombres libres en tensión contra la actual comunidad alienada (de clase, de género, política).

    Dejo acá algunos links a trabajos de feministas con una perspectiva revolucionaria:

    Por un feminismo materialista - Christine Delphy (1975-1977)
    http://www.geocities.com/cica_web/otros/delphy_feminismomaterialista.zip

    Alienación y autoliberación de las mujeres - Ann Foreman (1977)
    http://www.geocities.com/cica_web/otros/foreman_mujeres.zip

    Situación actual de la lucha de liberación femenina - Varias Autoras (1995-2004)
    http://www.geocities.com/cica_web/otros/vvaa_liberacion_femenina.zip

    Recuperar el ímpetu del feminismo - Christine Delphy (1995-2004)
    http://www.geocities.com/cica_web/otros/delphy_impetufeminismo.zip

    Quiero aclarar que con todo esto no busco imponer mi opinión sino darla a conocer. Para mí el debate es una forma de colaboración y no una competencia a ver quien tiene razón.

    Saludos.

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