Gracias a antropólogos muy serios, todos y todas sabemos que los hombres prehistóricos salían a cazar el mamut mientras las mujeres prehistóricas se quedaban tranquilitas en la cueva pintando boludeces en las paredes, alimentando el fuego, cocinando y amamantando a su prole (y no digo planchando porque en ese entonces no había electricidad...).
Oh casualidad, esa imagen ideal de la familia ideal, con papá afuera, mamá adentro, e hijitos agarrados de sus polleras, fue construida por antropólogos varones, que no escapaban al machismo de su época. O sea, vieron lo que quisieron ver.
Resulta que en cuanto aparecieron científicas mujeres con alguna idea de igualdad de género, las cosas cambiaron, y estudios no menos serios mostraron que las mujeres no se quedaban fregando en la cueva, sino que salían a recolectar frutos, a cazar animales pequeños, en fin, no se quedaban encerradas entre las cuatro paredes de su hogar, sino que eran tan activas como sus activos machos.
Sin embargo, esos estudios jamás alcanzaron la popularidad de los que aseguran tajantemente que los varones tienen mejor ubicación en el espacio porque sus antepasados salían a grandes terrenos a cazar el mamut, y que las mujeres ubican mejor al frasco de mayonesa en la heladera porque eran las encargadas del orden en la cueva (creo que es más o menos lo que sostiene John Gray en Los hombres vienen de Marte y las mujeres de Venus, aunque no lo puedo asegurar porque no tuve el coraje de leer semejante bazofia esencialista y sexista).
Resultado: la gente como usted y yo sigue pensando que las mujeres no salían a cazar y que por eso hoy en día no tienen sentido de la orientación.
Otro mandato casi imposible de derrocar en las mentalidades de la gente: la teoría del macho dominante. A partir del momento en que mujeres se pusieron a analizar el comportamiento de los animales, sin el sesgo machista imperante en la época, descubrieron que no era tan así como decían sus colegas masculinos. Y que había una buena dosis de antropomorfismo (tendencia a a atribuir rasgos y cualidades humanos a las cosas) en los estudios de muchos científicos de renombre.
Quería compartir con ustedes una nota encontrada en el diario Le Monde, acerca, justamente de cómo influye la cultura, la pertenencia a un género y el sexismo, en las investigaciones y las conclusiones científicas. Y cómo, entonces, nuestras certezas sobre el comportamiento animal o los humanos prehistóricos no son tan certeras.
La nota fue escrita por la periodista Catherine Vincent y publicada el 8 de agosto de 2009. La traducción la hice yo. Sabrán disculpar los galicismos...
Ciencia del sexo, y sexo de las cienciasPor Catherine VincentLe Monde, 08-08-2010
Masculino, femenino: ¿cómo ser neutro en este terreno de estudio, cuando el o la que lo aborda se reconoce necesariamente en uno u otro sexo? Reconozcámoslo: la propia autora de estas líneas no escapó a la regla. Los investigadores tampoco. Sea cual sea su voluntad, la ciencia no es nunca completamente "objetiva" cuando concierne, de lejos o de cerca, la diferencia entre los sexos. Y hay muchos ejemplos que demuestran que los avances del feminismo, al modificar las mentalidades, al permitir al sexo "débil" participar más ampliamente a la elaboración de los conocimientos, modificaron estos conocimientos de manera sensible.
Demostración en tres puntos.
AÑOS 1970: LA JERARQUÍA ENTRE LOS BABUINOS, ¿UN ARTEFACTO?
"Envíen a un hombre y a una mujer a una iglesia, háganlos salir quince minutos después. El hombre no habrá visto nada; la mujer describirá los sombreros y los zapatos". El autor de esta frase, el antropólogo estadounidense Louis Leakey, codescubridor del Homo habilis, tuvo la idea genial, al principio de la década de los sesenta, de enviar a su secretaria a observar los chimpancés a la jungla de Tanzania. Se llamaba Jane Goodall. Le seguirían muchas otras, después de lo cual la primatología no sería nunca más la misma.
"Estas mujeres se quedaban en el terreno mucho más tiempo que los hombres", relata la etóloga y psicóloga Vinciane Despret, profesora en la universidad de Liege (Bélgica). "No era, como se dijo, porque eran más pacientes y observadoras, sino simplemente por razones de carrera: en la década de los sesenta, si querían regresar a la universidad y obtener un puesto, tenían que tener en su activo muchas más publicaciones que sus colegas masculinos". Su mirada lo cambió todo. Principalmente el concepto de "jerarquía de dominación", según el cual los machos dominantes, entre otras prerrogativas, desempeñan un papel particular en la defensa contra los predadores. Una noción tan central en el estudio de los primates que se había convertido, en esa época, en un sinónimo de organización social.
A mediados de la década de los sesenta, este modelo perfecto conoce sin embargo una excepción: los babuinos de la selva ugandesa de Ishasha, observados por la primatóloga Thelma Rowell, huyen en total desorden cuando ven a depredadores, cada uno según sus propias capacidades. "Lo que significa que los machos están bien lejos adelante, y las hembras, estorbadas con sus críos, penando atrás", precisa Vinciane Despret. Constata también que no parece haber, en esa tropa, una jerarquía entre machos y hembras. Unos años más tarde, otra mujer, Shirley Strum, completa la demostración con los babuines kenianos de Pumphouse. "La dominación de los machos es un mito", afirma. La controversia crece. Hasta que las más altas instancias de la primatología admitan lo que nadie había entendido hasta entonces: no son las condiciones de vida de los babuinos los que los vuelven agresivos y jerarquizados, sino las condiciones de observación por parte de los humanos.
"La dominación y la competencia que supuestamente debe regularla emergen bien sólo en dos condiciones muy particulares", precisa Vinciane Despret. "Las investigaciones en cautiverio, y aquellas en que los animales son observados en libertad, pero alimentados por investigadores para poder ser acercados". La dominación de los machos entre los babuinos sólo sería entonces un artefacto. Y tal vez, como lo sugería Thelma Rowell, también el resultado de una forma inconsciente de antropomorfismo.
AÑOS 1980: ¿POR QUÉ LAS MUJERES NO SON CAZADORAS?
De acuerdo a los datos de la prehistoria y al estudio de las sociedades tradicionales, la repartición de las tareas entre los pueblos de cazadores y recolectores siempre fue la misma: los hombres se encargan de cazar los animales grandes, y las mujeres de recolectar los alimentos vegetales, los huevos y los insectos. Durante mucho tiempo, la explicación de esta situación parecía evidente: las mujeres no participaban en la caza debido a los embarazos y a sus niños pequeños. También parecía evidente que la invención de la caza había sido una fuente importante de innovaciones adaptativas (técnicas, sociales, alimentarias) para el género Homo, innovaciones cuyos méritos eran entonces atribuidos a los varones.
Esta última afirmación fue cuestionada, a principios de la década de los ochenta, por varias investigadoras estadounidenses. Para la antropóloga Nancy Tanner y la primatóloga Adrienne Zihlman sobre todo, no son los hombres cazadores, sino las mujeres recolectoras las que fueron el motor de la evolución humana. Gracias a la observación de las sociedades tradicionales y de los grandes primates, propusieron el modelo siguiente: las hembras fueron las primeras entre estos homínidos en usar regularmente herramientas, con los cuales desterraban o capturaban los alimentos que luego ponían a salvo de los depredadores. La eficacia de esta colecta femenina permitió entonces a los hombres dedicarse a la caza, actividad de rendimiento más aleatorio.
En el mismo tiempo, la explicación según la cual las mujeres no iban a cazar porque eran menos móviles que los hombres empezó a resquebrajarse seriamente. Alain Testart, investigador del laboratorio de antropología social del Colegio de Francia, es uno de los que más estudió el tema. Autor, en 1986, de un libro sobre "Los fundamentos de la división sexual del trabajo entre los cazadores-recolectores", sostiene que esta división del trabajo reposa no en la maternidad, sino en una ideología vinculada con el símbolo de la sangre. Una hipótesis que, desde entonces, nunca dejó de apuntalar.
Si miramos desde más cerca, en efecto, las mujeres no están excluidas de manera sistemática de la caza. Entre los esquimales, por ejemplo, pueden, en el verano, acercarse a las focas dormidas y matarlas con mazos. Entre los ainues, población de la isla de Hokkaido, en el norte de Japón, cazan a los cérvidos con perros, cuerdas y redes. Entre los aborígenes australianos, cazan a los animales escarbadores llenando de humo sus madrigueras. Por lo tanto, para ellas, dar la muerte es posible. Pero nunca con flechas, lanzas o arpones.
"La mujer no caza si la sangre animal debe ser vertida, pero sí caza en el caso inverso", resume Alain Testart. Recuerda "las muy numerosas creencias, prohibiciones, tabúes variados y coloridos que rodean la sangre de las mujeres, sea el del parto o de la virginidad, o sobre todo la sangre menstrual, en la casi totalidad de las sociedades primitivas", y subraya el paralelismo entre la sangre de las mujeres y la de los animales. "Todo ocurre como si la mujer no pudiera poner la sangre en juego, en la medida en que está en juego, en ella, su propia sangre". Como consecuencia, en casi todos lados las mujeres fueron excluidas de la guerra, y por lo tanto de la política, así como de los ritos de sacrificio, o sea de la religión.
AÑOS 1990: ¿EL CROMOSOMA Y DETERMINA EL SEXO?
XX = mujer, XY = hombre: el hecho de que la presencia del cromosoma sexual Y, en un solo ejemplar, sea suficiente para inducir el desarrollo de los órganos machos, llevó durante mucho tiempo a los investigadores a atribuirle un papel "dominante". Un "dominante" incapaz de vivir sin su "dominado" (ya que un huevo fecundado en el que el cromosoma Y está solo no es viable), un "dominado" que, en cambio, vive muy bien sin su "dominante" (dado que la mitad de la población sólo es portadora de cromosomas X)... "Pero durante mucho tiempo, ¡estas ideas no se les ocurrieron a nadie!", señala la bióloga Joelle Wiels, directora de investigación CNRS del Instituto Gustave-Roussy (Villejuif, Francia). Como el desarrollo hembra era considerado el desarrollo "por default", las investigaciones apuntaban a buscar los "acontecimientos suplementarios" necesarios para la elaboración del macho.
Entre 1970 y 1990, se encontraron así sucesivamente tres genes del cromosoma Y implicados en la formación de los testículos. En los artículos científicos de entonces, no se los llamaba genes de determinación "del sexo macho", sino "del sexo".
Sin embargo, en 1986, dos biólogas estadounidenses, Eva Eiche y Linda Washburn, emitieron la hipótesis de que existía, junto con el "determinante del testículo", un "determinante del ovario". Pero hubo que esperar 1994 para que un equipo italiano demuestre la existencia, en el cromosoma X, de un gen capaz, expresado en doble dosis, de provocar el desarrollo hembra en los individuos XY. Gen del que se descubrió unos años más tarde que en realidad no era indispensable para la formación de los ovarios. Pero tuvo el mérito de llamar la atención sobre los mecanismos de determinación del sexo hembra.
"Estos progresos permitieron sobre todo poner en evidencia la complejidad y la sutileza de los acontecimientos que gobiernan, a partir de un mismo tejido, la formación de dos órganos tan distintos como los ovarios y los testículos", comenta Joelle Wiels. Aún si este nuevo enfoque no puso totalmente fin a "los antiguos reflejos", la bióloga nota que el vocabulario de los científicos cambió, y que no es raro, desde el principio de los años 2000, "que una concepción un poco más paritaria se exprese en los artículos". Hasta se podía leer en 2005, en la revista Molecular and Cellular Endocrinology, un artículo cuyo resumen empezaba por esta frase: "Pruebas cada vez más numerosas indican que la organogénesis del ovario no es un proceso pasivo que llega por defecto en caso de ausencia de desarrollo de los testículos".
¿Vieron lo que les dijimos?
O sociologo Boaventura Sousa Santos resumiu o enviesamento da ciencia de forma exemplar:
ResponderBorrar«O antropocentrismo ocidental, que detectamos na teoria da evolução de Darwin, desdobra-se em androcentrismo nas suas concepções sobre as relações entre os sexos. O reino animal está cheio de machos avidamente promiscuos em perseguição de fêmeas que se mantém passivas, lânguidas e expectantes até escolher um parceiro, o mais forte ou o mais bonito. Enfim, um guião oficialmente autorizado para um gentleman da sociedade vitoriana».
Totalmente de acuerdo. La ciencia no es ni ha sido nunca neutral (y lo mismo se puede decir de las humanidades y ciencias sociales). Es imposible que lo sea. Hasta hace poco también teníamos teorías "científicas" que justificaban las desigualdades raciales.
ResponderBorrarSólo me gustaría que la misma amplitud de miras que se muestra en el papel de las mujeres, como en el mencionado de la prehistoria, se aplicara con más frecuencia también a las actividades de los hombres.
El hombre prehistórico tenía una tremenda cantidad de tiempo libre (un mamut podía dar para semanas de comida, bien conservado). Y buena parte de ese tiempo libre lo pasaban con sus hijos. Cuidaban de ellos, los alimentaban, bañaban, etc.
http://www.ablogabouthistory.com/2010/03/22/prehistoric-fathers-helped-with-child-rearing/
Lo digo porque también está el mito de que los hombres prehistóricos tenían a los niños y se olvidaban de ellos, cosa que no parece ser cierta.
Muchos historiadores también están derribando el mito del padre como figura tiránica, distante y despótica. Un mito apoyado curiosamente tanto por conservadores que buscan una "autoridad perdida" como por feministas que quieren estereotipar lo que era la familia en el pasado.
Perdonad que el enlace esté en inglés:
http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/magazine/8744135.stm
Muy buena entrada, este es un tema muy importante a tratar porque hoy por hoy, porque esta muy vigente un sexismo biologicista en disciplinas como la llamada "psicologia evolucionista" cuya cientificidad es controvertido, de hecho el epistemologo argentino Mario Bunge la considera una pseudociencia, y no es el unico por cierto...
ResponderBorrarHabia oido hablar de este libro que decis sobre "los hombres son de marte y las mujeres son de venus" y entiendo que no te atrevas a leerlo so pena de morirte de indignacion en el intento jaja! Pero una buena de hacerlo seria con ayuda de una critica detallada a ese libro...
Y si este libro, te resulta terrible (que lo es) no quiero imaginar lo que pensaras sobre "A natural history of rape" de Randy Thornhill que sugiere que la violacion es un comportamiento motivado geneticamente y que fue seleccionado porque aseguraba a los hombres que lo portaban una mayor descendencia...
Una critica muy interesante entre tantas que recibio Thornhill, fue la del biologo Jerry Coyne que va mas alla de esta suerte de biologizacion de la violacion que proponew Thornhill para ir por los supuestos teoricos de los que parte...
Si queres luego te paso la critica de Coyne que es un texto en ingles pero que vale la pena traducir...
¡Felicidades por este post!
ResponderBorrarPrecisamente este tema pienso que es la piedra angular sobre que se rige el sexismo actuál.Es lamentable la psicología evolutiva , espero vivir lo suficiente para que se cree otra ciencia con argumentos solidos.Curiosamente el sexismo científico no provoca tantas exclamaciones como cuando declararon a la raza blanca como más inteligente que la negra.Ambos casos son discriminatorios.Pero el machismo es mucho más difícil de pelear porque en el neocmachismo científico una mujer tiene 3opciones :
a)Ser amante de la crianza, ser dulce , tener poco líbido ,ser dulce pero manipuladora.
b)Tener cerebro masculino (así lo llaman) .Si es activa , ambiciosa , no le gustan ni embarazos , ni maquillaje ni bebés,es egoísta (que en realidad es un virtud).
c)Si no actúa y escompletamente sana , es decir no tiene trauma ni modificación cerebral ¡no existe!
Y sobre todo la psicología de la evolución escoge lo que quiere .Y lo cuenta como quiere.
He ido hace poco al zoo.Me he enterado que entre los lemures (primates "poco evolucionados " decían digo yo que irónicamente)las hembras dominan y que la cría es cuidada por ambos padres.¿Será necesario que la madre domine para que exista la coresponsabilidad?
Kuxille
Doy además otro título para la coleccion neomachismo:
ResponderBorrarPorque los hombres miente y las mujeres no saben leer los planos.
Un cosa importante que se podría hacer es sacar más libros feministas de divulgacion , contradicciendo dichos textos.Ya que estos libros pseudo-científicos-sexistas están ampliamanete distribuidos incluso en centros comercialesmisentras que los feministas han de ser comprados en lugares especiales o al menos en librerías .Estoy escribiendo en España , donde no dejan de venir titulos de esta "ciencia" a Eroski , Carrefour..
Kxll
He leído atentamente el post, y no puedo menos que poner en claro algunos errores.
ResponderBorrar1) el hecho probado de la diferenciación de tareas en todas las especies, (no solo la humana), no pasa por una conducta de tipo machista. La naturaleza, sabiamente, le dicta a cualquier hembra con cría, que, en épocas difíciles, deben ser los machos, los descartados. Las hembras, son más importantes. Lo sabe cualquier perra callejera, que, de no tener suficiente leche, amamantará solo a las hembras. Así, son los machos, entre todos los primates, los que defienden el territorio, o entre los chimpancés, los que emprenden excursiones de caza. Y así fue, con seguridad, entre nuestros antepasados. Para asegurar la prosecución de la especie, el macho es descartable. Debe arriesgarse más. Las opiniones en contrario, no tienen peso, en el mundo científico. Son opìniones.
2)los estudios de Eiche y Washburn, no pasaron mas allá de la hipótesis. Yo trabajo en genética, y puedo asegurarle que, de haber tenido alguna probabilidad de ser ciertos, habrían sido popularizados al mas alto nivel. En EEUU, las apoyó la "Asociación nacional de mujeres" (NWA) que es el órgano feminista mas fuerte que existe, pero la idea se abandonó por errónea. Acuerdo con que la génesis del ovario, no es por defecto. Se debe a la duplicidad del cromosoma "X". Eso es claro.
3) convengamos que aún, no se ha logrado (oficialmente) un humano por clonación. Sí, se ha logrado formar y obtener crecimiento celular, dejando de lado el óvulo y el espermatozoide. Hoy día, se logran (experimentalmente) órganos de remplazo, fuera del entorno uterino. Se utilizan celulas madre, a las que se les cambia el núcleo. En un futuro, de lograrse crear humanos completos a partir de esta forma, es claro que los núcleos transplantados deberán ser de hombres, ya que las mujeres no conllevan el cromosoma"Y". Y no entendería que necesidad habría de reconstruir ambos sexos, si la reproducción, ya no sería sexuada. Digo esto para hacer notar que estamos hablando de algo demasiado hipotético.
Escribí esto, solo en honor al conocimiento y a la verdad. Si las ideas que cada uno tenga, le hacen negar la verdad, creo que deberían llamarse a reflexión. De lo contrario, caerían en un oscurantismo similar al de la Iglesia Católica.
¿Genial traducción y artículo Basta! Ya antes cayó a la mierda la teoría de los dos cerebros de los sexos; ahora ésta de la época primitiva... creo que también debrías darle duro a otras :D
ResponderBorrarSaludos.
Kuxille si vos vivis en España, es mas probable que puedas conseguir libros criticos respecto de la llamada "psicologia evolucionaria" en castellano que aca en Argentina...
ResponderBorrarUno de ellos es "La mente no funciona asi" escrito por el filosofo cognitivo Jerry Fodor o los libros del biologo gallego Daniel Soutullo sobre la sociobiologia...
Cuestionamientos serios a estas pseudociencias hay, pero es verdad que no son muy divulgados, sobretodo si se los compara con respecto a librso del tipo "El cerebro femenino" o "Los hombres son de marte y las mujeres de venus" jaja!
Antonio, la naturaleza no es sabia, es eficiente y práctica. Creo que muestras un poco los sesgos a los que se refiere la nota de Basta. La Biología no es mi área, aunque también estudié ciencias, y no veo cómo es "claro" que los fetos producto de clonación invitro tengan que ser machos. Lo más lógico sería producir seres humanos intersexuados (¿Cromosomas XXY?). Como dices: no hay necesidad de construir ambos sexos, pero el optar por uno u otro en estos casos me parece una muestra de sesgo, y en tu caso estás beneficiando a los hombres; la razón que das es igualmente válida en el caso que propongo. Una mujer, igualmente, podría argumentar que un hombre no es necesario en la sociedad hipotética de tu ejemplo, pues éstas tienen la capacidad de reproducirse por inseminación artificial, cosa que un hombre no puede hacer. Argumentos sobran en favor de una u otra postura, lo interesante es ver que nuestro conocimiento está sesgado por nuestra experiencia y debido a que los hombres tenemos más tiempo imponiendo nuestra visión y experiencia del mundo, es muy común ver resultados como los que presenta Basta.
ResponderBorrarEntiendo la crítica que haces en favor de la verdad; a mí también me preocupa que se presente a la ciencia de forma acertada. Me parece que la nota deja claro que el trabajo de Eiche y Washburn sirvió para "llamar la atención sobre los mecanismos de determinación del sexo hembra"; aunque no está de más tu aclaración. :)
Siempre me llamó la atención la forma en que la psicología evolucionista "casualmente" obtiene como resultado roles de género adaptados a la sociedad occidental estado-unidense de la década de los 50s. La crítica más fuerte a los resultados científicos en estas áreas va dirigida al hecho que reafirman los roles tradicionales de género en la sociedad actual, no al hecho de reportar que las comunidades primitivas se comportaban de tal o cual forma.
Richard Dawkins (y supongo que más gente) habla de la ventaja que tenemos frente al resto de los animales pues no estamos ya dominados por el instinto. Tenemos la capacidad de crear una sociedad humanitaria, equitativa e igualitaria que vaya más allá de nuestra programación básica y eso es algo que ninguna especie hasta el momento ha podido hacer. Entender las razones y formas que llevaron a evolucionar a nuestra especie y sus consecuencias en la sociedad actual sirven no para reafirmar roles prehistóricos (aquí literalmente), servirían mejor para identificar los comportamientos que nos deshumanicen y adaptar nuestras acciones en beneficio de una sociedad más integrada y sin discriminación.
Muy linda nota, Basta. Gracias y Saludos.
Gracias Augusto ,por la información.
ResponderBorrarEn mi país podría conseguirlos por encargo o en la Casa del Libro en Madrid.Pero lo que me preocupa , es que no lo pueda conseguir tan facilmente como los otros.Porque de esta manera influyen más en la sociedad y se perpetuán los roles de género al ser naturalizados.Suelo leer libros de esta clase porque temo que los directivos de las empresas supongan que seré como tal parámetro de tál libro.
Desde pequeña , me he sentido bastante fuera de lugar en mi género y he tenido que aprender gustos y maneras que no me salen innatamente.
KXll
Alguien me puede explicar por que el libro "Los hombres vienen de Marte y las mujeres de Venus" es tam malo? No lo lei y busque criticas sobre él pero todas son positivas y yo confio en este blog y si su autora ve tan negativamente el libro debe ser por algo, asi que quisiera una explicacion mas detallada.
ResponderBorrarSaludos y gracias.
No me acuerdo ahora donde lo leí, pero aparentemente fueron las mujeres las que descubrieron la agricultura, justamente por ser excluídas de la caza.
ResponderBorrar¿Hace falta recordar la revolución que significó pasar de la caza/recolección a la agricultura?
Comparto una investigación sobre la transición entre sociedades matristas y patristas.
http://www.orgonelab.org/saharasia_sp.htm
En cuanto al sesgamiento en la investigación científica, no sólo ocurre por el machismo, también ocurre en quienes toman el capitalismo como algo dado y lo ven en todas partes. La teoría de la evolución biológica todavía sigue impregnada de la ideología darwinista-malthusiana, y hay fuertes intereses materiales en la "comunidad científica" que reprimen descubrimientos e investigaciones amenazantes para el status quo neodarwinista. Richard Dawkins, digámoslo de paso, es uno de los talibanes del darwinismo.
"La teoría de la evolución biológica todavía sigue impregnada de la ideología darwinista-malthusiana"
ResponderBorrarEl tema es que no son ideologías, son teorías científicas. Lo que después hayan interpretado otros actores sociales para volcarlo políticamente, es otro asunto. Darwin lo único que tomó de Malthus era su idea de que no alcanzaba el alimento, y desde ahí tuvo la hipótesis de que debía haber alguna forma natural de selección para la supervivencia. No tomó una ideología, ni mucho menos desarrolló una ideología. Los hechos apuntados por la teoría de la evolución y la selección natural, están ampliamente respaldados por evidencia, sino también por lo que indica la genética. Y conste que soy de la rama de las cienias sociales, no naturales. Pero creo que a veces se confunden mucho, y se quiere forzadamente meter todo dentro de la misma bolsa. Sin negar que pueden ocurrir cosas como las que indica el post, como tantas otras, no hay que traspolar herramientas de análisis de lo social al campo epistemológico en si, por que es ahí donde se entra a un relativismo basado en conclusiones forzadas y muy poco respaldadas. Pregunto, si dudan tanto de teorías muy respaldadas por evidencias, por qué no dudan de la misma forma de las teorías sociales que están usando para criticar. Seguramente conocen a Bourdieu, lo primero es tener una buena vigilancia epistemológica, de eso depende la correcta construcción posterior. No hay que apurarse a sacar conclusiones por mera simpatía, a la manera de un partidismo, porque así se cae en un relatisvismo donde ya no se puede separar el conocimiento científico de lo que no lo es. Acá me parece que se están apurando a sacar conclusiones de ese modo.
Buenas:
ResponderBorrarEl cerebro humano no nace formado; se forma a medida que un ser crece, generando conexiones neuronales.
En función de cómo desarrollemos estas conexiones neuronales, seremos o no capaces de desempeñar unas u otras funciones.
Agrupar a hombres por un lado; y a mujeres, por otro, es pasar esto anteriormente dicho por alto.
Existen cientos de hombres a los cuales les cuestan los ejercicios de tipo lógico-matemáticos, o aquellos en los que hay que desempeñar funciones espaciales; y existen mujeres con un nivel de lenguaje inferior al de algunos hombres.
La cuestión no está en la evolución, sino en la educación.
Yo, por ejemplo, estudio Pedagogía, una carrera especializada en la educación y en el cuidado (supuestamente tarea de mujeres), mientras que mi novia estudia una ingeniería (en lo cual son los hombres los buenos)... ¿cómo es esto posible? ¿Será que yo soy una mujer y mi novia un hombre?
Si un hombre, a lo largo de la historia, ha tenido más facilidad espacial, se debe a que a estos sí se les permitía salir a la calle, visitar el mundo, aprender geografía... mientras que a la mujer se la educaba para recorrer la casa.
Un buen ejemplo es una amiga mía: Se le daba muy mal el dibujo técnico en 3D; pero el profesor que tenía mandaba tantos ejercicios que, al final, con la insistencia y el trabajo diario, ahora es capaz de superar a cualquier hombre que no maneje este área.
Yo, por ejemplo, soy bueno en el área espacial, pero ¿a causa de la evolución? No; soy bueno en ello porque he jugado al ajedrez desde los 9 años.
Otro ejemplo: Se decía que una mujer jamás llegaría hasta un cierto nivel elevado en ajedrez porque las mujeres no tienen capacidad para ello. Pero era falso. No podían porque no se les permitía competir en alta competición. Sin embargo, gracias a un programa educativo general, y a la insistencia de su padre, Judith Polgar ha llegado hasta el punto de alcanzar, con clara diferencia, aquel mínimo que se decía que una mujer jamás lograría alcanzar.
Yo poseo una capacidad de lenguaje y expresión mayor que la de mi novia, porque siempre me he dedicado a escribir cuentos, redacciones...
Otros saben tocar el violín gracias a que se ejercitaron en ello, y no a causa de proveer de una generación nómada ancestral que dominaba la música.
Lo que ocurre es que, obviamente, si prima la educación en este tipo de variables, la ciencia tendrá menos ámbitos que abarcar, ganará menos dinero... y ello no le interesa.
Y si alguien tiene algún planteamiento acerca de "somos así en este área porque antaño hicimos esto...", no tengo ningún problema en que lo deje escrito por aquí, que no tardaré casi nada en darle una explicación educativa.
Saludos: Enrique.
Totalmente contigo. La muchas de estas afirmaciones se hicieron basándose en las investigaciones de Darwin que sugería lo siguiente:
ResponderBorrar1. Que la mujer pertenecía a una especie inferior al hombre, menos evolucionada.
2. Que el hombre, dada su facilidad para fertilizar, buscaba muchas hembras de aspecto joven y atractivo, lo cual aseguraba su fertilidad, con el fin de asegurar su descendencia. Mientras, las mujeres buscaban un único compañero, que fuese su proveedor, es decir, hombres ricos.
Ya se sabe que este hombre estaba más que equivocado, pero como sólo vemos lo que queremos ver...
PD: te recomiendo un libro titulado "cuestión de sexos", que explica por qué todo aquello de los cerebros sexuados en una mentira sexista y desmiente muchos de los estereotipos que tenemos hoy en día.
Saludos.
¡Hola!
ResponderBorrarEnhorabuena por el artículo, creo que hace hincapié en lo realmente importante que es, de base reflexionar sobre todo lo que nos han enseñado en la escuela, institutos y universidades sobre el método científico y las circunstancias que lo rodean (sexismo, teísmo, creencias, etc.).
Creo que es vital, como seres humanos, que desarrollemos esa capacidad de crítica y retrospección a la que invitas, y por ello te agradezco que compartieras con todos las palabras de estas grandes personas en que han tenido la capacidad de demostrar mediantes métodos científicos que quizás las cosas no son como nos han enseñado.
Me gustaría aprovechar la ocasión para comentarte que no estoy para nada de acuerdo con la opinión que tienes sobre el libro “Los hombres son de Martes y las mujeres de Venus” de John Gray. Es cierto que aún no me he terminado de leer por completo el libro (261 de 352) y te argumento el porqué.
Página 231 – Modos de ganar puntos a los ojos de una mujer
1. Al regresar a casa, búscala antes de hacer ninguna otra cosa y dale un abrazo.
2. Pregúntale cosas concretas respecto a su día….
3. Practica el escuchar y hacer preguntas.
4. Resiste la tentación de solucionar sus problemas y, en cambio, solidarízate con ella.
Así hasta 101 consejos sobre cómo mejorar las relaciones con tu pareja, entre las que se encuentran: Valorar sus sentimientos cuando esté disgustada, abrazarla cuatro veces al día o si está cansada ofrécete para hacer la cena.
Esto es solo un fragmento del libro, cuyo principal objetivo (creo yo al menos) es el de ayudar a mejorar las relaciones de parejas, siendo conscientes de las diferencias entre hombres y mujeres, con amor, cariño y respeto.
Lamento mucho que no profundizaras en el libro y te quedaras a las puertas de un conocimiento más profundo de este tema, aun así, respeto tu opinión porqué quizás sea yo el que esté equivocado.
Reitero, enhorabuena y gracias por el artículo.
Un saludo, Javier.
^^
"si está cansada ofrécete para hacer la cena"
ResponderBorrarMe quedó clarísimo el gran feminismo del libro... ¿¿"SI" está cansada?? O sea, la cena es deber de la mujer, por defecto la tiene que hacer ella, porque los quehaceres domésticos son deber de la mujer, pero si y sólo si está cansada, como sos muuuuy generoso y amable, te ofrecés para hacerla vos.
Y tenemos que agradecerle por su "ayuda", ¿no? Bueh... Un gran tipo, el Gray eso, me quedó muy claro.
¿Y los cuatro abrazos, son antes o después de exigir que haga la cena si no está cansada? Las relaciones de pareja no mejoran con cuatro abrazos, mejoran con respeto e IGUALDAD. Concepto que a Gray lo supera completamente.
Ese libro es una esencialización de los peores estereotipos sobre varones y mujeres, basado en cosas FALSAS presentadas como verdades científicas. Es una mierda abismal por donde se mire.
El solo hecho de hablar de "diferencias entre hombres y mujeres" es una esencialización. ¿De qué diferencias hablás exactamente? Más allá de las diferencias biológicas, las otras diferencias son socialmente construidas, no son "naturales".
Y si vamos hilando más fino, tampoco hay solamente dos sexos y las categorías biológicas "varón" y "mujer" también están socialmente construidas. Si te interesa, tengo varias entradas sobre eso, y sobre esencialismo. Te invito a leerlas.
¡Hola!
ResponderBorrarMuchísimas gracias por tu rápida respuesta, creo que hemos abierto un interesante debate y respeto tu punto de vista.
Estoy muy interesado en seguir leyendo algunos artículos más sobre este tema, si no te importa envíame los links y los leeré.
Estoy de acuerdo contigo en que es un fallo por parte de cualquiera de nosotros asignar "por defecto" cualquier tarea ya sea profesional, del hogar o personal a un determinado sexo y que aun estamos "programados" sociológica y culturalmente a uno patrones de comportamiento desfasados y en el que por desgracia las mujeres suelen (en la mayoría de los casos) salir perdiendo.
Al decir verdad, al leer estas palabras:
"Ese libro es una esencialización de los peores estereotipos sobre varones y mujeres"
Has despertado en mí una actitud crítica y reflexiva sobre algunas partes del mismo, que pienso que se pudiesen interpretar mal si no se comprende en su conjunto. Gracias por abrirme un poco los ojos en este aspecto.
Pero no estoy de acuerdo contigo en algunos detalles:
1. "Las relaciones de pareja no mejoran con cuatro abrazos, mejoran con respeto e IGUALDAD", yo añadiría con amor y cariño. Para esto viene muy bien cualquier herramienta que ayude a escuchar y empatizar más con tu pareja, y creo que este libro puede ayudar a esto (al igual que muchos otros).
2. "¿De qué diferencias hablas exactamente? Más allá de las diferencias biológicas, las otras diferencias son socialmente construidas, no son "naturales"." En este punto, al igual que yo anteriormente, hemos caído en el grave error de generalizar. Quizás, es otra cuestión que podríamos criticar severamente de este libro. Cada persona es diferente a cualquier nivel que queramos analizar, cualquier juicio que hagamos en este aspecto, estaremos metiendo la pata con toda seguridad.
Espero no haberte molestado con mi anterior mensaje, ya que leyéndolo de nuevo creo que no usé un tono asertivo al intentar transmitirte mi interpretación del objetivo del mismo.
Muchas gracias de nuevo por tu respuesta y un cordial saludo.
Javier
^^
Estoy podrida del argumento pretendidamente científico de que la mujer siempre, incluso a nivel inconsciente, se fija en un hombre por el estatus social. Y que si le gustó -por ej- un tipo bien arreglado, los hombres digan que no es por el tipo en sí, sino porque "tiene pinta de tener plata".
ResponderBorrar¿Acaso las vedettes, modelos, colegialas, cantantes, actrices florero y todo lo que entra en el imaginario de lo "atractivo" para el género masculino da la sensación de "pobreza"? (de hecho no solo "parecen" tener plata, sino que la tienen).
Pero ellos siempre dicen que solo buscan simetría y belleza, que se "enamoran de verdad" y que nosotras somos unas arpías interesadas de mierda "porque los hombres y las mujeres están programados genéticamente para buscar cosas distintas".
Yo de hecho puedo asegurar que solo quería ver algo lindo, y ,si tuviera la suficiente mala intención, concluir que son ellos los que "inconscientemente" buscan una tipa de plata. Es más, yo también podría decir con una risa socarrona "nunca una negra villera vos, eh. JA JA JA"