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sábado, 23 de abril de 2011

Hacer pis de pie, ¿sólo para varones?

"Ustedes las feministas quieren castrar a los varones, hasta consideran que mear de pie es machista, son unas paranóicas de mierda".

Esta es una de las tantas críticas infundadas, primitivas y superficiales que reciben las personas feministas. Siempre me alucina con qué ligereza muchas personas (incluso muy inteligentes o sensibilizadas a temas de derechos humanos) descartan de un plumazo los pensamientos feministas, caricaturizándolos al extremo.

¿Qué se puede decir sobre la manera de orinar?

La mayoría de la gente afirma, sin más, que es natural que los varones hagan pis de pie y las mujeres sentadas, porque así lo exige la biología.

Si bien, efectivamente, es lógico que los varones puedan hacer pis de pie (aunque nada les impide orinar sentados tampoco), eso de que las mujeres tengan que hacerlo sentadas es, una vez más, algo social, cultural, y para nada natural.

En efecto, si no tuviéramos bombachas cerradas, ¿qué nos impediría orinar de pie?

De hecho, antiguamente, en el campo y hasta el siglo XX, las mujeres llevaban bombachas abiertas a la altura de la vulva, que les permitía hacer pis de pie, sin necesidad de sacarse la ropa ni de agacharse. En Africa del Norte, las mujeres tuareg siguen orinando paradas debajo de sus amplios vestidos.

Cuando yo era chica, me divertía en la ducha haciendo pis de pie, y dirigiendo el chorro apretando a los costados de la uretra. Me decían que con eso quería hacer "como los varones". Pero yo lo único que quería hacer era divertirme con mi chorro de pis. Y podía orinar de pie sin ningún problema y sin enchastrarme toda.

De hecho, existen artefactos como el Freelax para permitir que las mujeres hagan pis de pie. Muchxs pensarán, como decían de mí cuando era chica, que lo que quieren es emular a los varones. ¿No es posible pensar que lo que queremos es buscar comodidad? Eso de tener que sacarse los pantalones y la bombacha y agacharse para orinar es muy incómodo. No hablemos de la falta de higiene en los baños públicos. Hay situaciones en las que, directamente, es muy engorroso, o incluso peligroso: montañismo, camping (frío, picaduras de insectos), situaciones de combate para las soldadas... Ni que hablar de las mujeres discapacitadas, o cuando tenemos una pierna enyesada.

Pero sobre todo, no entiendo por qué, cada vez que una mujer quiere hacer algo de manera más cómoda, la acusan de querer hacer "como los varones".

¿Acaso la comodidad está reservada a los varones?

Pues sí, parecería que sí. La moda para las mujeres siempre ha sido lo más incómoda posible: crinolinas, corsé, tacos altos, minifaldas, prendas que traban o dificultan los movimientos naturales... Los varones la tienen siempre mucho más fácil: pantalones, chaquetas, zapatos chatos y más amigables con las articulaciones o la espalda.

Pero cada vez que hablo de la posibilidad, para las mujeres, de orinar de pie, despierto reacciones a veces muy violentas y agresivas, como si esa posibilidad estuviera reservada, sí o sí, a los varones, cuando en realidad, lo único que impide a una mujer hacer pis de pie es la vestimenta, es decir, algo completamente cultural.



Interesantes algunos comentarios de este video que promociona uno de esos objetos:

"Una mujer tan guapa orinando de pie... es lo más groteco ke he visto!!!!"
"O_O que asco parece hombre"
"La mujer tiene una postura muy masculinizada para mi gusto ......!!!"
"que las mujeres son unashijas de su madre que todo quieren imitar."
"Mujeres no sean así, no quieran parecerse a los hombres que nos asustan"
...

Eso sí, los mismos varones a los que les parece "demasiado varonil" eso de orinar de pie son los que luego reprochan a las mujeres tardar demasiado cuando van al baño... Eternas contradicciones a las que estamos sometidas...

lunes, 18 de abril de 2011

Las verdaderas mujeres, anuladas

Para todxs aquellxs que niegan la influencia de la televisión en nuestra sociedad, este video italiano (subtitulado en español) sobre la imagen de las mujeres en la pantalla chica. La situación no es muy distinta en Argentina.

"El cuerpo de las mujeres" es un documental que parte de la constatación de que "las mujeres, las mujeres reales, están desapareciendo de la televisión y son reemplazadas por una representación grotesca, vulgar y humillante". 

"La pérdida", dice la autora del documental, "nos parece enorme: la cancelación de la identidad de las mujeres ocurre bajo la mirada de todos, pero sin que haya una reacción adecuada, ni por parte de las mujeres mismas. A partir de aquí, se abrió camino la idea de seleccionar las imágenes televisivas que tuvieran en común la utilización manipuladora del cuerpo de las mujeres para contar lo que está pasando no sólo a quien nunca mira la televisión, sino a quien la mira, pero 'no ve'. El objetivo es interrogarse y preguntar sobre las razones de esta cancelación, un verdadero "pogromo" del cual somos todos espectadores silenciosos."

Muchxs esgrimirán el eterno argumento de la libertad, diciendo que nadie obliga a estas chicas a aparecer así por televisión. Pero no se trata de analizar por qué estas chicas en particular aceptan mostrarse así, sino por qué se elige mostrar a las mujeres de esta manera, y sobre todo, la influencia que esto puede tener en lxs niñxs, que ven estas imágenes de mujeres-objetos sexuales desde que nacen.

Lamentablemente, muchísimxs chicxs (por no decir la mayoría) son criadxs por la caja boba. Sus padres los colocan delante del televisor para calmarlxs, no tener que lidiar con ellxs, porque padres y madres están cansadxs después de una jornada laboral, o por lo que sea. Y como mucha gente tiene hijxs sin tener una idea muy clara de cómo lxs quieren criar, ni tampoco de por qué lxs quieren tener, pues la solución de facilidad es el televisor

Así, niños y niñas están expuestxs a esto:

domingo, 17 de abril de 2011

Comercial Vintage #2

Sigo con mi serie de publicidades antiguas particularmente sexistas, para mostrar con qué hemos tenido que lidiar las mujeres (y con qué tenemos que seguir lidiando):

Mantenela en el lugar al que pertenece
Si tu marido se entera









Las dos siguientes son muy tiernas también.

Moulinex libera a la mujer
Para ella un Moulinex. Para él, platos ricos.

viernes, 8 de abril de 2011

El maquillaje, una manifestación del machismo

Hace varios meses, recibí un texto de un joven de 17 años. Me sorprendió que un chico tan joven tuviera las cosas tan claras(*).

El texto habla de por qué el maquillaje es una manifestación del machismo. Es un poco (muy) largo, y a veces se deja llevar por el entusiasmo de la escritura, pero lo publico aquí porque me parece que vale la pena mostrar que hay gente con muy pocos años de vida capaz de entender lo que es el condicionamiento social, la violencia simbólica y hasta qué punto nos gobiernan los mandatos patriarcales. 

Preciso que esta persona prefirió conservar el anonimato.
El maquillaje es una manifestación del machismo

Cuando hablamos de machismo hay muchas cosas más importantes que el uso de maquillaje por parte de las mujeres. Puedo enumerar una lista inmensa de todas las discriminaciones, maltratos, violaciones y abusos hacia ellas, y también hacia hombres aunque no lo creas. Pero el maquillaje me llamó la atención por su carácter de “encubierto” en nuestra vida, por la idea de que nadie ve ni una gota de machismo en su uso, por la idea de que siendo de carácter “optativo” y efímero se hace casi obligatorio haciéndolas esclavas de la pintura.
No puedo negar que también existen hombres que se maquillan. Son una absoluta minoría en comparación a la cantidad de mujeres que lo hacen. El maquillaje es algo más que vanidad. Las dietas y las cirugías estéticas también pueden ser consideradas machistas, pero opté por el maquillaje porque es mucho más masivo que las anteriores. Generalizaré y mucho, a veces de forma que parecerán grotescas pero debo hacerlo porque el machismo es un problema global. Siempre hay excepciones, quizás éstas aumenten con el tiempo pero el problema sigue ahí.
No me interesa hablar de la historia del maquillaje, ni qué inicio su uso, ni qué lo hizo popular. Me enfocaré a lo que veo ahora, a mi alrededor. Apunto a descubrir lo que conlleva usar pintura en la cara; todo lo que se le puede atribuir considerando estereotipos y prejuicios
Si eres una lectora quizás la primera idea que irá a tu cabeza será “Yo lo hago por mí, me pinto porque me gusta”. Si eres un lector... siendo sincero, no tengo idea qué podrás pensar pues no se qué te hace leer este texto ni qué te motiva a seguir leyendo. Ahora tú sin importar tu sexo, te preguntas cuál será la motivación que tiene una mujer en seguir leyendo esto. Es muy simple, ella se sintió atacada y querrá seguir leyendo para saber qué otras estupideces seguirá diciendo el tipo que escribió esto. Es obvio, las entiendo. Yo también me pondría furioso si alguien me dice que algo que hago a libre voluntad, para mi propia persona y ejerciendo mi libertad de hacerlo, es algo que en el fondo lo hago por obligación, porque me lo impusieron, que soy tonto por creerme libre y no darme cuenta. Alguien me podría decir que me impusieron mis ganas de jugar fútbol (el deporte que más practico y disfruto), que mi padre me alentó a jugar desde niño, que lo hice por encajar en un lugar, por amigos o la misma televisión me lo inculcó debido a que es el deporte más transmitido del mundo. Eso me haría enojar pero no puedo negar que quizás tenga razón.
Es estúpido generalizar y decir que todas las mujeres usan maquillaje porque se lo impusieron y nunca dejarán de usarlo. Muchas podrán dejarlo sin problemas, no se les caerá la cara, ni se les resecará la piel, ni se les achicaran los labios ni los ojos. Tampoco se morirán socialmente o se verán más feas... ¿o sí? ¿Acaso no usar maquillaje amerita un suicidio social? ¿No la predispone a ser objetivo de burlas y comentarios? ¿Acaso una mujer es fea si no usa maquillaje? ¿La belleza de una mujer consta sólo de su apariencia y no hay algo que valga más?
No quiero terminar haciendo una crítica social y decir que las mujeres son vistas como objetos en esta sociedad machista. Todos y todas sabemos eso. A lo que quiero apuntar es a que las mujeres se den cuenta que existe machismo en todos lados, incluso en sus decisiones personales a pesar de que ninguna figura masculina las esté obligando a usar pinturas en sus caras. Es una imposición hecha por cada mujer sobre ella misma. Muchas dirán que son gustos, que lo hacen porque quieren, que es su libertad. Yo planteo que lo hacen para verse más femeninas. Deben verse así porque son mujeres y las mujeres son femeninas. Así mismo, un hombre debe hacer cosas rudas y de machos para verse como “hombre”.
Quién dice lo anterior es la cultura, la costumbre y la televisión, esta última nos muestra cómo debe verse el ideal de mujer, cómo debe actuar, qué debe pensar y qué debe decir. Todas y todos sabemos cuál es el modelo de mujer que se muestra en la pantalla. Dudo que más de alguna imite sus acciones porque las mujeres en la tele sólo están para entretener y obedecer a los hombres meneando sus caderas y mojando sus poleras. No creo que muchas piensen como las de la caja tonta, que solamente hablan de farándula, moda o productos de belleza (?). Pero muchas intentan imitar la apariencia de las tipas de TV, de eso estoy seguro. El maquillaje es usado por las mujeres normales (consideremos “normal” a cualquiera fuera de la falsa realidad de la TV) con el fin de ocultar “defectos”, busca perfeccionar su rostro, busca hacerlo tan perfecto como los rostros de la TV que ven día a día no sólo en la pantalla, ya que muchas veces las mismas caras se repiten en gigantografías en las calles o publicidades en diarios.
Probablemente el contraste entre la “realidad” en la TV y la realidad en el mundo natural hace que las mujeres sean más duras con sus rostros, les hace exagerar pequeños defectos. Una mujer siempre debe estar bella, bonita, arregladita y “presentable” (y piensa en todas las interpretaciones de “presentable” que puedas encontrar). Eso nos muestra la TV, donde las mujeres “importantes” siempre se muestran así y la falta de arreglos es característico de los papeles insignificantes como público o entrevistada en la calle. Una persona bien presentada es importante, eso nos enseña la caja tonta. Ya que la TV está tan inmersa en nuestra vida, es obvio que las mujeres sentirán que es normal pintarse. Lo hemos visto desde niños y niñas. Siempre estuvo presente en nuestra formación. Aquí es cuando vuelvo a decir “Se les ha sido impuesto”, y no hablo de la misma acción de maquillarse sino del “gusto” por hacerlo. Sí, estoy diciendo que les impuso el gusto de pintarse por todo lo que conlleva, toda la femineidad que representa y costumbre de verlo como algo común y “natural” entre las otras mujeres que las rodean. Lo hacen para sentirse bien con ellas mismas. Incluso si algunas no lo hacen, se llegan a sentir “incompletas” o feas y ahí es cuando surge la necesidad de pintarse.
Una mujer también puede usar el maquillaje como una herramienta y usarlo de manera provechosa. Algunas se han arreglado más de lo usual para obtener un puesto de trabajo. Otras han “engatuzado” a un hombre para obtener lo que quieren. Quizás solamente lo han usado para verse “bien” en situaciones donde se requiera una cierta formalidad. Hasta se puede usar como defensa; recuerda esos polvos, cremas o pulverizadores que pueden reducir a un delincuente dejándolo ciego. Incluso si son espías internacionales (que por supuesto deben tener buena apariencia) pueden usarlo como una arma o defensa contra enemigos, o como explosivo destruyendo los barrotes de su celda para arrancar de su encierro luego de ser descubiertas y secuestradas... No lo niego, son miles los usos que se le pueden dar al maquillaje. El que yo veo relevante es el uso en la vida diaria de las mujeres, en su cotidianeidad. Paradójicamente, me parece relevante porque aparenta ser efímero e intrascendente. Se le considera un bien suntuario del cual se puede prescindir pero no es así. Según estudios del grupo L'Oréal realizados a 4 mil mujeres en 5 países europeos, indican que aún en crisis económica 9 de cada 10 mujeres no redujeron su consumo en maquillaje. Los polvos y las pinturas son parte de sus vidas, muchas incluso llegan a sentirse “desnudas” si no están maquilladas.
El maquillaje puede actuar como “máquina del tiempo”. Existen mujeres viejas que lo usan para esconder arrugas y verse más jóvenes. Muchas niñas lo usan para aparentar ser más adultas. Bueno en conclusión se buscaría ser jóvenes. No puedo continuar la idea porque si lo hago colapsa sobre sí misma. Y las mujeres jóvenes ¿qué es lo que buscan? ¿Ser más jóvenes? Podrían buscar o llamar la atención, hacerse más “bellas” para resaltar y hacer imposible ignorarlas captando las miradas de los hombres. Cuando una mujer camina por unas cuantas cuadras y se da cuenta que un gran numero de hombres le quedaron mirando, se preguntará el por qué y se responderá “Estaré muy bonita, hermosa y casi irresistible” y no pensará en los colores llamativos que lleva en su rostro (recuerda lo que “llamativo” significa). Por supuesto que su autoestima subirá, se sentirá importante, validada y hasta sentirá satisfacción. No digo que sea malo estar feliz con tu cuerpo, al contrario. Siempre es necesaria una autoestima que sea más alta que baja y la apariencia ayuda mucho... pero que necesites de unas miradas de unos cuantos hombres para sentirte valorada como persona y validada como mujer lo veo horrendo.
Si alguien duda de la idea anterior lo o la invito a realizar el estudio conmigo; basta con que un grupo de hombres mire a una mujer pasando por la calle y a la otra cuadra le hagan una encuesta sobre su autoestima... los valores estarán en las nubes. Pero esta idea coincide con el mundo machista en que nos vemos inmersos. Se limita a la mujer a un florero que adorna el paisaje, a un objeto donde “la belleza en una mujer es sólo su apariencia”. Esta es una afirmación muy repudiable y odiable, el problema es que muchas mujeres la reafirman cada día. Existe belleza en lo que siente, piensa, dice y hace una mujer (y toda persona en general). No es solamente como se ve en el exterior, es mucho más y no es necesario que “corrijan” o resalten elementos en sus caras con unos cuantos colores. Hay belleza en todas las personas. Encontrar y admirar esa belleza debería ser lo entretenido de una relación, y no sólo una relación de pareja, en todas; ¿acaso te atreverás a negar que hay belleza en un gesto de amistad? No puedes. La belleza se debería observar a medida que conoces a alguien y no intentar exponerla, disfrazarla o pintarla en tu cara.
Una mujer no es libre completamente, así como tampoco lo es el hombre. El concepto de libertad al que podemos optar es muy limitado. Yo dudo y me cuesta imaginar lo que podría ser la libertad en su máxima expresión. Libertad de pensar, sentir, decir y actuar sin restricciones (obvio considerando la única regla: no dañar a otra persona). Pero cuando nos restringimos al concepto de libertad en que nos vemos inmersos, una mujer no es “tan” libre como un hombre. Si considero algo externo, ella debe estar siempre atenta de su apariencia y ser “señorita”. Por supuesto que yo al igual que tú, considero esta última como una idea extremadamente machista, pero aún ocurre. Aún se ve en nuestra vida. Poco a poco se van exterminando estas erróneas ideas. A veces se ve como si no avanzáramos mucho. Si una mujer sale a la calle sin “arreglarse” probablemente sea el blanco de muchos comentarios hostiles de mujeres que se terminan viendo entre ellas con ojos masculinos. Existe una presión social que no todas pueden soportar. Deben converger al ideal de mujer. Deben ser femeninas. Deben ser como el estereotipo de mujer que todos y todas esperamos que sean, porque eso es una mujer...
Por otro lado si considero un aspecto interno, muchas mujeres piensan y sienten que pintadas son más bellas. Esto se basa en el latente prejuicio de que una mujer es fea si no está maquillada o que necesita mejorar su rostro, porque “la cara es el espejo del alma”... que basura más grande. Hay miles de formas de modificar una cara y hacerla parecer más bondadosa, y esto no garantiza que esa persona sea como muestra su rostro. A continuación citaré un fragmento de una entrevista realizada a la escritora egipcia Nawal Al Saadawi:
“-Hay muchos tipos de velo (…) El tercer velo, que yo llamo el velo posmoderno, es el maquillaje.
-Pero el maquillaje es optativo, el velo es una imposición.
-No, no puedes elegir. Te lo impone la televisión y el libre mercado. Estamos presionados por los anuncios y el libre mercado, la globalización (…)
-¿No le parece importante verse bien a una misma?
-Sí, pero ¿cuál es la imagen que me gusta de mí misma? Es la que le gusta a la gente, no la que me gusta a mí. La gente y especialmente los hombres, que tienen poder, quieren que seamos femeninas, con los pendientes, con los collares, los pechos, las pantorrillas. Esa es la moda, la moda capitalista (...)”
Esta psiquiatra critica el concepto de belleza que cada una tiene sobre si misma. Apunta a evitar que te digan cómo debe ser tu apariencia y tú reconocer cómo es tu belleza. Quizás creas que esa reflexión sobre las palabras de la escritora fue inadecuada y puse palabras en su boca, no lo creas. Es una feminista que siempre apunta a la liberación de las mujeres y la idea que escribí está relacionada a las suyas.
Me fue difícil escribir este texto. Simplemente no encontré más información sobre el maquillaje que ese fragmento de entrevista. Para mí era una verdad oculta y las verdades no se esconden. Es simplemente lo que veo y al parecer esta situación se seguirá reproduciendo durante mucho tiempo más. Por si no te diste cuenta, fui inconsecuente. Hablé de las mujeres como objetos y terminé haciendo una crítica social cuando dije que no lo quería hacer. No lo pude evitar porque ésas son las raíces del problema. Como dijo Simone de Beauvoir en el “Segundo Sexo”, una mujer se hace, no nace. Se hace en función del hombre y para éste. Al final son lo que fueron desde un principio. Desde que nacieron su destino estuvo escrito. Su apariencia es la única que importa. Yo grito que son tontas por aceptar eso y no valorarse como deben. Quizás lo hacen porque de verdad no son libres, nunca lo fueron y no lo serán hasta que se den cuenta de que su apariencia no es tan importante, que sus intereses y los elementos que componen sus vidas las representan más que la forma en cómo se ven.
(*) Edit: preciso que me sorprendió que alguien tuviera las cosas tan claras sobre el sexismo. No estoy insinuando que lxs adolescentes son tontxs e incapaces de tener ideas claras. Pero el camino del des-condicionamiento del sexismo impuesto es, en general, largo, si alguien no tuvo la suerte de toparse muy joven con otra persona que le abriera los ojos.

martes, 5 de abril de 2011

Vamos queriendo, pero...

¿Será que las marcas empezaron a escuchar las quejas de las personas feministas? ¿Será que constataron que cada vez más papás se ocupan de sus hijxs y que tal vez los varones también pueden ser un target comercial para productos antes relacionados únicamente con mujeres?

No lo sé. Poco a poco, va queriendo, pero todavía falta mucho camino por recorrer para que por fin la sociedad considere que padres y madres pueden encargarse de sus hijxs por igual.

Veamos este comercial. Es el primero que yo haya visto en Argentina (si me equivoco, por favor corríjanme) en el que es el papá el que cambia los pañales de su bebé (y ordena la habitación, de paso).

O sea, esto es un gran avance, sobre todo para las nuevas generaciones, que empezarán a ver en la televisión (muchxs niñxs, lamentablemente, son más educados por la televisión que por sus padres) imágenes de padres comprometidos con las tareas del hogar y el cuidado de los hijxs:



Pero... Bueno, evidentemente a los publicistas no les entra en la cabeza que un papá puede ocuparse de su bebé correctamente y sin referencia a la madre. En un momento le dice a su hijo que lo tiene que cambiar porque sino "después mamá me reta", como si él estuviera haciendo el trabajo de ella a la espera de su regreso, y como si ella necesariamente lo hiciera mejor (y como si, además, ella lo tuviera que "retar" como un niño).

Y al final del comercial, ¿cuál es el eslogan? "A prueba de papás". Como si los pobres padres fueran unos inútiles que necesitan algo realmente muy fácil para cambiar pañales (o mejor dicho, para no cambiarlos tan seguido, porque tienen cosas mucho más importantes que hacer como mirar un partido de fútbol), porque no lo saben hacer tan bien como la mamá.

Lo cual transmite el mensaje de siempre: son las mamás las más aptas para ocuparte de los bebés, los papás son demasiado torpes para eso, y cambian pañales excepcionalmente cuando mamá no está. Sino, es el trabajo de mamá, que lo hace mucho mejor.

Fíjense que los comerciales para pañales en los que aparece solamente la mamá, ella está ocupándose de su bebé, jugando con él, abrazándolo con ternura, etc. En este comercial, ¿qué vemos? A un padre que es estorbado por su hijo, que apenas le da bola, que no juega con él, y que aplaza lo más posible el momento de cambiarle el pañal porque está el partido...

Así que todavía falta... Pero bueno, va queriendo, y poco a poco, con paciencia y saliva...

domingo, 3 de abril de 2011

Yo me depilo, tú te afeitas

Hace poco, entré en un sitio que mostraba fotos de famosas que no se habían depilado, y empecé a leer los comentarios de la gente.

La mayoría de los comentarios decía:
- depilarse es una cuestión de higiene, los pelos dan malos olores
- yo me depilo porque me gusta sentirme pulcra
- las mujeres que no se depilan son un asco
- las mujeres que no se depilan quieren parecerse a los varones
- etc. etc.
Cada uno de esos comentarios es, por supuesto, completamente rebatible:

- Si fuera una cuestión de higiene, sería mucho más lógico que los varones también lo hicieran.
- ¿Por qué no se considera que los hombres que no se depilan son un asco también? Sólo se dice eso de las mujeres. ¿En qué es más asqueroso una mujer peluda que una varón peludo (tanto más cuanto que los varones son en general mucho más peludos)?
- Los pelos no son característicos solamente de los varones. Las mujeres tienen pelos naturalmente. No se tienen que agregar nada ni tomar hormonas masculinas para tener pelos. O sea, una mujer que no se depila simplemente se parece a una mujer, no a un varón.

El comentario más divertido fue ese:
No, no dejaria de depilarme , pues es un signo de pulcritud y limpieza, sobre todo las axilas
sera mas natural no hacerlo, no me gusta, produce rechazo es asqueroso.
y concluye con un lapidario:
en el hombre es diferente.
¡Y no le parece ni un poquito contradictorio!

Pero el gran argumento de algunos varones ante la dictadura de la depilación es:
Nosotros nos tenemos que afeitar la barba.
Ahora bien, no tiene nada que ver la imposición de depilación de las mujeres con la imposición del afeitado de barba entre los varones.

Primero, si bien reconozco que en algunos trabajos, la exigencia de afeitado es muy invasiva (alguien me contó una vez que todas las mañanas, le pasaban una hoja de papel a contrapelo por la cara para verificar que la piel estuviera perfectamente lisa...), esta exigencia sólo ocurre en los trabajos en los que hay contacto con el púbico o la clientela, o de representación. En muchísimos trabajos no se exige el afeitado.

Pero sobre todo, esta exigencia solamente es válida durante el trabajo, justamente. Los fines de semana o durante las vacaciones, los varones que tienen que afeitarse por trabajo se pueden relajar y dejarse crecer una barba de tres días (o más) sin que nadie les diga nada. Un hombre muy peludo se puede pasear con el torso desnudo y no pasa nada.

Las mujeres, en cambio, tienen que estar perfectamente depiladas en el trabajo, y también y sobre todo en la intimidad del hogar o durante las vacaciones.

Estamos de acuerdo, no es una obligación legal o una imposición por la violencia. Pero como explicaba el sociólogo Pierre Bourdieu, hay mandatos sociales que no necesitan ser impuestos por la fuerza (lo que él llama la violencia simbólica) para ser efectivos.

Y esos mandatos sociales dicen que las mujeres tienen que ir depiladas siempre, y sobre todo en la playa o la pileta, cuando exponen su cuerpo semi-desnudo. Una mujer a la que les salgan los pelos de la bombacha será mirada con desprecio, burlada e incluso, en algunos casos, directamente echada, como ocurrió en una pileta de Argentina en el verano pasado: una mujer quiso ir a una pileta con un short de baño en lugar de una malla "femenina" y la echaron. La encargada de la pileta se justificó diciendo: "Si ellas pueden, todas las mujeres que no se depilaron o les queda chica la malla, van a querer usar short"...

O sea que la exigencia que pesa sobre las mejillas de los varones durante su trabajo no se puede comparar con la exigencia que pesa sobre las axilas, el cavado y las piernas de las mujeres durante los siete días de la semana y los 365 días del año.

Pero además, en nuestra sociedad, una mujer peluda nunca va a ser un modelo de belleza ni de poder ni de nada de nada. Es más: no existen los modelos de mujeres peludas. Ni en la televisión, ni en el cine (ni siquiera en las películas que retratan historias del pasado, en el que las mujeres no se depilaban, como la prehistoria: hasta las mujeres prehistóricas se muestran sin pelos en las axilas o las piernas), ni en las publicidades, ni en los carteles, ni en las revistas femeninas: en ningún lugar aparecen mujeres al natural. Todas vienen perfectamente depiladitas.

Un hombre con una barba de tres días es considerado sexy.

David Beckham
George Clooney
Harrison Ford

Y la barba, en muchos lugares, e incluso en nuestra sociedad todavía, es símbolo de poder, de importancia, de prestigio. Lo fue a lo largo de la historia:

Moises, Abraham, Jesús: todos con barba.



Ni que hablar de Dios.


La religión musulmana prohíbe la representación del profeta Mahoma, pero también es imaginado con barba.



Y cuando una mujer accede al poder, para demostrar su importancia, se le agrega... una barba, como fue el caso de la reina egipcia Hatshepsut.


Entonces no, no se puede comparar la depilación exigida a las mujeres con el afeitado a veces exigido a los varones. El día en que, como modelo, aparezca una mujer con sus pelos naturales, volveremos a hablar del tema.