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sábado, 28 de septiembre de 2013

Marcelo Tinelli, 53 años, futuro padre... ¡qué ternura!

Marcelo Tinelli

Cuando nazca su hijo o su hija, el conductor tendrá cerca de 54 años.

"Dulce espera", "buena nueva", "felicidad", apuestas sobre el nombre del futuro bebé... Parece que esta noticia sólo despierta elogios, felicitaciones, alegría...

Qué raro... No escuché a nadie tildándolo de monstruo, de egoísta, por tener un bebé tan tarde. No vi a nadie calculando cuántos años tendrá él cuando su hijo o su hija cumpla 20. Nadie anticipó el trauma terrible que vivirá ese hijo o esa hija cuando su padre de 60 lx vaya a buscar a la escuela, y le pregunten: "¿Es tu abuelo?"

Eso sí, si una mujer se atreve a tener hijxs pasados los 50 años, y peor aún, si apela a la ciencia para poder procrear más allá de la menopausia, como fue el caso de esta mujer que dio a luz a los 64 años, salen todxs a tildarla de la peor basura del universo.

Cuando Julio Iglesias Puga, el padre de Julio Iglesias, deja embarazada a su esposa a los 89 años y muere antes del nacimiento del bebé, todxs se enternecen.

Cuando el propio Julio Iglesias fue padre a los 65 por séptima vez, escuché sólo cantos de alabos a su virilidad y declaraciones de alegría por su felicidad.

Marcelo Tinelli se prepara a ser papá a los 54, y nadie, digo bien, nadie insinúa que quizás sea demasiado tarde.

Ojo, yo no creo que sea demasiado tarde tener un hijx pasados los 50 años. Cada cual lleva su vida como quiere y como puede. No creo que tener un padre que se parece a un abuelo sea un trauma tan tremendo. En todo caso, será algo con lo cual el niño o la niña aprenderá a convivir, como se conviven con tantas otras cosas que se salen de la norma.

Pero esto vale tanto para varones como para mujeres. Si se acepta que un varón sea padre pasados los 50, se tiene que aceptar que una mujer también lo sea.

Sé que algunxs retrucarán que en el caso de los varones, se trata de una paternidad "natural", en cambio para las mujeres, se necesitan tratamientos de fertilización asistida, o implantaciones de óvulos de mujeres más jóvenes.

Sí. Bueno, ¿¿Y?? ¿Cuál es el problema? Muchas mujeres estériles se someten a tratamientos de fertilización asistida. ¿Habría que prohibírseles también en nombre de lo "natural"?

Y si consideramos que todo lo artificial es malo, ¿deberíamos dejar de tomar medicamentos, porque no son naturales?

Si la ciencia permite que una mujer de 60 años dé a luz a un niño sano o una niña sana, ¿cuál es el problema de que haya nacido por un método artificial en lugar de uno natural?

Y, de nuevo, si el argumento es que a los 50 o a los 60 años, la esperanza de vida para una mujer es mucho menor que para una de 30, y ese niño o esa niña corre el riesgo de ser huérfanx muy temprano (argumento que sí puedo entender), pues entonces deberíamos tener el mismo razonamiento para los varones de 50 o 60 años

Y no es el caso. Ni siquiera para uno de 89 años...

Como siempre, un doble discurso: lo que es autorizado para los varones no lo es para las mujeres.

Edit: es muy llamativo que alguna gente siga creyendo que los espermatozoides no envejecen nunca, y que un varón es tan apto para procrear a los 50 como a los 20. ¿Por qué extraño milagro las células de los espermatozoides se salvarían del envejecimiento? ¿Hasta en eso se supone que la vejez no afecta a los varones pero sí a las mujeres que, muy rápidamente, se convierten en viejas decrépitas e inútiles mientras los varones conservan todo su poder, su potencia y su virilidad a pesar de las canas y de las arrugas?
Para todxs aquellxs que creen que un varón puede procrear de la misma manera a los 50 que a los 20, y que su edad no tiene ninguna incidencia en la salud del bebé, les invito a leer este enlace que explica que:

"La edad paterna se asocia a una tasa superior de alteraciones en los cromosomas de los espermatozoides y de mutaciones nuevas que pueden manifestarse en forma de esterilidad, abortos, enfermedades o malformaciones congénitas en sus hijos. Así, el riesgo de mutaciones espontáneas de un gen puede ser 5 veces mayor en un padre de 45 que en uno de 20 años." 

jueves, 12 de septiembre de 2013

Axe y las mujeres impredecibles

Con Axe, es una de cal, y otra... de cal también.

Luego de sus nefastas publicidades en que incitaban poco menos que a violar a las mujeres, ahora nos presentan un nuevo comercial llamado "La Donna e mobile".

¿El mensaje?

Como verán, super revolucionario: las mujeres son impredecibles, son seres irracionales, incapaces de tomar decisiones con su cerebro, son guiadas por sus hormonas, pero qué le vamos a hacer, las queremos así.


Las mujeres presas de sus hormonas, inconstantes, es un estereotipo muy arraigado en el sistema patriarcal.

¿Qué mejor, efectivamente, que hacer creer que las mujeres son impredecibles, irracionales e incapaces de templanza y cerebralidad, para alejarlas de los lugares de poder y de toma de decisión sobre la marcha del mundo?

En efecto, habría que ser muy irresponsables para dejar el gobierno, el ejército, las empresas, el poder, en manos de personas tan impredecibles, ¿no?

Mejor dejar que seres racionales, que actúan con el cerebro, en el que las hormonas no tienen absolutamente ningún tipo de influencia en su comportamiento, dirijan el mundo. Pongamos... a ver... al azar... ah, ya sé, ¡los varones!

Pero la reproducción de este estereotipo no es el único mal de este comercial. También muestra a las mujeres como seres violentos, que golpean a los varones a sartenazos, rompiéndoles la nariz, o les clavan tacos aguja en el cráneo, dejándolos inconscientes.

Claro que luego los terminan besando y abrazando.

Esto es ofensivo doblemente:

- contra los varones, porque muestra la violencia de mujeres contra varones como algo divertido, minimizando esa violencia como una anécdota casi jovial, como si no fuera un delito y un drama.

- contra las mujeres, porque al mostrar a mujeres tan violentas como si fueran la norma, hace creer que las mujeres en general, además de ser impredecibles, son violentas, cuando la inmensa mayoría de los casos de violencia doméstica son de varones contra mujeres. La violencia de las mujeres existe, pero no tiene ni comparación, estadísticamente, con la violencia de género.

En su página de You Tube, Axe se defiende contra cualquier acusación de sexismo afirmando:
La campaña de Axe Random piensa que lo impredecible de las mujeres es un rasgo positivo de su carácter. Las escenas de pareja que se plantean en los comerciales, exageran situaciones de seducción buscando un efecto de humor desde lo absurdo y la ironía, código que la marca ya comparte con sus consumidores.
Y remata (ojo, la siguente frase puede contener material de cinismo explícito):
No existen intenciones ofensivas para el público femenino.
Naaaa, qué va... Tan pocas intenciones ofensivas tiene el comercial que ya lo denuncié ante el Observatorio de Discriminación en Radio y Televisión, y les invito a todxs a hacer lo mismo.

Gracias a Nayra por señalarme el comercial.


lunes, 9 de septiembre de 2013

Soy feminista y me depilo: ¿terminaré
en el infierno?

¿Se puede ser 100% feminista en la vida cotidiana? ¿Qué implicaría esto?

Muchas veces, recibo correos o comentarios de mujeres desesperadas porque dicen no poder obedecer un 100% a las "normas" feministas: se depilan, se pintan, se ponen tacos altos... Y lo peor de todo: les gusta.

Entonces, ¿cómo sería ser feminista en lo cotidiano? ¿Es posible, factible, deseable?

¿Soy contradictoria si, como explico en el artículo de 20minutos.es, en que la periodista Paula Arenas me entrevistó sobre la norma de la depilación, reconozco depilarme, cuando me la paso denunciando esa norma?

La primera respuesta que se me ocurre, es que decir que existe una "norma" feminista es un error conceptual, y garrafal.

Si nos limitamos a la depilación, el feminismo no dice que las mujeres no tienen que depilarse.

El feminismo lucha precisamente contra todo tipo de normas, de mandatos sociales, de imposiciones. Sea en un sentido o en otro. Con lo cual, lejos está del feminismo decretar qué hay que hacer y qué no hay que hacer para vivir de manera realmente acorde a sus principios.

El feminismo no critica las acciones personales: critica las normas sociales.

Sobre la depilación, el feminismo critica la norma impuesta a las mujeres de depilarse. Critica el hecho de que si no se depilan, las mujeres serán despreciadas, rechazadas, criticadas, miradas con asco, juzgadas, por una sociedad (varones y mujeres) machista que impone normas muy severas sobre el cuerpo de las mujeres (mucho más que sobre el cuerpo de los varones).

Pero de ninguna manera el feminismo juzga a las mujeres que se depilan. Ni tampoco a las mujeres que se matan a dietas, o se pintan mucho, o usan faldas muy cortas, o se ponen tacones muy altos, o posan desnudas en revistas, o se operan las tetas o se ponen botox. Por dos razones:
  • Primero, porque no se puede exigir a las mujeres encarnar en sus cuerpos la lucha feminista y aceptar ser objeto de burla por convicción politica (en el sentido amplio de la palabra).
Cada persona hace lo que puede, como puede, con sus posibilidades. 

No todas las mujeres soportan las miradas o los comentarios de desaprobación. Algunas pasan olímpicamente de lo que la sociedad, la familia, las amistades, pueden pensar de ellas. Otras no tienen esa fuerza de espíritu, y nadie puede venir a echarles la piedra.

Bien lo dice la historiadora de las ciencias Ilana Löwy*: "Las convicciones feministas, por más sólidas que sean, no pueden, lamentablemente, ofrecer una protección suficiente contra el desprecio y el rechazo."

Cuando finalmente una mujer criada en un mundo sexista se despierta al feminismo, algo que suele ocurrir después de la adolescencia, ya es tarde: ya le han lavado el cerebro, ya le han impuesto sus gustos y preferencias, ya ha pasado su vida entera asimilando mandatos y normas sexistas. Deconstruir todo eso es dificilísimo. 

El mismo hecho de verse a una misma linda con pelos en las piernas o las axilas es un trabajo de deconstrucción al límite de lo imposible, cuando te pasaste toda la infancia, la adolecencia y la juventud escuchando que las mujeres peludas son un asco y viendo modelos de mujeres siempre perfectamente depiladas.

Y como sigue diciendo Ilana Löwy: "La comprensión teórica de un problema no basta para borrar las consecuencias de la socialización, fruto de una vida entera. No siempre es fácil aceptar la diferencia entre la imagen que nos gustaría proyectar en el mundo, y la capacidad real de adecuarse a ella; paradójicamente, hasta puede suceder que la adhesión a un credo feminista agrave el malestar. (...) Algunas mujeres pueden ser plenamente conscientes de los efectos desastrosos de la tiranía del peso, sometiéndose ellas mismas a esa tiranía. Es muy difícil escapar a la influencia del habitus."

En otras palabras, para una mujer adulta, muchas veces es demasiado tarde para cambiar sus "preferencias" sobre su aspecto físico. No digo que sea imposible. Algunas lo logran. Pero sí muy difícil.
  • Y la segunda razón por la que el feminismo no juzga a las mujeres que elijen actividades que promueven el machismo, como por ejemplo, posar desnudas, o participar en concursos de belleza tipo la mejor cola del verano, es que no solamente estamos viviendo una crisis económica, sino que las mujeres son discriminadas en el mundo laboral, y no se puede pedir que elijan entre no tener trabajo, o tener un trabajo muy precario y mal pago (los trabajos "femeninos" son los que peor se pagan), y posar desnudas si tienen el físico para ello. 
Esas mujeres son "cómplices obligadas" de una sociedad patriarcal que no les deja muchas opciones (sin hablar del hecho de que muy pocas mujeres llegan a tener una consciencia feminista).

El feminismo no está para juzgar a nadie. Está para señalar qué es lo que nos imponen socialmente, qué es lo que debería ocurrir en un mundo ideal e igualitario. No para señalar qué es lo que las mujeres deberían hacer con sus propios cuerpos y su propia apariencia.

Así que sí: me depilo, aunque en menor medida en países europeos, donde la norma es un poquitito más flexible (aunque no tanto como se cree en Argentina), a veces (cada vez menos) me pinto un poco, y, para colmo, bailo tango, baile machista por esencia. Y cuando bailo tango, me pongo vestidos ajustados y tacos de 10 cm.

Sí, cedo a la norma machista. Porque soy un ser sociable, como todxs. Me importa la mirada de lxs demás, quizás demasiado, no lo sé.

Intento deconstruir los estereotipos, lucho con todas mis fuerzas contra las normas impuestas, pero a veces, cedo.

¿Me hace peor feminista que una mujer que logra pasar de las miradas ajenas y no depilarse, no pintarse, no ponerse tacos altos?

No, me hace simplemente más sensible a las miradas ajenas.

Y cuando me quejo de la norma de la depilación, las respuestas tipo "si no querés, no te depiles y chau, qué te importa lo que digan" (exactamente como cuando me dicen "si no te gusta el sexismo en la tele, no la mires) no sirven. Porque no estoy hablando de mi situación particular, de mi vivencia personal, sino de una situación social que considero injusta y sexista. 

La alternativa no debería ser entre "depilarse" y "no depilarse pero ser miradas con asco y arreglate con vos misma para que no te importe".

La alternativa debería ser entre "depilarse y que no le importe a nadie más que a vos" y "no depilarse y que no le importe a nadie más que a vos".


*Ilana Löwy, L'emprise du genre. Masculinité, féminité, inégalité, ed. La Dispute, Paris, 2006 (lamentablemente, creo que no traducido al castellano por ahora).