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miércoles, 31 de octubre de 2007

Ataque racista... y sexual

En el caso de la chica ecuatoriana de 16 años agredida por el español Sergi Martín Martínez (pongo su nombre para que quede bien escrachado) en Barcelona, todos se espantan ante el ataque racista. Y la verdad que fue espantoso.

Pero no escuché a nadie espantarse por el ataque sexual. Y eso que también lo fue. No solamente le dio un puñetazo y una patada: también le tocó un pecho. O sea: también la agredió sexualmente.

Pero de eso nadie habla: ¿será porque se considera mucho más grave que haya sido atacada por ser ecuatoriana, que por ser mujer? ¿O porque los ataques sexuales son tan comunes que ya nadie se escandaliza?


martes, 30 de octubre de 2007

Cristina presidenta bis

Está bien, está bien, algunos de los que me lo han reprochado tienen razón: debería alegrarme de que casi el 70% de los electores votaron a una mujer (sumando los votos de Fernández* y Carrió).

Lo que pasa es que esas mujeres no son precisamente feministas. Ninguna está a favor de la legalización del aborto**, ninguna ha retomado las reivindicaciones feministas como temas de campaña. Así que me alegro de que el electorado no haya sido reacio a elegir a una mujer. Pero no me alegro necesariamente de que esas mujeres hayan sido las que más votos consiguieron.

*he decidido no nombrarla solo por su nombre. A los hombres, salvo raras excepciones (como Ginés González García), por lo general se los nombra por el apellido. Así que a la presidenta electa le diré Cristina Fernández o Fernández.

**en el caso de Cristina Fernández, no queda claro: dijo estar en contra "del aborto", pero no dijo nada acerca del aborto legal. Yo también, si me preguntan, estoy en contra del aborto. ¿Quién está a favor del aborto a secas? ¿Quién va a militar por que las mujeres aborten? La lucha por la legalización del aborto no tiene nada que ver con estar a favor del aborto, sino por que las mujeres que eligen hacerlo lo hagan sin poner su salud y su vida en riesgo.

domingo, 28 de octubre de 2007

Cristina presidenta

Ya sé, ya sé, lo correcto es decir presidente... No me importa, yo diré presidenta.

En fin, no quería hablar de gramática, pero sí del discurso de nuestra nueva presidenta. No podía fallar. Habló de "aptitudes especiales" que tenemos las mujeres.

¿Aptitudes especiales? Ah, cierto... La famosa sensibilidad... La capacidad de hacer varias cosas al mismo tiempo, como cambiar pañales con una mano, hablar por teléfono para arreglar un problema en el trabajo con la otra, lavar los platos con... la tercera mano y hacerle mimos a nuestro marido... con lo que podamos.

Claro, ningún hombre es capaz de hacer todo eso al mismo tiempo. O caza el mamut, o descansa en la cueva, pero no las dos cosas a la vez. Qué práctico, ¿no? Así seguimos alimentando el mito de que de la casa se tiene que ocupar la mujer, taaaan hábil en esas cosas (y los hombres son taaaaan inútiles, ¿no?). Es que tenemos un gen especial para poner en marcha el lavarropas o planchar. Viene de nacimiento. O con los estrógenos cuando llega la pubertad, no sé muy bien.

En fin, somos sensibles, y una mujer al poder es necesariamente mejor que un hombre, porque escucha mejor, pelea menos, y un montón de boludeces más.

¿Ya lo dije? ODIO el esencialismo. Esa teoría que nos quiere hacer creer que hay cualidades esenciales, naturales, en hombres y mujeres. Y, por supuesto, esas cualidades son diferentes y complementarias.

Bull shit! ¡Soy menos sensible que el mamut que cazaba mi antepasado prehistórico, y soy mujer! Tengo carácter (mal carácter, dirán algunos, aunque si fuera hombre dirían que tengo carácter a secas), soy medio autoritaria, no quiero hijos, no me atraen los bebés, no me gusta el romanticismo, y no sé escuchar. Y soy mujer.

Las mujeres no somos "más" ni "menos" tal o cual cosa. Cada individuo tiene su personalidad, más allá de su sexo. Menos mal. Un hombre no me complementa necesariamente. Algunos sí, otros no. Algunas mujeres me complementan mejor que un hombre.

¿Si una mujer puede ser una buena presidenta? Por supuesto. ¿Si puede ser mejor que un hombre? Por supuesto. Pero no porque sea mujer. Y también puede ser peor. Y tampoco porque sea mujer.

Pobre Cristina... Y pobres mujeres... Si le va mal, sus errores recaerán en todas las mujeres. No faltarán tarados para decretar: ¿No ven que no puede gobernar una mujer?

Sean honesta/os: ¿alguna vez escucharon decir, después de un mal gobierno por parte de un hombre: ¿no ven que no puede gobernar un hombre?

Los errores de un hombre recaen sobre él solo. Los errores de una mujer recaen sobre todas las mujeres.

Foto La Nación

viernes, 26 de octubre de 2007

Pasá...

Cola para subirse al colectivo. Primero está un hombre joven, 30 años, buen estado de salud. Luego una mujer joven, 30 años, buen estado de salud. Llega el colectivo. Indefectiblemente, el hombre se da vuelta y dice a la mujer: "Pasá..."

La mujer no entiende muy bien por qué debería pasar antes que el hombre, si ambos tienen la misma edad, y el mismo estado de salud, que es bueno. Pero se supone que el hombre fue amable, bien educado, atento, y que hay que agradecer, sonreír, sentirse una diosa y subir (y de paso el hombre aprovecha para mirarle el culo).

Pero... ¿por qué esa mujer tendría que sentirse agradecida? ¿Ella pidió algo? No. ¿Mostró señales de estar cansada, enferma, débil? No. ¿Entonces?

A él le enseñaron que hay que dejar pasar a las damas, que eso está bien, que es señal de buena educación. Bien. O sea que él lo hizo pensando que estaba bien y que así quedaba como un caballero. Fue galante. Buenísimo.

¿A quién más se deja pasar en el colectivo? A las personas discapacitadas (ciegos, rengos, personas enyesadas, etc.), a las mujeres embarazadas, a las/os ancianas/os, a las personas con niños en brazos... es decir, a personas que necesitan una ayuda puntual, que no están en las mismas condiciones físicas que nosotros de subirse al colectivo y viajar de pie ("con movilidad reducida", dice el cartel del colectivo). A ellos se les deja el asiento, porque lo necesitan.

Pero... ¿por qué una mujer debería necesitar que se la deje pasar? ¿Acaso una mujer es necesariamente inferior físicamente a un hombre? ¿No será que un hombre la deja pasar porque la considera necesariamente débil? ¿Porque le permite marcar su superioridad?

No nos confundamos: una cosa es la buena educación. Otra, la galantería. La galantería es una forma de seducción, de sexualización de las relaciones, ergo, de sexismo (yo hombre fuerte, vos mujer débil, yo hombre seductor, vos mujer seducida).
Si veo que ese hombre también dejó pasar a otro hombre joven, entonces no me siento ofendida. Pero si veo que sólo deja pasar a las mujeres, sorry, pero me da cosita.

Cuando pregunto a los hombres si harían lo mismo con otro hombre, la mayoría me contesta que de ninguna manera, que no son gay. Ahí está el meollo de la cuestión: si dejan pasar a la mujer, es porque de alguna manera aquí se juega la seducción. O sea, al hacerlo, me recuerdan que son hombres, que soy mujer. No hay manera de sentirse simplemente un ser humano.

Obvio, no digo nada. Ese hombre no sabe que está siendo machista. Le enseñaron que eso está bien, lo hace de bueno. Entonces me callo la boca y paso. Pero tampoco le doy las gracias.

No estoy diciendo que hay que descuidar de todos y cagarnos en los otros. Al contrario: quiero que todos cuidemos de todos. No quiero una sociedad en la que la gente se ignora. Tampoco quiero una sociedad galante. Quiero una sociedad igualitaria y solidaria. La galantería no es solidaridad. La galantería es seducción.

Sé que con eso me voy a hacer odiar de muchas mujeres. Porque muchas creen que hay que tratarlas diferente, tienen que sentirse diosas, y que la galantería es algo bueno. Claro, por una vez que el machismo nos es favorable, no vamos a querer cambiar las cosas, ¿no? Pues lo lamento, pero sí. Si queremos los mismos derechos que los hombres, entonces tenemos que querer los mismos deberes también. Y la misma consideración. Consideración que, en un mundo ideal, sería de mutuo respeto.

PD: Eso sí, a la hora de dejar el asiento a una mujer embarazada, ya no hay buena educación ni galantería que valga, todos se hacen los boludos.

martes, 23 de octubre de 2007

Toro Sentado

¿Se dieron cuenta de cómo se sientan los hombres y las mujeres en el colectivo o en el subte? Fíjense la próxima vez.

En la mayoría de los casos, salvo escasas excepciones, los hombres están con las piernas bien abiertas, ocupando un asiento y medio. Las mujeres tienen las piernas apretadas, aun cuando llevan pantalones.

Me ha pasado más de una vez estar arrinconada en mi asiento del colectivo mientras mi vecino se desparramaba con sus piernas hacia los costados, y tampoco era que tuviera las piernas taaaan largas como para no caber en el espacio de adelante.

¿Qué pasa con los hombres? ¿Acaso quieren mostrar que tienen un bulto tan enorme que no les deja cerrar las piernas?

El sociólogo francés Pierre Bourdieu estudió este fenómeno, que clasificaba entre lo que llamaba los "habitus": las maneras de ser que vamos adquiriendo por vivir en sociedad, y que están tan arraigadas que ya nos parecen naturales. A las mujeres siempre les enseñaron a cerrar las piernas, para no parecer "vulgares". A los varones nunca les dijeron nada en ese sentido.

Así que allí están, ocupando un lugar y medio, a veces dos, sin pensar un solo segundo que pueden estar molestando: el espacio público es mío, y si no te gusta, podés quedarte en casa fregando, seguro que en la cocina vas a tener todo el espacio que necesites.

Acuarela de Kerensa

domingo, 21 de octubre de 2007

¿Un Congreso de mujeres? ¡Qué embole!

Conversación escuchada en el colectivo entre dos chicas de unos 25 años:

- Ay, mirá, ¡si sigue así me hago feminista y todo!
- ¿Te imaginás? ¡Y te vas al congreso ese de mujeres en Córdoba! ¡Qué horror!
- Ay, sí, un congreso de mujeres, me muero de embole... Bueno, me bajo aquí. No te olvides de enviarme el apunte ése antes del parcial.

Esas chicas, que mencionaban el XXII Encuentro Nacional de Mujeres que tuvo lugar en Córdoba del 13 al 15 de octubre, ignoran seguramente que si pueden estudiar, es gracias a la lucha de feministas que se murieron de embole en sendos congresos de mujeres para luchar por sus derechos.

Si esta noche van a tomar su píldora y van a tener sexo con quien se les dé la gana, va a ser porque unas pocas mujeres se atrevieron a declararse feministas y a hacer lo que esas chicas nunca harán: pensar que lo que tienen no viene del cielo, aunque debería.

Si esas mujeres, el día de hoy, empiezan a trabajar sin tener que rendir cuentas a nadie, tener su propia cuenta bancaria y tener la patria potestad sobre sus hijos, será porque esas feministas arriesgaron su vida para conseguirlo.

Estoy podrida de esas mujeres que desprecian a las feministas pero gozan de los derechos que las feministas consiguieron por ellas.

A mí me gustaría que las mujeres que despotrican contra las feministas renuncien a todos los derechos que tienen gracias a ellas: que dejen de estudiar, de trabajar, de coger con quien se les dé la gana, de usar la pastilla anticonceptiva, de divorciarse, de reclamar la patria potestad sobre sus hijos, de viajar libremente, de votar, de presentarse a cargos electivos, y, last but not least, de llevar pantalones.

PD: Una pena que estas dos chicas no hayan ido a embolarse al Encuentro Nacional de Mujeres, se habrían dado cuenta de que también hay hombres feministas...




Fotos Indymedia

viernes, 19 de octubre de 2007

Lo mejor del sexismo...

Buscando por "sexismo" en Google, tuve la sorpresa de encontrar, como segunda entrada, el sitio Lo mejor del sexismo. Como uno no lo puede suponer, se trata de un sitio de... chistes.
Un sitio en el que constantemente "ellas" se oponen a "ellos" y cada sexo hace chistes sexistas sobre el otro (del tipo: "¿En qué se parecen los dinosaurios a los hombres inteligentes? En que los dos se extinguieron". Ja ja ja).

No estoy en contra del humor. Creo, como decía el humorista francés Pierre Desproges, que "uno se puede reír de todo, pero no con cualquiera". Puedo contar un chiste machista, si estoy segura de que la persona a quien se lo cuento me conoce y entiende que lo mío es segundo grado puro.

Pero... ¿se imaginan un sitio que se llame "lo mejor del racismo"? ¿En el que las categorías sean, en lugar de "ellas" y "ellos", algo así como "blancos" y "negros"? ¿O "judíos" y "goy"?

Semejante sitio sería vilipendiado por la mayoría. Lo mejor del sexismo, en cambio, hasta ha ganado premios...

jueves, 18 de octubre de 2007

¿No hay luchas más urgentes?

Mi intención es buscar al machismo en la vida cotidiana, aquel machismo que no se ve a primera vista. Todas/os coinciden en que las agresiones sexuales, las violencias de género, la discriminación en el trabajo, son una aberración. Pero pocas/os saben distinguir las formas más sutiles de sexismo y de machismo en su vida cotidiana, en el lenguaje, en la publicidad, en los medios.

Claro, me van a decir que son detalles, y que hay luchas más importantes que ésas y cosas mucho más graves de las que ocuparse. Todo es relativo. Considero que la lucha de mayor urgencia en Argentina para las mujeres es la que concierne la despenalización y la legalización del aborto. Por eso formo parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Pero seguro que la legalización del aborto, en Afganistán, debe de ser considerada mucho menos urgente que otras luchas destinadas a mejorar la condición de vida de las mujeres en ese país. O sea: siempre hay algo peor, siempre hay algo más urgente que lo que estamos haciendo.

Pero el sexismo es un sistema. Por lo tanto, todos los niveles de la sociedad están corrompidos por él, y se puede luchar contra el machismo por mil vías distintas, no solamente por las más "obvias" o urgentes.

Existen muchos sitios sobre violencia de género, violencias sexuales, clandestinidad del aborto (pongo algunos vínculos en la columna de la derecha). Pero muy pocos sobre el sexismo en la vida cotidiana y cómo aprender a detectarlo y combatirlo (también les doy los enlaces hacia los sitios que sí lo hacen, o que ayudan a luchar contra el sexismo en la vida cotidiana: no son muchos...).

Ojalá este blog ayude a muchas mujeres y muchos hombres a hacerlo.

martes, 16 de octubre de 2007

¿Por qué abrir un blog feminista?

Vivimos en una sociedad todavía sexista, y particularmente machista. El sexismo es un sistema, por lo tanto todas/os podemos ser sexistas: mujeres, hombres, niñas/os, viejas/os, jóvenes, hetero u homosexuales. A todas/os nos han metido el sexismo adentro, y todas/os tenemos acondicionamientos de los cuales es muy difícil desprenderse.
Abro este blog para enseñar a detectar el sexismo en general, y el machismo en particular, aun donde creemos que no está, porque ya no somos capaces de distinguirlo, es decir, en la vida cotidiana.

¿Cuál es la diferencia entre el sexismo y el machismo? Existe una diferencia en la definición, pero no en la realidad.
El sexismo es, según el diccionario, la "discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro". Es decir que, en rigor, se puede ser sexista en ambos sentidos. El machismo es una forma de sexismo, en la que se tiene una "actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres".
La realidad es que la discriminación hacia las mujeres es muchísimo más común que la discriminación hacia los hombres. Y, muchas veces, las discriminaciones de las que pueden sufrir los hombres en realidad son también por machismo.


Sé que me tildarán de histérica, mal cogida, peluda, lesbiana (como si fuera una tara) o, lo que es peor: feminista. Lo reivindico. Sí, soy feminista, y para empezar este blog, copio las dos definiciones del diccionario del vocable "feminismo", que ya se ha convertido en mala palabra: "1- Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres. 2- Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres".

Y punto final. Nada de querer más derechos que los hombres, o una sociedad dominada por las mujeres. El feminismo no es el equivalente femenino del machismo. En realidad, una palabra más adecuada para mi lucha es el antisexismo. Por eso mi blog se llama Basta de sexismo y no basta de machismo. Aunque en realidad, me gusta la palabra feminista, que recuerda que las víctimas de las discriminaciones de género son, por lo general, las féminas.

En síntesis: mi lucha no es contra los hombres, sino contra las/los machistas, sean ésas/os hombres o mujeres, es decir, contra el sistema machista.