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viernes, 7 de diciembre de 2007

Una historia de "amor" a prueba de balas...

Una nota alucinante en Perfil: un hombre cree que su esposa lo engaña. Le dispara seis veces con un calibre 32. Luego intenta suicidarse. Los dos sobreviven. Ella le perdona. Se siguen queriendo: hermosa historia de amor, ¿no?

Detalle muy importante: al final era todo mentira, la mina no era una puta, nunca lo había engañado. O sea: no se merecía los disparos.

"Era mentira. El tipo le vendió un buzón. Mi vieja nunca anduvo en nada raro", cuenta el hijo de ambos.

Y con eso, el autor de la nota y el hijo dan a entender que si ella hubiera andado en algo "raro", entonces sí habría merecido que el esposo intentara matarla.

Y de haber muerto ella, el título de la nota habría sido: "Otro crimen pasional".

Porque todos saben que cuando un hombre mata a una mujer, no es porque sea un asesino cabrón subnormal que merece pudrirse en la cárcel: es un hombre "apasionado", que "la amaba demasiado" y no soportó que ella fuera una atorranta. Ella se lo buscó. Y él la mató por amor.

Yo no puedo entender que todavía, hoy en día, se siga diciendo que alguien puede matar por otra cosa que egoísmo, odio o rencor.

¿Puede ser que estemos viviendo en el siglo 21? Cuando nos referimos a la sexualidad de las mujeres, creo que seguimos viviendo en la edad de piedra...

1 comentario:

  1. Un fenómeno similar se da en los niñxs golpeadxs, que a pesar de todo siguen amando a sus m/padres golpeadorxs.

    Aquí también entra la cuestión de analizar las relaciones sadomasoquistas que se confunden con el amor.

    Erich Fromm en El arte de amar analiza esto con bastante detalle, por eso recomiendo ese libro.

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