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Foto: Cedoc Perfil |
En estos días en Buenos Aires, estamos asistiendo a una marcha poco común, la de los "Padres del Obelisco".
Se trata de una marcha de papás que se reúnen todos los jueves alrededor del Obelisco de la avenida 9 de Julio con un pañuelo blanco en el cuello, para reclamar que la Justicia los deje ver a sus hijxs.
Emulan así a las Madres de Plaza de Mayo que también giran alrededor de la pirámide con un pañuelo blanco en la cabeza todos los jueves para reclamar por sus hijxs desaparecidos durante la dictadura.
Más allá de la elección del símbolo fálico del obelisco, y de que compararse con las Madres de Plaza de Mayo me parece un tanto irrespetuoso, a priori, sólo podemos apoyar a esos pobres padres víctimas de sus horribles ex esposas o compañeras, que les impiden ver a sus hijxs y hacen todo para que padres e hijxs rompan el vínculo.
Yo que estoy a favor del sistema de custodia compartida (leer
aquí,
aquí,
aquí y
aquí), de que los padres sean tan responsables como las madres de sus hijxs, de que se hagan cargo en un 50% de su crianza, durante la convivencia y luego de la separación,
mi primera reacción es apoyar ese movimiento.
Pero... Mirando con un poco más de detenimiento, ¿qué vemos?
Vemos que detrás de ese movimiento aparentemente inocente, están asociaciones autodenominadas de "padres alejadxs de sus hijxs", que promueven la idea del SAP, el Síndrome de Alienación Parental, según el cual lxs hijxs son manipulados por un cónyuge para odiar el otro. Se habla del "progenitor conviviente", pero en realidad se dice que son las madres las que manipulan a sus hijxs y les lavan el cerebro para que digan que, por ejemplo, fueron abusadxs por su padre.
El tema es que en la inmensa mayoría de los casos... la acusación es real. Lxs niñxs no mienten sobre esos casos. Es más, hasta cierta edad, ni siquiera tienen posibilidad de fabular sobre situaciones sexuales no vividas.
¿De dónde viene el SAP? Pues se trata de un supuesto síndrome creado por un oficial del ejército estadounidense, Richard Gardner, que sostiene que lxs niñxs, en los casos de divorcio, son alienadxs por sus madres para acusar falsamente a sus padres de abusos, con el fin de quedarse con la custodia de sus hijxs. Las mujeres quedan así como locas manipuladoras.
La realidad es que Richard Gardner también sostenía que niños y niñas pueden ser iniciados sexualmente por sus padres, y defiende claramente la pedofilia (se suicidó en 2003). Sin embargo el SAP se extendió en todos los tribunales del país, gracias al lobbying de asociaciones de "padres alejados de sus hijos" como APADESHI, AFAMSE y ANUPA, las mismas que hoy organizan o sostienen las marchas de los Padres del Obelisco.
Hoy día, psicólogxs, juristas, abogadxs, jueces, creen que el SAP es un síndrome real y lo usan en sus fallos, a pesar de que ningún organismo reconoció la validez de ese supuesto síndrome. Es más: fue rechazado por la Asociación Americana de Psiquiatría así como por la Organización Mundial de la Salud. Richard Gardner publicó él mismo sus libros, a cuenta de autor, y sus escritos nunca fueron reconocidos oficialmente por ninguna universidad estadounidense.
Exactamente como en los casos de denuncias de violaciones o de violencia de género, el porcentaje de falsas denuncias de abuso infantil son bajísimas, menos del 5%. Sin embargo, el SAP ha ganado terreno en todas las instancias judiciales del país. Gardner recomienda incluso que se aleje a lxs hijxs de sus madres "manipuladoras", ¡y se los deje entre las manos de sus padres abusadores!
El SAP es, sin más, el invento de un pedófilo para defender el derecho del padre a iniciar sexualmente a sus hijxs.
No dudo de que entre los padres que giran alrededor del Obelisco haya padres genuinamente impedidos de ver a sus hijxs por madres sin escrúpulos. Pero esos padres están siendo manipulados y terminan apoyando a asociaciones que defienden a los pedófilos.
Estaría bueno que se enteren de quiénes organizan esas marchas, para que, en su justa lucha por conservar un vínculo con sus hijxs, no terminen apoyando a vulgares criminales.
Y estaría bueno también que lxs periodistas argentinxs se enteren de esta realidad, para que no terminen escribiendo artículos en los que citan el SAP como una realidad, como en el caso de
Perfil de hoy.