Páginas

sábado, 29 de enero de 2011

En Hollywood, el tiempo no perdona... a las mujeres

En mi serie de síntomas del sexismo, después del concurso de la mejor cola del verano: la diferencia que existe entre los cánones de belleza y seducción para hombres y mujeres, en particular en el cine (allí donde muchos chicos y chicas buscan los modelos a los que identificarse).

Ahí donde las mujeres consideradas atractivas tienen que ser jóvenes, esbeltas, sin una sola arruga, sin una onza de grasa y sobre todo, sin una cana (se considera que las mujeres que no se tiñen "se dejan estar"), los galanes siguen siendo galanes, como bien nos explica esta nota de La Nación, acercándose a sus 50 (George Clooney, 49 años) o incluso pasados sus 60 años (Richard Gere, 61 años), por no hablar de sus 70 (Harrison Ford, 68 años, Robert Redford, 74 años).

Ahí los tenemos, arrugados, con el pelo gris, con carne colgando y flácidos, pero eso sí: siguen consiguiendo papeles principales de héroes, aventureros, galanes, etc. Siempre acompañados por mujeres jovencísimas, por supuesto. Como en State of Play, en la que Russell Crowe (46 años, gordo y desaliñado) actúa junto a Rachel McAdams (32 años, flaca, hermosa e impecable). Una diferencia de edad totalmente aceptada. Eso sí, las raras veces en que la mujer es más vieja que el hombre, se le dice "cougar" (puma).

Esos tipos pueden engordar veinte kilos que no pasa nada. Ahora, Britney Spears engorda cinco kilos y allí está toda la prensa tildándola de vaca y mostrando sus rollos.

En las películas de Hollywood, los espectadores varones pueden identificarse con héroes que se les parecen: gordos, arrugados y canosos. Las mujeres sólo tienen modelos inalcanzables de actrices flacas, con la piel estirada y sin canas.

Las mujeres, pasados los 40 años, no solamente tienen que estar impecablemente teñidas y botoxeadas, sino que se tienen que conformar con papeles secundarios (el lugar de la heroína es dejado a una más joven), o de mujeres maduras, madres o abuelas.

"Los mejores papeles son los que hacen para los hombres, esos son los memorables", dijo Nicole Kidman el año pasado.

La actriz Helen Mirren (65 años, es decir, más joven que Harrison Ford, al que siguen dando papeles de galán), se ha quejado en reiteradas oportunidades del machismo de Hollywood: "Me molesta la supervivencia de algunos actores masculinos muy mediocres y la desaparición profesional de algunas actrices muy brillantes", dijo a Showbiz Spy (pueden leer la nota en español aquí).

La revista Spike publicó en 2009 el top 10 de las actrices de Hollywood.que pasaron "su fecha de vencimiento". ¿Viejas decrépitas? Vean por si mismo: Nicole Kidman (43 años), Teri Hatcher, (46 años) Drew Barrymore (35 años), Helen Hunt (47 años), Renée Zellweger (41 años), Lindsay Lohan, (¡¡24 años!!) Sarah Jessica Parker (45 años), Meg Ryan (49 años), Cameron Diaz (38 años), y Julia Roberts (43 años).  Ninguna llega a los 50. Promedio de edad de todas estas mujeres "caducadas": 41,1 años.

O sea, para resumir, pasados los 40, dejan de ser consideradas deseables, sexys y lindas, cuando sus pares masculinos tienen 20 o 30 años más para dejar de serlo.

Pero supongo que siempre habrá gente para decir que no tiene nada que ver con el sexismo, que es simple cuestión de gustos o de dinero...
.

martes, 25 de enero de 2011

¿Se puede ser machista y homofóbico y gritarlo a los cuatro vientos en un diario nacional? Pregunten a Rolando Hanglin.

A mi entender, uno de los tipos más sexistas, machistas y homofóbicos entre los argentinos se llama Rolando Hanglin.

Ese seudo progresista (dicen que alguna vez lo fue), ahora portavoz del sector más reaccionario del país, tiene una columna en La Nación, que se llama "Pensamientos incorrectos". De incorrectos, no tienen absolutamente nada, ya que al contrario, siguen la corriente tradicional del machismo, el racismo y la homofobia.

En una de sus últimas columnas, La diosa y el chancho, ese personaje reivindica alto y claro la homofobia como una vulgar "opinión".

Pero no solamente eso. La nota, toda la nota, del principio al final (y eso que es larga), es un florilegio de sexismo.

Al principio de la columna, explica que las mujeres, en la era prehistórica, eran consideradas diosas porque de ellas salían la vida: 
"el primer Dios de los humanos no fue un Dios padre: genitor-ordenador-creador del mundo- amo de la palabra, dictador de la ley y nombrador de las cosas, dueño del semen primigenio y jefe solar de la vida. No: tal vez el dios originario haya sido ella. La diosa, la Gran Madre de los cielos."
Y ahí, nos viene con la teoría completamente falsa, pero ampliamente difundida, de que las mujeres prehistóricas se quedaban en la cueva cuidando a la prole: 
"El hombre efectúa las tareas del día: la agricultura y la guerra, la forja de los metales, la siembra del cereal, la caza, la domesticación del toro y el potro. Trabaja al sol. Su metal es el oro, su entorno la luz, su tiempo el día. En cambio, el trabajo de la mujer es nocturno y oculto: el niño se gesta en la penumbra del útero. Su vida transcurre en la privacidad del hogar, donde mantiene los vínculos intrafamiliares. Seduce en la oscuridad del lecho. El embarazo se desarrolla escondido, en la sombra. Funciona invisible y en secreto, sincronizado con los 30 días de la luna, del planeta Venus, de las mareas y las aguas que rigen el cambiante estado anímico de la mujer."
Esto es una gran mentira. Las mujeres prehistóricas salían no solamente a recolectar frutos, sino también a cazar pequeños animales. Ni en pedo se quedaban en la cueva. Esta es una visión totalmente sesgada y machista de las cosas, que nos han querido hacer creer durante décadas para justificar que la mujer se quede en casa limpiando, cocinando y cuidando a lxs hijxs, mientras los hombres iban a desarrollar grandes cosas para la humanidad a la luz del sol.

Y de paso, sirve para justificar la supuesta inestabilidad emocional de las mujeres, con su "cambiante estado anímico". Pero no es culpa de ella, eh, ojo, pobre, es culpa de las mareas que, por una razón que no se entiende muy bien, pero alguna debe de haber, influyen únicamente en el estado de ánimo de las féminas.

Esas son, para Hanglin, las mujeres de verdad, las mujeres-diosas. Coloca a las mujeres en un pedestal, algo típico de los machistas, que dicen "amar" a las mujeres. Las aman, sí, pero solamente si cumplen a rajatabla con su papel de santa, de madre, de abnegada, de sacrificada, de dulce, de cuidadora del hogar, de su marido, de sus hijxs. Si se sale de ese rol, cae inmediatamente del pedestal y pasa a formar parte de "la mujer feminista":
"La mujer feminista, desde 1930 en adelante, ha reclamado igual paga por igual trabajo"
Qué horror... ¿A quién se le ocurre?
"La feminista auténtica rechaza indignada la cortesía del hombre. No quiere requiebros, piropos ni reverencias. Sabe defenderse sola. Quiere ir a la guerra, prosperar, trabajar como el que más, y exige que el hombre emprenda -con sus pocas habilidades- la aventura de criar también a los niños. Y lavar los platos, como ella. Este es otro episodio de la historia de los dos sexos (porque hay sólo dos, y se llaman sexos, no géneros) cuyas diferencias se han diluido y amenazan con extinguirse."
Apréciese el "con sus pocas habilidades": y sí, a Hanglin conviene que hombre tonto, hombre neanderthal, hombre no saber, hombre muy torpe, hombre incapaz de cambiar pañal, hacer falta doctorado para ocuparse de bebé o lavar platos, hombre mejor leer diario y manejar auto.

Y con qué tristeza Hanglin lamenta las buenas épocas en las que las mujeres eran las mucamas y las putas de los hombres:
"La mujer atesoraba, antiguamente, como quien guarda un secreto, las cosas buenas de la dura vida del hombre: el placer, el beso, la caricia, la danza, el susurro, la seducción, el si-es-no-es de la palabra a medias. Todo lo bello de una oreja pequeña, un pelo sedoso y una sonrisa que iluminaba al planeta.
(...)
Con la complicidad de un sistema judicial íntegramente compuesto por mujeres (psicólogas, secretarias, abogadas, juezas, camaristas) nos arrebata nuestros hijos, nos expulsa de nuestras casas y nos rotula de "golpeadores", "infieles", "machistas", "maltratadores", "sexómanos" e "impotentes", todo a la vez"
Por supuesto, no hay hombres maltratadores y golpeadores. Es todo fruto de la imaginación de las feministas.

Además, me va a tener que explicar algo: el tipo reconoce que no se ocupa de sus hijxs, porque eso le corresponde a las mujeres. Pero en caso de divorcio, ¿está diciendo que estaría a favor de la custodia compartida? ¿Milita Hanglin por que los padres se ocupen tanto de sus hijxs como las madres? ¿Y no es eso contradictorio con lo anterior? ¿No era que los hombres tenían "pocas habilidades" a la hora de criar a lxs niñxs? Me parece que ese señor no sabe bien lo que quiere, excepto conservar sus privilegios de macho...
"La mujer se ha convertido en nuestra enemiga, cuando era nuestro consuelo. Ella era el otro lado de la vida. El lado dulce. Ahora, puede convertir a un hombre feliz en un guiñapo humano. De hecho, lo hace constantemente."
O sea, si sos una mujer de verdad, si querés que Hanglin te considere una diosa, tenés que ser dulce, abnegada, sacrificada, condescendiente, suave y sumisa. Si querés tu independencia, se va al carajo eso de la mujer-diosa... Sabía yo que eso de vernos como diosas no era gratis...
"Lo importante es la mujer como diosa. Un ser de cuerpo exquisito, de piel 16 veces más fina que la del hombre, de labios abultados, de voz melodiosa, de risa que derrite a las piedras, de caderas redondeadas y pies pequeños, de diminuta lengua rosada, perfumada en su esencia, dulce en su forma de amar, incansable en el sexo."
Mujer más estereotipada, imposible... Claro que tiene que ser pequeña y frágil, para que el hombre la pueda proteger, porque sino, ¿para qué carajos sirven los hombres, eh? Una mujer tiene necesariamente los pies pequeños... Supongo que la espantosa tradición japonesa de vendar los pies de las niñas para impedir que crezcan le parece el colmo del buen gusto...

Y con qué mala fe compara el cuerpo supuestamente siempre hermoso de las mujeres con el cuerpo supuestamente feo de los hombres:
"Mientras moldeaba a ella con las curvas de Charlize Theron, perfilaba a él con el diseño de Danny De Vito. Cruel disparidad de los sexos. En este detalle, el creador estuvo un poco avaro con nosotros."
¿Y por qué compara a Charlize Theron con Danny De Vito? ¿Por qué no la compara con Brad Pitt o con Jude Law?

Ahora, aunque no lo crean, lo peor del texto está por venir, y es sobre los homosexuales:
"Protagonistas de este tiempo, los homosexuales varones desean a los hombres "machos" y odian cordialmente a las mujeres. Sin embargo, obtienen felices sus DNI "femeninos". Donde antes decía "Carlos", ahora han escrito "Patricia". Estos son una avalancha. Hablan de sí mismos en femenino, amenazan con casarse y su cambio físico (altamente promocionado) es pura cosmética."
Me va a tener que explicar en qué los homosexuales varones odian a las mujeres, aunque sea cordialmente... ¿Quiere decir que yo, por ser heterosexual, odio cordialmente a las mujeres, porque no me atraen sexualmente? Y otra cosa: si los homosexuales se quieren convertir en mujeres, ¿cómo es eso que les gusta los "hombres machos"? Si todos los homosexuales quieren parecerse a mujeres, ¿dónde quedan los machos?  Pero nuestro sujeto no le tiene miedo a las contradicciones, como ya hemos visto... Y por supuesto, confunde alegremente homosexualidad y transexualidad, pero qué se le va a hacer... tampoco le vamos a pedir sutileza ni cultura...

Bueno, pues según él, las mujeres deberíamos odiar a los gays por querer parecerse a nosotras:
"Las mujeres actuales aceptan que hay otras mujeres, perfectamente iguales a ellas. Aunque, es verdad, tienen testículos y penes (uno cada una) en saludables condiciones. Aunque miden un metro ochenta, calzan 45, tienen la cintura ancha y la carota simiesca del hombre, hallándose en todo concepto más cerca de "La Mole" Moli que de Sofía Zamolo."
Nótese que una mujer nunca puede medir un metro ochenta y calzar 45. Una mujer de verdad es más baja que los varones y tiene pies pequeños, ya lo dijo antes, al menos en eso es lógico consigo mismo... No será que una mujer supere a un hombre en fuerza y altura, dios nos libre y nos guarde de esas machonas...

Y el pobre se va totalmente al carajo al reivindicar la homofobia como una "opinión" más:
"en noviembre de 2010, una manifestación gay en Copacabana propuso que la homofobia fuera considerada un crimen. Otra vez, el delito de opinión, como en los felices tiempos de la Sagrada Inquisición, Hitler, Mussolini, José Stalin y Fidel Castro".
Y remata:
"Si se establecieran leyes de este tipo, por ejemplo, este artículo sería considerado un acto criminal."
Pues querido Hanglin, empezá a temblar desde tu pedestal de virilidad: las leyes argentinas SÍ condenan la homofobia, y tu texto YA ESTÁ siendo analizado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, que abrió un expediente de oficio al respecto.

No me gustaría estar en el lugar de lxs funcionarixs que tengan que analizar el contenido de este texto. Un texto que no duda, en su frase final, en presentar la violencia doméstica como una "variante de la condición humana" que es "normal y legítima". Y desliza, de paso, en la lista de las variantes "normales y legítimas", alguna referencia a la pedofilia, al mencionar "el profesor y la alumnita irresistible":
"Digamos, para terminar y sobre todo para evitar males mayores, que la homosexualidad no se nos aparece como una enfermedad, ni una maldad, ni un síntoma del Apocalipsis. Es un modo de la condición humana. Pero las otras variantes de la condición humana también son normales y legítimas. Todos los tipos de la comedia y la vida: el don juan y la buscona, el fanfarrón y la viuda caliente, el ratón de biblioteca y la mosquita muerta, el atleta y la odalisca, el campeón sexual y la niña putona, el tímido y la borracha, el profesor y la alumnita irresistible, el millonario y la secretaria sexy, el casado que anda de trampa y la casada que se maquilla un ojo en compota."
¿Algo más?

(Recuerdo que todo eso no fue publicado en un blog de mala muerte, sino en uno de los principales diarios en lengua hispana del mundo. O sea que se supone que fue releído, aprobado, validado por la dirección de la redacción. Y a nadie le pareció escandaloso.)

.

martes, 18 de enero de 2011

La cola del verano, otra muestra de sexismo

Como todos los años, se organiza en Mar del Plata el Bikini Open, organizada por una marca de artículos para surf, en que se elige "la mejor cola del verano".

En un podio, decenas de chicas en top y tanga muestran sus atributos como si estuvieran en un mercado de esclavas, o una carnicería. Ya no son seres humanos: son colas con un número.

Ya sé, me van a decir: nadie obliga a estas chicas a participar en ese concurso.

Pero lo que se critica aquí no es la participación de las chicas, víctimas de un sistema que alienta a las mujeres a valer por su cuerpo. ¿Cómo una chica de 19 años, a la que seguramente criaron alentando su belleza y sus formas, en una sociedad que incita a las mujeres a ser un bello objeto, puede tener la fuerza de carácter para rechazar ese modelo?

No, a las chicas no las critico: me compadezco. Y sí critico al sistema. Este concurso es un síntoma de lo sexista que es nuestra sociedad.

Y también critico la marca que lo organiza, ya que no le importa mostrar a las mujeres como trozos de carne y objetos sexuales, con tal de hacerse conocer. Y critico todos los medios de difusión que retomaron, todos, sin excepción, las imágenes de esas colas mostradas como lomos de vacas, y a los que tampoco les importa participar en la denigración de las mujeres, con tal de vender más.

De hecho, hoy mismo, el Grupo Profesionales Latinoamericanos/as contra el Abuso de Poder presentó una denuncia contra la empresa y contra todos los medios de difusión que cubrieron el evento.
"Este concurso denigra a las mujeres, calificándolas por una parte de su cuerpo y constituyendo un acto de violencia sexista y apología del delito, enmarcados en el peor enfoque sociológico patriarcal de la sociedad.
Rxxx(*) incurre en violación de la LEY 24685 DE PROTECCION INTEGRAL PARA PREVENIR,  SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN LOS AMBITOS EN QUE DESARROLLEN SUS RELACIONES INTERPERSONALES, en sus artículos 2°), 5°)inc 5 y 6°) (violencia simbólica y mediática).
Todos los medios que se ocuparon de la noticia y publicaron las fotos del concurso, que están en el límite de la pornografía, incurren en violación de la LEY 26522 DE SERVICIOS DE COMUNICACION AUDIOVISUAL".

(*) Me niego a mencionar la marca, para evitar hacerle más publicidad de la que se merece.

sábado, 15 de enero de 2011

Clítoris: una revista feminista argentina

Una nueva revista feminista acaba de nacer en Argentina: la revista Clítoris. Por ahora, sólo se consigue en línea, y pueden descargar el número cero pulsando en la imagen. Ojalá pronto la podamos comprar en kioscos.


También pueden leer más información acerca de esa revista aquí.

Edit del 1 de octubre de 2011: la versión papel de la revista se puede conseguir en los siguientes lugares:
  • En Ciudad de Buenos Aires
    Librería de Mujeres (Pasaje Rivarola 133, a la altura de Bartolomé Mitre al 1300)
    Librería de las Madres (Hipólito Irigoyen 1584, Congreso)
    Librería Vivaldi (Santiago del Estero 998, Constitución)
  • En la Ciudad de La Plata
    Prometeo
    Facultad de Humanidades de la U.N.L.P Calle 47 entre 6 y 7
    Librería Cronos. Calle 6 nº 830 entre 48 y 49

jueves, 6 de enero de 2011

¿Qué es el sexismo? ¿Por qué lo veo en todos lados?

Poca gente sabe a qué me refiero cuando hablo de sexismo, sistema sexista, personas sexistas.

Muchas personas creen que el machismo es, simplemente, pensar que los hombres son superiores a las mujeres, que machistas son los hombres golpeadores y los violadores, y punto final.

Entonces, claro, dicen: "Yo no soy machista porque no soy golpeador ni violador, vos ves machismo en todos lados, estás paranóica, si decís que los hombres son machistas es porque ves en todo hombre un violador en potencia".

Entonces, aclaremos (y recomiendo enfáticamente la lectura de los enlaces que doy, para una mejor comprensión de lo que explico).

Primero, nunca dije que "los hombres" son machistas. Algunos hombres lo son. Algunas mujeres también. No todos. No todas. Aunque sí la mayoría, a mi entender, es cierto (la mayoría de los hombres Y la mayoría de las mujeres, aclaro).

Luego, al término "machismo", prefiero la palabra "sexismo".

Sigamos. ¿Qué es, entonces, el sexismo? ¿Por qué digo que la mayoría de las personas, hombres y mujeres, son sexistas? 

Explicado de manera muy simplificada, el sexismo es la diferenciación de la gente en dos sexos bien distintos entre sí, a los que se atribuye cualidades o defectos bien determinados. Es la idea de que lo biológico determina lo psicológico: tenés pito, entonces te tienen que gustar tal y cual cosa y actuar de tal o cual manera. Tenés vulva (aunque por lo general no dicen "tenés vulva" sino "no tenés pito"), entonces te tienen que gustar esas otras cosas y actuar de esas otras maneras.

Si en lugar de "sexismo", hablo de "racismo", se entiende mejor. El racismo es considerar que la especie humana está dividida en varias razas (raza negra, raza blanca, etc.), y atribuir a cada raza cualidades o defectos determinados. Muchas veces, se extiende no sólo a razas, sino a orígenes étnicos: los negros son tontos, los judíos son ávaros, los argentinos son ladrones, los franceses huelen mal, etc. etc. No hace falta decir "hay que matar a todos los negros" para ser racista. El solo hecho de considerar que todos los negros son de tal o cual manera por esencia (aunque sea algo positivo), y de hacer ese tipo de diferenciación, de discriminación entre los tipos de piel, ya muestra un racismo larvado, subterráneo, pero presente, en el que se cree que el color de la piel o el origen étnico provocan que la gente sea de tal o cual manera por esencia.

Tampoco hace falta decir: "los judíos a los campos" para ser antisemita. El antisemitismo empieza cuando se dice: "los judíos sólo piensan en el dinero" o "los judíos son todos ávaros", porque se generalizan cualidades o defectos de algunos individuos a todos los miembros de un grupo, sin tomar en cuenta la individualidad de cada uno.

Con el sexismo, pasa algo similar, sólo que se divide la humanidad en dos: todos los hombres por un lado, todas las mujeres por el otro. Y se atribuye a cada grupo cualidades y defectos particulares: los hombres son violentos, las mujeres son dulces; los hombres son buenos en matemáticas, las mujeres son buenas comunicadoras; los hombres saben leer un mapa, las mujeres saben ocuparse de los bebés; los hombres cambian las ruedas de un auto, las mujeres cambian los pañales, etc.

Eso es sexismo, es decir, diferenciar por sexo (también llamado esencialismo: pensar que la gente es así o asá por esencia). O dicho de otra manera, discriminar por sexo.

¿En qué es malo eso?

Bueno, el hecho de pensar de esa manera binaria puede llevar a discriminaciones más problemáticas. Por ejemplo, si la persona es jefa de empresa y tiene que elegir entre dos candidatos: lo más probable es que se deje guiar por esas creencias estereotipadas sobre los sexos, y entre dos candidatos basará su elección en el sexo de la persona candidata y no en sus capacidades reales. Por ejemplo, para un trabajo en un jardín de infantes, elegirá de prepo a la mujer, sin siquiera tomarse la molestia de verificar si el hombre es mejor calificado o con mejores calidades para ese puesto. Lo mismo, para un puesto en que se necesite liderazgo, elegirá al hombre, más allá de las competencias reales y las posibilidades de cada uno.

O sea, el hecho de pensar que el sexo tiene necesariamente una influencia en el comportamiento y, sobre todo, tiene siempre el mismo tipo de influencia, puede llevar a acciones discriminatorias.

¿Quién es sexista?

Bueno, como dije, casi todos. No por maldad, no de manera voluntaria. No es que la gente se levanta un día y piensa: "OK, hoy voy a ser sexista porque soy una persona muy muy jodida".

Es el sistema el que es sexista y que hace que los individuos lo seamos también. Nacemos en ese sistema, somos criados en ese sistema, y no podemos ni criticarlo ni cuestionarlo por la buena y simple razón que  la mayoría de nosotrxs no nos percatamos de su existencia: creemos que esas cualidades y defectos atribuidos a cada sexo son naturales, están en la esencia de lo que es el "ser hombre" o el "ser mujer". Ni cuestionamos esas atribuciones, y nos asusta que alguien venga y diga: "Cuidado, las cosas no son así por esencia, no son así por naturaleza, nos lo imponen cultural, socialmente", porque entonces es todo nuestro sistema que se desmorona, y tenemos que volver a pensar de cero la humanidad. Entiendo que eso asuste, y que la gente lo rechace.

Entonces, el sexismo no es solamente violencia conyugal o violaciones. El sexismo es, también, privilegiar a una mujer en un puesto en un jardín de infantes por el solo hecho de ser mujer, sin siquiera ver las calificaciones de un eventual candidato varón.

Sexismo es decir a un niño que no llore porque eso es de niña.

Sexismo es regalar sistemáticamente muñecas a las nenas y juguetes viriles a los varones.

Sexismo es que los modelos de mujer u hombre que televisión, publicidad, carteles, cuentos, películas, etc. proponen a lxs niñxs sean estereotipados. 

Sexismo es decretar que cambiar una rueda de auto es de varón, y cambiar pañales, de mujer.

Sexismo es decretar que algunas cosas son para los varones, y algunas otras para las mujeres.

Sexismo es elegir poner a una mujer semi desnuda en un cartel publicitario para vender un yogur.

Sexismo es mostrar estereotipos en las publicidades, propagando esos estereotipos.

Y todo eso contribuye, a su vez, a la perpetuación del sexismo. Por eso digo que se trata de un sistema y que hay que atacarlo por todos lados a la vez: no solamente luchar contra el fenónemo de las violencias o violaciones, sino modificar todo el sistema de raíz, cambiando la educación, las mentalidades. De nada servirá tomar medidas contra las violaciones si no modificamos el sistema que, de alguna manera, avala el hecho de que muchos hombres se crean con el derecho de intervenir sobre el cuerpo de las mujeres (publicidades que van en ese sentido, idea de que cuando una mujer dice que "no", en realidad quiere decir que "sí", risas cuando un niño levanta la falda de una niña en lugar de explicarle que eso está mal, impunidad de los hombres que acosan a las mujeres con piropos, etc.).

Y por eso veo sexismo en todos lados: porque esa división de los seres humanos en dos categorías (hombre y mujer) impregna absolutamente todos los ámbitos de la sociedad.

De ese sistema, somos a la vez las víctimas y los cómplices.

Por eso mismo es tan difícil luchar contra ese sistema, porque sus propias víctimas son las que lo fomentan (mujeres incluidas), porque no tienen consciencia de su existencia. Estamos tan inmersos en el sistema que somos incapaces de verlo. Hace falta algo o alguien que nos abra los ojos.

A mí me abrió los ojos un foro feminista (que, lamentablemente, ya no existe) en que participaban decenas de personas, hombres, mujeres, heterosexuales, homosexuales, psicólogxs, sociólogxs, profesores, estudiantes, desocupadxs, amxs de casa, ingenierxs, periodistas, en fin, de todo. Yo llegué ahí con la idea de que a mí el machismo no me afectaba, que nunca había sido víctima de machismo, que había logrado pasar a través de sus garras, y que las personas que escribían acerca del sexismo exageraban y eran muy paranóicas. Hizo falta mucho trabajo de concientización para que me percatara de la realidad.

Muchas personas creen que por hablar de igualdad, vamos a borrar las diferencias entre los seres humanos y queremos una sociedad uniforme. Las mujeres deben ser mujeres, y los hombres, hombres, dicen.

Sin darse cuenta de que ellos promueven una sociedad binaria, en que existen solamente dos clases de personas, y nada más. En cambio yo, en mi lucha contra el sexismo, no es que quiero una sola clase de personas, no es que quiero que todos seamos como los hombres o que todos seamos como las mujeres: quiero seis mil millones de clases de personas, una clase por persona existente en el mundo, porque considero que cada individuo es un mundo aparte (cada persona es una especie en vías de extinción, dijo un comentarista aquí, porque cada una es única e irrepetible). O sea, la que promueve la diferenciación de los individuos soy yo. No quiero poner a la gente en dos casillas, hombre o mujer.  

Quiero que cada persona encuentre su propio camino, su propia individualidad, y si eso pasa por romper los esquemas, y que una mujer elija ser mecánica y un varón maestro jardinero, pues perfecto.

Y aparte, como dijo mucha gente antes que yo: "Lo contrario de la igualdad no es la diferencia. Es la desigualdad".

Por eso mismo es que no creo en el "feminismo de la diferencia". Porque nos sigue encerrando en estereotipos sexistas de los que hemos tardado siglos en deshacernos y que representan un backlash, una vuelta atrás, fenomenal.

Pero esta entrada ya se hace muy larga, así que desarrollaré otra acerca de feminismo de la igualdad Vs. feminismo de la diferencia en otra ocasión.

sábado, 1 de enero de 2011

Statu quo

Una primera entrada de 2011 un poco pesimista...

Treinta y cinco años nos separan de este video de la cineasta francesa Agnès Varda. Y sin embargo, todas las interrogaciones, preocupaciones, broncas que transmite siguen de actualidad, tanto en Francia como en Argentina: sigue habiendo publicidades sexistas, se sigue usando el cuerpo de la mujer como argumento de venta, se sigue considerando a las mujeres como objetos sexuales, etc. etc.

O sea, en 35 años, no hemos avanzado un centímetro en la lucha contra los estereotipos sexistas... Al contrario, me parece que en muchos aspectos hemos retrocedido.

Aunque no esté de acuerdo con la primera parte del video (no creo que ser mujer sea haber nacido en un cuerpo de mujer -¿qué hacemos con las travestis, transgénero, transexuales?-, ni tener una "cabeza de mujer", porque esto es un pensamiento esencialista), creo que plantea preguntas que siguen vigentes hoy: ¿toda mujer debe ser madre? ¿Qué es ser mujer? ¿Cómo ser mujer fuera del sistema sexista? ¿Cómo vivir nuestra sexualidad? ¿Cómo vivir en la contradicción constante entre santa y puta que nos impone el sistema sexista?



Que este video nos aliente a seguir luchando por el fin del sexismo en todas sus formas.
.