Poca gente sabe a qué me refiero cuando hablo de sexismo, sistema sexista, personas sexistas.
Muchas personas creen que el machismo es, simplemente, pensar que los hombres son superiores a las mujeres, que machistas son los hombres golpeadores y los violadores, y punto final.
Entonces, claro, dicen: "Yo no soy machista porque no soy golpeador ni violador, vos ves machismo en todos lados, estás paranóica, si decís que los hombres son machistas es porque ves en todo hombre un violador en potencia".
Entonces, aclaremos (y recomiendo enfáticamente la lectura de los enlaces que doy, para una mejor comprensión de lo que explico).
Primero, nunca dije que "los hombres" son machistas. Algunos hombres lo son. Algunas mujeres también. No todos. No todas. Aunque sí la mayoría, a mi entender, es cierto (la mayoría de los hombres Y la mayoría de las mujeres, aclaro).
Luego, al término "machismo", prefiero la palabra "sexismo".
Sigamos. ¿Qué es, entonces, el sexismo? ¿Por qué digo que la mayoría de las personas, hombres y mujeres, son sexistas?
Explicado de manera muy simplificada, el sexismo es la diferenciación de la gente en dos sexos bien distintos entre sí, a los que se atribuye cualidades o defectos bien determinados.
Es la idea de que lo biológico determina lo psicológico: tenés pito, entonces te tienen que gustar tal y cual cosa y actuar de tal o cual manera. Tenés vulva (aunque por lo general
no dicen "tenés vulva" sino "no tenés pito"), entonces te tienen que gustar esas otras cosas y actuar de esas otras maneras.
Si en lugar de "sexismo", hablo de "racismo", se entiende mejor. El racismo es considerar que la especie humana está dividida en varias razas (raza negra, raza blanca, etc.), y atribuir a cada raza cualidades o defectos determinados. Muchas veces, se extiende no sólo a razas, sino a orígenes étnicos: los negros son tontos, los judíos son ávaros, los argentinos son ladrones, los franceses huelen mal, etc. etc. No hace falta decir "hay que matar a todos los negros" para ser racista. El solo hecho de considerar que todos los negros son de tal o cual manera por esencia (aunque sea algo positivo), y de hacer ese tipo de diferenciación, de discriminación entre los tipos de piel, ya muestra un racismo larvado, subterráneo, pero presente, en el que se cree que el color de la piel o el origen étnico provocan que la gente sea de tal o cual manera por esencia.
Tampoco hace falta decir: "los judíos a los campos" para ser antisemita. El antisemitismo empieza cuando se dice: "los judíos sólo piensan en el dinero" o "los judíos son todos ávaros", porque se generalizan cualidades o defectos de algunos individuos a todos los miembros de un grupo, sin tomar en cuenta la individualidad de cada uno.
Con el sexismo, pasa algo similar, sólo que se divide la humanidad en dos: todos los hombres por un lado, todas las mujeres por el otro. Y se atribuye a cada grupo cualidades y defectos particulares: los hombres son violentos, las mujeres son dulces; los hombres son buenos en matemáticas, las mujeres son buenas comunicadoras; los hombres saben leer un mapa, las mujeres saben ocuparse de los bebés; los hombres cambian las ruedas de un auto, las mujeres cambian los pañales, etc.
Eso es sexismo, es decir,
diferenciar por sexo (también llamado
esencialismo:
pensar que la gente es así o asá por esencia). O dicho de otra manera,
discriminar por sexo.
¿En qué es malo eso?
Bueno, el hecho de pensar de esa manera binaria puede llevar a discriminaciones más problemáticas. Por ejemplo, si la persona es jefa de empresa y tiene que elegir entre dos candidatos: lo más probable es que se deje guiar por esas creencias estereotipadas sobre los sexos, y entre dos candidatos basará su elección en el sexo de la persona candidata y no en sus capacidades reales. Por ejemplo, para un trabajo en un jardín de infantes, elegirá de prepo a la mujer, sin siquiera tomarse la molestia de verificar si el hombre es mejor calificado o con mejores calidades para ese puesto. Lo mismo, para un puesto en que se necesite liderazgo, elegirá al hombre, más allá de las competencias reales y las posibilidades de cada uno.
O sea, el hecho de pensar que el sexo tiene necesariamente una influencia en el comportamiento y, sobre todo, tiene siempre el mismo tipo de influencia, puede llevar a acciones discriminatorias.
¿Quién es sexista?
Bueno, como dije, casi todos. No por maldad, no de manera voluntaria. No es que la gente se levanta un día y piensa: "OK, hoy voy a ser sexista porque soy una persona muy muy jodida".
Es
el sistema el que es sexista y que hace que los individuos lo seamos también. Nacemos en ese sistema, somos criados en ese sistema, y no podemos ni criticarlo ni cuestionarlo por la buena y simple razón que la mayoría de nosotrxs no nos percatamos de su existencia:
creemos que esas cualidades y defectos atribuidos a cada sexo son naturales, están en la esencia de lo que es el "ser hombre" o el "ser mujer". Ni cuestionamos esas atribuciones, y nos asusta que alguien venga y diga: "Cuidado, las cosas no son así por esencia, no son así por naturaleza, nos lo imponen cultural, socialmente", porque entonces
es todo nuestro sistema que se desmorona, y tenemos que volver a pensar de cero la humanidad. Entiendo que eso asuste, y que la gente lo rechace.
Entonces, el sexismo no es solamente violencia conyugal o violaciones. El sexismo es, también, privilegiar a una mujer en un puesto en un jardín de infantes por el solo hecho de ser mujer, sin siquiera ver las calificaciones de un eventual candidato varón.
Sexismo es decir a un niño que no llore porque eso es de niña.
Sexismo es regalar sistemáticamente muñecas a las nenas y juguetes viriles a los varones.
Sexismo es que los modelos de mujer u hombre que televisión, publicidad, carteles, cuentos, películas, etc. proponen a lxs niñxs sean estereotipados.
Sexismo es decretar que cambiar una rueda de auto es de varón, y cambiar pañales, de mujer.
Sexismo es decretar que algunas cosas son para los varones, y algunas otras para las mujeres.
Sexismo es elegir poner a una mujer semi desnuda en un cartel publicitario para vender un yogur.
Sexismo es mostrar estereotipos en las publicidades, propagando esos estereotipos.
Y todo eso contribuye, a su vez, a la perpetuación del sexismo. Por eso digo que se trata de un sistema y que
hay que atacarlo por todos lados a la vez: no solamente luchar contra el fenónemo de las violencias o violaciones, sino modificar todo el sistema de raíz, cambiando la educación, las mentalidades. De nada servirá tomar medidas contra las violaciones si no modificamos el sistema que, de alguna manera, avala el hecho de que muchos hombres se crean con el derecho de intervenir sobre el cuerpo de las mujeres (publicidades que van en ese sentido, idea de que cuando una mujer dice que "no", en realidad quiere decir que "sí", risas cuando
un niño levanta la falda de una niña en lugar de explicarle que eso está mal, impunidad de los hombres que acosan a las mujeres con piropos, etc.).
Y por eso veo sexismo en todos lados: porque esa división de los seres humanos en dos categorías (hombre y mujer) impregna absolutamente todos los ámbitos de la sociedad.
De ese sistema, somos a la vez las víctimas y los cómplices.
Por eso mismo es tan difícil luchar contra ese sistema, porque sus propias víctimas son las que lo fomentan (
mujeres incluidas), porque no tienen consciencia de su existencia.
Estamos tan inmersos en el sistema que somos incapaces de verlo. Hace falta algo o alguien que nos abra los ojos.
A mí me abrió los ojos un foro feminista (que, lamentablemente, ya no existe) en que participaban decenas de personas, hombres, mujeres, heterosexuales, homosexuales, psicólogxs, sociólogxs, profesores, estudiantes, desocupadxs, amxs de casa, ingenierxs, periodistas, en fin, de todo. Yo llegué ahí con la idea de que a mí el machismo no me afectaba, que nunca había sido víctima de machismo, que había logrado pasar a través de sus garras, y que las personas que escribían acerca del sexismo exageraban y eran muy paranóicas. Hizo falta mucho trabajo de concientización para que me percatara de la realidad.
Muchas personas creen que por hablar de igualdad, vamos a borrar las diferencias entre los seres humanos y queremos una sociedad uniforme. Las mujeres deben ser mujeres, y los hombres, hombres, dicen.
Sin darse cuenta de que ellos promueven una
sociedad binaria, en que existen solamente dos clases de personas, y nada más. En cambio yo, en mi lucha contra el sexismo, no es que quiero una sola clase de personas, no es que quiero que todos seamos como los hombres o que todos seamos como las mujeres:
quiero seis mil millones de clases de personas, una clase por persona existente en el mundo, porque considero que
cada individuo es un mundo aparte (cada persona es una especie en vías de extinción, dijo un comentarista aquí, porque cada una es única e irrepetible). O sea, la que promueve la diferenciación de los individuos soy yo. No quiero poner a la gente en dos casillas, hombre o mujer.
Quiero que cada persona encuentre su propio camino, su propia individualidad, y si eso pasa por romper los esquemas, y que una mujer elija ser mecánica y un varón maestro jardinero, pues perfecto.
Y aparte, como dijo mucha gente antes que yo: "Lo contrario de la igualdad no es la diferencia. Es la desigualdad".
Por eso mismo es que no creo en el "feminismo de la diferencia". Porque nos sigue encerrando en estereotipos sexistas de los que hemos tardado siglos en deshacernos y que representan un backlash, una vuelta atrás, fenomenal.
Pero esta entrada ya se hace muy larga, así que desarrollaré otra acerca de feminismo de la igualdad Vs. feminismo de la diferencia en otra ocasión.