Según un estudio reciente que involucró a 6.000 mujeres, las mamás, aunque trabajen, se ocupan de sus hijxs durante 9 (nueve) horas diarias.
¿Y los papás?
Los papás, bien, gracias. Rascándose los huevos, mirando un partido de fútbol, tomando mate con amigos, durmiendo... Taaaantas cosas interesantes se pueden hacer durante 9 horas diarias, fuera del horario laboral, aparte de ocuparse de lxs hijxs...
El 36% de las mujeres aseguró que le gustaría que su pareja estuviera "un poco o mucho más involucrado en la crianza de los hijos".
No me digas...
Personalmente, me parecía un poco delirante eso de las 9 horas. Pero me puse a hacer cálculos. Si descontamos 8 horas de trabajo, 1 hora de transporte, y al menos 6 horas de sueño, quedan... bueno, sí, quedan 9 horas en el día... Sabiendo que, muchas veces, las mamás se levantan a la noche cuando llora el bebé, y no duermen noches completas.
Pero aunque fuera la mitad, aunque fueran 4 horas diarias, ¿qué padre pasa tanto tiempo ocupándose realmente de sus hijxs, aparte de "jugando" con ellxs o "llevándolxs a la escuela", como dice la encuesta? ¿Qué padre se levanta sistemáticamente a la noche? ¿Qué padre falta al trabajo para cuidar al nene enfermo? ¿Qué padre sabe cuándo faltan medias limpias, se encarga de comprar ropa, de tomar la temperatura, de pensar en llevar crema protectora en verano?
No dudo de que esos padres existan, de hecho, conozco algunos. Pero estadísticamente, son una ínfima minoría, que no son representantes de la realidad.
En Francia, se calculó que en los últimos 25 años, las mujeres han bajado el tiempo que dedican a las tareas domésticas y al cuidado de lxs hijxs en media hora diaria.
Los varones, en cambio, han aumentado el tiempo que dedican a las tareas del hogar y a sus hijxs en... ¡10 minutos! ¡Diez minutos más por día! Y la diferencia entre varones y mujeres sigue siendo del simple al doble. Y luego se rasgan las vestiduras hablando de lo mucho que se ocupan de sus hijxs, porque alguna vez cambian un pañal...
Recuerdo un amigo que decía: "Cuando estoy en casa, no permito que nadie más que yo le cambie los pañales a mi hija".
Y todxs quedaban embobadxs ante ese padre taaaan dedicado. "Qué suerte que tiene tu esposa", decían.
Sí. Mucha suerte. Excepto que el secreto de la cosa estaba en el "cuando estoy en casa". El amigo en cuestión estaba en su casa desde las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde, más o menos, durmiendo entre las 6 y las 13... No cambió un minuto de su agenda laboral con el nacimiento de sus hijas, no bajó un solo cambio, y continuó su vida como si nada hubiera pasado.
Eso sí: ¡qué suerte que tiene su esposa!
Son los mismos que, luego de una separación, se quejan de ser despojados de su casa y de no tener custodia compartida. ¡Ahora quieren custodia compartida! ¿Para qué, además de para joder a su ex? Digo, ¿dónde estaban a la hora de compartir la crianza, estando en pareja?
Si son capaces de tener custodia compartida y ocuparse de sus hijxs una vez separados, ¿por qué mierda no lo hacían cuando estaban en pareja?
Ahora bien, soy consciente de que gran parte de esa indolencia a la hora de ocuparse de sus hijxs viene de la educación sexista que todas y todos recibimos, y que dice que las mujeres son más aptas que los varones en esas cosas del cuidado de lxs niñxs, y que los varones tienen la obligación de traer el dinero a casa, y, por ende, trabajar más (y no menos, como se podría esperar) cuando nacen lxs hijxs.
El resultado es que muchas mujeres se niegan a delegar a la hora del cuidado diario, y muchos varones creen sinceramente que no sirven para eso, y que la "naturaleza" dio a las mujeres un "plus" genético para entender a los bebés, interpretar sus llantos, cambiar pañales o despertarse a la noche.
Pero ya es hora de que tanto los varones como las mujeres abran los ojos sobre la realidad: nadie viene preparado genéticamente para cambiar un pañal o saber por qué llora un bebé.
Es cuestión de hacer un esfuerzo, y de querer hacerlo.
Ahora bien, soy consciente de que gran parte de esa indolencia a la hora de ocuparse de sus hijxs viene de la educación sexista que todas y todos recibimos, y que dice que las mujeres son más aptas que los varones en esas cosas del cuidado de lxs niñxs, y que los varones tienen la obligación de traer el dinero a casa, y, por ende, trabajar más (y no menos, como se podría esperar) cuando nacen lxs hijxs.
El resultado es que muchas mujeres se niegan a delegar a la hora del cuidado diario, y muchos varones creen sinceramente que no sirven para eso, y que la "naturaleza" dio a las mujeres un "plus" genético para entender a los bebés, interpretar sus llantos, cambiar pañales o despertarse a la noche.
Pero ya es hora de que tanto los varones como las mujeres abran los ojos sobre la realidad: nadie viene preparado genéticamente para cambiar un pañal o saber por qué llora un bebé.
Es cuestión de hacer un esfuerzo, y de querer hacerlo.