Enseguida, por supuesto, se desató la polémica, y en particular, las voces de quienes se oponen a que las mujeres puedan elegir.
Es hora, entonces, de aclarar algunos conceptos básicos.
El gran argumento de lxs "pro-vida" (paréntesis aparte, habría que entregar un premio del mejor marketing a la persona que tuvo la idea de llamar a los anti-derechos "pro-vida", dejando a las personas que están a favor de la posibilidad de elegir el lugar de "pro-muerte"), su gran argumento, decía, es que no se puede abortar porque hay vida desde la mismísima fecundación del óvulo por un espermatozoide.
Y estoy de acuerdo. Tienen razón. Hay vida.
El problema es que confunden el concepto de "vida" con el concepto de "sujeto", "persona" o "ser humano".
Vida hay desde la concepción, estamos perfectamente de acuerdo. Es más: lxs anti-derechos se quedan muy, pero muy cortxs: vida hay desde mucho antes.
Vida hay en un óvulo, en un espermatozoide. Ambos son seres vivos, están compuestos por células vivas.
Si lxs anti-derechos fueran rigurosxs, deberían pedir la prohibición de la masturbación, porque en cada paja ocurre un verdadero genocidio, en que millones y millones de espermatozoides son aniquilados de golpe, sin que nadie piense en ellos nunca.
Son seres vivos que terminan en el inodoro en un santiamén. Y nadie se inmuta.
Bueno, en realidad, sí: algunas organizaciones anti-derechos de España han pedido que la masturbación sea considerada un crimen: "Si se acepta que los anticonceptivos son pro-abortivos debido a que representan una barrera física o química para que una vida humana llegue a su concepción, entonces
debemos de aceptar que las masturbación es claramente una forma de aborto también", se atrevió Alicia Latorre, presidenta nacional de la Federación de Asociaciones Provida de España y de Adevida Cuenca.
[Edit del 27/09: me señalan que caí en las trampas de los hoax, esas falsas noticias que circulan en Internet, y que esta información es falsa. Igualmente la masturbación es un acto condenado por la Iglesia y no me extrañaría que algunx de sus fanáticxs lo piense en serio.]
Hay que reconocer la lógica del asunto. Y de hecho, me parece más entendible esa postura: si hay que prohibir el aborto porque hay vida en un cigoto, entonces hay que prohibir la masturbación porque hay vida en un espermatozoide.
Es más: habría que obligar a todas las mujeres a ser fecundadas ni bien ovulan, porque la menstruación vendría también a ser la muerte de un óvulo, que es otro ser vivo, que termina agarrado a un tampón, derramado en una toallita o vertido en una
copa menstrual...
Ahora, el verdadero debate, como vemos, no está en si hay vida desde la concepción, cosa que nadie niega, ni siquiera las personas que están a favor del aborto legal. Esto es un hecho científico: un cigoto, un embrión, están tan vivos como el óvulo y el espermatozoide que permitieron su génesis.
El debate reside en saber cuándo se puede hablar de "sujeto", de "persona", de "ser humano" con derechos.
Y ahí ya no estamos hablando de ciencia, porque el concepto de "sujeto" no es un concepto científico que la ciencia pueda definir.
La ciencia puede decir que un cigoto es un ser vivo. Pero no puede definir si ese cigoto es un ser sujeto de derechos. Esto lo decide la moral, la filosofía, la cultura, y es distinto según las épocas y los lugares.
Una misma institución puede decretar que un embrión es una persona recién a los dos meses de embarazo, y de un día para el otro, decretar que en realidad, es una persona en el momento mismo de la concepción.
Fue el caso de la Iglesia: sólo desde 1869 es que el Vaticano excomulga a quien abortó o ayudó a abortar en cualquier momento del embarazo, porque considera que el embrión se convierte en un ser humano (lo que llama la "hominización") desde el mismo momento de la concepción.
Pero no siempre ha sido así. La mayoría de los teólogos del Medioevo, San Agustín inclusive, consideraban que un alma no podía habitar un cuerpo que no estaba completamente formado, y que la hominización sólo tenía lugar 40 días después de la concepción para los varones, y 80 días (casi tres meses) para las mujeres.
Santo Tomás de Aquino pensaba que el aborto no era un homicidio a menos que el feto ya estuviera unido al alma. En 1591, Gregorio XVI distinguió el feto "animado" (con alma) del feto "inanimado" y consideró que si se abortaba a este último, entonces no se aplicaba la excomunión.
Esta doctrina perduró hasta 1869. Hoy día, la Iglesia considera que es la fecundación del óvulo por el espermatozoide que marca la aparición del ser humano con alma, aunque la práctica no siempre siga la doctrina: por ejemplo, no se bautiza de manera sistemática a los fetos en caso de aborto espontáneo. Una actitud completamente ilógica.
O sea, hablar de "sujeto" es algo muy subjetivo y que depende de las culturas y de las épocas, no de la ciencia.
Pero lxs anti-derechos son muy hábiles: mezclan un concepto científico, el de la vida, con un concepto filosófico, el del sujeto, para decretar que la mismísima ciencia demuestra que hay un ser humano sujeto de derechos desde la concepción.
Para la "personificación" del cigoto y del embrión, hacen creer que no se apoyan en un dogma religioso (porque saben que eso de la religión ya no tiene mucho quórum) sino en un supuesto dato científico, y por ende indiscutible (aunque la ciencia se caracterice precisamente por la posibilidad de que los datos sean verificables, y por ende, discutibles...).
Y para redondear la ilusión de apoyarse en la ciencia y no en un dogma, hablan del ADN, del hecho (real) de que las primeras células del cigoto ya llevan el genoma completo del nuevo ser, distinto del de sus genitores: y así, pim pum pam, "demuestran" que un embrión es una persona.
Todo muy científico. Pero que no dice nada sobre cuándo ese conjunto de células se convierte en un "sujeto".
Por la simple razón de que ahí ya no estamos hablando de conceptos científicos, sino filosóficos.
Y así como un óvulo no es un ser humano, así como un huevo no es una gallina, así como una semilla no es un árbol (y, como irónicamente subrayaron en España luego de la retirada del anteproyecto que ilegalizaba el aborto, "un proyecto de ley no es una ley"), se puede considerar perfectamente que un embrión no es un ser humano.
Ahora, cada unx es libre de considerar que un cigoto sí lo es, y una mujer puede no querer abortar porque sentiría que está matando a alguien.
Lo que no se puede es pretender que esto sea una verdad científica, e imponer esa creencia, esa convicción, esa ideología, al resto de las personas, que no necesariamente la comparten.
Al ser el aborto ilegal, se impone una convicción personal al resto de la humanidad. Al ser el aborto legal, no se impone nada a nadie: cada cual vive de acuerdo a sus ideas, nadie obliga a nadie a hacer cosas que no estén acordes con sus convicciones: de eso se trata el derecho a elegir.