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miércoles, 17 de junio de 2015

Los hombres no pueden ser violados... dicen los machistas

Hoy salió publicada en La Nación una nota que cuenta que una ex porrista de 48 años violó a un chico de 15 años en Estados Unidos luego de alcoholizarlo.

Ahora enfrenta un cargo de 15 años de cárcel, bien merecidos, pues claramente se trata de una violación que debe ser castigada con todas las de la ley.

Ahora, ¿qué les parece que pasa con los comentarios debajo de la nota? ¿Salen feminazis histéricas con baba en la boca a reírse del caso y decir que no se trata de una violación?

Pues no. Pero sí salieron VARONES a reírse del caso y decir que no se trata de una violación, y escribir cosas como (cito textual):
¿Le hizo sexo oral HASTA en 2 ocasiones? ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!! ¡Que injusta la vida!!!
Mamita, en donde estabas cuando yo tenia 15 años!!
¡LPM! ¡Que suerte que tienen algunos!!!!! y uno pasando misheria...
todavia no intentaron hacer una reconstruccion del hecho?
Alto botón el pibe...
mas que boton, medio bolu..do, sabes como me callo la boca y me sigo haciendo tirar el gomon con la vete
yo la obligo a la vieja hacer degeneraciones!!!
uuuhh saltaron los derechos humanos, yo cuando cumpla 40 quiero tener sexo con una de 16... ya estoy juntando plata.
La ONU debería considerarlo un Derecho Humano.
En mi época ninguna vete quería violarme. seguro el pendex la paso mal.
Que me viole todos los dias,yo no me ofendo,tengo pelo,todos los dientes (no postizos) y peso 75 kg.
Estoy harto de ver noticias de mujeres violando chicos, lo único que me pregunto es por que nunca me tocó a mi?
Organicé una manifestación contra las violaciones de mujeres a los hombres: por ahora somos 4 (con 536.218 de rechazos a la propuesta)
Pensar q yo pago por algo 10 veces peor. El mundo está al revés.
Eso es mucha suerte que lo coja una hembra de essas tan buena que se veee yo encantado de andar debajo de ese coño
Pero por favor!! A un pibe de 15, con las hormonas en estado de erupción no lo viola una mi na así!! O el pibe es gay o la denuncia la hizo la mamá, flor de amarga!!!
Porque a mi no me pasan esas cosas, que me hubiese violado una veterana asi, !mamita! le hubiese dicho, violame de vuelta o te denuncio.
¡No me Jo.dan! El Pendex descubrió que era Gay sino no se entiende...
El pibe chocho de contento. Haberla denunciado es un ma ri cón. Alta milf! Le sopló la vela dos veces la milf y todavia se queja a los 15 añitos????
¿No era que las feminazis niegan que los varones pueden ser violados? Y resulta que no son las feministas las que lo niegan, sino el propio machismo, tal como lo había comentado ya en esta entrada anterior.

Lo más gracioso es que uno de los comentaristas dice, en tono irónico: "Seguro que las ligas feministas tomaron cartas en el asunto" a lo cual otro le contestó: "Están estudiando el caso. Seguro que van a decir que el culpable es el chico por portación de pene."

Ese fue el mismo que, un rato antes, había escrito: "La ONU debería considerarlo un Derecho Humano", "Que envidia" o "¿Cuánto hay que pagar para que una mujer lo violen a uno"... Una lógica implacable: acuso a las feministas de echar la culpa al pibe, pero yo niego que esto sea una violación. 

Resulta que el feminismo considera que CUALQUIER relación sexual IMPUESTA, sea de varón a mujer, de mujer a varón, de varón a varón o de mujer a mujer (cis o trans) es una violación y debe ser castigada.

Los que lo niegan son los propios machistas, que consideran imposible que un varón de verdad se niegue a tener relaciones sexuales con una mujer (caso contrario, es gay). Lógica machirula en todo su esplendor.

miércoles, 12 de junio de 2013

Todxs somos responsables del asesinato
de Ángeles Rawson

En estos días, Argentina está conmocionada tras el descubrimiento del cadáver de una adolescente de 16 años, Ángeles Rawson, en un basural, con signos de haber sido violada y estrangulada, un día después de que su familia señalara su desaparición.

Todxs se elevan, por supuesto, contra este horrendo crimen, y reclaman justicia.

Pero la mayoría, su padre incluido, lo atribuyen a la "inseguridad" en las calles del país, a la corrupción, y más generalmente, a la inoperancia del gobierno de Cristina Fernández. "Hay que ser responsable a la hora de votar y acordarnos de todo esto a la hora de votar", dijo Franklin Rawson por la radio.

Pero Ángeles Rawson no fue víctima de circunstancias socio-político-económicas particulares. No fue víctima de políticas de seguridad mal llevadas. No fue víctima de la pobreza o de la miseria. 

Ángeles Rawson no fue víctima de la "ola de inseguridad".

Ángeles Rawson fue víctima de nosotrxs mismxs. Víctima de una sociedad patriarcal que otorga a los varones poder sobre las mujeres. Víctima de la dominación masculina todavía vigente, y que nos negamos a ver, prefiriendo atribuir este crimen a un "enfermo" o un "monstruo".


Ver al violador y asesino de Ángeles como un enfermo es eximirlo de culpa. A un enfermo no se lo encierra en una cárcel: se lo pone en un psiquiátrico para tratar de curarlo.

Pero además, verlo como un enfermo, alguien fuera de las normas, fuera "de sí", fuera del mundo "normal", nos exime a nosotrxs de la responsabilidad, como sociedad, en la fabricación de varones violentos, golpeadores, acosadores, violadores, asesinos de mujeres.

El asesino de Ángeles Rawson no es ningún enfermo. Es el resultado de una sociedad que enseña a sus niños que el cuerpo de las mujeres es un bien de consumo, está a su disposición, y sólo hace falta que se acerquen para usarlo.

Una sociedad que se ríe con ternura cuando ve a un niño levantar la falda de una niña, sin explicarle jamás la noción de consentimiento y sin hacerle entender que esto está mal.

Una sociedad que usa el cuerpo desnudo de las mujeres para vender desde un jabón hasta un auto, mostrando a lxs niñxs que el cuerpo de las mujeres está ahí, disponible para todxs, y en particular para los varones.

Una sociedad que eleva el "piropo" al rango de halago en lugar de verlo como un acoso y una agresión.

Una sociedad que no entiende que entre un "piropo" y lo que le pasó a esta pobre muchacha, sólo hay una cuestión de grados, no de naturaleza

Una sociedad que no entiende que el mismo mecanismo que da permiso a los varones a decirle a una chica en la calle "chupámela toda" o "qué linda que sos, mamita", es el que le da permiso para violar y matar: este cuerpo es mío porque es mujer y soy varón.

Somos capaces de ver en una violación un acto de dominación masculina, de atribuirla a la violencia de género. Pero no somos capaces de entender que el acoso callejero y la violación parten de la misma base, la que otorga a los varones el derecho de opinar, actuar, apropiarse del cuerpo y la intimidad de las mujeres.

Ni un "piropeador" ni un violador son monstruos. Ambos aplican de manera muy obediente el discurso patriarcal y la educación recibida a través de todas las instancias sociabilizadoras. La única diferencia es cuán lejos llega cada uno.

La violencia de género no entiende de gobiernos, de política, ni siquiera de países. Este mismo tipo de violencia ocurre en el resto de América Latina, en Estados Unidos, en Canadá, en España, en Francia, en Inglaterra, en Italia... por hablar solamente de los países occidentales.

Y esto seguirá ocurriendo mientras eduquemos a nuestrxs hijxs con estereotipos de género, chistes sexistas, publicidades sexistas, lenguaje sexista, acoso callejero, que alientan a pensar que, de cierto modo, el cuerpo de las mujeres pertenece al ámbito público, y que existe una dicotomía santa/puta que protege a las virtuosas y condena a "las otras".

Por eso mismo este crimen es tan inaceptable para muchxs. Hay que escuchar decir que Ángeles era "una chica bien", "un ángel", como si ser una atorranta justificara que la violen y maten salvajemente.

Por más que Ángeles hubiera sido la última de las putas, su crimen habría sido igual de horrendo, de espantoso, de condenable.

Extrañamente, cuando violan y asesinan a putas, nadie sale a la calle a reclamar por justicia ni se moviliza en las redes sociales para condenar el crimen. Y eso que ha ocurrido, mucho más de lo que creemos.

Porque tenemos integrada la idea de que una mujer tiene que ser una santa si quiere ser respetada.

El machismo está dentro de nosotrxs. De todxs nosotrxs. El solo hecho de indignarnos tan masivamente ante este horrible crimen, y no ante el de mujeres menos "virtuosas", muestra que, como sociedad, somos parte del mismo mecanismo que llevó a la muerte de Ángeles Rawson.

El feminismo, que lucha contra estos estereotipos, nunca ha matado a nadie.

El machismo mata TODOS los días. Y seguirá matando mientras no derribemos al patriarcado.

martes, 23 de abril de 2013

Varones, en peligro de extinción

Drama universal: parece que dentro de 5 millones de años, los varones habrán desaparecido.

Eso dicen varias notas periodísticas, que usan títulos bien amarillistas del tipo: "Alarma mundial: hombres, en peligro de extinción".

La noticia es la siguiente: una científica autraliana anunció que los varones desaparecerán dentro de 5 o 6 millones de años, porque disponen de un solo tipo de cromosoma Y (al ser ellos XY) y, por lo tanto, no pueden reemplazar las partes dañadas cuando es necesario.

Las mujeres, en cambio, al disponer de dos cromosomas X (XX), tienen la ventaja de poder sustituir genes dañados.

Resultado: ya hoy en día, las mujeres tienen más de 1000 genes, y los pobres varones, menos de 100.

Ergo, afirma la científica: en 5 o 6 millones de años, los varones habrán desaparecido.

Y yo pregunto: ¿¿y??

Digo, me imagino que en ese tiempo, por eso de la adaptación y de la evolución, la humanidad habrá encontrado la manera de reproducirse de otra manera, o sea, esto no será el fin de los seres humanos.

Lo más probable es que, de hecho, las mujeres tampoco sigan existiendo tal y como las conocemos ahora, ellas también deberán adaptarse para poder seguir reproduciéndose, o sea, no sería la desaparición de los varones, sino la adaptación de todos los seres humanos a una nueva realidad.

Por lo demás, las categorías binarias sexuales son una construcción social. En realidad, como expliqué largo y tendido en otra entrada, hay más que sólo dos sexos.

Fotomontaje
La humanidad decidió categorizarnos a todxs en un sistema binario, de acuerdo a órganos genitales visibles, de varones por un lado (pene, testículos) y mujeres por el otro (vulva, mamas desarrolladas).

Pero como vimos, la realidad cromosómica es mucho más compleja. Entre el 1 y el 4% de lxs niñxs carecen de un sexo completamente definido. Y de acuerdo a algunxs científicxs, muchísima gente (entre un 5 y un 15%) probablemente tenga algún gen que no corresponda exactamente a lo que hemos definido como "varón" o "mujer".

O sea, esas categorías son artificiales y sólo llevan a la discriminación. Lo importante es que todxs somos humanxs, y lo más probable es que dentro de 5 millones de años, la especie se habrá adaptado para seguir reproduciéndose sin esa binariedad de los sexos.

Es un poco como si alguien sacara un artículo diciendo: "Alerta mundial: por el creciente número de parejas mixtas, en mil años habrán desaparecido los blancos".

¿Y? ¿A quién le importaría? Aparte de a algunxs racistas recalcitrantes y subnormales que siguen creyendo en la existencia de "razas" humanas, a nadie.

Pues lo mismo con los sexos, otra categorización arbitraria: ¿a quién le importa que desaparezcan los varones o las mujeres, si esas categorías no representan nada real?

Seguirá habiendo seres humanos, que no serán definidxs por su sexo, y todxs felices comiendo perdrices.

sábado, 12 de febrero de 2011

La vacuna contra el VPH, un gran negocio

Hace unos días, la Presidencia de la Nación argentina anunció con bombos y platillos que se incluiría, en el calendario oficial de vacunas y para las niñas a partir de 11 años, la vacuna contra el VPH (virus de papiloma humano). Esto quiere decir que la vacuna será obligatoria y gratuita para todas las niñas de 11 años.

Este virus provoca la inmensa mayoría de los casos de cáncer de cuello de útero (casi el 100%).

Se trata de un virus extremadamente contagioso, por vía sexual principalmente, pero no solamente (también se puede contraer el virus intercambiando toallas, por ejemplo), con el que el 90% de la población ha estado en contacto alguna vez en su vida, y que tiene más de cien cepas distintas. Solamente unas quince son oncógenas (pueden provocar cáncer).

Las otras provocan verrugas en la piel, las mucosas, etc., y aparte de ser antiestéticas o molestas, no son peligrosas. Se sacan con distintos métodos como ácido tricloroacético, láser o crioterapia (las lesiones provocadas por cepas oncógenas se tratan de la misma manera).

Esta vacuna, dijo Cristina Fernández, citada por el diario La Nación, debería "permitir que con el tiempo se elimine en un 98 por ciento el cáncer producido por el VPH". Perfil, por su lado, la cita diciendo que permitirá "que con el tiempo se pueda eliminar" el virus, que en "98 o 99 por ciento de los casos produce cáncer".

Esta última frase es un poco más acertada, pero en ambos casos, se trata, lisa y llanamente, de una mentira total y absoluta.

En ningún caso la vacuna permitirá eliminar el virus. Ni en un 98%, ni en un 90%, ni en un 80%.

Una de las dos vacunas existentes en el mercado sólo protege contra cuatro cepas oncógenas. La otra, sólo contra dos. Quiere decir que, aún vacunadas con la vacuna que protege contra cuatro cepas, las mujeres se podrán contagiar con las otras cepas oncógenas. Sólo estarán cubiertas en un 70% más o menos.

Pero al recibir la vacuna, es muy probable que esas chicas piensen que están protegidas y no se hagan los controles necesarios (papanicolau -citología- y colposcopía) para verificar que no se hayan contagiado con las otras cepas. Y es posible que tampoco se cuiden con preservativos ("total, estoy protegida"), con lo cual aumentarán los casos de otras enfermedades sexualmente transmisibles (ETS) y los embarazos no deseados.

La inclusión de esta vacuna en el calendario oficial es un debate en muchos países. Por ahora, pocos la han incluido (sólo Estados Unidos, España, Reino Unido y Panamá), precisamente por ese problema.

También hay muchas dudas acerca de sus efectos colaterales. Y tampoco se sabe cuánto tiempo dura el efecto de la vacuna. Si se vacunan chicas de 11 años, es muy probable que habrá que hacer refuerzos regularmente, y tampoco se conocen los efectos de los refuerzos, ni cuándo hay que darlos, ni nada por el estilo.

En los países nórdicos, se ha logrado bajar la tasa de incidencia de cáncer de cuello del útero a casi el 0%, mucho antes de que apareciera la vacuna, con campañas adecuadas de prevención por el método ultra sencillo de papanicolau y colposcopía regulares.

Con un pap por año, no hay manera de desarrollar el cáncer: desde el momento en que aparecen los primeros síntomas hasta el cáncer, pueden pasar muchos años. O sea que haciéndose una citología todos los años, y tratando los síntomas cuando aparecen, es prácticamente imposible desarrollar un cáncer.

Pero claro, con eso no hacemos negocios con un laboratorio que gana fortunas con una vacuna (las tres dosis salen 3000 pesos)...

Es mucho más fácil, y redituable políticamente (aunque es posible que el Gobierno lo haya hecho por ignorancia, influenciados por poderosísimos laboratorios que tienen toda la plata necesaria para hacer lobbying), anunciar que la vacuna será gratuita y que con eso nos libraremos del cáncer del cuello de útero (mortal solamente en el 0,3% de los casos), que hacer campañas y seguimientos adecuados para que todas las mujeres que iniciaron su vida sexual se hagan un papanicolau y una colposcopía regularmente (procedimientos sencillos y, sobre todo, muy baratos... mucho más baratos que cualquiera de esas vacunas).

Para más información, les recomiendo esta lectura y esta otra.

PD escrito un poco más tarde: me doy cuenta de que hay algo que expliqué mal: las cepas oncógenas del virus no producen cáncer en el 98% de los casos. Por el contrario, en la inmensa mayoría de los casos, el sistema inmunológico de las mujeres elimina el virus y ni se enteran de que lo tuvieron alguna vez. Son muy poquitos los casos en que se producen lesiones, y, como lo dije antes, hacen falta muchos años antes de que se vuelvan cancerosas. Pero visiblemente, el dinero está, ya que esa campaña masiva va a costar una verdadera fortuna al Estado.
Lo único bueno de la vacunación (obviando los posibles efectos colaterales, sobre los que, insisto, no se sabe nada), sería si viniera acompañada por una agresiva campaña para que las mujeres se hagan citologías regularmente. Tengo mis serias dudas al respecto...

jueves, 10 de febrero de 2011

¿Qué de las mujeres en Egipto?

Parece que en las multitudinarias manifestaciones en Egipto, las mujeres también salieron a la calle, a pedir por más democracia.

No sé bien si lo van a conseguir, pero de algo estoy segura: no habrá real democracia sin libertad e igualdad para las mujeres, garantizadas en la Constitución.

Pero por ello mismo, me preocupo. Luego de esta revuelta popular, ¿el derecho de las mujeres será reconocido en la Constitución? ¿O sucederá como en Irán en 1979 y retrocederá?

Estoy escuchando aquí y allá que la Hermandad Musulmana es un grupo "moderado". ¿Moderado con quién? Seguramente no con las mujeres. Aseguran que, si llegan al poder, no obligarán a las mujeres a llevar el velo. Todo bien con esa promesa. Pero yo no les creo nada. Fueron más que evasivos a la hora de hablar del papel de las mujeres en la sociedad. Y su historial no habla demasiado de un grupo muy igualitario que digamos.

Entonces tengo miedo. Tengo miedo a que los poderes religiosos y sectarios recuperen la rebelión popular y, como sucedió en Irán, los derechos de las mujeres retrocedan drásticamente con la imposición de la charia, la ley islámica.

Ojalá no suceda. Ojalá sea yo la pesimista de siempre. Ojalá el tiempo y las circunstancias me muestren lo equivocada que estaba.

Pero por ahora, tengo miedo.
.

domingo, 15 de agosto de 2010

La ciencia, también influenciada por el machismo

Gracias a antropólogos muy serios, todos y todas sabemos que los hombres prehistóricos salían a cazar el mamut mientras las mujeres prehistóricas se quedaban tranquilitas en la cueva pintando boludeces en las paredes, alimentando el fuego, cocinando y amamantando a su prole (y no digo planchando porque en ese entonces no había electricidad...).

Oh casualidad, esa imagen ideal de la familia ideal, con papá afuera, mamá adentro, e hijitos agarrados de sus polleras, fue construida por antropólogos varones, que no escapaban al machismo de su época. O sea, vieron lo que quisieron ver.

Resulta que en cuanto aparecieron científicas mujeres con alguna idea de igualdad de género, las cosas cambiaron, y estudios no menos serios mostraron que las mujeres no se quedaban fregando en la cueva, sino que salían a recolectar frutos, a cazar animales pequeños, en fin, no se quedaban encerradas entre las cuatro paredes de su hogar, sino que eran tan activas como sus activos machos.

Sin embargo, esos estudios jamás alcanzaron la popularidad de los que aseguran tajantemente que los varones tienen mejor ubicación en el espacio porque sus antepasados salían a grandes terrenos a cazar el mamut, y que las mujeres ubican mejor al frasco de mayonesa en la heladera porque eran las encargadas del orden en la cueva (creo que es más o menos lo que sostiene John Gray en Los hombres vienen de Marte y las mujeres de Venus, aunque no lo puedo asegurar porque no tuve el coraje de leer semejante bazofia esencialista y sexista).

Resultado: la gente como usted y yo sigue pensando que las mujeres no salían a cazar y que por eso hoy en día no tienen sentido de la orientación.

Otro mandato casi imposible de derrocar en las mentalidades de la gente: la teoría del macho dominante. A partir del momento en que mujeres se pusieron a analizar el comportamiento de los animales, sin el sesgo machista imperante en la época, descubrieron que no era tan así como decían sus colegas masculinos. Y que había una buena dosis de antropomorfismo (tendencia a a atribuir rasgos y cualidades humanos a las cosas) en los estudios de muchos científicos de renombre.

Quería compartir con ustedes una nota encontrada en el diario Le Monde, acerca, justamente de cómo influye la cultura, la pertenencia a un género y el sexismo, en las investigaciones y las conclusiones científicas. Y cómo, entonces, nuestras certezas sobre el comportamiento animal o los humanos prehistóricos no son tan certeras.

La nota fue escrita por la periodista Catherine Vincent y publicada el 8 de agosto de 2009. La traducción la hice yo. Sabrán disculpar los galicismos...

Ciencia del sexo, y sexo de las ciencias
Por Catherine Vincent
Le Monde, 08-08-2010
Masculino, femenino: ¿cómo ser neutro en este terreno de estudio, cuando el o la que lo aborda se reconoce necesariamente en uno u otro sexo? Reconozcámoslo: la propia autora de estas líneas no escapó a la regla. Los investigadores tampoco. Sea cual sea su voluntad, la ciencia no es nunca completamente "objetiva" cuando concierne, de lejos o de cerca, la diferencia entre los sexos. Y hay muchos ejemplos que demuestran que los avances del feminismo, al modificar las mentalidades, al permitir al sexo "débil" participar más ampliamente a la elaboración de los conocimientos, modificaron estos conocimientos de manera sensible.
Demostración en tres puntos.

AÑOS 1970: LA JERARQUÍA ENTRE LOS BABUINOS, ¿UN ARTEFACTO?

"Envíen a un hombre y a una mujer a una iglesia, háganlos salir quince minutos después. El hombre no habrá visto nada; la mujer describirá los sombreros y los zapatos". El autor de esta frase, el antropólogo estadounidense Louis Leakey, codescubridor del Homo habilis, tuvo la idea genial, al principio de la década de los sesenta, de enviar a su secretaria a observar  los chimpancés a la jungla de Tanzania. Se llamaba Jane Goodall. Le seguirían muchas otras, después de lo cual la primatología no sería nunca más la misma.

"Estas mujeres se quedaban en el terreno mucho más tiempo que los hombres", relata la etóloga y psicóloga Vinciane Despret, profesora en la universidad de Liege (Bélgica). "No era, como se dijo, porque eran más pacientes y observadoras, sino simplemente por razones de carrera: en la década de los sesenta, si querían regresar a la universidad y obtener un puesto, tenían que tener en su activo muchas más publicaciones que sus colegas masculinos". Su mirada lo cambió todo. Principalmente el concepto de "jerarquía de dominación", según el cual los machos dominantes, entre otras prerrogativas, desempeñan un papel particular en la defensa contra los predadores. Una noción tan central en el estudio de los primates que se había convertido, en esa época, en un sinónimo de organización social.

A mediados de la década de los sesenta, este modelo perfecto conoce sin embargo una excepción: los babuinos de la selva ugandesa de Ishasha, observados por la primatóloga Thelma Rowell, huyen en total desorden cuando ven a depredadores, cada uno según sus propias capacidades. "Lo que significa que los machos están bien lejos adelante, y las hembras, estorbadas con sus críos, penando atrás", precisa Vinciane Despret. Constata también que no parece haber, en esa tropa, una jerarquía entre machos y hembras. Unos años más tarde, otra mujer, Shirley Strum, completa la demostración con los babuines kenianos de Pumphouse. "La dominación de los machos es un mito", afirma. La controversia crece. Hasta que las más altas instancias de la primatología admitan lo que nadie había entendido hasta entonces: no son las condiciones de vida de los babuinos los que los vuelven agresivos y jerarquizados, sino las condiciones de observación por parte de los humanos.

"La dominación y la competencia que supuestamente debe regularla emergen bien sólo en dos condiciones muy particulares", precisa Vinciane Despret. "Las investigaciones en cautiverio, y aquellas en que los animales son observados en libertad, pero alimentados por investigadores para poder ser acercados". La dominación de los machos entre los babuinos sólo sería entonces un artefacto. Y tal vez, como lo sugería Thelma Rowell, también el resultado de una forma inconsciente de antropomorfismo.

AÑOS 1980: ¿POR QUÉ LAS MUJERES NO SON CAZADORAS?

De acuerdo a los datos de la prehistoria y al estudio de las sociedades tradicionales, la repartición de las tareas entre los pueblos de cazadores y recolectores siempre fue la misma: los hombres se encargan de cazar los animales grandes, y las mujeres de recolectar los alimentos vegetales, los huevos y los insectos. Durante mucho tiempo, la explicación de esta situación parecía evidente: las mujeres no participaban en la caza debido a los embarazos y a sus niños pequeños. También parecía evidente que la invención de la caza había sido una fuente importante de innovaciones adaptativas (técnicas, sociales, alimentarias) para el género Homo, innovaciones cuyos méritos eran entonces atribuidos a los varones.

Esta última afirmación fue cuestionada, a principios de la década de los ochenta, por varias investigadoras estadounidenses. Para la antropóloga Nancy Tanner y la primatóloga Adrienne Zihlman sobre todo, no son los hombres cazadores, sino las mujeres recolectoras las que fueron el motor de la evolución humana. Gracias a la observación de las sociedades tradicionales y de los grandes primates, propusieron el modelo siguiente: las hembras fueron las primeras entre estos homínidos en usar regularmente herramientas, con los cuales desterraban o capturaban los alimentos que luego ponían a salvo de los depredadores. La eficacia de esta colecta femenina permitió entonces a los hombres dedicarse a la caza, actividad de rendimiento más aleatorio.

En el mismo tiempo, la explicación según la cual las mujeres no iban a cazar porque eran menos móviles que los hombres empezó a resquebrajarse seriamente. Alain Testart, investigador del laboratorio de antropología social del Colegio de Francia, es uno de los que más estudió el tema. Autor, en 1986, de un libro sobre "Los fundamentos de la división sexual del trabajo entre los cazadores-recolectores", sostiene que esta división del trabajo reposa no en la maternidad, sino en una ideología vinculada con el símbolo de la sangre. Una hipótesis que, desde entonces, nunca dejó de apuntalar.

Si miramos desde más cerca, en efecto, las mujeres no están excluidas de manera sistemática de la caza. Entre los esquimales, por ejemplo, pueden, en el verano, acercarse a las focas dormidas y matarlas con mazos. Entre los ainues, población de la isla de Hokkaido, en el norte de Japón, cazan a los cérvidos con perros, cuerdas y redes. Entre los aborígenes australianos, cazan a los animales escarbadores llenando de humo sus madrigueras. Por lo tanto, para ellas, dar la muerte es posible. Pero nunca con flechas, lanzas o arpones.

"La mujer no caza si la sangre animal debe ser vertida, pero sí caza en el caso inverso", resume Alain Testart. Recuerda "las muy numerosas creencias, prohibiciones, tabúes variados y coloridos que rodean la sangre de las mujeres, sea el del parto o de la virginidad, o sobre todo la sangre menstrual, en la casi totalidad de las sociedades primitivas", y subraya el paralelismo entre la sangre de las mujeres y la de los animales. "Todo ocurre como si la mujer no pudiera poner la sangre en juego, en la medida en que está en juego, en ella, su propia sangre". Como consecuencia, en casi todos lados las mujeres fueron excluidas de la guerra, y por lo tanto de la política, así como de los ritos de sacrificio, o sea de la religión.

AÑOS 1990: ¿EL CROMOSOMA Y DETERMINA EL SEXO?

XX = mujer, XY = hombre: el hecho de que la presencia del cromosoma sexual Y, en un solo ejemplar, sea suficiente para inducir el desarrollo de los órganos machos, llevó durante mucho tiempo a los investigadores a atribuirle un papel "dominante". Un "dominante" incapaz de vivir sin su "dominado" (ya que un huevo fecundado en el que el cromosoma Y está solo no es viable), un "dominado" que, en cambio, vive muy bien sin su "dominante" (dado que la mitad de la población sólo es portadora de cromosomas X)... "Pero durante mucho tiempo, ¡estas ideas no se les ocurrieron a nadie!", señala la bióloga Joelle Wiels, directora de investigación CNRS del Instituto Gustave-Roussy (Villejuif, Francia). Como el desarrollo hembra era considerado el desarrollo "por default", las investigaciones apuntaban a buscar los "acontecimientos suplementarios" necesarios para la elaboración del macho.

Entre 1970 y 1990, se encontraron así sucesivamente tres genes del cromosoma Y implicados en la formación de los testículos. En los artículos científicos de entonces, no se los llamaba genes de determinación "del sexo macho", sino "del sexo".

Sin embargo, en 1986, dos biólogas estadounidenses, Eva Eiche y Linda Washburn, emitieron la hipótesis de que existía, junto con el "determinante del testículo", un "determinante del ovario". Pero hubo que esperar 1994 para que un equipo italiano demuestre la existencia, en el cromosoma X, de un gen capaz, expresado en doble dosis, de provocar el desarrollo hembra en los individuos XY. Gen del que se descubrió unos años más tarde que en realidad no era indispensable para la formación de los ovarios. Pero tuvo el mérito de llamar la atención sobre los mecanismos de determinación del sexo hembra. 

"Estos progresos permitieron sobre todo poner en evidencia la complejidad y la sutileza de los acontecimientos que gobiernan, a partir de un mismo tejido, la formación de dos órganos tan distintos como los ovarios y los testículos", comenta Joelle Wiels. Aún si este nuevo enfoque no puso totalmente fin a "los antiguos reflejos", la bióloga nota que el vocabulario de los científicos cambió, y que no es raro, desde el principio de los años 2000, "que una concepción un poco más paritaria se exprese en los artículos". Hasta se podía leer en 2005, en la revista Molecular and Cellular Endocrinology, un artículo cuyo resumen empezaba por esta frase: "Pruebas cada vez más numerosas indican que la organogénesis del ovario no es un proceso pasivo que llega por defecto en caso de ausencia de desarrollo de los testículos".
¿Vieron lo que les dijimos?

lunes, 23 de noviembre de 2009

Las mujeres ganan menos que los hombres

Regularmente, hombres y mujeres (pero sobre todo hombres) niegan, cuando se los digo, que existe una discriminación salarial en desmedro de las mujeres en Argentina y, en general, en el resto del mundo. "En mi empresa hombres y mujeres ganan lo mismo", me aseguran, haciendo de su caso una generalidad.

Un poco como si dijera: "En mi familia, no hay pobres, por ende, no hay pobres en Argentina".

Para todxs aquellxs que niegan las disparidades salariales, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al que difícilmente se pueda tachar de feminista-radical-histérica-peluda-lesbiana, publicó un informe en octubre pasado, llamado "Nuevo siglo, viejas disparidades: brechas de salarios por género y etnicidad en América Latina".

Resultado del informe: en América Latina, las mujeres ganan, en promedio, 17% menos que los hombres de su misma edad y nivel educativo.

Según el informe, las mujeres representan el 52% de la fuerza laboral en América Latina. Dado que también representan el 52% de la población, significa que laburan a la par de los hombres (acallando a los que dicen que las mujeres no trabajan mientras los hombres se desloman laburando). Pero eso sí: ganan menos.

El estudio halló que los hombres ganan más que las mujeres a cualquier edad, para cada nivel educativo, tanto en empresas grandes como pequeñas y sin importar si trabajan de modo independiente, o si son empleados o empleadores.

En Argentina, la diferencia de salario promedio entre hombres y mujeres es de 14,2%, por el mismo nivel educativo. Brasil es el país que presenta la brecha más grande del continente, con 30% de diferencia.

El estudio también reveló que las brechas de género aumentan con la edad. Según Hugo Ñopo, economista del BID, esto puede explicarse en parte porque son las mujeres las que tradicionalmente, todavía ahora, dejan de trabajar o trabajan menos cuando aparecen los hijos. Esto, por supuesto, hace que no puedan subir los escalones de la jerarquía de la empresa, como sí lo hacen los hombres, aún cuando tienen hijos. Porque pocos hombres, por no decir ninguno, están dispuestos a sacrificar un ápice de su carrera para ocuparse de sus hijos, en cambio las mujeres lo hacen todo el tiempo (sea por "elección propia", y pongo muchas comillas porque los mandatos sociales para que sea la mujer la que tenga que dejar de trabajar pesan muchísimo, hasta convertirse prácticamente en un lavado de cerebro, o por presión de la pareja).

De hecho, está comprobadísimo que tener hijos es un freno en la carrera de las mujeres. En cambio, tener hijos favorece la de los hombres.

Sin hablar de que, según Ñopo, es más probable que las mujeres sean expulsadas del mercado laboral luego de dar a luz.

El informe también da cuenta de disparidades salariales según la etnia. En siete países donde existe información sobre etnicidad —Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú— se encontró que las minorías indígenas y afrodescendientes ganan en promedio 28% menos que la población blanca.

Pueden consultar el informe completo (en inglés) aquí.

Y por supuesto, también pueden dejar de negar las disparidades salariales entre hombres y mujeres. Porque me gustaría saber cuántas mujeres, en la empresa de los que me dicen: "En mi trabajo ganan lo mismo", ocupan puestos gerenciales. Cuántas son secretarias y cuántas ejecutivas. Si se hace el promedio de lo que ganan todos los hombres y todas las mujeres de una empresa, es probable que se llegue a la diferencia de 14% calculada por el BID.
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martes, 27 de octubre de 2009

14 años, mamá y baleada

"Drama del paco", relató Clarín hace pocos días: "matan a una embarazada de 14 años". Luego el diario cuenta la historia desgarradora de una chica de 14 años mamá de una beba de ocho meses y embarazada de cuatro meses, baleada por su pareja o su hermano, no se sabe muy bien, ambos drogados en el momento del crimen.

Lo que no se comenta es: ¿cómo puede ser que una nena de 14 años tuviera una hija de ocho meses y estuviera nuevamente embarazada? Quiere decir que la primera vez que quedó embarazada tenía 13 años.

¿Educación sexual desde la escuela primaria? Qué va, eso sería fomentar el sexo entre los jóvenes, dice la Iglesia católica... ¿En qué momento el no tener educación sexual ayudó a esa chica y a su compañero a no tener sexo?

¿Qué futuro podía tener esa chica de todas formas? ¿Un hijo por año? ¿Ése era su destino?

Considero que la Iglesia y todos los mal llamados "pro-vida", que no solamente están en contra de la legalización del aborto, sino también de la educación sexual y de la distribución gratuita de anticonceptivos, son responsables de los 400.000 abortos que se practican todos los años en Argentina y de los miles y miles de embarazos de niñas y adolescentes, que deberían estar en la escuela formándose para su futuro en lugar de dar la teta.

Acuso a la Iglesia, acuso a los que se oponen a la libre elección, a la educación sexual, a la anticoncepción, a los DIU, a la pastilla del día después, al aborto legal, de ser directamente responsables de las muertes por aborto séptico y de la miseria de las nenas que empiezan a parir a los 13 años.

Los abortistas son ellos, y no las personas sensatas que reclaman educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir.
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domingo, 14 de junio de 2009

La homosexualidad, ¿contra natura?

Para todas aquellas personas retrógradas y todavía convencidas de que la homosexualidad es contra natura, les invito a leer esta noticia, publicada por el sitio Internet de un zoológico de Alemania.

La historia es así. Resulta que una pareja de pingüinos Humboldt tuvo un huevito, pero se negó a empollarlo. Ni la mamá ni el papá se quisieron hacer cargo de la futura criatura, a pesar de los reiterados intentos de los veterinarios de colocar el huevo en el nido familiar.

Entonces, los veterinarios tuvieron una idea: confiaron el huevo a tres parejas de pingüinos... gays, con la esperanza de que a alguna de ella se le despertara un sentimiento de paternidad que permitiera que naciera el pingüinito.

Y así fue. Dos pingüinos machos que forman una aparentemente enamorada pareja lo recibieron con alegría, lo empollaron con orgullo y, desde entonces, alimentan y crían al bebé que hoy tiene cinco semanas como si fuera el propio, limpiándolo y dándole puré de pescado todos los días.

"La homosexualidad no tiene nada de inhabitual entre estos animales. El apareamiento en ese mundo no necesariamente está relacionado con la reproducción", explica el zoológico de Bremerhaven, en el norte de Alemania.

Y ojo, no me vengan a decir que es porque son pingüinos europeos y por lo tanto degenerados, y que en Latinoamérica no pasa porque los machos son machos de verdad. Los pingüinos Humboldt viven en las costas chilenas y peruanas.
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