Lo extraordinario de las mujeres, dicen por ahí, es que dan la vida. Pueden llevar nueve meses una vida dentro de su cuerpo, crear de la nada un nuevo ser humano. Desde siempre se ha sacralizado esa función biológica, o se la ha demonizado. En todo caso, se la ha querido controlar y dominar, y ésa es una de las razones fundamentales del machismo: los varones han buscado a toda costa dominar ese poder increíble que tienen las mujeres de reproducirse a sí mismas, y además de reproducir a los varones.
Bien.
El tema es que ya no estamos en la edad de piedra, a esta altura sabemos que sin espermatozoide, no hay vida humana que valga, o sea, no son las mujeres las que crean la vida "de la nada", sino que es la especie humana en su conjunto la que lo hace. El hecho de que esa vida humana, creada a partir de un espermatozoide y de un óvulo (cosa que las personas que sacralizan la maternidad y ponen a las mujeres en un pedestal por ser "dadoras de vida", tienden a olvidar), se desarrolle dentro del cuerpo femenino es, podría decir, circunstancial.
Nunca entendí que se respete a las mujeres "porque dan la vida" o porque "son madres". Yo creo que hay que respetar a las mujeres porque son seres humanos como cualquier otro. No porque "dan la vida". Porque entonces, ¿qué hacemos con las mujeres estériles o que no tuvieron hijxs? ¿Se deja de respetarlas?
Nuevamente, las mujeres no "dan la vida": simplemente incuban durante nueve meses a un ser humano creado con la colaboración activa (aunque bastante acotada) de un varón.
Un embarazo y un parto no transforman a la mujer en un ser especial. Las mujeres más tontas, más idiotas, más malas, más necias, más violentas, más sádicas, más incapaces de ternura y de amor y más egoístas son capaces de embarazarse y dar a luz. Y eso no les hace acreedoras de ninguna sabiduría, ninguna bondad, ningúna cualidad especiales.
El embarazo no es nada mágico: es una función biológica, como respirar o hacer pis. Una mujer no tiene que hacer nada en especial para que se desarrolle el feto: simplemente, respirar, alimentarse, beber, o sea, mantenerse en vida, y esperar que la naturaleza siga su curso. No requiere ningún esfuerzo ni intelectual ni físico, más allá de las molestias propias del embarazo y el parto, no se exige ninguna cualidad, ninguna capacidad especial. Una mujer podría sentarse durante nueve meses sin hacer absolutamente nada además de cuidarse a ella, y el bebé crecería igual.
Ahora, ¿es esa función irremplazable?
Pues no. Muchas experiencias se están haciendo en este mismo momento para crear úteros artificiales. Por ahora, se especula que en unos diez años, podrán existir úteros cuyo fin será mantener con vida bebés prematuros. Pero se considera que algún día, sí se podrá gestar completamente un feto en un útero artificial.
Alguna gente lo ve como una abominación. Incluso, algunas feministas consideran que es otra manipulación del patriarcado para sacar a las mujeres ese "privilegio" que tienen de embarazarse y dar a luz.
Yo no lo veo así. Primero, porque la existencia de esos úteros no impedirá que las mujeres que quieran pasar por la experiencia del embarazo y el parto puedan hacerlo. Y además, porque algunas mujeres sí quieren hijxs, pero no quieren vivir esa experiencia biológica. ¿Por qué? Pues tendrán sus razones, muy válidas, como las que sí quieren vivirla.
Ya escucho las críticas acerbas: son egoístas, piensan en ellas antes de pensar en su bebé, no quieren embarazarse solamente porque no quieren engordar, si no están dispuestas a tener algunas estrías por su bebé, entonces mejor no lo tengan, darles un útero a ellas es como tirarles rosas a un chancho, etc. etc. etc. Voces muchas veces procedentes de varones, que hablan desde la comodidad de aquel que sabe que nunca tendrá que pasar por esa experiencia, nunca tendrá que sufrir dolores, molestias, náuseas, estrías, hemorroides, desgarros, episiotomías y prolapsos, y nunca se sentaron a pensar si realmente les gustaría pasar por esa experiencia.
Voces directamente sacadas de la Biblia y del "parirás con dolor", que sigue asociando mujer a sacrificio, dolor y abnegación en la maternidad, cual Virgen que sacrifica su vida para su sagrado hijo. ¿Cuánta gente considera que si parís por cesárea o con epidural, no parís realmente porque no
sentiste los dolores del parto? La cultura judeo-cristiana del sacrificio, lamentablemente, sigue bien arraigada en la gente, y sobre todo para las mujeres.
Pues no veo por qué. Y no veo qué tiene de malo que un feto se desarrolle en un útero artificial antes que en un útero natural, a partir del momento en que todas las condiciones de salud y desarrollo normal están reunidas. Al contrario, permitiría que ambos progenitores, el padre y la madre, se impliquen por igual en el desarrollo del feto. Ya no nos hincharían con que "las mujeres saben más acerca de los bebés porque los tuvieron nueve meses en la panza", como si una mera condición biológica significara obtener mágicamente una sabiduría especial sobre cómo cuidar a otro ser humano.
Las personas que adoptan ya lo saben: no hace falta tener a un feto nueve meses en la panza para sentir un amor incondicional por ese nuevo ser, y cuidarlo, mimarlo, darle lo mejor y tener una relación fusional con él. Sí necesitan implicarse en su crianza desde el primer segundo en que lo tienen en sus brazos. Si no hacen ese esfuerzo, claro que la relación fusional no llegará nunca. Pero lo mismo pasa con las madres biológicas: ¿cuántas se deprimen porque cuando ven a su bebé, no sienten absolutamente nada por él, contrariamente a lo que le vendieron, y al contrario, casi les provoca rechazo (pero de eso raras veces se habla, todo tiene que ser color de rosa enseguida)? La relación con un bebé, la maternidad, la paternidad, se construyen. No llegan milagrosamente.
Pues con un útero artificial pasará lo mismo. Ya me dirán que no es lo mismo, que la relación que se teje durante el embarazo es excepcional, bla bla bla. Yo les respondería que a nivel de salud física, probablemente sea mucho más sano que un feto crezca en un útero artificial que en uno natural, sin recibir ninguna sustancia nociva como drogas, alcohol, medicamentos, cigarrillo, contaminación, etc.
Y quizás, por fin, dejen de poner a las mujeres-madres en un pedestal. Porque en un pedestal sólo se pueden hacer dos cosas: mantenerse allí cumpliendo a rajatablas con los mandatos sociales de madre abnegada. O caerse si una tiene la desgracia de no conformarse con esos dictados (y claro, transformarse en puta, porque de la dicotomía madre/puta no salimos nunca...).
Así que mejor empiecen a ver a las mujeres como seres humanos normales que no son ni más ni menos valiosas que cualquier otro ser humano. Con eso, yo y muchas mujeres estaremos ya muy conformes.
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