Nunca me gustó el eslogan del centro comercial porteño Alto Palermo, "Pasión de mujeres", porque insinúa:
- que las únicas clientas del shopping son las mujeres
- que a todas las mujeres les encantan irse de compras
Y una de las cosas que más odio en esta vida es tener que comprarme ropa o acompañar a algun/a amiga/o a comprarse ropa. Nunca entendí esa manía que tienen algunas personas de pasear durante hooooras caminando despaciiiito por centros o calles comerciales sin buscar nada en particular, deteniéndose durante hooooras delante de vidrieras, probándose cosas que ni siquiera tienen la intención de comprarse. Yo cuando necesito ropa, por ejemplo, un pantalón, voy un día a comprarme un pantalón, entro sólo en las tiendas donde venden pantalones, me pruebo pantalones, me compro un pantalón, y a otra cosa mariposa. No me quedo deambulando por ahí "a ver qué hay". Y si puedo evitar los centros comerciales repletos de gente, mejor.
O sea: Alto Palermo será pasión de algunas mujeres, y también de algunos hombres (conozco a unos cuantos, y yo les recomendaría que no fueran más a ese shopping que visiblemente se caga en su clientela masculina), pero no de todas las mujeres.
En fin, su última publicidad muestra además a los hombres como unos tontos de remate que, sin las mujeres, están perdidos. ¿Feminismo? Seeeee, claro. Para variar, el papel de las mujeres es maternal. A los hombres los tenemos que cuidar como si fueran niños. Y nos encanta, porque todo el mundo sabe que dentro de toda mujer se esconde una madre... O sea, nuestro deber está en el hogar, aunque de vez en cuando nos demos la libertad de escaparnos al shopping y de dejar a nuestros grandes niños en casa (donde, por supuesto, harán un lío bárbaro que deberemos arreglar cuando regresemos).
Qué práctico eso de mostrar a los hombres como inútiles en casa: así justifican que no participen en las tareas domésticas ("es que ella lo hace muchííísimo mejor que yo, ¡yo soy re-torpe!").
Lo divertido es que encontré esta publicidad en un blog que la presenta como con "gracia", con "timing" y con "ternura"... "Casi se diría que es una mirada femenina de los hombres, maternal y comprensiva", dice el autor del blog, licenciado en publicidad, quien, sin embargo, reconoce que la mayoría de las publicidades que hablan de género son sexistas.
Pero está claro que hay un sexismo que hasta las personas con la mayor buena voluntad del mundo, como parece ser el caso de este señor, no ven: aquel que atribuye a las mujeres cualidades innatas como abnegación, ternura, "instinto" materno... O sea, el esencialismo. No será tan directamente peligroso como la misoginia o el machismo, pero igual de dañino a largo plazo.
Yo soy mujer y mi mirada sobre los hombres es completamente distinta. No los veo como subnormales y torpes que necesitan constantemente la ayuda de una mujer en el hogar (nótese que es en el hogar donde las mujeres son indispensables). Después me dicen a mí que soy yo la que fomento la guerra entre los sexos...
O sea: Alto Palermo será pasión de algunas mujeres, y también de algunos hombres (conozco a unos cuantos, y yo les recomendaría que no fueran más a ese shopping que visiblemente se caga en su clientela masculina), pero no de todas las mujeres.
En fin, su última publicidad muestra además a los hombres como unos tontos de remate que, sin las mujeres, están perdidos. ¿Feminismo? Seeeee, claro. Para variar, el papel de las mujeres es maternal. A los hombres los tenemos que cuidar como si fueran niños. Y nos encanta, porque todo el mundo sabe que dentro de toda mujer se esconde una madre... O sea, nuestro deber está en el hogar, aunque de vez en cuando nos demos la libertad de escaparnos al shopping y de dejar a nuestros grandes niños en casa (donde, por supuesto, harán un lío bárbaro que deberemos arreglar cuando regresemos).
Qué práctico eso de mostrar a los hombres como inútiles en casa: así justifican que no participen en las tareas domésticas ("es que ella lo hace muchííísimo mejor que yo, ¡yo soy re-torpe!").
Lo divertido es que encontré esta publicidad en un blog que la presenta como con "gracia", con "timing" y con "ternura"... "Casi se diría que es una mirada femenina de los hombres, maternal y comprensiva", dice el autor del blog, licenciado en publicidad, quien, sin embargo, reconoce que la mayoría de las publicidades que hablan de género son sexistas.
Pero está claro que hay un sexismo que hasta las personas con la mayor buena voluntad del mundo, como parece ser el caso de este señor, no ven: aquel que atribuye a las mujeres cualidades innatas como abnegación, ternura, "instinto" materno... O sea, el esencialismo. No será tan directamente peligroso como la misoginia o el machismo, pero igual de dañino a largo plazo.
Yo soy mujer y mi mirada sobre los hombres es completamente distinta. No los veo como subnormales y torpes que necesitan constantemente la ayuda de una mujer en el hogar (nótese que es en el hogar donde las mujeres son indispensables). Después me dicen a mí que soy yo la que fomento la guerra entre los sexos...
PD: ni hablo del tipo en la bañera que grita "¡Ricardo!" con voz de maricón. O sea: los hombres a los cuales les gusta irse de compras son necesariamente homosexuales. Tanta originalidad me estremece...
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