Leí una nota en el Diario Veloz, y lo primero que pensé es que era un chiste, así que fui a verificar por mis propios ojos.
Pero era cierto nomás: para "homenajear" a las mujeres en su "día", el centro comercial Alto Palermo instaló una tarima simulando una obra, en la que actores disfrazados de obreros se dedican a "piropear" a todas las clientas que pasan.
Stand de "Hombres piropeando" en el shopping Alto Palermo |
Hoy fui directamente al lugar, y efectivamente, allí está un cartel de "hombres piropeando", y unos hermosos y musculosos varones me largaron un piropo relacionado con el shopping, por el que casi me ahogo de la indignación.
Empecé a charlar con los actores, que en un principio, defendieron su trabajo (lo cual me parece normal) con el libreto de la empresa: que se trata de "homenajear" a las mujeres por su "belleza" y de "enaltecerlas" con comentarios "agradables" y "nunca faltándoles el respeto".
Querían a toda costa hacer la diferencia entre un "piropo lindo" y una guarangada. Me aseguraban que al 90% de las mujeres les gustaba la escenografía armada y se sentían halagadas.
Pasé entonces a explicarles lo que me mato explicando aquí:
- que no importa si un "piropo" de un desconocido en la calle es "lindo" o guarango: se trata de la consideracion de un varón sobre el cuerpo de una mujer, que es rebajada al rango de teta-culo-vagina, de objeto de deseo a disposición de los varones; O sea, la intención es la misma entre uno y otro;
- que el acto de "piropear" es una forma de acoso sexual, que de hecho está penado por la ley en Bélgica;
- que les creo que al 90% de las mujeres les gusta, porque las mujeres fueron criadas para necesitar la mirada de los varones para sentirse existir. Las criaron para ser princesitas lindas para las que la apariencia lo es todo. Si no les dicen nada sobre su apariencia, se sienten ser la nada misma. Pero no por ello la situación deja de ser machista;
- que el "piropeador" no tiene consciencia de que está acosando a una mujer, sobre todo si dice un piropo "lindo", porque a los varones también se les educa para decirles cosas a las chicas en la calle, para ser sujetos activos que tienen que hacer comentarios sobre el cuerpo de las mujeres para demostrar su virilidad. O sea, el "piropeador" también es la consecuencia de un sistema del que no es directamente responsable. Pero no por ello la situación deja de ser machista;
- que justamente las empresas tienen una responsabilidad ética y no deben perpetuar estereotipos de género, machismo o discriminación alguna, y que esta propaganda, como todas las de Alto Palermo (ver al respecto una entrada mía aquí, y una nota en la revista Damasco aquí), es machista y discriminatoria de aquí a la China.
A medida que les explicaba todo eso, algunos actores (que evidentemente no tienen la culpa de todo eso, ellos sólo son empleados que cumplen con un papel) empezaron a admitir que sus novias/esposas/amigas también se quejaban de los "piropos", que si bien la mayoría de las mujeres que pasan por el stand se sienten halagadas por sus comentarios, ellos también han recibido desde palabras de indignación hasta insultos, que algunas mujeres les dijeron que "homenajear" de esa forma a las mujeres en un día que es de lucha por sus derechos y contra el machismo era algo cínico, y que finalmente, pensándolo bien, a lo mejor, era posible entender que usar el símbolo de un acoso no era una muy buena idea para un 8 de marzo, pero que los responsables del Alto Palermo probablemente no pensaron en todo eso a la hora de idear esa campaña.
Y bueno, es hora de que piensen. No puede ser que sigamos ninguneadas a ese punto por empresas publicitarias que, a pesar de las denuncias, siguen insistiendo en el machismo más abyecto.
¿Cuál es el siguiente paso? Como sugirió una amiga, ¿una performance de un subte en hora pico con un montón de señores que te apoyan? Después de todo, ¿no era lo que proponía una marca de cerveza que mostraba el "roce" en el autobús como una picardía de varón inmaduro?
Como siempre digo, entre un "piropo" y una agresión sexual, hay una cuestión de grados, pero no de naturaleza. En ambos casos, se trata de un varón que se cree el derecho de imponer su punto de vista (verbal en un caso, físico en otro) sobre una mujer desconocida que no pidió nada a nadie y sólo pretende caminar tranquila por la vía pública.
Ya se habló lo suficiente del "piropo" como acoso callejero como para que lxs publicitarixs dejen de hacerse lxs imbéciles que creen genuinamente que "piropear" es un halago.
Los actores en el stand del shopping Alto Palermo. |
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