En un
comentario en este blog, alguien dijo que
quejarse de ver tetas en los afiches publicitarios es de pacato.
En algún punto entiendo este razonamiento, porque yo también
odio el puritanismo. Pero... ¿es puritana mi postura?
A ver... Trataré de explicarlo.
En Argentina no hay cifras globales sobre violaciones. Se considera que sólo el 10% de las mujeres violadas lo denuncian. En el 2003, se estableció que más de mil mujeres denunciaron haber sido violadas, sólo en la provincia y en la Ciudad de Buenos Aires. Si hacemos una extrapolación, quiere decir que, por año,
sólo en la provincia de Buenos Aires y en Capital, habría 10.000 mujeres violadas por año. Sin hablar, claro, del resto del país.
¿Por qué tantas mujeres violadas? ¿Por qué tantos hombres piensan que pueden, impunemente, tener relaciones sexuales sin el consentimiento de la mujer? ¿Por qué tantos hombres ven a las mujeres como objetos sexuales a su disposición?
Por supuesto, existen
muchísimos factores, no uno solo. Pero justamente, la exposición permanente del cuerpo femenino es
uno de los factores. Por más obelisco que haya en Buenos Aires, jamás verán tantos hombres desnudos en la calle, las revistas, la televisión, el cine. Por un hombre completamente desnudo que se ve en una película, hay cien mujeres completamente desnudas.
Se sabe que la publicidad tiene una influencia enorme en la gente. Si no la tuviera, las marcas no invertirían miles de millones de dólares en ella. Un mismo mensaje, repetido miles de veces, termina grabándose en el cerebro y marcando pasos a seguir.
Entonces, si las publicidades muestran siempre a las mujeres desnudas,
cuerpos disponibles, objetos sexuales, es evidente que esto, en algún punto, tiene una influencia en la mente de la gente: da de las mujeres la idea de que su cuerpo está a disposición. ¿Por qué, entonces, un hombre habría de privarse?
No estoy diciendo que por ver una teta en la calle, todos los hombres van a salir a violar. Digo que la
acumulación de imágenes de mujeres presentadas como objetos sexuales contribuye a la idea de que las mujeres son objetos sexuales.
Si me conocieran, sabrían que
soy lo menos pacata del mundo. Mi queja será la misma que la de los puritanos, pero no por las mismas razones. A mí no me importa la desnudez
en sí. Me encanta ver lindos cuerpos desnudos, sean de hombre o de mujer. Es el
desequilibrio el que me molesta. Lo lamento, pero como mujer heterosexual, no tengo la misma oportunidad de ver lindos hombres en bolas. ¿Y eso por qué?
En general los hombres heterosexuales se sienten muy incómodos cuando ven imágenes de otros hombres totalmente desnudos. Entonces esgriman el eterno argumento: es que el cuerpo masculino no es tan lindo como un cuerpo femenino. Says who?
Los hombres heterosexuales, claro.
El día que haya igualdad de tratamiento, que los hombres sean mostrados como objetos sexuales también, cuerpos anónimos o, y no sé qué es peor,
trozos de cuerpos anónimos (una teta, una cola, sin cara, sin nombre...), entonces dejaré de pensar que está mal ver mujeres desnudas.
Pero no sé si es lo que quiero: no sé si quiero que se empareje para ese lado,
no estoy segura de querer ver a todas y todos como objetos sexuales disponibles. A menos que, una vez que la desnudez sea global y asexuada, entonces sea vista como algo natural y no como una incitación a la agresión.
No lo sé, dejo la pregunta abierta.