Entre otras cosas:
- No está indicado el afeitado de la región púbica ni las enemas preparto (contrariamente a lo que nos quieren hacer creer).
- Las embarazadas no deben ser colocadas en posición de litotomía (acostadas boca arriba). Se las debe animar a caminar durante el trabajo de parto y cada mujer debe decidir libremente la posición que quiera asumir durante el parto. La posición acostada, al ir en contra de la ley de gravedad, dificulta el parto, favorece los degarros, induce prácticas inútiles como la episiotomía (incisión de la vagina y el periné para ampliar la abertura vaginal), aumenta el riesgo de sufrimiento fetal y de la mujer. La única persona favorecida por esta posición no es la parturienta, que puede más bien sentirse humillada (con los genitales expuestos a la vista de todos), sino el personal médico, que así tiene acceso más fácilmente a la zona. Pero ese acceso se justifica solamente en caso de complicaciones. Si el parto va bien, la mujer perfectamente puede estar en cuclillas o como mejor le parezca.
- No se justifica el uso rutinario de la episiotomía. La OMS considera que si se practican más de 20% de episiotomía en una maternidad, se puede hablar de "deriva cultural". En Suecia se registran solamente 6% de episiotomías, y no hay más desgarros que en otros países. Es más, muchos estudios ya prueban que la episiotomía no previene ni los prolapsos, ni la incontinencia urinaria, ni los desgarros graves. Incluso, un desgarro puede ser mejor que una episiotomía porque el corte es menos profundo. Sin hablar del hecho de que la episiotomía puede tener graves consecuencias sobre la vida sexual posterior de la mujer, entre la cicatriz que puede ser dolorosa si fue mal cosida o con aguja e hilo gruesos, y que todavía no se conoce bien la fisiología de la vagina, las terminaciones nerviosas del clítoris que recubre la pared de la vagina y su papel en el placer, etc. etc.
Pequeña precisión: se sangra mucho más con una episiotomía que durante una cesárea.
- No deben inducirse (iniciarse por métodos artificiales) los partos por conveniencia. La inducción del parto debe limitarse a determinadas indicaciones médicas. Ninguna región geográfica debe tener un índice de trabajos de parto inducidos mayor al 10%.
- No se justifica científicamente la ruptura artificial de membranas por rutina.
En Argentina, la ley de Parto Humanizado nº25.929 garantiza el derecho de la mujer parturienta a "estar acompañada por una persona de su confianza y elección". Es decir, esa persona puede ser su marido o compañero, pero también su madre, otro familiar, su compañera si se trata de una pareja homosexual, un/a amigo/a o cualquier persona que la mujer indique.
¿Cómo fue la cosa para mi amiga en el Hospital Piñeiro?
Primero, no dejaron que su marido entrara, porque había cuatro mujeres más en la sala de parto, sin siquiera un biombo o una simple cortina que las separara. Cero intimidad. Cero acompañamiento. Y cero respeto de la ley de Parto Humanizado.
Luego, la pusieron en una camilla, acostada, con las piernas bien abiertas, y... ¡¡le ataron las piernas para que no se moviera y no golpeara al personal médico cuando se estaba retorciendo de dolor!! Estuvo horas así, acostada, atada, inmovilizada, como en una escena de tortura.
Solamente a las mujeres se les impone tanto sufrimiento. ¿Se imaginan una extracción de dientes en la que digan: "Ah no, sin obra social, se hace sin anestesia"?
Pero la Biblia no dice: "Te extraerán las muelas con dolor".
¿Fue su caso excepcional?
No. Así paren las mujeres pobres en los hospitales públicos en Argentina (aunque tampoco creo que en las clínicas privadas respeten la ley 25.929). Atadas, solas, y sin anestesia, por más que la pidan a gritos.
Es imprescindible que las mujeres conozcan sus derechos, para poder reclamarlos. ¿Cuántas mujeres saben que tienen derecho a parir de otra manera? Prácticamente ninguna. El cuerpo médico ha logrado hacernos creer que esa forma de parir es una necesidad médica. Y que si no respetamos sus reglas, ponemos en riesgo la salud y la vida de nuestro bebé (y la nuestra también). Nuevamente, lo que hace falta de manera urgente es información, para que las mujeres sepan qué es lo que pueden exigir. Sin información, el derecho, simplemente, no existe.
Creo que las imágenes de este video son elocuentes. Sólo poniendo a los hombres en una posición similar es que muchos de ellos pueden llegar a entender la situación:
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