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jueves, 8 de marzo de 2012

¡Nada de flores!

Todos los años, lo mismo. Llega el 8 de marzo y nos llegan mensajes de "feliz día", nos regalan flores o bombones, y nos dicen que hay que "honrar a las mujeres":


Y todos los años me pregunto: ¿por qué habría que honrarlas? ¿Qué tienen las mujeres intrínsecamente que no tengan los varones? Argentinos, ¿creen que a Margaret Thatcher hay que honrarla por ser mujer? A las mujeres asesinas, malas, traidoras, estúpidas, violentas, psicópatas, ¿también hay que honrarlas por ser mujeres?

Pues no, no, y no. Como todos los años, lo digo y lo repito, el día de las mujeres NO ES para "honrar a las mujeres", sino para reclamar por sus derechos y por la igualdad, nada más y nada menos. Un día para recordar que la igualdad entre mujeres y varones está lejos de haberse conseguido, y que hay que seguir luchando.

Seguir luchando por los derechos de todas las mujeres. Incluso de las mujeres asesinas, malas, traidoras, estúpidas, violentas, psicópatas, para que no tengan menos derechos ni sean consideradas de manera distinta que los varones asesinos, malos, traidores, estúpidos, violentos, psicópatas.


martes, 6 de marzo de 2012

Sexismo lingüístico e (in)visibilidad de la mujer

El lingüista y miembro de la Real Academia Española (RAE) Ignacio Bosque está enojado con las guías de lenguaje no sexista y lo hizo saber.

En efecto, muchas instituciones, en España y en otros países, han editado guías destinadas a que el idioma sea menos sexista, recomendando por ejemplo evitar el "masculino genérico" que invisibiliza a las mujeres (decir "todos" por "todas y todos").

Algo que denuncio a menudo en este blog, para el que me adherí, justamente, a un espacio libre de lenguaje sexista, en el que recomiendan su propia guía.

Resulta que Ignacio Bosque escribió hace unos días un artículo suscrito por 26 académicos en el que se queja de esas guías que, dice, "contravienen normas de la Real Academia Española y la Asociación de Academias".

Ajá. No me digas. O sea. Se queja de que las guías que existen precisamente por el machismo de la RAE contravengan las normas machistas de la RAE (para la que "hombre público" significa "El que tiene presencia e influjo en la vida social" y "mujer pública" sigue significando "prostituta")... ¿De qué se asombra?

Pero además, si tantas instituciones han sentido la necesidad de sacar guías de lenguaje no sexista, sin hacerle caso a la RAE, ¿no será que la RAE está completamente superada por lo que está ocurriendo en la sociedad?

El sexismo como un sistema
En la primera parte de su artículo, Bosque hace una lista de todas las premisas verdaderas sobre las que se basan lxs autores de las guías: reconoce la existencia del sexismo tanto en la familia, la sociedad, los medios de comunicación (por ejemplo a través de las publicidades) como en el lenguaje mismo, aunque solamente a veces.

En ningún momento ve el sexismo como un sistema, en el que todas sus manifestaciones son una pieza de un mismo engranaje bien aceitado. Si se ve como un sistema, entonces el hecho de que el lenguaje también sea sexista (como lo es el masculino genérico) participa en ese sistema, permite que ese sistema funcione. Porque el lenguaje no solamente describe el mundo: también lo construye, y es un vehículo del pensamiento.

¿Cuál es el gran argumento de Bosque? Pues por un lado, que no todas las mujeres critican el uso del masculino genérico, con lo cual, la reivindicación de algunas personas feministas no es representativa de todas, como si solamente las mujeres se quejaran del sexismo de la sociedad (evidentemente, ignora que existen varones feministas).

Además, esto es ignorar que el sexismo es invisible ante la mayoría de la gente, que considera "natural" las construcciones sociales.

También confunde "mujeres" con "feministas". No todas las mujeres lo son. No todas las mujeres se percatan del sexismo que las rodea. Incluso algunas sostienen que hoy en día, el sexismo ya no existe.

Cinismo
¿Qué más dice Bosque? Pues se burla del hecho de que las personas que escriben "las niñas y los niños" en sus textos o en sus discursos no siguen aplicando su teoría cuando hablan en un contexto no institucional, se suelen olvidar de su regla no sexista y usan ellas también el masculino genérico.

O sea, básicamente, está acusando a lxs militantes feministas de no aplicar a rajatablas, en cada momento de su vida, sus preceptos e ideologías.

Claro que es difícil expresarse de manera no sexista en la vida de todos los días, pero ¿culpa de quién? ¿De las personas que se tienen que comunicar a diario? ¿O de una sociedad sexista que impuso un lenguaje sexista del que es dificilísimo librarse?

El grado de cinismo de esta acusación ("¡Ja! ¿No ven que hasta las propias personas feministas usan el masculino genérico?") es de un nivel alucinante: ¡claro que usamos el masculino genérico en la vida de todos los días, si no tenemos otra opción para que nos entiendan!

¿Quiere decir eso que no hay que hacer nada para cambiar el lenguaje? ¿Que hay que aceptar lo que nos dan sin chistar, con el argumento de que está ya tan arraigado que no vale la pena inventar algo nuevo? El hecho de que algo esté arraigado en la sociedad no impide que se lo quiera, y se lo pueda, cambiar.


"Homme" en francés
Pero lo que más me asombra de todo esto, es la energía que pone en criticar que las guías recomienden decir "Asociación de Psicólogas y Psicólogos" en lugar de "Asociación de Psicólogos". Me pregunto: al fin de cuentas, ¿qué le importa? ¿En qué puede llegar a molestar que se use "todas y todos" en lugar de "todos"? ¿Los derechos de quiénes estamos limitando? ¿En qué le estamos impidiendo a él usar el masculino genérico?

Finalmente, colmo de la mala fe y de la desinformación, Bosque escribe que en francés "homme" designa tanto a los varones como a la humanidad, y que no por ello las mujeres francesas se sienten discriminadas.

Primero, sigue con la estupidez de pensar que solamente las mujeres se pueden llegar a quejar del lenguaje sexista. Segundo, ¿con qué autoridad decreta que las mujeres francesas no se sienten discriminadas por el masculino genérico? Ese debate también existe en Francia.

Prueba está que luego de una campaña lanzada en septiembre por dos asociaciones feministas, el primer ministro ha enviado una circular a todas las administraciones públicas para prohibir, de ahora en adelante, el uso de la palabra "señorita" en los formularios para designar a las mujeres solteras, quedando solamente "señora" para todas las mujeres, dado que no existe el equivalente "señorito".

Un "detalle", criticaron muchxs, pero que resultaba insoportable para muchas mujeres, obligadas a revelar constantemente su estado civil, cuando no se le hacía la misma pregunta indiscreta a los varones.

En cuanto a que no se puede cambiar el lenguaje por decreto, y que es el uso el que fija las normas, pues estoy de acuerdo. Pero justamente es el uso lo que las personas feministas pretenden cambiar, a fuerza de guías y recomendaciones.

En Francia, hace unos diez años, no existía la palabra "escritora". Así como lo leen. De una mujer que escribe, se decía que es "escritor". Algunas personas feministas han decidido obligarse a decir "escritora" (écrivaine) en lugar de "escritor" (écrivain). No fue fácil. La gente las miraba feo. Las tildaba de histéricas, exageradas, o peor aún... de feministas. Para ellas tampoco era fácil, puesto que lo que sale "naturalmente" en francés es decir "écrivain" incluso para una mujer, dado que no existe otra palabra.

Pero hoy en día, gracias a la insistencia de esas personas, la palabra "écrivaine" (qué sí existía hacía rato en otros lugares francohablantes, como Quebec) se ha vuelto una palabra común, y casi nadie mira con desprecio a las personas que la usan. Para Bosque, me imagino que se trata de un drama lingüístico absoluto.

Eso sí: la Academia Francesa, equivalente de la Real Academia Española, sigue sin reconocer esa palabra. No será que las mujeres empiecen a acostumbrarse a ser visibles.

A modo de ilustración, les copio una anécdota recogida en 1986 por Montserrat Moreno en "Cómo se enseña a ser niña: el sexismo en la escuela" y citada por María S. Martín Barranco en Pikara Magazine:
"Primero, la niña aprenderá que se dirigen a ella llamándola ‘niña’. Por tanto, si oye frases como “Los niños que terminen pueden ir al recreo”, permanecerá sentada en su pupitre contemplando impaciente la tarea concluida en espera de que una frase en femenino le abra las puertas del ansiado recreo. Pero estas frases no suelen llegar nunca. Es más probable que la maestra diga al advertir que ha terminado: “Fulanita, he dicho que los niños que hayan terminado…”, y si sigue sin darse por aludida, entonces le explicará que cuando dice ‘niños’ se está refiriendo también a las niñas. Pero si incurre en el error de creer que la palabra ‘niño’ concierne por igual a los dos sexos, pronto verá frustradas sus ilusiones igualitarias. La hilaridad de sus compañeros ante su mano alzada le puede hacer comprender, bruscamente, que hubiera sido mejor no darse por aludida en frases del tipo: “Los niños que quieran formar parte del equipo de fútbol que levanten la mano”. En casos como éste, la maestra suele intervenir recordando: “He dicho los niños”, ante lo cual la estupefacta niña pensará: “¿Pero no había dicho los niños?”
«La niña debe aprender su identidad sociolingüística para renunciar inmediatamente a ella. Permanecerá toda su vida frente a una ambigüedad de expresión a la que terminará habituándose, con el sentimiento de que ocupa un lugar provisional en el idioma, lugar que deberá ceder inmediatamente cuando aparezca en el horizonte del discurso un individuo del sexo masculino, sea cual sea la especie a la que pertenezca".
Para terminar, un video de Mercedes Bengoechea, filóloga de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alcalá de Henares de la que ha sido decana durante ocho años: