martes, 5 de abril de 2011

Vamos queriendo, pero...

¿Será que las marcas empezaron a escuchar las quejas de las personas feministas? ¿Será que constataron que cada vez más papás se ocupan de sus hijxs y que tal vez los varones también pueden ser un target comercial para productos antes relacionados únicamente con mujeres?

No lo sé. Poco a poco, va queriendo, pero todavía falta mucho camino por recorrer para que por fin la sociedad considere que padres y madres pueden encargarse de sus hijxs por igual.

Veamos este comercial. Es el primero que yo haya visto en Argentina (si me equivoco, por favor corríjanme) en el que es el papá el que cambia los pañales de su bebé (y ordena la habitación, de paso).

O sea, esto es un gran avance, sobre todo para las nuevas generaciones, que empezarán a ver en la televisión (muchxs niñxs, lamentablemente, son más educados por la televisión que por sus padres) imágenes de padres comprometidos con las tareas del hogar y el cuidado de los hijxs:



Pero... Bueno, evidentemente a los publicistas no les entra en la cabeza que un papá puede ocuparse de su bebé correctamente y sin referencia a la madre. En un momento le dice a su hijo que lo tiene que cambiar porque sino "después mamá me reta", como si él estuviera haciendo el trabajo de ella a la espera de su regreso, y como si ella necesariamente lo hiciera mejor (y como si, además, ella lo tuviera que "retar" como un niño).

Y al final del comercial, ¿cuál es el eslogan? "A prueba de papás". Como si los pobres padres fueran unos inútiles que necesitan algo realmente muy fácil para cambiar pañales (o mejor dicho, para no cambiarlos tan seguido, porque tienen cosas mucho más importantes que hacer como mirar un partido de fútbol), porque no lo saben hacer tan bien como la mamá.

Lo cual transmite el mensaje de siempre: son las mamás las más aptas para ocuparte de los bebés, los papás son demasiado torpes para eso, y cambian pañales excepcionalmente cuando mamá no está. Sino, es el trabajo de mamá, que lo hace mucho mejor.

Fíjense que los comerciales para pañales en los que aparece solamente la mamá, ella está ocupándose de su bebé, jugando con él, abrazándolo con ternura, etc. En este comercial, ¿qué vemos? A un padre que es estorbado por su hijo, que apenas le da bola, que no juega con él, y que aplaza lo más posible el momento de cambiarle el pañal porque está el partido...

Así que todavía falta... Pero bueno, va queriendo, y poco a poco, con paciencia y saliva...

15 comentarios:

Enrique dijo...

Uno de los problemas con los que se topa el feminismo es que la sociedad aprovecha este movimiento para fomentar el consumo o que las empresas cometan más injusticias sobre sus empleados/as.

Por ejemplo, utiliza, como en este anuncio que expones, a los padres para vender un pañal que se lo pone más fácil "porque ellos no saben".

O como está sucediendo aquí en España, según me contó Kxll (no sé si también por allí), si hay diferencias de salarios entre hombres y mujeres, se soluciona reduciendo el sueldo a los hombres, en vez de aumentándolo a las mujeres.

Si los hombres pagan más que las mujeres en el seguro del coche, se cobra más a las mujeres.

Se vende ahora la depilación a los hombres también, como comentaba alguien en la entrada anterior.

Si los hombres bebían y fumaban y las mujeres no, ahora las mujeres también lo hacen (cómo me gustaría que en esto no tuviesen igualdad, la verdad, para evitar de golpe que la mitad de la población no cometa estupideces).

Igualdad, sí, pero muchas veces para peor...

Jej, me hace gracia, como dices, que sale el papá cambiando pañales... pero no se saca a un padre dando cariño a su hijo/a. Cambia pañales éste, sí... pero le importa más el fútbol (¡aaagggh!).

Sobre eso de que se piensa que las mujeres valen más, Kxll me enseñó hace unos días un artículo en el que un hombre hablaba sobre esto, y decía que si él va con su hija a pasear por la calle le miran mal, y cuando está en el supermercado, muchas mujeres le dicen: "Abriga a tu hija, que se va a acatarrar". Pero cosas así no se le dicen a una mujer, "porque ellas lo saben todo, y todo lo que hagan con su hijo/a está bien".

Como ya conté en una entrada mía... no tardará mucho en llegarme la típica madre que diga "ah, no, señorito, yo quiero hablar con una maestra y no con usted".

De hecho, he ojeado algunas revistas de magisterio infantil... y muchas hablan de maestras, no de maestros. Vamos, que lenguaje sexista, pero al revés...

Saludos.

Geli dijo...

A mi esta publicidad me resulta muy irritante, porque si, muestra a un padre cambiando pañales, pero lo muestran como un inútil que prefiere ver el partido, y cuida a su hijo solo porque la madre no está. No me parece un avance, más bien me parece que cae en todos los lugares comunes y estereotipos de siempre, pero poniendo un hombre en lugar de una mujer, todo bajo una apariencia progre, lo cual la hace más peligrosa, porque la aceptamos como un avance cuando no lo es.
Y además trata a los hombres como estúpidos, algo que hacen muchas otras publicidades, rayando lo ofensivo...

En fin, un saludo...

gretelx dijo...

Bueno, al menos hay un pequeñísimo progreso. Hay algunas publicidades realmente indignantes de lo machista.
Ejemplo: La del tipo que se le acaba la pastilla del inodoro y la llama a la mujer como si fuese una emergencia (quien a su vez llama a mister músculo). ¿Tan idiotas e inutiles iban a ser? Mi marido me llega a llamar porque no puede cambiar la pastilla del inodoro y ese mismo día agarro mis cosas y me voy!
Otra: La de los tipos que proponen una competencia de lavado de platos, pero al final terminan revoleandole los platos a sus esposas cual frisbees. Esa ya es indignante.
Tampoco nos comamos que hay empresas "no-sexistas". Un buen ejemplo es la misógina Axe que es hermana en Unilever de la "feminista" Dove.

Rowina dijo...

Un anuncio brutal. Y decís que va queriendo? Yo creo que esto lo aleja del querer. La misma historia en la publicidad una y otra vez. Como si un papá se preocupara más por el fútbol que por su chancho. Esto es intolerable.

Anónimo dijo...

Estimada Basta:
Si esperás mejoras en cuestiones de género, no las esperes del campo de la publicidad. Lo importante en un mensaje publicitario es la efectividad, y para poder ser efectivo, necesita operar sobre un discurso unificado: el hegemónico. La publicidad es un gran reproductor del status quo -sólo así se puede definir el target-, y es, también, uno de sus "aparatos digestivos": se ocupa de asimilar los discursos "incandescentes" en el seno tibio de lo políticamente correcto, y así los neutraliza.
Es por eso que esta publicidad no te satisfizo. La lectura que hiciste es exacta: el mensaje está dirigido a aquellos que mantienen un discurso "correcto" de igualdad de géneros, sin tener en claro muy bien de qué se trata. Gente y familias que, creyendo ser "abiertos" en materia de género, reproducen en realidad el modelo heteropatriarcal (y tranquilizan su conciencia al comprar "pañales a prueba de tontos").
En fin, no nos hagamos mala sangre y sigamos buscando (pero en otro lugar).
Aprovecho para mandarte un saludo grande; soy asiduo de tu blog y realmente disfruto mucho de su lectura.

Germán.

tam dijo...

Es un proceso, creo que de a poco se van a empezar a dar cuenta de que alguna cosas no tienen sentido. Mr Musculo es un hombre que les dice a las mujeres qué y cómo tienen que limpiar; pero a la hora del hecho se va a la mierda. Eso tendria que estar prohibido completamente.. con respecto a ese, esto es tremendo reclame

Geli dijo...

Me gustó la explicación de Germán. Igual la realidad de las publicidades no quita que nos podamos quejar de ellas, por suerte. El que existan nos dan la posibilidad de cuestionarlas y poner el tema del sexismo sobre la mesa familiar (o entre amistades) para discutirlo.

mamisepa dijo...

No me acaba de convencer el anuncio. No coge al niño con cariño, al principio lo coge con los brazos estirados, como si fuera radiactivo, vamos.

Germán, aunque lo que dices tiene mucha lógica, no estoy del todo de acuerdo con:

"Lo importante en un mensaje publicitario es la efectividad, y para poder ser efectivo, necesita operar sobre un discurso unificado: el hegemónico. "

En España hubo un anuncio de compresas en el que salían unas chicas jóvenes con minifalda bailando. El primer día ni mis compañerAs ni yo lo habíamos visto, y todos mis compañerOs sí, y resulta que las que compramos las compresas somos nosotras. Así que efectividad más bien poca...

Saludos

Anónimo dijo...

¡Hola Misteriosa!
Bueno, un mensaje publicitario puede ser más o menos efectivo... eso ya sería un caso particular.
Lo que quise decir con esa frase es que la publicidad, para ser masiva, necesita que los gustos, que la manera de pensar de los consumidores, sea masiva. Y por eso, siempre va a basar su mensaje en un discurso hegemónico.
No subestimemos el poder de la publicidad: nos tienen calados, mucho más de lo que pensamos. Muchas veces trabajan de maneras elípticas, sumamente efectivas.
El propósito de una publicidad no reside en venderte un producto, sino en venderte la promesa de la clase de persona que vas a ser, si comprás dicho producto. Quizá ese anuncio sí cumplió su cometido: al fin y al cabo, las chicas conocieron su existencia por el boca a boca de los varones (lógica patriarcal: los hombres desean a las chicas del anuncio, las mujeres desean ser deseadas por los varones, las mujeres compran el producto del anuncio para ser deseadas por los varones)... así que el mensaje "llegó", después de todo.
Bueno, igual no se de qué publicidad hablamos, así que son especulaciones en el aire.
Un saludo grande...

Germán

Bastadesexismo dijo...

Gracias Germán por tu aporte, me pareció muy interesante.

Será porque soy utopista (si no lo fuera, no me gastaría en mantener este blog...), pero tengo la esperanza de que algún día, el discurso hegemónico empiece a cambiar.

Y sabiendo que las publicidades, por lo reiterado del discurso, no solamente describen la realidad, sino que participan de alguna manera en su formación, creo que puede llegar un momento en que lo que muestren ya no sea tan sexista.

Por eso no quiero escupirle del todo a esta publicidad. Sé que el propósito sigue siendo vender, eso no va a cambiar, por supuesto. Pero el mero hecho de que ahora muestren a un padre cambiando los pañales de su bebé, con todas sus imperfecciones y con todo el lado sexista de la cosa, muestra que un leve cambio se está produciendo. ¿Qué las marcas se suben al caballo del feminismo para vender más, como lo hace Dove, de Unilever? Pues sí. Pero prefiero que se suban al caballo del feminismo y cada vez menos al del sexismo. Si lo que empieza a vender es ver a un padre ocupándose (aunque mal) de su hijo, y bueno, es señal de que algo se está modificando.

Anónimo dijo...

Buen artículo, y buenos comentarios, todos.

Aunque ciertamente es un paso adelante, buf..., yo no me identifico en absoluto con un padre como ése. Será que no me gusta el fútbol... :)

Pero claro, plantear un anuncio en el que aparezca un hombre sacrificando su afición al fútbol (o al trabajo, o a cualquier otra actividad egocéntrica o alienante), para centrarse en JUGAR con su hijo y atenderle... eso ya es muy atrevido, y puede poner en peligro todo el entramado económico de una nación.

Saludos.

Anónimo dijo...

Estimada Basta:

Quizá debería relativizar un poco lo que dije antes. No quise sonar tan categórico.

Como vos decís, la publicidad refleja, reproduce y además da forma a los modos de una sociedad, y es por eso que debe(ría) ser sometida a una crítica permanente por parte del espectador. Pero para eso es importante saber cómo funciona, y a esto apuntaba en los mensajes anteriores.

No quiero dar la impresión de que "no hay salida" (no es utopista quien busca una salida), sino sólo aportar un punto de vista útil (espero) y no desalentador.

Sí considero que, por ahora, el cambio de mensaje sexista al feminista, en la publicidad, no existe. Hubo una asimilación de los cambios en el imaginario social (por la renovación generacional del target, los padres y madres actuales deberían tener entre 20 y 40 años y las dinámicas familiares son otras), sobre el cual se apuntala la publicidad, pero no creo que suponga un cambio de fondo en el contenido.

Esto no quiere decir que las cosas no puedan cambiar, si uno/a la sigue remando. Mirá si no los movimientos por la diversidad sexual, la cantidad de reivindicaciones que vienen consiguiendo.

O sea: no sos una "utopista" (término que indicaría la ausencia de un lugar al cual llegar), sino una persona con una ideología anti-hegemónica que da sentido a sus acciones (esto no es un mero cumplido; es un mérito tuyo) y que es justo lo contrario: una apropiación del lugar que uno ocupa, real y simbólico. Es el caso de muchos de los que participan en tu blog.

Perdón por la pseudo-filosofía. Me parece que en lugar de aclarar, oscurecí. No estoy ducho en esto de participar en blogs.

Saludos grandes,

Germán.

Enrique dijo...

German:

Aunque con esto me salgo del tema...

Dices: "Utopista (término que indicaría la ausencia de un lugar al cual llegar)".

Tenía entendido que "utopía" es algo difícil de realizar, pero a lo cual sí puede llegarse. El término que designa el destino, el fin, cuya llegada es tarea prácticamente imposible, según tengo entendido, es "quimera".

Corrígeme si me equivoco...

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola Enrique:

Una utopía, según la etimología, sería un "no lugar". Tengo entendido que al principio Tomás Moro usó ese término para denominar a una sociedad inexistente...

Una quimera sería (lo pego de la definición de la Academia Española): "Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo".

Aunque estoy seguro que hay una palabra que nombra la idea de algo difícil pero posible de lograr, la verdad es que ahora no me viene a la cabeza. Sí estoy seguro de que la idea de una sociedad en la que cada uno pueda ser libre e igual "en la diferencia" no es una Utopía. Es bien posible, pero se necesita tiempo, laburo y educación (de la "buena", entendida como algo contrapuesto a lo publicitario).

Ufa, otra vez bajando línea. Disculpá, Enrique. En realidad no soy tan tajante como parezco cuando escribo.

Espero haber satisfecho la duda.

Un saludo grande,

Germán.

Leonardo dijo...

Soy hombre y nunca sentí nada por ningún equipo de fútbol. No tengo fanatismos ni ídolos en ningún grupo o equipo de nada. La imagen del hombre sentado mirando un partido de fulbo representándonos a todos es una imagen que no me gusta. Mucho menos si le da poca bola al pibe por ver un partido (qué mala imagen para los padres).

Yo no sé qué es peor: si tratar a los hombres de inútiles o insinuar que sólo las mamás están realmente preparadas para ocuparse de sus hijos (adentro de casa mientras papá trabaja y ellas lavan los platos y cocinan, por supuesto).

Mi pregunta siempre es la misma: ¿sí o sí tienen que hacer esta clase de publicidades las marcas conocidas para poder vender?