martes, 31 de enero de 2017

¿La contradicción de la teta?


Hace unos días, una veintena de policías intervino en una playa argentina para exigir a tres mujeres que hacían topless que se taparan los pechos, acusándolas de hacer exhibicionismo.


El tema se volvió viral en muy poco tiempo en las redes sociales. El escándalo desatado es una ilustración de cuán machista es todavía la sociedad argentina. Vale recordar algunas cosas de las que muchxs se han olvidado:
  • Una teta no es un órgano genital
Los genitales son, para los varones: el pene, los testículos, la próstata. Para las mujeres: el útero, las trompas de Falopio, los ovarios, la vagina, el clítoris.

Y nada más. Las tetas no forman parte del sistema reproductivo, no sirven para la reproducción, no tienen nada que ver con los órganos genitales.

Las tetas sirven para amamantar, no para reproducirse. Así que de exhibicionismo, nada.
  • Tantos varones como mujeres tenemos tetas
Las tetas suelen estar más desarrolladas en las mujeres, porque son ellas las que vienen mejor preparadas para producir leche. 

Pero de hecho, los varones también pueden producir leche en algunas circunstancias. Las tetas de los varones, si bien no están tan desarrolladas como las de las mujeres (aunque por gordura, algunos varones tienen más tetas que muchas mujeres), son exactamente lo mismo que las tetas femeninas: glándulas mamarias y pezón.


Tetas de varones muy desarrolladas. Y no censuradas por nadie.
Pero solamente el pezón y las tetas femeninas son consideradas "sexuales" o "indecentes".
  • Las tetas no son necesariamente objetos sexuales
No hay ninguna razón natural por la cual las tetas de las mujeres deberían considerarse más "sexuales" que las tetas de los varones.

¿Quién decide qué es erótico y qué no lo es? ¿Las tetas femeninas son objetos sexuales porque algunos varones (no todos) se excitan viéndolas? ¿O será porque algunas mujeres (no todas) sienten placer sexual cuando las tocan?

Pues adivinen qué: algunas mujeres también se excitan viendo pechos masculinos. Y algunos varones también se excitan cuando les tocan el pezón.

Las zonas erógenas son múltiples y variadas. Cada persona tiene sus "spots" particulares que las hacen gozar si las tocan "ahí". Personalmente, me vuelve loca que me besen en la nuca. Me pone muy, pero muy caliente. ¿Debería pensar, entonces, que es indecente andar mostrando mi nuca?

¿Entonces? ¿Por qué, con esa regla de tres, solamente las tetas femeninas son consideradas eróticas y objeto de placer? ¿Por qué los varones pueden exhibir tranquilamente sus tetas mientras que las mujeres debemos tapar las nuestras? ¿Por qué lo tenemos que medir todo de acuerdo a la vara de los varones, y decidir que las tetas femeninas son objetos sexuales pero las tetas masculinas no? 

La sociedad decide sobre el cuerpo de las mujeres, imponiendo sus reglas, su disciplina, sus mandamientos.

Si se considera que las tetas de las mujeres son objetos sexuales y eróticos, entonces se debe pensar lo mismo de las tetas de los varones. Y si se considera que es indecente que las mujeres enseñen sus pechos, entonces debería considerarse lo mismo para los pechos de los varones.

Pero no: un pezón femenino es censurado por las redes sociales, incluso cuando se muestran en su primera y principal función: alimentar al bebé. Los pezones masculinos, en cambio, se exhiben en absolutamente todos lados, no solamente carteles, tele y publicidades, sino también en los parques, las playas e incluso las calles. Ellos sí son libres de usar su cuerpo como se les canta.

Y si se sacan la remera en plena calle, nadie les dirá que buscan ser violados. Y ninguna mujer se les abalanzará para tocarles el pecho.

  • ¿Para el placer masculino sí está bien mostrar las tetas?
Ahora bien, eso de que las mujeres deben tapar sus tetas es muy relativo: extrañamente, a nadie les molesta que la desnudez femenina se exhiba en carteles, tele, películas, publicidades, para vender cualquier tipo de producto o para excitar a los varones.

O sea, sí se puede mostrar los pechos femeninos, pero solamente si sirven para el deseo masculino, si lo deciden los varones, y en las circunstancias en que ellos lo deciden.

Lo que aquí está en juego es la libertad, para las mujeres, de usar su propio cuerpo como mejor les parezca: eso sí que no es aceptable. Esta libertad sí hay que taparla.

Teta exhibida si y solo si es para placer de los varones: tetas lindas, jóvenes, perfectas y objetos de deseo.

Pero si las tetas se vuelven expresión de una libertad, de una reivindicación política (como las usan las Femen), si las tetas exhibidas no cumplen con las normas machistas impuestas (tetas lindas, jóvenes, erguidas), si las mujeres las usan libremente, entonces se tienen que ocultar.

Las tetas se pueden mostrar en toda clase de soporte sólo si el sistema patriarcal así lo decide. Cuando lo deciden las propias mujeres es cuando surge el problema y cuando se quiere disciplinar el cuerpo de las mujeres y coartar su libertad de decidir sobre su cuerpo.

El chico del final del video de la intervención de la policía en la playa (que, de hecho, andaba con sus tetas al aire sin que se le moviera un pelo) ¿se indignará de la misma manera y con tanta vehemencia cuando ve tetas en los programas de televisión?
  • ¿Por qué entonces las feministas se indignaron con el concurso "Cola Reef" si ahora quieren mostrar sus tetas?
Pues precisamente por lo anterior.

La desnudez femenina puede ser una señal de rebelión, de libertad, cuando quieren hacer del cuerpo un objeto de pecado que tiene que ser ocultado a toda costa. No hace tanto tiempo, en los países occidentales, las propias feministas reivindicaban poder mostrar su cuerpo en libertad. La minifalda era un símbolo de liberación luego de años de puritanismo y censura.

De hecho, cuando las feministas despotrican contra la desnudez de las mujeres en la televisión o las publicidades, se las tacha de puritanas que quieren volver a cierto orden moral, donde había que ocultar los cuerpos.

Por eso hablo de "la contradicción de la teta": por un lado, las feministas se indignan cuando se exhiben las tetas de las mujeres. Pero también se indignan cuando las quieren tapar.

¿Gataflorismo?

Pues no. En realidad, no hay tanta contradicción.

Una cosa es el mandato social sobre el erotismo, que siempre concierne a las mujeres (son sus cuerpos los que son considerados eróticos, no el de los varones). Otra, la libertad de andar como mejor se nos cante.

Una cosa es la objetivización de las mujeres como en concursos de belleza o de la "mejor cola del verano", en que se nos muestra como objetos sexuales a disposición de los varones. Y otra, muy distinta, es nuestro derecho sobre nuestros propios cuerpos y lo que nosotras decidimos hacer con nuestro cuerpo.

Las feministas se rebelan contra el hecho de que se muestren las tetas de las mujeres como objeto sexual para regodeo de los varones, objetivizándolas, sí. Y también reivindican el derecho de decidir cuándo, dónde y cómo enseñar sus pechos si quieren, con la misma libertad de la que gozan los varones. Y no hay nada contradictorio en ello.

La contradicción está en esta sociedad que considera genial enseñar las tetas cuando es para el placer masculino, pero considera que está mal enseñarlas cuando son las propias mujeres las que deciden hacerlo.

En Nueva York, una ordenanza permite desde 1992 andar con el torso desnudo en la vía pública. En nombre de la igualdad entre lxs ciudadanxs, esto vale tanto para varones como para mujeres. Cuando, hace unos años, policías quisieron multar a mujeres que estaban tomando sol con el pecho desnudo en Central Park, ellas denunciaron el hecho. Y se volvió a establecer que, si se permite a los varones andar con el pecho desnudo, no hay absolutamente ninguna razón por la cual no se debe permitir lo mismo a las mujeres.

Pero en Argentina, estamos muy lejos de eso. Y hasta para un video explicando qué hay que hacer para detectar el cáncer de mama se censuran las tetas, y únicamente las tetas femeninas:



  • Pero si los varones se excitan viendo tetas, ¿no va a haber más agresiones sexuales?
De nuevo, eso de que "los varones se excitan viendo tetas" es muy relativo. Incluso entre los heterosexuales,

Primero, se puede ser varón y no ser un animal en celo dispuesto a cogerse a cada hembra que pase. Si hay agresiones sexuales no es por la cantidad de carne que exhiben las mujeres (hay agresiones sexuales también en países en que las mujeres están obligadas a usar velo para salir a la calle), sino por la sociedad patriarcal que hace creer a los varones que las mujeres están a disposición de ellos (la famosa "cultura de la violación").

Segundo, el erotismo está íntimamente ligado a lo prohibido, lo oculto. Está comunmente aceptado que las tetas femeninas son "excitantes" y las tetas masculinas, no. Una gran diferencia entre unas y otras es que a las tetas femeninas hay que taparlas, cuando los varones andan con sus tetas al aire sin problema. Difícil sentir deseo por algo que está expuesto todo el tiempo.

En algunas sociedades indígenas, las mujeres andan con sus tetas al aire sin ningún problema. Es cultural, no natural.

Hay textos muy eróticos de siglos anteriores en los que varones se excitaban viendo un tobillo femenino. Al estar tapadas las mujeres del cuello a los pies, la sola visión de un tobillo desnudo provocaba sensaciones de mucha excitación para algunos varones.

Entonces claro, muchos varones piden a gritos que se sigan ocultando los pechos femeninos porque temen (con razón) perder ese deseo por las tetas femeninas si las mujeres pudieran mostrarlas cotidianamente como lo hacen los varones.

Eso del deseo, del erotismo, de lo oculto, es algo socialmente construido, para placer de los varones. Y los varones, con su indignación ante las tetas libres, reivindican su voluntad de querer seguir disciplinando el cuerpo de las mujeres, de querer seguir decidiendo lo que es excitante y lo que no.  

La hipersexualización del cuerpo de las mujeres es algo hecho para ellos, no para ellas. Las mujeres deberían poder vivir su cuerpo más libremente, sin estar pensando a cada rato que con él están excitando a los varones, que todo su cuerpo es un gran sexo andando.

Probablemente si las mujeres pudieran andar con el pecho desnudo como lo hacen los varones, se perdería mucha de esa "magia" de las tetas. Pero los únicos "perjudicados" serían los varones. Las mujeres estarían mucho más libres con sus cuerpos.
  • ¿Qué se puede hacer para luchar por nuestra libertad?
Para reivindicar el derecho de las mujeres a mostrar su cuerpo de la misma manera que lo hacen los varones, se convoca a un "tetazo" en el Obelisco el martes 7 de febrero a las 17 horas.

martes, 9 de agosto de 2016

Velo tapador y bikini mostrador, dos símbolos distintos para una misma opresión

Foto Lucy Nicholson/Reuters
Ya todxs habrán visto circular esta foto de los Juegos Olímpicos de Río 2016. Y muchxs se habrán indignado por el atuendo de la mujer musulmana, tapada de pies a cabeza y probablemente trabada en sus movimientos. Otrxs habrán pensado: qué lindo símbolo de tolerancia, compitiendo juntas a pesar de sus diferencias.

Yo creo que no es tanto lo que las diferencia sino lo que las une lo que hace que esa foto sea tan fuerte y tan simbólica. }

Y lo que las une es, simplemente, el patriarcado.

Pregunta: ¿es el velo musulmán el símbolo de la opresión patriarcal y machista

Sí, por supuesto.

Sea por elección o por obligación, las mujeres que llevan el velo lo hacen porque el cuerpo femenino es considerado impúdico, provocativo. Las mujeres deben taparse para no atraer las miradas lascivas (siempre lascivas, por supuesto) de los varones. El hecho mismo de que se exija una cosa a las mujeres y no a los varones lo hace sexista. Y en este caso, hasta misógino, con ese odio al cuerpo femenino, fuente de pecado (los varones nunca son fuente de pecado). El origen mismo del velo musulmán reside en el patriarcado.

Pero simbólicamente, ¿qué es más machista? ¿El velo que tapa a las mujeres como en el caso de la jugadora egipcia? ¿O las minifaldas y escotes que las exhiben como lindos objetos sexuales a disposición de los varones o, en el caso de esta foto, la bikini diminuta que lleva la jugadora alemana?

Como expliqué en otra entrada, hasta 2012, las jugadoras de voleibol de playa tenían la obligación de jugar con minúsculos bikinis, cuando no existía semejante obligación para los varones. Si a partir de los Juegos Olímpicos de 2012 se permitió que las mujeres jugaran más tapadas, no fue para una mayor igualdad entre varones y mujeres, sino únicamente por presión de los países musulmanes, para que las mujeres de esos países pudieran participar con velo.

O sea, nuestras sociedades occidentales, que tantas lecciones saben dar, también imponen sobre el cuerpo de las mujeres presiones, dictados, directamente surgidos del machismo y el patriarcado. Ya no para taparlas, sino para exhibirlas como objetos. Que a fin de cuentas viene a ser lo mismo, surgido del mismo mecanismo.

La crítica de la incomodidad de las prendas "típicamente" femeninas ha sido una constante en mi blog: los tacones agujas deforman la columna, dañan las rodillas, provocan lesiones y caídas, las minifaldas impiden el movimiento libre, muchos productos para tapar las canas son tóxicos (las mujeres que no se tiñen las canas son "dejadas", pero es "sexy" en los varones), y un sinfin de consecuencias nefastas para el cuerpo de las imposiciones patriarcales.

¿Y qué decir de las dietas inhumanas a las que debemos someternos para ser flacas antes del verano y perder 10 kilos en un mes, verdadera tortura que la escritora Leonora Miano tacha de "burka mental de las mujeres occidentales"?

¿Entonces qué? ¿Cuál es la mejor manera para una mujer de vestirse para ser "feministamente correcta?

Otra vez, la respuesta es: a pesar de que siempre se puede (y es recomendable) hacer un análisis del origen patriarcal de vestimentas y comportamientos y criticar los mecanismos sociales y culturales que llevan a que algunas mujeres vistan velo islámico y otras tacones y minifaldas, a la hora de hablar de las elecciones individuales, dejen elegir a las mujeres y dejen en paz a lxs individuxs.

Tanto el velo como el maquillaje o las minifaldas son imposiciones sociales (a veces, en el caso del velo en algunos países, por la fuerza), y cada mujer hace lo que puede para cuajar dentro de los mandatos impuestos.

Algunas tendrán la fuerza de resistir: las que se nieguen a llevar velo serán tachadas de putas o, en algunos países, castigadas con dureza, hasta asesinadas. En Occidente, las que se nieguen a disfrazarse con los atuendos reservados a las mujeres (tacones altos, minifaldas, maquillaje...) no recibirán castigos físicos, pero serán burladas, tachadas de mamarrachos, aisladas socialmente.

Es perfectamente razonable interrogarse sobre el carácter obligatorio del velo: en efecto, la mayoría de las mujeres occidentales adoptan a veces los códigos de seducción machistas, pero lo alternan con atuendos más cómodos y "neutros". En muchos países musulmanes, en cambio, las mujeres están obligadas a llevar el velo todos los días, cada vez que están en el espacio público.

Y ninguna mujer murió nunca por no llevar una minifalda. En cambio muchísimas mujeres han muerto por no llevar el velo.

Algunas feministas, como la escritoria de origen azerbaiyano Chahdortt Djavann, critican a aquellas que llevan el velo en países occidentales, y las tildan de "traidoras ante sus hermanas [de los países en que su uso es obligatorio] que intentan escapar del control totalitario del 'hijab' poniendo su vida en riesgo".

Algunas comparan el velo con la estrella de David. Preguntan qué habríamos pensado si algunxs judíxs hubieran decidido llevar de manera voluntaria la estrella de David en Estados Unidos en 1942, como una moda, cuando en Europa podían morir si no lo hacían, así como algunas mujeres llevan el velo de manera voluntaria en países occidentales, olvidándose de que en algunos países, intentan en vano liberarse de esa obligación.

Pero también algunas chicas en Europa deciden llevar el velo porque creen evitar, así, ser tildadas de putas, ser acosadas en la calle, ser silbadas como perros. El velo viene a ser una protección. Otras, muy jóvenes, lo hacen como un desafío identitario, en países muy racistas que llevan a la exacerbación de los sentimientos de pertenencia. Una adolescente reivindicará, con el velo, su "identidad" musulmana, en sociedades como Francia o Reino Unido donde son vistas como "extranjeras" por más que hayan nacido y vivido toda su vida en Francia o Reino Unido, y donde se les niega la identidad francesa o británica.

Pero como lo expliqué en una entrada sobre depilación, una cosa es la lucha política, por ejemplo cuando se critica el modelo de la mujer ama de casa que deja el poder económico, politico, público en mano de los varones.

Pero otra cosa, que no se puede juzgar nunca, son las decisiones individuales. Lxs individuxs a veces toman decisiones para su vida, por más que adopten simbologías machistas o clasistas, para poder encontrar su lugar en la sociedad. Cada cual hace lo que puede con sus herramientas, su posibilidad de rebeldía, su capacidad para resistir al ostracismo y a la discriminación si no cumplen con los mandatos.

En una nota titulada "¿Por qué la cuestión del velo divide a las feministas?", la militante antiracista francesa Rokhaya Diallo lo explica así:  
"El símbolo de la emancipación de las mujeres es la elección. El único criterio que debe permitirnos medirla, es la facultad que tiene cada mujer para taparse o desvestirse sin que eso las prive de las herramientas de su emancipación (educación, trabajo, bienes...)".

En la misma nota, la militante feminista Carolina de Haas compara a una mujer que elige llevar el velo con una mujer que elige ser ama de casa:
"Podemos pensar que reproduce un esquema, mecanismos sociales que ubican a la mujer en una situación de inferioridad. ¿Acaso esto significa que es pertinente señalarlas y explicar que 'esas mujeres' no entendieron nada a la emancipación? No. Hay que respetar al individuo y sus elecciones, aunque estemos en desacuerdo, al mismo tiempo que sí tenemos que cuestionar los mecanismos políticos, sociales y religiosos que llevan a esas elecciones".

- "Todo cubierto excepto los ojos.
¡Cuánta crueldad en esa cultura dominada por los varones!"
- "Nada cubierto excepto los ojos.
¡Cuánta crueldad en esa cultura dominada por los varones!"
Edit del 10/08: tras algunos comentarios en Facebook, quiero precisar algo: las únicas en poder hablar realmente sobre el velo islámico son las mujeres musulmanas. Las que no vivimos en una sociedad musulmana difícilmente podamos opinar acerca de qué es el velo y por qué se lleva. Algunas feministas islámicas sostienen que es una manera de empoderarse: permiten a las mujeres hacer cosas que no podrían hacer de otra manera, como ir a la playa, estudiar, trabajar, independizarse. Entonces lo reivindican más como una libertad que como una opresión.
Yo sostengo que a partir del momento en que una mujer tiene que vestir de tal o cual manera para sentirse libre, significa que hay un problema de opresión patriarcal. Una mujer no debería estar obligada a adoptar códigos de vestimenta para poder sentirse libre. Por eso digo que el velo es un símbolo de esa opresión.

lunes, 7 de marzo de 2016

No contestaré más comentarios

Mucha gente me pregunta por qué no estoy publicando más nada en este blog.

¿Habrá desaparecido el sexismo y ya no será necesario denunciarlo?

Lamentablemente, ésa no es la razón. Ojalá ya no tuviera motivo para escribir en un blog contra el sexismo. Pero éste sigue vivito y coleando, sin que en los últimos años haya mejorado absolutamente nada.

La razón por la que dejé de escribir es el cansancio. Las estadísticas lo dicen todo:

Desde 2007, he escrito 355 entradas.
Se han publicado 10.288 comentarios (a los que tengo que leer todos antes de publicarlos, y eventualmente contestarlos)
Entre mayo de 2010, año en que Blogger empezó con sus estadísticas, y marzo de 2016, casi 1 millón de páginas han sido vistas (995.016).

He escrito sobre temas muy diversos, que he clasificado en categorías para facilitar la lectura. Cualquier persona que venga puede encontrar bastante fácilmente entradas y conocer mi opinión sobre un montón de temas.

Sin embargo, nunca faltan lxs que llegan a mi blog de manera fortuita, leen una sola entrada, y se ponen a comentar, criticar, agredir o peor aún (para mí, es peor), opinar desde la ignorancia y pidiéndome que comente acerca de temas sobre los que ya he escrito y debatido decenas o centenares de veces.

Entonces, me cansé. Me cansé de la ignorancia, de la estupidez, de la prepotencia. Me cansé de tener que repetir una y otra vez lo mismo a gente que no tiene ni la curiosidad ni la honestidad de ir a leer algunas entradas antes de criticar mi blog en su globalidad. Me cansé de las agresiones, de la mala fe, de los machirulos que quieren monopolizar la palabra.

Y me cansé de que, porque respondo de manera impaciente cuando alguien comenta pensando que inventó la pólvora y en realidad escribe lo mismo que alguien escribió 10 comentarios más arriba, me digan a mí que soy agresiva.

Puede que sí me haya puesto demasiado agresiva como para contestar, lo reconozco, me lo han reprochado varias veces y no lo voy a negar.

Precisamente por eso tomé la decisión de seguir adelante con el blog, pero de no contestar más los comentarios. 

Podrán seguir comentando, pero yo no responderé, ni a preguntas hechas de buena fe, ni a agresiones, ni a nada de nada. Si quieren respuestas, están las FAQ que me tomé la molestia de escribir (bastante completitas y con muchos enlaces hacia entradas) y están las 355 entradas, en las que probablemente encuentren sus respuestas a sus preguntas.

Claro que para eso, hay que tener la curiosidad y la paciencia de leer, algo a lo que la gente ya no está acostumbrada.

Pues esa misma paciencia que la gente no tiene para leer, yo la perdí para responder a los comentarios.

Lo mismo haré en mi página Facebook, que tiene muchísimxs seguidores (más de 5.100) y en la que también pierdo muchísimo tiempo, energía y salud mental en responder a ignorantes, machirulos, trolls o simplemente personas que no se toman la molestia de informarse antes de criticar y opinar.

Así que pido disculpas de antemano a las personas que vienen a mi blog y hacen comentarios de buena fe, pero tengo que cuidar mi salud mental, y también administrar mejor mi tiempo.

Muchas gracias a todxs mis lectores por su comprensión.

PD: evidentemente, no impido a nadie expresarse en mi blog. Si quieren responder a alguien, comentar, opinar, lo pueden hacer como antes. Al contrario, invito a las personas de buena fe a hacer el trabajo que yo ya no quiero hacer! :-)

miércoles, 5 de agosto de 2015

El sexismo... del aire acondicionado

© BY THINKSTOCK

¿Qué mujer no se ha quejado de estar congelándose en pleno verano en su lugar de trabajo, con el aire acondicionado a tope, mientras sus colegas varones alegan que "así está bien"?

¿Puede que el sexismo se aloje en detalles al parecer tan alejados como... el aire acondicionado?

Pues sí, de acuerdo a un estudio publicado el 3 de agosto en la revista Nature, la temperatura ideal para el aire acondicionado (alrededor de 21°) se estableció en la década de los 60 en función del metabolismo de un varón de unos 40 años y de 70 kilos.

Ahora bien, nos explican los autores del estudio, los biólogos holandeses Boris Kingma y Wouter van Marken Lichtenbelt, el metabolismo de las mujeres es bastante distinto, y ellas necesitan temperaturas un 35% más altas para estar cómodas. Ellas, dicen, necesitan una temperatura de unos 25 grados para sentirse bien.

El sexismo reside en el hecho de considerar que "lo normal" es definido de acuerdo a individuos varones, cuando en realidad, debería ser un promedio entre varones y mujeres.

El estudio, llamado "Consumo de energía en edificios y demanda térmica de las mujeres", recuerda además que ese cálculo basado únicamente en el metabolismo de los varones tiene otro efecto nefasto, ya que el consumo de energía en los edificios representa el 30% de los gases con efecto de invernadero.

Adaptar la temperatura del aire acondicionado también al metabolismo de las mujeres permitiría entonces, además de que ellas estén más cómodas, luchar contra el calentamiento global del planeta.

Pero para ello, habría que considerar que "lo normal" no es "lo masculino".


miércoles, 17 de junio de 2015

Los hombres no pueden ser violados... dicen los machistas

Hoy salió publicada en La Nación una nota que cuenta que una ex porrista de 48 años violó a un chico de 15 años en Estados Unidos luego de alcoholizarlo.

Ahora enfrenta un cargo de 15 años de cárcel, bien merecidos, pues claramente se trata de una violación que debe ser castigada con todas las de la ley.

Ahora, ¿qué les parece que pasa con los comentarios debajo de la nota? ¿Salen feminazis histéricas con baba en la boca a reírse del caso y decir que no se trata de una violación?

Pues no. Pero sí salieron VARONES a reírse del caso y decir que no se trata de una violación, y escribir cosas como (cito textual):
¿Le hizo sexo oral HASTA en 2 ocasiones? ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!! ¡Que injusta la vida!!!
Mamita, en donde estabas cuando yo tenia 15 años!!
¡LPM! ¡Que suerte que tienen algunos!!!!! y uno pasando misheria...
todavia no intentaron hacer una reconstruccion del hecho?
Alto botón el pibe...
mas que boton, medio bolu..do, sabes como me callo la boca y me sigo haciendo tirar el gomon con la vete
yo la obligo a la vieja hacer degeneraciones!!!
uuuhh saltaron los derechos humanos, yo cuando cumpla 40 quiero tener sexo con una de 16... ya estoy juntando plata.
La ONU debería considerarlo un Derecho Humano.
En mi época ninguna vete quería violarme. seguro el pendex la paso mal.
Que me viole todos los dias,yo no me ofendo,tengo pelo,todos los dientes (no postizos) y peso 75 kg.
Estoy harto de ver noticias de mujeres violando chicos, lo único que me pregunto es por que nunca me tocó a mi?
Organicé una manifestación contra las violaciones de mujeres a los hombres: por ahora somos 4 (con 536.218 de rechazos a la propuesta)
Pensar q yo pago por algo 10 veces peor. El mundo está al revés.
Eso es mucha suerte que lo coja una hembra de essas tan buena que se veee yo encantado de andar debajo de ese coño
Pero por favor!! A un pibe de 15, con las hormonas en estado de erupción no lo viola una mi na así!! O el pibe es gay o la denuncia la hizo la mamá, flor de amarga!!!
Porque a mi no me pasan esas cosas, que me hubiese violado una veterana asi, !mamita! le hubiese dicho, violame de vuelta o te denuncio.
¡No me Jo.dan! El Pendex descubrió que era Gay sino no se entiende...
El pibe chocho de contento. Haberla denunciado es un ma ri cón. Alta milf! Le sopló la vela dos veces la milf y todavia se queja a los 15 añitos????
¿No era que las feminazis niegan que los varones pueden ser violados? Y resulta que no son las feministas las que lo niegan, sino el propio machismo, tal como lo había comentado ya en esta entrada anterior.

Lo más gracioso es que uno de los comentaristas dice, en tono irónico: "Seguro que las ligas feministas tomaron cartas en el asunto" a lo cual otro le contestó: "Están estudiando el caso. Seguro que van a decir que el culpable es el chico por portación de pene."

Ese fue el mismo que, un rato antes, había escrito: "La ONU debería considerarlo un Derecho Humano", "Que envidia" o "¿Cuánto hay que pagar para que una mujer lo violen a uno"... Una lógica implacable: acuso a las feministas de echar la culpa al pibe, pero yo niego que esto sea una violación. 

Resulta que el feminismo considera que CUALQUIER relación sexual IMPUESTA, sea de varón a mujer, de mujer a varón, de varón a varón o de mujer a mujer (cis o trans) es una violación y debe ser castigada.

Los que lo niegan son los propios machistas, que consideran imposible que un varón de verdad se niegue a tener relaciones sexuales con una mujer (caso contrario, es gay). Lógica machirula en todo su esplendor.

lunes, 1 de junio de 2015

#NiUnaMenos, la hipocresía de una sociedad feminicida

El 3 de junio tendrá lugar en Argentina una gran manifestación contra la violencia de género llamada #NiUnaMenos. Una campaña que se ha vuelto viral, ningún candidatx, políticx, personaje de la farándula queriendo quedar fuera de la fotito con el cartel ad hoc.



Hace unos días, ante el hallazgo del cuerpo de la joven Catherine, una horda de varones enfurecidos salieron a la calle en Monte Grande, incendiaron la municipalidad, la comisaría local y lincharon a un hombre.

Esas manifestaciones de violencia, típicamente machistas (¿realmente salieron a expresar su furia ante la violencia de género, o porque tocaron a una de "sus" mujeres?), demuestran que no han entendido nada a los mecanismos de la violencia de género, y que extrañamente, ningún varón (o muy pocos) se hace cargo de una violencia de la que todxs somos responsables.

La gran pregunta es:

¿Cuántos están dispuestos a la revolución estructural que se necesita para luchar realmente contra la violencia de género?

  • ¿Cuántos de los que salieron a la calle a prender fuego a la comisaría y a la casa del Secretario de Seguridad "piropean" a las mujeres? ¿Cuántos saben que esto también es violencia de género, y que entre un "piropo" y la muerte de una mujer por ser mujer, hay una diferencia de grado, pero no de naturaleza?
  • ¿Cuántos de los que iniciaron los disturbios pensaron, viendo las fotos de Daiana García en shortcito: "Y también, si sale vestida así...", justificando que se viole, se mate y se tire el cuerpo semidesnudo a un descampado de una chica de 19 años que iba a una entrevista de trabajo?
  • ¿Cuántos escribieron comentarios como el que encontré debajo de una nota sobre Daiana García en La Nación, y que es uno de los tantos comentarios que culpabilizan a la víctima:
    "andan desnudas, eso provoca y no me digan que tienen derecho a vestirse como se les canta, si lo tienen !!!!!!!!!!!!!!!!! pero también tienen que bancarse los problemas que eso acarrea"
  • ¿Cuántos miran el programa de Marcelo Tinelli y les parece divertido ver culos y tetas de mujeres en la pantalla?
  • ¿Cuántos repudiaron el "chiste" de Guillermo Pardini que decía que para tener sexo con una mujer, hay que drogarla?
  • ¿Cuántos pensaron que una chica que sale a bailar, como miles y miles de adolescentes y jóvenes en el mundo, se emborracha, llama a un radiotaxi para volver a su casa de manera segura, se duerme en el taxi y es violada, "se lo buscó"?
  • ¿Cuántos piensan que el feminismo es lo mismo que el machismo, pero al revés, cuando el feminismo es el único movimiento en tratar de luchar contra la desigualdad y la violencia de género?
  • ¿Cuántos piensan que varones y mujeres somos "complementarios"?
  • ¿Cuántos consideran que si una mujer se acuesta la primera noche, es una puta, pero si no lo hace, es una histérica?
  • ¿Cuántos hacen chistes machistas y difunden estereotipos sobre las mujeres (las mujeres no saben manejar, las mujeres no sirven para dirigir, las mujeres no tienen sentido de la orientación, las mujeres son impredecibles, las mujeres esto, las mujeres aquello)?
  • ¿Cuántos piensan que las mujeres no sirven para tal o cual trabajo?
  • ¿Cuántos dicen que las mujeres "son la cosa más bella del mundo", sin darse cuenta de que así están tratando a las mujeres como meros objetos, poniéndolas todas en una misma bolsa y encerrándolas en el papel de cosa pasiva destinada a ser mirada y admirada?
  • ¿Cuántos se ocupan de sus hijxs en un 50% real, cuántos faltan al trabajo cuando su hijx está enfermx, cuántos lxs llevan al colegio, lxs ayudan a hacer los deberes, les cambian los pañales, les hacen de comer, les lavan la ropa, lxs llevan a fiestas de cumpleaños, van a reuniones de padres?
  • ¿Cuántos les dicen a los nenes: "no llores como una chica", y a una chica: "sos la más linda princesa del mundo", limitando los roles de cada unx y participando así en la construcción de identidades de dominantes y sumisas?
  • ¿Cuántos creen que para que haya menos violaciones, hay que enseñar a las chicas a no salir, no vestirse de tal manera, no mirar de tal otra, no ir a tales lugares, tener silbatos, etc., y no hacen nada para enseñar a los chicos a respetar un "no"?
  • ¿Cuántos habrán dicho o pensado, como aquel violador en potencia en los comentarios de este blog, que si "una mujer va a una orgía y bebe hasta desfallecer", entonces no tiene que quejarse si la violan?
  • ¿Cuántos hacen algo realmente para que haya igualdad entre varones y mujeres, para que los varones no sientan que tienen un derecho sobre el cuerpo de las mujeres, cuántos actúan para enseñar a los varones a no violar, a no pegar, a no matar, a respetar un "no" en cualquier circunstancia?

No necesitamos que los varones salgan a la calle a incendiar edificios y a matar a gente. Necesitamos que dejen de ser machistas, que dejen de "piropear", de acosar, de agredir, de discriminar, de ver a las mujeres como objetos sexuales, de sentirse superiores, que dejen de pegar, de violar, de matar.

Y por cierto, esas preguntas son extensibles a muchísimas mujeres también. Entre ellas, ¿cuántas piensan que no necesitan el feminismo, y ahora llevan también el cartel #NiUnaMenos? Cuántas saben que esa campaña la iniciaron precisamente feministas?

Tampoco necesitamos la hipocresía de los medios, no necesitamos que una Mirtha Legrand o una Susana Giménez enseñen sin el más mínimo escrúpulo carteles de #NiUnaMenos, cuando en sus programas fueron capaces, cada una de ellas, de preguntar a una mujer golpeada: ¿qué hiciste para que te pegara?

¿Qué hace falta para que realmente no haya ni una menos?

  • Hay que dejar de preguntar cuán corta es la pollera de las chicas violadas. 
  • Hay que dejar de considerar a las mujeres como objetos sexuales a disposición de la mirada (y no solamente de la mirada) de los varones: dejar de mostrar cuerpos desnudos femeninos en la tele, las publicidades, el cine, para vender cualquier producto, dejar de cosificarlas como lo hacen Tinelli y consortes, dejar de organizar eventos como "la mejor cola del verano", etc. etc. 
  • Hay que empezar a considerar que un "piropo" es parte de una misma línea de violencia de género que termina en la violación y la muerte (varón que se siente el derecho a acosar a una mujer con consideraciones sobre su cuerpo = varón que se siente el derecho de tocar ese cuerpo = varón que se siente el derecho de someter sexualmente a ese cuerpo).
  • Hay que dejar de educar a las niñas con la idea de que son princesitas frágiles y lindas, y a los varones que son soldados viriles, violentos y conquistadores
  • Hay que dejar de considerar que una mujer que tiene una sexualidad libre "se lo busca"
  • Hay que dejar de ser cliente de prostitución (y no solamente de esclavas de trata: hay que dejar de considerar que algunas mujeres son agujeros destinados a que los varones se vacíen los testículos). 
  • Hay que dejar de preguntar a una mujer golpeada: "¿qué hiciste para que te golpee?" o "pero si no lo dejás, ¿no será que en el fondo te gusta que te peguen?" 
  • Hay que ser un padre responsable, atento, presente, que se ocupe de la educación de sus hijxs desde que nacen hasta que sean mayores de edad, no esconderse detrás del trabajo para dejar toda la responsabilidad de la crianza a la madre. 
  • Hay que dejar de considerar que un niño que juega a la muñeca será un homosexual (y dejar de considerar que ser homosexual es un drama), en lugar de considerar que esto lo puede ayudar a ser un buen padre. 
  • Y por supuesto, hay que legalizar el aborto, cuya práctica clandestina también es fuente de violencia contra las mujeres, que mueren por querer tener autonomía sobre su propio cuerpo. #NiUnaMenos también pasa por la legalización del aborto.

Ojo, me parece fantástica esta campaña de #NiUnaMenos. Al menos, se habló como nunca de la violencia de género en general y de la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, en particular, de la violencia simbólica, y quien quiso tener información al respecto, la tuvo. 

Simplemente, sin una modificación de toda una estructura mental machista y patriarcal, dudo mucho de que se pueda luchar contra la violencia de género.

La inmensa mayoría de las personas piensan que "está mal matar a las mujeres", pero no saben, ni quieren saber tampoco, por qué tantas mujeres son violadas y asesinadas, cuál es el mecanismo de la violencia de género y qué es lo que hay que hacer para vencerla.

Sobre todo porque lo que hay que hacer implica un cambio mental tan importante que significa una revolución total para la mayoría de la gente

Vencer los estereotipos de género, dejar de considerar a las chicas como princesas y a los chicos como soldados, dejar de pensar que "hombres y mujeres somos complementarios" es una revolución estructural que la inmensa mayoría de la sociedad, argentina y mundial, no está preparada para dar.

Sin esa revolución estructural, seguirá habiendo jerarquía de género y, por ende, violencia de género. Ningún cartelito de #NiUnaMenos podrá hacer nada al respecto, y la campaña, iniciada con buenas intenciones, sólo será una manera barata de quedar bien.

Edit del 2 de junio: Preciso que lo que más bronca me da no es que la campaña se haya vuelto popular y viral. Sólo me puedo alegrar por ello y ojalá vaya muchísima gente
Pero que un Marcelo Tinelli o un Dady Brieva, que son parte del problema, y que fomentan desde hace décadas la violencia simbólica contra las mujeres en sus programas, aparezcan ahora con el cartelito de #NiUnaMenos me da muchísima bronca. ¿Qué hará Tinelli para que no haya ni una menos? ¿Dejará de cosificar a las mujeres? ¿Modificará sus programas machistas? Tengo mis serias dudas al respecto.



viernes, 8 de mayo de 2015

¿A la cárcel por un piropo?

En Argentina, desde el revuelo que causó el video que posteó una mujer, Aixa Rizzo, víctima de acoso callejero, tres proyectos de ley (uno nacional y dos de la Ciudad de Buenos Aires) han sido propuestos para castigar esta forma de hostigamiento sexual que padecen las mujeres todos los días.


 Muchxs pensaron que me alegraría la noticia, por la rabia que me dan los "piropos" proferidos por machos en celo en la vía pública.

Pues sí... y no.

En regla general, no estoy a favor de la represión, sino de la prevención y de la educación. Y en este caso, creo que la represión sin más no cambiaría gran cosa.

Las violaciones están reprimidas en casi todo el mundo, con penas de cárcel durísimas. La violación es considerado un crimen, y por ende, tan castigado como un asesinato, en muchísimos países.

En Argentina no existen estadísticas, pero sí en otros países. En Francia, se calcula que hay 75.000 violaciones por año. O sea, 200 mujeres son violadas todos los días, en un país considerado "civilizado".

Francia tiene 70 millones de habitantes. Si llevamos la proporción a Argentina, cosa estadísticamente poco feliz, pero digamos que sí se puede hacer, querría decir que en Argentina, se cometen 42.800 violaciones por año. Es decir que todos los días, a pesar de leyes durísimas, 117 mujeres son violadas todos los días.

Un avión por día de mujeres violadas.

Y más represión no sirve para bajar esos números. ¿Por qué? Porque todo, en esta sociedad, alienta a los varones a pensar que tienen un derecho sobre el cuerpo de las mujeres. Se llama "cultura de la violación". Los violadores no son monstruos sino "hijos sanos del patriarcado", que han incorporado el mandato social de ser dominantes, de pensar que las mujeres están ahí para ser miradas, tocadas, cuando a ellos les parezca. Esto lo explico mejor en esta entrada.

Con los mal llamados "piropos", pasa lo mismo. Desde que son niños, los varones aprenden a piropear. 

Películas, libros, políticxs, gobiernos, publicidades (aquí o aquí), hasta campañas dentro de centros comerciales les enseñan que "piropear", aún con guarangadas, es de macho de verdad. Hasta el  gobernador de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, dijo públicamente que a las mujeres les gustan los "piropos", incluso los subidos de tono.

¿Cómo pretender luego reprimir con multas o cárcel a los varones que cumplen con lo que siempre les enseñaron que está bien?

Si nadie les explica por qué está mal acosar a las mujeres en la calle, si nadie les dice que un "piropo" no es un cumplido, sino una forma de acoso y de agresión, ¿de qué sirve castigarlos?

Y eso, ¿se lo explicará el guardia de la cárcel, que debe pensar él mismo que "piropear" está bien y es un halago? ¿Quién se hará cargo de abrirles los ojos sobre la realidad del "piropo", quién les dirá que se trata de "acoso callejero"? ¿Quién les dirá exactamente por qué fueron castigados por algo a lo que toda su vida fueron, al contrario, alentados?

Sí se podría imaginar un castigo en forma de asistencia a un taller sobre violencia de género en que les expliquen por qué se considera que un "piropo" es una agresión, en qué forma parte de una cadena de agresión que va desde el "piropo" hasta la violación, en qué una cosa tiene que ver con la otra. Talleres que deberían ser llevados por organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres que tengan el background suficiente como para que sean realmente pedagógicos.

Sólo así, con educación, se podrá cambiar las mentalidades. 

Pero claro, también habría que educar a las familias para que expliquen a sus hijos que piropear es una agresión, y a sus hijas que no necesitan de la mirada masculina para sentirse plenas.

O sea: habría que derrumbar todo el sistema patriarcal. Buena suerte con eso.


miércoles, 17 de diciembre de 2014

La perforación de orejas: mutilación y sexismo

Una noticia reciente me llamó la atención: el Estado de Nueva York decidió prohibir por ley tatuar (salvo para su identificación) o poner piercings a las mascotas, por considerar que estas prácticas son una forma de maltrato a los animales.
En efecto, contrariamente a una persona humana adulta, un animal doméstico no tiene la capacidad de decidir sobre su cuerpo, de oponerse a un trato doloroso, y cualquier imposición del dolor sin una causa realmente justificada es un trato cruel.

Y estoy bastante de acuerdo con esto.

Pero entonces, pregunto, ¿qué tenemos que pensar de los piercings en las orejas de las niñas a una temprana edad, a veces con muy poquitos días de vida?

Esta práctica, en algunos países, está muy arraigada. En España, es común incluso que la niña salga del hospital en el que nació con sus orejitas ya perforadas.

"En cada vez más hospitales y clínicas ya te ofrecen el pack de bebé niña + agujereado de oficio, junto con las pruebas médicas, el aspirado de mocos y otro tipo de cuidados, de forma que casi ni te enteras de cuándo se los ponen. Y claro, una vez en casa, coger a la niña un día, llevarla a la farmacia, sujetarla tú mientras se revuelve y llora, exige un acto mucho más consciente. Y da más palo" cuenta el blog De mamas y de papas.

Como para los animales, imponer una práctica física, definitiva (los agujeros pueden volver a taparse, pero puede que queden secuelas de por vida) y dolorosa (por más que el dolor sea menor) sobre el cuerpo de una o un bebé que no tiene la capacidad de decidir si está o no de acuerdo es una forma de maltrato. 

Son sus orejas, no las mías. Es su cuerpo, no el mío. No tengo por qué imponerle semejante decisión, por más mono que me parezca. Las bebés no son muñecas. Son seres humanos sujetos de derechos. El derecho a la integridad física es uno de los primeros.

La única persona que debería poder tomar decisiones que atañen al cuerpo (excepto razones médicas) es la persona misma, tenga la edad que tenga.

Por eso la perforación de orejas, como también la circuncisión de los niños, deberían ser consideradas mutilaciones y, por ende, prohibidas hasta que el niño o la niña estén en edad de decidir por si mismxs.

Pero además, la perforación de orejas de las niñas es una de las primeras maneras de marcar el género. No sea que confundamos una niña y un niño, dios nos libre y nos guarde.

Salvando las distancias, esta voluntad de marcar físicamente el género de una recién nacida se asemeja a la estrella de David impuesta a lxs judíxs en Europa bajo el nazismo: mujer naciste, mujer hay que reconocerte, mujer hay que marcarte ante la humanidad, porque como mujer hay que tratarte, con todo lo que esto significa.

Varios estudios muestran que la gente no se comporta de la misma manera con lxs niñxs e, incluso, con lxs bebés, según si se trata de un varón o de una mujer.

Uno de los experimentos* consistió en enseñar a dos grupos de adultxs el mismo video de un bebé llorando. Al primer grupo, se presentó ese bébé como un varón. Al segundo, como una mujer. A ambos, se les preguntó por qué lloraba. Las respuestas, para el mismo video, fueron distintas: lxs que creían estar frente a un niño contestaron que estaba enojado. Lxs que creían estar frente a una niña, que tenía miedo.

Al interpretar de manera distinta el llanto de un mismo bebé de acuerdo a su sexo, la respuesta de lxs adultxs será necesariamente distinta: no se actúa de la misma manera con alguien que está enojadx que con alguien que está asustadx. No se le habla de la misma manera, no se le trata de la misma manera.

Esto puede explicar por qué, desde una muy temprana edad, niños y niñas tienen actitudes, gustos (juegos, juguetes, centros de interés), comportamientos distintos, y por qué es absolutamente imposible saber, a ciencia cierta si esas diferencias son innatas o adquiridas. A partir del momento en que el o la bébé, y mismo el feto, recibe estímulos de personas adultas (se ha comprobado que tampoco se le "habla" de la misma manera, con el mismo tono y la misma voz, a un feto según si es varón o mujer, con lo cual la influencia social empieza antes mismo del nacimiento), esa sociabilización hace imposible la distinción entre genética e influencia del entorno.

Por ende, marcar desde muy temprana edad a las niñas con aritos en las orejas es una manera, junto con el color de la ropa, de alentar a la gente a tratar a esa niña "como una niña", a imponerle nuestra construcción mental y social sobre cómo deben actuar las niñas de acuerdo a cómo las vamos a tratar (por ejemplo, se le habla con mayor dulzura a una niña que a un niño, condicionando, por supuesto, a la niña, pero también al niño, que deberá construirse con otros tipos de estímulos).

Por eso algunas personas han querido ocultar a su entorno el sexo de su bebé, vistiéndole con ropa de color "neutro", dándole un nombre "neutro", para que el sexismo de la sociedad, basado en estereotipos de género, no influya en su comportamiento.

Capítulo aparte merecería la hipocresía de una sociedad que perfora las orejas de bebés de pocos días de vida, pero se atraganta de indignación cuando unx adolescente quiere perforarse la nariz, el ombligo u otras partes del cuerpo...

*Sex differences : a study of the eye of the beholder, John Condry and Sandra Condry, Child development, n° 3, sep. 1976

domingo, 7 de diciembre de 2014

Catálogos no sexistas de juguetes: ¡se puede!

Se acercan las fiestas de fin de año, y cada vez tenemos que soportar los catálogos de juguetes sexistas divididos en dos categorías: para niñas y para niños.

Muchas veces contestan: es que así es más fácil encontrar un juguete.

¿Más fácil? ¿Qué pasa si un varoncito quiere una muñeca o si una niña quiere un disfraz de cow-boy, como yo soñaba con tener (y obtuve) (sí, ya sé, los cow-boys son representantes de un sistema patriarcal y racista)?

Me imagino a mis padres deambulando por los pasillos de una juguetería, siguiendo los carteles, y buscando infructuosamente el disfraz de cow-boy en las góndolas "para niñas" (ya que yo era una niña)... ¿En qué es eso más fácil?

¿No sería más lógico dividir los juguetes de acuerdo al tipo de juguete, y no de acuerdo al supuesto género del o de la niña?

Pues buena noticia, esto es lo que ha hecho la marca Toy Planet en su último catálogo en España. 

Todo no está perfecto, el color rosa sigue siendo el predominante en cuanto a todo lo que sea juguetes tradicionalmente atribuidos a las niñas, ya saben, esos que apuntan a convertirlas en futuras esclavas domésticas de su marido e hijxs.

Pero se ven a niños jugando con muñecas y a niñas con autitos o herramientas de construcción. Y esto, sólo eso, ese detalle que parece tan anecdótico, pues es casi revolucionario.

Un niño juega con un cochecito de bebé
Además, las categorías son muchísimo más inteligentes, y permiten encontrar más fácilmente el juguete buscado: aire libre, fiestas y disfraces, manualidades, muñecas, primera infancia, electrónicos, vehículos grandes, etc.

También hay lista por edad, y otra por personajes (Dora la Exploradora, Minnie, Spiderman), etc.

Aquí otros ejemplos de las páginas del catálogo:

Una niña juega con herramientas

Un niño y una niña comparten herramientas de juguete

Niños y niñas juegan con muñecas y cocinas

Un niño juega con un lavarropa de juguete. ¿Par hacer como papá?

Una niña juega con cochecitos (¡como yo de niña!)

Niñas juegan con autitos

Una niña subida a una moto roja y negra (¡no rosa!)

Niñas jugando con cochecitos

Me parece que no era taaaan difícil cambiar el paradigma de los juguetes. Es una muestra de que dividir a la humanidad por sexo no es una fatalidad (como tampoco lo es dividirla por clase o por color de la piel). No es la humanidad a la que hay que dividir y poner en categorías, sino, en todo caso, si realmente queremos crear categorías, son nuestras actividades o nuestros comportamientos o nuestras "orientaciones íntimas" a las que hay que categorizar.

Es lo que propone el sociólogo francés Michel Bozon, que considera que las categorías por orientación sexual (hetero, homo, bi, etc.), por comportamiento sexual (monogámicx o no) o en función de la apariencia y de las actitudes en materia sexual (machote, afeminado, mujer "honesta"/mujer "fácil"...) no logran dar cuenta de los significados que revisten los comportamientos sexuales.

Michel Bozon propone entonces tres tipos de "orientaciones íntimas":

- el modelo de red sexual o de sociabilidad sexual: aquel en que se valoriza el hecho de tener muchas parejas y en que la intimidad se exterioriza (en general, la sociedad sexista considera que este modelo no es el adecuado para las mujeres).
- el modelo del deseo individual: orientación individualista en cuanto a sexualidad, y uso narcisista de dicha sexualidad
- el modelo de la sexualidad conyugal (sea cual sea, entonces, la orientación sexual de las personas).

Esta es una manera de categorizar los comportamientos sexuales, pero se pueden encontrar otras.

A lo que voy, es que no es necesario categorizar a las personas de acuerdo a su sexo, su género o su orientación sexual. Esas categorías no ayudan a entender mejor a la humanidad y a cada individuo.

Porque si, por ejemplo, divido a las personas de acuerdo a su sexo, ¿qué hago con las personas intersex?

O si divido a las personas de acuerdo a su género, ¿qué hago con una mujer que es "masculina" pero que no necesariamente es lesbiana? ¿En qué categoría la ubico? ¿Cómo hago para entenderla, para acercarme a esa persona?

Si somos humanistas, si nos interesan las personas que nos rodean, si las queremos entender, es imprescindible no ponerlas en categorías cerradas. Esas categorías son restrictivas, limitadoras, nos nos permiten entendernos.

El humanismo debe pasar, necesariamente, por romper los estereotipos de género, de clase, de raza.

jueves, 2 de octubre de 2014

Los hombres deben pagar la cena... y las mujeres abrirse de piernas

Ya es un clásico: cuando los varones se quejan de que el sexismo les afecta a ellos por igual, dan el ejemplo de quién paga la cena.

En efecto, en esta sociedad, se espera de los varones que sean ellos los que paguen la cena, el cine, las salidas. 

"¡Qué feminismo ni feminismo, si al final las mujeres pretenden que seamos nosotros los que paguemos todo!", lloran (comparando su desgracia con las violaciones, los acosos, las agresiones que sufrimos a diario).

Tienen razón y no tienen razón. En efecto, la mayoría de las mujeres, en todo caso en Argentina, esperan eso de los varones, y consideran que un varón que no pague o pague a medias es un desubicado, un maleducado, un grosero.

El tema es que no son "las mujeres" las que impusieron eso, y mucho menos las feministas, sino, nuevamente, la sociedad patriarcal

Aquella sociedad que hace de los varones los proveedores, y de las mujeres las que planchan sus camisas y limpian la caca de sus hijxs (aunque en el mundo real, las mujeres también trabajan, y algunos varones -muy pocos, como lo muestra este estudio del Indec- comparten el trabajo doméstico).

Aquella sociedad que establece los códigos dentro de los cuales varones y mujeres nos movemos sin haberlos elegido realmente.

Aquella sociedad que dice que un varón debe ser caballeroso, abrirle la puerta a una dama y dejarla pasar, caminar del lado de los autos en la vereda, y, claro está, pagarle la comida.

Aquella sociedad que discrimina a las mujeres en el campo laboral, les paga menos que a un varón, y luego, lógicamente, establece que el varón es el que tiene que pagar la cena.

Aquella que, de esa manera, sostiene a las mujeres en un estado de dependencia económica con respecto a los varones: quien tiene el dinero tiene el poder de decisión, o sea, el poder.

Y muchas mujeres creen que así se debe comportar un varón para respetar verdaderamente a una mujer, sin darse cuenta de que ese sistema las encierra en un rol de sumisión.

Esto se llama sexismo benevolente, un concepto que expliqué en otra entrada: cuanto más machista y violento con las mujeres es un país, más aceptado y deseado por las mujeres es el sexismo benevolente, porque, muy maltratadas a diario, buscan que las protejan, las cuiden, y el sexismo benevolente da precisamente la ilusión de proteger y cuidar a las mujeres.

¿Por qué digo que es una ilusión?

Porque el sexismo benevolente no es gratis. Un varón que le paga la cena a una mujer no lo hace de manera desinteresada. La idea es que si le abriste la puerta del taxi, le regalaste flores, la llevaste al cine y le pagaste la entrada y la cena, debe haber una retribución.

¿Qué tipo de retribución? Pues sexual, por supuesto.

Una mujer que no responda favorablemente (o sea, que no acepte tener una relación) a un hombre que le pagó el cine, el restaurante, etc., será tildada de malagradecida, de histérica.

Y así lo entendieron los que idearon este cartel visto en el centro comercial del Abasto:


El mensaje es claro, escrito en un tono conminativo: si él invita el cine, tú invita los besos. 

Y que no te quepa la menor duda: esto es lo que tenés que hacer, es tu obligación. ¿Te pagó la cena? ¡A la cama! ¿Te invitó al cine? ¡Poné el cuerpo!

Este cartel roza la violencia simbólica, naturalizando el hecho de que si él paga la cena, entonces la mujer debe retribuirle con besos (por no decir directamente con sexo).

Este cartel lo ven niñxs, adolescentes, a los que se presenta como normal que un varón pague y una mujer agradezca con besos. Y esto reproducirán más tarde, creyendo que así es cómo un varón (heterosexual, por supuesto) seduce a una mujer, cómo consigue sexo: pagando.

Hilando fino, es una justificación del sistema prostituyente: si pago, tengo derecho a tener acceso a tu cuerpo.

Y sino... ¿y sino qué? ¿Te violo?

Algo de eso hay. De hecho, si una mujer sale con un varón, luego no quiere acostarse con él y él la viola, siempre habrá gente para decir que "se lo buscó", "si aceptó salir con él, que se la banque", "si no quería acostarse con él, ¿para qué aceptó ir a cenar con él?

Los debates sobre la suerte de la pobre Melina Romero son un ejemplo de ello.

(Gracias V. por la foto)