martes, 22 de diciembre de 2009

¡Vacaciones!

Porque nadie me paga por hacer este blog,
porque no me tomo vacaciones de verdad con el blog desde su creación,
porque quiero pasar las fiestas lejos de la computadora,
porque yo también necesito descansar de la lucha contra el sexismo...

...por todos estos motivos he decidido tomarme unas vacaciones del blog hasta principios de enero.
Justificar a ambos lados
Esto quiere decir que por más comentarios que me envíen a partir de este martes 22 de diciembre, no los validaré hasta el 4 de enero, ni publicaré entradas nuevas hasta esa fecha.

Esto hará menguar la cantidad de lectoras y lectores, pero bueno, ¡es un riesgo que estoy dispuesta a correr para aliviar un poquito mi mente!

Les aliento, durante mi ausencia, a leer toooodas las entradas que nunca tuvieron tiempo de leer, ¡hay muchas y para todos los gustos! :-)

Felices fiestas a todas y a todos, ¡y que el 2010 nos traiga educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir, matrimonio para personas del mismo sexo, y en general, igualdad de género!

Bastadesexismo

lunes, 21 de diciembre de 2009

Quedé embarazada y...

Hace unos días, tuve una reunión de reencuentro con alumnas de un instituto de danza al que concurría cuando era adolescente. Para muchas de nosotras, no nos habíamos vuelto a ver desde nuestros 16 o 17 años. Ahora tenemos 34 o 35.

Una tras una, relatamos lo que nos había sucedido en todos estos años. Y me sorprendió algo. Muchas de las que tuvieron hijos contaron lo mismo: estaban estudiando una carrera, quedaron embarazadas, no terminaron la carrera, tuvieron otros hijos y ahora son secretarias, trabajan en un banco, en fin, tienen un trabajo aburrido y en el que nunca podrán desenvolverse profesionalmente.

Todas contaron eso con un tono resignado y para nada alegre. No es que dijeron: "Estaba estudiando y elegí privilegiar tener hijos y decidí dejar la carrera y dedicarme a mis hijos".
Todas dijeron: "Bueno, estaba estudiando, quedé embarazada, y, bueno... es así, qué se le va a hacer... Dejé la carrera y ahora soy secretaria".

O sea, no sentí en ellas una reivindicación de sus elecciones, sino más bien una resignación ante un hecho consumado.

Mi primera pregunta es: ¿por qué quedaron embarazadas mientras estaban estudiando?

Mi segunda pregunta: ¿en algún momento se les cruzó abortar para posponer la maternidad hasta después de terminar la carrera?

Mi tercera pregunta: ¿por qué dejaron la carrera?

A la primera pregunta, supongo que hay dos posibilidades. La primera es que fue un accidente. Son todas mujeres de familias más bien de clase media alta, educadas, con acceso a los métodos anticonceptivos. ¿Un accidente en esas condiciones? Es posible, porque un preservativo se puede romper, una pastilla puede ser olvidada. Digamos que es raro.
La otra posibilidad: el embarazo fue deseado. Pero si fue deseado, ¿por qué elegir embarazarse justo durante la carrera?
La única respuesta que me surge es que no se dieron cuenta de lo que significaba tener un hijo, pensaron que lo podrían hacer todo, hasta que se enfrentaron con la realidad. La falta de información fue la que las llevó a hacer esta elección. Si hubieran estado más informadas, no habrían hecho esta elección. Lo cual me lleva a pensar que se oculta la información a las mujeres para que sigan pariendo sin saber a qué se exponen.

Si fue un accidente, llegamos a la otra pregunta: ¿por qué no abortaron? Puede ser por varios motivos: convicciones personales, miedo a tener un problema de salud dado que en Argentina el aborto se practica en la clandestinidad, o presión de la pareja o de la familia.

Tercera pregunta: ¿por qué dejaron la carrera? Esto es lo que más me llama la atención, porque todas, en el momento de embarazarse, estaban en pareja, y de hecho seguían con la misma pareja al día de hoy. O sea, ellas tuvieron que dejar la carrera, ¿y sus parejas? ¿Qué dejaron por tener un hijo? ¿Su carrera? ¿Su trabajo? Visiblemente, nada de nada. Sus parejas no modificaron en nada su vida. Fueron ellas las que sacrificaron sus estudios, su carrera, su trabajo, y por lo tanto parte de su vida.

Sí, ya sé, lo eligieron, nadie les puso una pistola en la sien. Pero ¿realmente lo eligieron? ¿O todo en esta sociedad incita a que sean las mujeres las que se encarguen de los niños pequeños, mientras se insta a los hombres a seguir con su trabajo para mantener a la familia? ¿Se trata de una elección real de parte de hombres y de mujeres?

Lo que más me entristece es que esas mujeres, el día que se divorcien (porque estadísticamente es casi seguro que esto ocurra), se van a dar cuenta de que tienen un trabajo de mierda que les rinde dos centavos y no les alcanza para vivir. Y mucho menos para criar a sus hijos, porque por supuesto, ellas serán las encargadas de cuidarlos día a día, mientras que los padres de las criaturas, nuevamente, estarán exentos de responsabilidades diarias.

En esas condiciones, las mujeres reclaman dinero, el departamento, el auto de su ex marido... Y los hombres se quejan de que los dejaron en la calle y sin un mango, sin darse cuenta de que las mujeres habían dejado todo, sus estudios, su carrera, un trabajo que les gustaba o una carrera apasionante, para poder criar a los hijos de ambos.

Así como a ninguno de esos hombres se les ocurrió compartir la crianza y sacrificar ellos también algo para que ellas pudieran seguir con su carrera, a ningún padre, en el momento del divorcio, se le ocurrirá pedir la tenencia compartida, es decir, un arreglo para que los hijos estén la misma cantidad de tiempo con los dos padres.

La inmensa mayoría de ellos se conformará con verlos los fines de semana y las vacaciones, pagar una cuota alimentaria (cuando la pagan, cosa que en la mayoría de los casos, no ocurre) y punto. ¿Quién se tendrá que encargar de la educación diaria, de lavar la ropa, de plancharla, de hacer de comer, de bañarlos, de llevarlos a la escuela, al médico, a la casa de los amiguitos, de ir a las reuniones de padres (en las que solamente van las madres), de faltar al trabajo cuando enfermen, de sacrificar las salidas a la noche, las cenas con amigos?

Ellas, por supuesto.

Pero eso sí: los hombres se quejarán de no ver nunca a sus hijos, de haber dejado la casa a su ex, esa bruja malvada (¿se dieron cuenta de que en boca de los hombres, todas las ex son brujas que lo único que les interesa es sacarles el dinero?), de tener que pagar la cuota alimentaria (qué feo, no, encima de no tener ninguna responsabilidad diaria con los hijos, tener que pagar por ellos...).

O sea, se van a poner como víctimas, sin darse cuenta del sacrificio de por vida que sus ex hicieron con los hijos de ambos. Sacrificio que ellos no habrán contribuido en evitar. Al contrario, me imagino que muchos les habrán dicho: "No te preocupes, yo me encargo de todo, vos quedate en casa y ocupate de dar la teta".

La verdad, nuevamente, qué fácil que la tienen los hombres... Yo también en esas condiciones tendría tres o cuatro hijos sin ningún problema. Total, la persona que se encarga es la otra, yo sigo tranquilita con mi vida, mi carrera, subiendo en la jerarquía de la empresa, apasionándome por lo que hago, creciendo, desenvolviéndome en mi trabajo, haciendo grandes inventos y haciendo progresar la humanidad resolviendo problemas complejos.

Y después, tienen el toupé de decir que si las mujeres no llegan a cargos gerenciales, es porque no quieren...
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viernes, 18 de diciembre de 2009

¿Racismo o sexismo?

A veces es difícil hacer la diferencia. Uno de los dos es, sin lugar a dudas.

Título del diario La Nación, acerca de la detención de una joven por tráfico de droga en Ezeiza: "Rubia, joven y con la valija llena de cocaína".

Y en el cuerpo de la nota, el periodista reincide: "María N., rubia, de 21 años, quedó detenida a las 13 de anteayer..."

¿Rubia? ¿Qué aporta esta información? ¿Sería menos grave si fuera morocha? Si fuera morocha, ¿sería entendible que sea una delincuente, porque se supone que las morochas son más proclives al delito que las rubias, necesariamente de buena alcurnia? En ese caso, se trataría de racismo.

¿O bien es que, simplemente, al periodista le parece relevante el aspecto de una mujer en cualquier circunstancia? En este caso, sería sexismo. ¿Se imaginan lo mismo para un hombre? "Juan P., rubio, de 21 años, quedó detenido..."

Sea como sea, esta nota me hace pensar que mi optimismo de la otra vez estaba poco fundado...
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martes, 15 de diciembre de 2009

Por qué las mujeres reproducen el machismo o La violencia simbólica

Incontables cantidades de veces, me dicen, cuando me quejo, que nadie obliga a las mujeres a ceder a los mandatos patriarcales, a ponerse tacos altos, pintarse, ponerse minifaldas, quedarse en casa cuidando a los niños, depilarse etc. Que las mujeres que hacen todo eso lo eligen, porque les gusta.

Por supuesto, nadie está poniendo una pistola en la sien a esas mujeres. Pero hablar de elección en todos los casos es ignorar el lavado de cerebro que hombres y mujeres reciben desde que nacen para actuar de tal o cual forma.

Basta preguntarse por qué los hombres se ponen pantalones y no faldas. ¿Es porque realmente eligen no ponerse faldas? ¿Acaso se plantean: "Bueno, bueno, qué me pongo hoy, un pantalón o una falda? Oh, no, mejor un pantalón porque me gusta más que las faldas"?

Los hombres llevan pantalones porque les ponen pantalones desde que nacen, y porque escuchan desde que nacen que las polleras y los vestidos son "para las nenas".

¿Qué posibilidad de elección real tienen? ¿Les parece que se puede decir que llevan pantalones por gusto propio, o porque ese "gusto" fue impuesto desde que nacieron?

Un hombre ¿quiere ponerse pantalones, o es lo que se supone que debe hacer para ser reconocido como hombre y aceptado por la sociedad?

Para las mujeres, pasa lo mismo. Su ejemplo de mujer es, de acuerdo a los cánones impuestos en nuestra sociedad y nuestra cultura occidental, una mujer flaca, joven, blanca, sin arrugas, sin canas, sin celulitis, pintada, con vestidos escotados o polleras cortas, tacos altos e impecablemente depilada. Nos machacan el cerebro con esas imágenes, en todos los medios y ámbitos, desde que nacemos. Les ponen aritos a las nenas recién nacidas, como para marcar su género desde el vamos, y enseñarles ni bien pegan el primer grito que tienen que ir decoradas.

Una mujer ¿realmente quiere ser flaca, depilada, pintada, con polleras y tacos, o es lo que se supone que debe hacer para ser reconocida como mujer y aceptada por la sociedad?

Bueno, esa "imposición", que no es por violencia física, sino por un muy sutil lavado de cerebro operado desde el nacimiento, es lo que el sociólogo francés Pierre Bourdieu llama la "violencia simbólica", que lleva a una "dominación simbólica".

La dominación simbólica es una dominación que funciona en la medida en que la persona dominada no tiene plena consciencia de sufrir una dominación. Por eso, esa persona es ella misma cómplice de la dominación. Cree que le gustan los tacos altos y las polleras, cree que le gusta toda la parafernalia de la "feminidad", sin saber si realmente le gusta, o si se le fue impuesto desde que nació y a lo largo de su vida.

Las mujeres, entonces, son totalmente inconscientes de esa dominación, en la que participan y colaboran áctivamente, llegando incluso a defenderla ("si me pinto o me pongo tacos altos es porque me gusta", "si me depilo es porque así me siento más cómoda", etc.).

Porque nadie quiere reconocer que hace las cosas por imposición, y no por elección. El momento en que uno o una se da cuenta de que no hace prácticamente nada por elección real es bastante feo. Lo sé porque lo viví.

Ojo, los hombres también sufren esa dominación simbólica: el deber de virilidad, el cual es una carga terrible. Y también son inconscientes de ella. De nuevo, no se ponen pantalones porque los prefieran a las faldas, sino porque desde que nacieron les hicieron entender que los varones deben llevar pantalones para ser viriles (= para no ser afeminados, lo cual sería el colmo del horror).

Digamos que los hombres son "víctimas relativas" del machismo, como dice Bourdieu, porque ellos tienen privilegios, desempeñan el papel positivo, principal, son visibles mientras que las mujeres son invisibles (en el lenguaje, por ejemplo), la vestimenta que se les impone es más cómoda que la vestimenta impuesta a las mujeres, las exigencias sobre su cuerpo son menores que las que pesan sobre las mujeres (no se tienen que depilar, ni pintar, ni dejar crecer las uñas, ni poner joyas, etc. etc.).

Entonces, hombres y mujeres reproducimos, sin saberlo, esquemas que se nos fueron impuestos desde la infancia, no por la violencia física, sino a través de una violencia simbólica.

Por eso es que las mujeres reproducen el machismo, tanto como los hombres. Porque no son conscientes de esa dominación.

Entonces no hace falta ponerles una pistola en la sien para que se depilen y se pinten y se pongan tacos, así como no hace falta poner una pistola en la sien a los hombres para que se pongan pantalones y no faldas. Claro que en el caso de los hombres, las exigencias son tan escasas que en general no se quejan (excepto los que quieren ponerse faldas, pero son una minoría). A lo sumo, putearán contra la corbata o el afeitado de la barba para ir a trabajar. Pero para las mujeres las exigencias van mucho más allá del mero ámbito laboral.

Para que una mujer pueda liberarse de esa presión, tiene que haber sido vestida con ropa neutra desde su nacimiento, y/o criada con una ideología igualitaria y con la fuerza suficiente como para resistir a los mensajes del resto de la sociedad (publicidades, televisión, revistas "de mujeres", moda, etc.), o bien tiene que hacer un trabajo de deconstrucción muy largo y difícil, que pasa por reconocer la dominación a la que fue sometida, para poder superarla. Sólo después de eso, podrá considerar que es libre de depilarse o no, ponerse tacos o no, pintarse o no.

Porque ojo, no estoy diciendo que hay que dejar de depilarse o de pintarse en todos los casos.

Simplemente digo que hoy por hoy, raras veces se trata de una elección real. Me encantaría que algún día, hombres y mujeres podamos hacer lo que realmente se nos cante, sin que sea una imposición social. Si un hombre se quiere depilar, que lo haga sin que la gente se burle. Y si una mujer quiere dejarse el pelo de las axilas, lo mismo. Mientras todas las opciones no estén al alcance de todos y todas sin prejuicios, no se podrá hablar de elección real.

Es desde la pequeña infancia que hay que actuar. Sólo que para eso, hay que modificar todo el entorno social: la manera de educar a lxs niñxs, la televisión, el cine, las propagandas, la escuela, la sociedad entera. Probablemente no viva los años suficientes para ver llegar ese momento...
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domingo, 13 de diciembre de 2009

Malditos pelos

El otro día estaba en la calle y de repente apareció un hombre con el torso desnudo y completa y absolutamente peludo.

Me quedé conmocionada por esta visión simiesca de ese hombre que parecía exhibir su pilosidad como un trofeo de caza.

Y pensé: qué suerte que tienen los hombres. Y volví a pensar en eso de la envidia del falo. Les importa tres pepinos tener pelos y ser más próximos a orangutanes que a seres humanos. Nadie les va a decir nada por tener pelo tupido en el torso, la espalda, las nalgas, las axilas. Es más, la aparición del primer vello es tema de orgullo.

Y nosotras, al lado, somos capaces de dejar de ir a la playa o a la pileta si nos damos cuenta de que tenemos tres pelitos en las piernas o debajo de las axilas, so pena, sobre todo en Argentina, de que nos miren como mamarrachos. Y soportamos comentarios de amigos, novios, familiares, si cometemos la osadía de no depilarnos durante tres semanas.

Eso sí, esos mismos amigos, novios, familiares, son los primeros en decir: "Qué tontas esas mujeres que son capaces de no ir a la playa porque no se depilaron": parte de las eternas contradicciones a las que somos sometidas.

Yo misma, feminista, mujer libre, independiente, me he sorprendido poniéndome un pantalón con 45 grados de sensación térmica porque no me había depilado, en lugar de un short o una pollera, estando de vacaciones...

¿Qué nos pasa a las mujeres que somos capaces de renunciar a placeres de la vida como ir a tomar sol o a nadar o pasear con las piernas al aire porque no nos depilamos?

¿Por qué aceptamos que los hombres anden como simios en libertad por la ciudad (de hecho, odio a los hombres que se ponen torso desnudo en la ciudad, me parece una falta de decoro total), y aceptamos que nos miren con cara de asco (y nos miramos a nosotras mismas con asco) si tenemos tres pelos en las axilas?

¿Qué diferencia intrínseca hay entre el pelo de los hombres y el pelo de las mujeres?

Y si el pelo es tan feo, o es tan higiénico depilarse (argumento que escuché por ahí para justificar que las mujeres se depilen las axilas o el pubis), ¿por qué somos nosotras las que nos depilamos, cuando por lo general tenemos muuuucho menos pelo que los hombres y, por lo tanto, deberían ser ellos los que se depilen con mucho más razón que nosotras?

Me dicen que los hombres se tienen que afeitar. Puede ser. Pero si quieren andar con barba de tres días durante sus vacaciones, pueden, nadie les va a decir nada, no van a dejar de ir a la playa por temor al qué dirán.

Yo si llego a la playa con bigote saliendo del traje de baño, como hacen la inmensa mayoría de los hombres, la reacción más liviana sería una carcajada. Y después dicen que nos depilamos por elección y por gusto...

Si fuera el caso, ¿no les parecería mucha casualidad que toooodas las mujeres tengan el mismo gusto por la depilación, y tooodos los hombres el mismo rechazo?

PD: Preciso que la foto la saqué de Internet...
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sábado, 12 de diciembre de 2009

Momias del machismo

Tengo que compartir con ustedes una nota que acabo de leer en el diario La Nación. Estaba haciendo una búsqueda sobre las momias que fueron halladas en la provincia de Salta en 1999, y encuentro una entrevista a una de las arqueólogas argentinas del equipo que realizó los hallazgos.

Casi me estrangulo con las preguntas del periodista: después de precisar que la arqueóloga es "rubia, delgada y de media estatura" (seguramente algo imprescindible para ser arqueóloga) vienen las preguntas:
"Por ser mujer, ¿tiene dificultades con los hombres de la expedición? ¿Tiene novio?"
Así, en la misma pregunta: ¿tiene novio?

¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

Creo que el periodista podría haber sido menos hipócrita y haber formulado mejor su pregunta, algo así como: "Si tiene novio, ¿su amo le autoriza a estar tanto tiempo a solas con tantos hombres?"

Pero la cosa no termina ahí. Al contestar ella que no pensó en tener novio, el periodista le dice:
"Pero en esas soledades su belleza puede ser un imán..."
WHAT THE F...???

¿Se imaginan las mismas preguntas para un arqueólogo hombre? ¿Precisar el color de su pelo, preguntarle si tiene novia y decirle que su belleza puede ser un imán en esas soledades?

Pasaron exactamente diez años desde esta nota. ¿Hoy día sería posible leer tantas barbaridades machistas dignas de una momia? No lo sé. Tengo la ilusión de que no. ¿Ustedes qué dicen?
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martes, 8 de diciembre de 2009

Los ayatolás del amamantamiento


Después de la Unicef, le toca a la Ciudad de Buenos Aires lanzar una campaña en favor del amamantamiento. Con un eslogan bien claro: "Prioridad 1: los chicos".

Porque a partir del momento en que una mujer da a luz, ella ya no importa. Primero viene su bebé. Ella queda anulada como persona (de hecho, la publicidad no muestra una persona, muestra una teta), como mujer, como ser humano subjetivo, que piensa, elige, tiene opiniones, hace elecciones, sufre o goza. Lo único que importa es su bebé, y lo que la sociedad considera pertinente en ese momento para ese bebé.

Pongo en cursiva "en ese momento", porque la presión increíble que desde hace unos años reciben las mujeres para amamantar es exactamente la misma que recibían durante la Segunda Guerra Mundial en Europa para no amamantar y para que se incorporaran a la industria de guerra dado que la fuerza laboral masculina estaba menguando.

Como muy bien lo explica Marcelo Pisarro en la entrada Día de la madre: amamantar hasta que las lolas sangren, de su blog Nerds All Star, "las publicidades gubernamentales, en relación al amamantamiento, vibraron al son de los vaivenes económicos y políticos".

Lo que hoy nos presentan como una obligación absoluta so pena de que nuestro bebé se muera a los seis meses o sufra retraso mental y físico, en otras épocas era considerado nefasto para la sociedad.

¿Lo que cada mujer desea, elige, quiere, puede? Eso no importa: primero los chicos, de acuerdo a lo que impone cada época.

En la página del Gobierno de la Ciudad te dicen: "Dale el pecho a tu bebé cuando lo pida y olvidate del reloj". Encima, ¡a demanda! Toda la vida dijeron que a los bebés había que imponerles horarios sino se volvían malcriados y caprichosos, y ahora hay que darles la teta a demanda. Y tienen el desparpajo de explicar que "una lactancia prolongada ayuda a formar personas fuertes e independientes".

¿Independientes? Fuertes, vaya y pase, pero ¿independientes? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra, y más si le damos teta cada vez que chillan?

Y que las mujeres se vuelvan esclavas del bebé (porque esa es la realidad del amamantamiento a demanda, cuando hay que dar la teta entre 8 y 12 veces por día), que ellas pierdan su independencia, eso no importa.

Pero aparte, si hablamos de dar "lo mejor" para el bebé y considerarlo la prioridad número uno, entonces todas las madres y todos los padres tendrían que mudarse al campo, porque la contaminación de las ciudades es nociva para los recién nacidos.

Y también tendrían que hacer campañas públicas para incitar a los padres y las madres a tirar la tele por la ventana, por la mala influencia que representa (¿esa campaña se hará por la tele?), y a dejar de tener Internet para no exponer a su hijo al peligro de los pedófilos.

¿Lo hacen? No. Aunque está comprobadísimo que la contaminación hace estragos a los recién nacidos. Pero eso sí: con el cuerpo de las mujeres se dan todos los gustos para imponer lo que está bien y lo que está mal.

Hace unas semanas, salió uno de esos brillantes estudios que demostró que los bebés cuyas madres no trabajan y se aburren se quedan en casa ocupándose de sus hijos son más inteligentes, o más felices, o más sanos, no me acuerdo. Algo por el estilo.

Las madres, claro, ¿eh? No los padres. No se trata de que uno de los dos padres, no importa cual, se quede en casa cuidando al crío. No, señor. La nota decía "las madres". Son ellas las eternas abnegadas las que tienen que sacrificar su carrera para que el bebé sea más feliz.

Bueno, entonces lancemos una campaña para que las mujeres se queden en casa cuidando al bebé y dejen de trabajar. Qué raro, no, porque es exactamente lo que pregonaban los gobiernos dictatoriales como el de Franco o de Videla: las mujeres en la casa cuidando a los hijos y recibiendo al marido cuando llega exhausto de laburar.

Hoy, parecería totalmente incongruente que el Estado promueva ese tipo de sociedad. Pero al fin y al cabo, si es "lo mejor para el bebé", ¿por qué no? Todo sea para el bebé, ¿no es así? Cagándonos en lo que desea su madre para su propia vida, porque ella es lo de menos. Encima sería una manera de luchar contra la desocupación...

De hecho, me parece que la presión que existe para incitar a las mujeres a una lactancia "prolongada", como dice la campaña, es un intento pernicioso de que las mujeres regresen a sus casas. Porque a ver, intenten amamantar trabajando ocho horas por día fuera del hogar. Es imposible. Y no me digan que con la hora que "regalan" por ley a las mujeres que amamantan, se pueden arreglar.

Decir que las mujeres tienen que amamantar sí o sí de manera prolongada y a demanda, es equivalente a decirles que tienen que dejar de trabajar. Genial. En una época en que dos sueldos alcanzan apenas para vivir, me parece fantástico poner esa presión sobre las mujeres.

Y mientras tanto, el papá se desenvuelve en su profesión, sube los escalones de la jerarquía de la empresa, gana dinero... Y la mamá, totalmente dependiente del padre de la criatura, se dedica a hacer de vaca lechera, y minga que después pueda volver a laburar con el mismo salario que antes y en las mismas condiciones. Ni que hablar de tener una verdadera carrera en la que se sienta realizada.

Después se preguntan por qué las mujeres ganan, en promedio, un 14% menos que los hombres...

Así que la objetividad de la ciencia que asegura que lo mejor para el bebé es, dependiendo de las necesidades económicas de la época, no amamantar, o amamantar, me la paso por el culo.

Más allá de las campañas oficiales, algunos aseguran que (cita textual sacada del sitio web de una de esas organizaciones terroristas pro-amamantamiento a toda costa): "La leche de la madre es propiedad del hijo".

O sea, el cuerpo de la madre es objeto de una apropiación: un derecho patrimonial del que dispone el bebé. Esto es totalmente inconciliable con la visión de las sociedades occidentales sobre la libertad individual, el derecho a disponer y a decidir sobre su propio cuerpo. Porque el primer derecho humano es el derecho a la integridad física.

Una cosa es que se diga que la lecha materna es más sana para el bebé. Por qué no. Pero otra, muy distinta, es que se diga que las mujeres tienen la obligación moral de amamantar, porque es considerar a las mujeres como máquinas cuya finalidad es el bien del otro. Y yo lo lamento, pero tenga o no hijos, mi misión en la vida no es sacrificar mi felicidad, mi independencia, mi carrera, mi desenvolvimiento profesional, por otro ser. Si algún día tengo hijos, pretenderé ser ante todo una mujer feliz, equilibrada, contenta con su familia y con su trabajo y sus actividades, a fin de ser un ejemplo de plenitud para mis hijos, en lugar de dar una imagen de sacrificio, abnegación, y forzozamente, de resentimiento, como tantas madres, cuyos hijos luego se quejan de que grite todo el tiempo y sea una resentida de la vida.

Muchas mujeres (y hombres) son víctimas de estas ideologías que parecen hacer la apología de la Mujer con una M mayúscula (Mujer abnegada, Mujer sacrificada), sin darse cuenta a qué punto este tipo de discurso es machista, violento y liberticida. El mandato impuesto a las mujeres, en nombre del interés del bebé, de renunciar al derecho a disponer de su cuerpo, es una doctrina que las transforma en máquinas.

Hoy día, con la cantidad de campañas que hay y el terrorismo ejercido por los ayatolás de las organizaciones tipo Liga de la Leche, ya no se trata de informar, sino, de manera insidiosa, de instaurar vergüenza, culpabilidad y un sentimiento de incapacidad a las madres indignas que, por razones de salud, porque les duele, por razones de no-disponibilidad porque trabajan, o simplemente porque les causa rechazo, no pueden o no quieren amamantar.

Aconsejar y ayudar, por qué no. Pero manipular y culpabilizar para forzar la decisión, de ninguna manera.

Amamantar puede doler muchísimo. Aceptar un dolor extremo durante varios largos minutos, hasta doce veces por día, durante varios meses, es algo que una mujer puede hacer porque lo elige, pero no por obligación. Y si lo hace por obligación, lo más probable es que le duela aún más y termine haciéndolo con odio. Un estrés y un resentimiento que, necesariamente, transmitirá a su bebé.

En esas condiciones, ¿sigue siendo lo mejor para el bebé?

Además, la campaña de la Ciudad de Buenos Aires me parece terriblemente culpabilizante, porque reza al final: "Tu amor es el mejor alimento".

Confundir amor y alimentación del bebé es una idea realmente extraña. El amor de una madre (o de un padre) no se mide de acuerdo al modo de alimento utilizado. Esto es, nuevamente, culpabilizar a las madres que no amamantan: ¿quiere decir que ellas aman menos a su bebé que las que dan la teta?

¿Entonces puedo decir sin equivocarme que las parejas que viven en la ciudad aman menos a su bebé que las parejas que viven en el campo? ¿Que las parejas que dejan que sus hijos vean tele los aman menos que las parejas que no tienen tele?

Déjense de joder, por favor...

Yo creo precisamente que se puede dar la teta con amor, si se hace con ganas y por elección, pero también se puede dar el biberón con amor. Y que al final, lo importante no es qué alimento se da al bebé, sino cómo se lo da. ¿Qué es mejor? ¿Dar la teta sin ganas, con resentimiento, reticencia y dolor, o dar un biberón con amor, cariño y ternura, y que encima el papá lo pueda hacer y, así, involucrarse profundamente en los cuidados de su bebé en los primeros meses de su vida?

Tampoco es que estoy pregonando dar mierda a los bebés. Las preparaciones artificiales son sustitutos perfectamente aceptables. El niño o la niña no se va a morir porque reciba leche en polvo. No estamos hablando de niños de Africa, ni de los que vivan en situaciones de extrema pobreza, y cuya opción a la lecha materna es... nada.

Y si realmente creen que su hijo será más inteligente porque bebe leche materna... es francamente preocupante.

El otro día una mamá estaba dando un biberón a su hijo de 3 meses. Una mujer que apenas la conocía le preguntó: "¿Por qué le das un biberón?"

¿Y a vos qué mierda te importa? ¿Yo te pregunto cuántas veces por día te masturbás y si te gusta la sodomía?

Tengo una amiga HIV positivo que tuvo un bebé (de hecho, ¿habrá que quemarla en la hoguera por haber tenido un bebé siendo seropositiva?) y, lógicamente, no podía amamantar, para no contagiarlo(*). ¿Se imaginan su estrés y su desesperación cada vez que le preguntaban por qué no daba la teta? ¿Qué podía responder? ¿"Porque tengo HIV, imbécil"?

Esa manera de inmiscuirse en la vida privada de los demás, y en particular de las mujeres, me da por el quinto forro de los ovarios.

Las mamás primerizas ya tienen suficientes miedos, dudas, angustias, con respecto a su nueva responsabilidad. No necesitan que encima las culpabilicen y las presionen y les hagan la moral sobre el amamantamiento. Y reducir la función materna a la producción de leche es realmente patético.

Así que como siempre digo, informar sí, pero ¿puede ser que cuando la mamá esté informada de los beneficios de la lactancia, dejen de hincharle los ovarios de una vez por todas y la dejen tomar su decisión sin que tenga que justificarse?

Información, sí. ¡Terrorismo, no!

(*) De hecho, algunas de estas organizaciones extremistas en favor del amamantamiento exclusivo durante los primeros 18 años del bebé no vacilan en sostener que es mejor que una mujer seropositiva amamante, ¡¡porque así construye la inmunidad del bebé y lo protege contra el sida!! La verdad que esta gente está mal de la cabeza...

PD: Es muy llamativo que el tipo de mamá y de bebé que muestra la campaña del Gobierno de la Ciudad sea bien blanco y bien rubio. Sin hablar del hecho de que se menciona a "los chicos", invisibilizando a las chicas. En realidad la campaña debería decir: "Primero los varones blancos".

PD2: Minutos después de publicar esta entrada, leo esta nota en el suplemento Las 12, de Página/12. ¡Ni que me hubiera copiado!

sábado, 5 de diciembre de 2009

Los declaro marido y mujer

¿Alguna vez se dieron cuenta de la diferencia?

Cuando un hombre se casa, se convierte en marido. Cuando una mujer se casa, se convierte en... mujer.

O sea, una persona de sexo femenino no alcanza la madurez, la completud, la edad adulta, hasta que se casa. El hombre es el que la convierte en mujer. Su identidad de mujer pasa por un hombre. Y se convierte en "su mujer", como tiene su perro o su casa.

Porque si "mi marido" o "mi esposa" se refiere a un estado civil, en cambio "mi mujer", que es un término genérico, es claramente un referente de posesión.

Es otro motivo por el que he decidido no casarme. No necesito un hombre para alcanzar el estatuto de mujer, y no pretendo ser la posesión de nadie. El día que se declare a los contrayentes "esposo y esposa", o de última "hombre y mujer", veremos. Por ahora, paso.
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jueves, 3 de diciembre de 2009

¿Llevar el apellido materno? Una tremenda injusticia...

En Crítica Digital salió una nota muy interesante sobre los problemas a los que se enfrentan los nietos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo. Para las personas que no conocen la historia argentina, se trata de niños y niñas nacidxs en cautiverio durante la última dictadura militar (1976-1983), cuyas madres están desaparecidas (fueron asesinadas pero sus cuerpos nunca aparecieron). Los bebés fueron dados en adopción a militares o policías que no podían tener hijos propios.

Desde hace más de treinta años, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo lucha incansablemente por recuperar a esos 500 niños y niñas que, hoy en día, son adultos que no saben que fueron adoptados y mucho menos que sus padres biológicos fueron secuestrados, torturados y asesinados.

Al día de hoy, 99 personas recuperaron su verdadera identidad.

La nota de Crítica Digital cuenta las dificultades diarias a las que se enfrentan esas personas, porque los trámites burocráticos para cambiar su documento de identidad son muy largos.

Uno de ellos cuenta en la entrevista todo lo que no puede hacer por no tener su nuevo documento de identidad:
"No puedo tener mi documento a nombre de Alejandro Sandoval Fontana y tampoco puedo tramitar nada nuevo a nombre de Alejandro Rei porque reproduciría un documento falso. En el auto no tengo cédula azul, no me puedo casar. Si tengo un hijo debería ponerle el apellido de la madre. (...)"
Entiendo que esta última situación sea realmente horrible. Que los niños y las niñas lleven el apellido materno es un drama, un atentado al patriarcado. Una tremenda injusticia que es necesario denunciar.

Bah, más o menos como la que las mujeres soportan desde hace siglos.

Otro nieto recuperado cuenta:
"Con mi esposa no queríamos que quede embarazada hasta tanto no pudiera renovar el DNI, porque si no íbamos a continuar con el apellido falso incluso en nuestros hijos."
O sea, la posibilidad de que lleven el apellido materno ni se les cruzó. Mejor no tener hijos antes de que lleven el apellido de la madre. Entiendo la importancia del asunto, como para posponer un deseo de maternidad y paternidad...

Si las mujeres hubieran tenido que posponer su deseo de maternidad para que sus hijos pudieran llevar su apellido, la humanidad se habría extinguido hace rato...

Que quede claro, no estoy juzgando la situación de lxs nietxs recuperadxs. Ellxs tienen toda mi solidaridad, mi simpatía y mi apoyo en su lucha por la verdad y la justicia. Su situación me parece tremenda y les deseo que todos los problemas a los que se enfrentan se resuelvan lo más rápidamente posible (y que los responsables de tantas barbaridades se pudran en la cárcel).

Lamentablemente, esos comentarios también muestran que machismo hay en las mejores familias y que por más que uno hable de justicia e igualdad, muchas veces estos nobles valores no están destinados a las mujeres...
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