sábado, 27 de febrero de 2010

El machismo de los cuentos infantiles

Disney es machista. Un video en Internet, enviado por una persona que lee este blog, lo explica muy bien.

Aunque Disney no ha inventado nada. La inmensa mayoría de los cuentos infantiles lo son: siempre cuentan la historia de una chica linda, con una madrastra horrible y mala, un padre bueno y sometido a su esposa, y un príncipe azul que rescata a la princesa.

¿Cuál es la enseñanza de esos cuentos? Que el padre es siempre bueno, que la culpable de todos los males es siempre una mujer, que las chicas tienen que esperar pasivamente a su príncipe azul que viene a rescatarlas y se enamoran de ellas no por su inteligencia, sino por su belleza, y que su felicidad pasa por casarse y tener hijos.

En pocas palabras: sé linda y callate.

Si tuviera hijxs, defenestraría a la primera persona que se atreviera a contarles ese tipo de cuentos.

martes, 16 de febrero de 2010

Lo que pasa es que no tenés humor...

El otro día me enviaron chistes por mails, de esos "subidos de tono" que circulan por Internet y que, más allá de que me parecen pésimos, transmiten de manera encubierta un horrendo sexismo. Digo, no dicen "las mujeres son todas putas", pero finalmente, no sé qué es peor, si chistes claramente machistas, o este tipo de chistes con la apariencia de la inocencia.

Primer chiste:
Resulta que, tras el diluvio universal, el arca de Noé se movía para todos lados, y el patriarca Noé no encontraba explicación a ello.
Un día decide ir a visitar la cubierta de los animales, y he ahí el problema: todos los animales hacían el amor.
Noé enfadado les gritó:
- Paren, ¡esto no puede ser! Les salvé la vida, ¿es así como me pagan? Van a hundir el arca.
Todos los animales le obedecieron, pero a Noé le dio lástima y les dijo:
- Le daré una ficha a cada pareja; en ella estará el día y la hora en que pueden hacer el amor.
Y así lo hizo. Pasaron los días y andaba el mono molestando a la mona y le decía:
- ¡El miércoles a las 4 de la tarde vas a sufrir!
Y durante tres días le dijo lo mismo. La mona, muy enfadada, fue a hablar con Noé.
- Mira Noé, el mono hace tres días que me anda molestando. Me dice que el miércoles a las 4 de la tarde voy a sufrir. Yo sé lo que va pasar ese día. ¡Pero no puede andar gritándolo por todas partes! ¿Qué van a decir mis amigas?
Noé, enfadado, fue a buscar al mono y le dijo:
- ¡Oye, mono...! ¿Por qué molestas a la mona de esa manera? ¿Qué es eso de que va a sufrir?
- Verás... ¡es que perdí mi ficha jugando al póquer con el burro!
No es la expresión "vas a sufrir" la que me escandaliza. Sino el hecho de que sea el mono el dueño de la ficha. ¿No era que Noé había dado una ficha "a cada pareja"? Aquí vemos un espléndido ejemplo de falocentrismo: "la pareja" es, en realidad, "el macho", que tiene la ficha, o sea, el poder. Poder de decidir cuándo, cómo y si tener relaciones sexuales. Todo un símbolo...

Segundo chiste:
Un joven, al estar con su novia en un parque, dentro de un auto, le ruega, lloriquea y pide por lo que más quiera que se deje hacer el amor, pero la chica no accede.
Finalmente el joven le dice:
- ¡Anda mujer! ¡Sólo te voy a meter la mitad!
La mujer, por fin convencida, acepta, diciéndole:
- Bueno, pero sólo la mitad... Promételo.
El joven acepta y se lanza sobre ella desesperado e introduce todo lo que tiene. La chica, al sentir la embestida, goza tremendamente y le dice a su novio:
- ¡¡Métemela toda!! ¡¡Métemela toda!!
El novio, algo avergonzado, tratando de salvar su orgullo, le dice:
- ¡Ah no! Promesas son promesas.
O sea, primero, vemos claramente un caso de violación: ella acepta con la condición de que sea sólo la mitad, y él se caga en su deseo, su cuerpo, su integridad física y se la mete entera. Claramente una relación no consentida.
Y luego, el chiste transmite la idea de que si le das un poquito a una mujer que se niega, ésa enseguida cambia de parecer y se pone a gozar como loca.
Por último, da a entender que hacer el amor = penetración de la vagina con el pene. Yo, personalmente, conozco mil maneras de hacer el amor sin que haya penetración, pero en fin...
Y ni que hablar de la expresión: "que SE deje hacer el amor". Significa que en una relación sexual, el que hace es el hombre. La mujer se deja. Buenísimo.

Eso sí: si le enviara mis comentarios a la persona que me mandó estos chistes, me tildaría de histérica, de hincha pelotas, de aburrida, y me reprocharía que vea sexismo en todos lados.

Si veo sexismo en todos lados, ¿será por un problema mío de visión? ¿O porque realmente está en todos lados?
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jueves, 11 de febrero de 2010

Las madres perpetúan el machismo

Me pidieron entradas más cortas. Entonces voy a escribir una entrada corta.

Incontables veces, escucho que son las mujeres las que tienen la culpa de perpetuar el machismo, porque educan a sus hijxs de manera machista.

Ajá.

¿¿¿Y el padre qué carajos hace mientras tanto??? ¿Salió a jugar al pool con los amigos?

Un padre que deja que la madre eduque a sus hijxs de tal o cual manera, o que directamente no se hace cargo de sus hijxs, tiene tanta responsabilidad como la madre en el resultado de esa educación. Si quiere un resultado distinto, ¡que se meta!

Por lo demás, y sí, las mujeres también son producto de una sociedad y reproducen el machismo, ¿o pensaban que las mujeres vivían en una burbuja?


(¿así es suficientemente corta la entrada?)

martes, 9 de febrero de 2010

Me duele la cabeza...

El otro día, estuve hojeando la revista Brando, una revista, al parecer, dirigida al hombre moderno heterosexual de hoy. Uno de los artículos hablaba del cansancio que pueden sentir algunos hombres al final de la jornada, que dificultaría el deseo sexual y las ganas de tener sexo con su pareja.

No tomé la pena de anotar exactamente lo que decía, pero uno de los párrafos explicaba algo así: después de una jornada laboral de ocho horas, de una hora en el tráfico, de tener que soportar los gritos del jefe o el mal humor de los colegas, pasar por Coto a comprar lechuga y papel higiénico y llevar a la más pequeña a su clase de chino mandarín, cualquier hombre puede legítimamente sentirse cansado y no tener ganas de tener sexo.

Aaaaaaah, noooo, ¡paren las rotativas! ¿¿Cómo es eso?? Así que ahora que los hombres también hacen compras y se ocupan de lxs chicxs, ¿nos vienen con que están demasiado cansados como para tener sexo? ¿Cómo? ¿No era que era una excusa de las mujeres porque es bien sabido que a las mujeres no les gusta el sexo y se la pasan buscando excusas?

Claro, antes, los varones, después del trabajo, se iban a jugar al fútbol o a tomar una cerveza al bar o se quedaban hasta las 22 en la oficina (siempre con reuniones muuuuuy importantes) con tal de no volver a casa y tener que agarrar una escoba, cocinar o ayudar a sus hijxs a hacer sus deberes. Cuando llegaban a casa, estaba todo listo, los niñxs estaban en la cama, sólo tenían que ir a darles el beso de las buenas noches, poner los pies debajo de la mesa, comer, ver un poco de tele, y pretender que su esposa estuviera dispuesta a tener una noche de sexo desenfrenado, sin tomar en cuenta todo lo que ella había hecho en la casa además de su  propia jornada laboral.

Y ahora vienen con que, y bueno, después de hacer todo eso, qué les parece, es normal que uno se sienta sin ganas...

Me encanta cómo, cuando se trata de hombres, la cosa es entendible, y cuando se trataba de mujeres, ah no, ahí no, era una vil excusa de esa incorregible frígida...
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viernes, 5 de febrero de 2010

Mujer: no arrugues y sé un objeto sexual como dios manda

Ya saben, mujeres: tienen que ser flacas, sin celulitis, blancas y jóvenes, con la piel impecable, sin arrugas, ponerse tacos incomodísimos, mostrar la mayor cantidad de carne posible, pasar delante de machos en celo y desear que nos traten como vaginas con patas, en una palabra, sentirse OBJETOS SEXUALES, que para eso fueron hechas.

Y hombres: ni se les ocurra respetar a las mujeres que caminan por la calle, ni se les ocurra no acosarlas cuando pasan delante suyo, ni se les ocurra no faltarles el respeto: si son machos, tienen el deber de ser cerdos y decirles chanchadas, porque les encanta.

¿Les quedó claro o hay que decirlo más explícitamente aún? A ver si con esta publicidad lo entienden:

martes, 2 de febrero de 2010

Los nenes tienen pito, las nenas tienen...

En muchas familias en que hay un nene y una nena, se nota una clara diferencia sobre el tratamiento de sus órganos genitales. En la mayoría de los casos, ahí donde se habla de pito, pitulín o cualquier otra denominación que designe al pene, en el caso de la vulva... silencio total. A eso que tienen las nenas, no se lo nombra. Ni vulva, ni clítoris, ni nada.

A las nenas se les dice que no tienen pene. O sea, de lo que tienen, se lo define por lo que no tienen. Como mucho, se les dice que tienen vagina: un agujero hecho para recibir un pene y expulsar un bebé. Y punto final. Después, claro, hablan de envidia del pene, cuando lo único que nos dicen es: "Vos no tenés esto o no tenés aquello"...

De lo que rodea la vagina, de lo visible, de la vulva, los labios, el clítoris, del placer que proporciona, nunca se habla.

Hasta en eso los varones tienen suerte. Desde la primera ecografía en que se les ve el pene, los padres se extasian: "Mirá que cacho de pito que tiene, mi nene va a ser bien macho", he escuchado decir a un padre emocionado. Lo mismo cuando le cambian los pañales.

Nunca he escuchado a ninguna madre decir: "Mirá que cacho de clítoris que tiene mi nena, esa sí que va a gozar cuando sea grande".

Y sin embargo, no sería una mala idea. Según muchos estudios, la gran mayoría de las mujeres no conocen su vulva. Nunca la han visto, nadie les ha hablado de ello, no saben de qué se compone. A mí nunca nadie me habló del clítoris, el único órgano humano que no sirve para otra cosa que para el placer. Descubrí su existencia leyendo a escondidas libros sobre la sexualidad, y asociando eso que leía con el placer que me daba masturbarme. No tenía idea de que el líquido que salía de mi vagina cuando tenía un orgasmo (tampoco sabía que eso que tenía era un orgasmo) era de lubricación.

Si bien el sexo es tabú tanto para chicos como para chicas, en eso también los chicos corren con ventaja: desde muy chicos saben cómo funciona, lo que es la eyaculación, lo que es un orgasmo. En las clases de educación sexual impartidas en la escuela, en las que solamente se habla de genitalidad y de reproducción (en todo caso las que yo recibí, durante las horas de clases de Ciencias Naturales), se explica que el hombre tiene un orgasmo, eyacula, y con su semen fecunda a la mujer. ¿El orgasmo en la mujer? Nunca jamás lo mencionaron. Nunca tampoco escuché a mi profesora mencionar el clítoris.

Creo esencial explicar a las nenas, desde muy chiquitas, que lo que tienen ahí tiene nombre. Y eso que está ahí no solamente es una vagina, no solamente es un agujero listo para recibir un pene. Estaría bueno también nombrar la vulva, los labios, el clítoris, y explicar su función.

Quizás así las adolescentes sientan menos vergüenza a la hora de masturbarse. Porque ese es otro tema: ¡los adolescentes varones llegan hasta a masturbarse en grupo! Hablan de ello, la mayoría de ellos se sienten orgullosos de sus capacidades masturbatorias y eyaculatorias. Las mujeres, no solamente lo hacemos en la más completa intimidad, a escondidas, a veces sin siquiera saber de qué se trata (supe que me masturbaba como un año después de empezar a hacerlo asiduamente) sino que encima, ¡llegamos a negar que nos masturbamos!

El día que a las nenas se les explique cómo funciona su vulva, su clítoris, su placer, se evitarán situaciones como las que cuentan las mujeres entrevistadas en este programa de Alessandra Rampolla: