Algunas veces me sorprendo alegrándome de que a los varones les ocurran las mismas cosas negativas que a las mujeres. Enseguida, corrijo mi pensamiento, porque sé que no hay que nivelar hacia abajo, sino aspirar a una sociedad más justa para todxs, y no peor para todxs.
Sin embargo, ese primer pensamiento en el que me regocijo de que los varones pasen por lo que sufren las mujeres, o en el que me alegro de que algunas mujeres tengan las actitudes negativas de los varones, no es tan descabellado.
Explicación con tres ejemplos:
- Primer ejemplo: la depilación
Lo ideal sería que no haya ninguna norma, ninguna imposición social (y por favor, si me dicen que la depilación no es una imposición porque nadie pone una pistola en la sien de las mujeres para que lo hagan, vayan a leer o releer mi entrada sobre la violencia simbólica).
Envidio la libertad que tienen los varones de poder andar con sus pelos naturales en las piernas, las axilas, el pubis (ni que hablar de la espalda, el pecho, las nalgas...) sin sentirse ni un poquito acomplejados, cuando las mujeres son capaces de no ponerse faldas o no ir a la playa si les sale un ínfimo pelo de la bombacha.
Entonces, cuando constato que la imagen de los varones en los medios empieza a pasar también por una piel sin pelos, pues una parte de mí se alegra, y piensa: "Por fin les toca, ya van a ver lo que es la imposición social de la depilación, ya van a sufrir como nosotras, ya se van a sentir feos por tener pelos, ya van a sentir rechazo por su propio cuerpo al natural".
Claro, no está bien pensar eso. Es un pensamiento fugaz nomás. Y no, definitivamente no, no hay que nivelar hacia abajo, y la lucha feminista no pasa por que los varones también se tengan que depilar, sino por que la sociedad no imponga nada a nadie, y que todxs, varones y mujeres, elijamos realmente en libertad lo que queremos hacer con nuestros pelos, sin juicios de valor.
- Segundo ejemplo: la imagen en los medios
Actualmente, se usa sistemáticamente la imagen de mujeres semi o completamente desnudas para vender cualquier producto. El cuerpo de la mujer, mostrado como objeto sexual, es un argumento de venta. Muchas veces, ni siquiera se muestra a una mujer de cuerpo entero: simplemente una parte de su cuerpo, unas tetas sin cabeza, una cola en primer plano, bastan para vender. La mujer ya ni siquiera es mostrada como alguien, es cortada en trozos, como pedazos de carne.
Entonces, cuando veo una publicidad con el cuerpo musculoso y aceitado de un bombonazo, no puedo dejar de pensar: "Por fin nos dan algo para que nosostras también podamos relamernos delante de un lindo cuerpo". Claro, no está bien pensar eso. Es un pensamiento fugaz nomás. Y no, definitivamente no, no hay que nivelar hacia abajo, y la lucha feminista no pasa por que los varones también sean objetizados.
De todas formas, sobre el uso del cuerpo humano como argumento de venta, lo que a mí me saca de quicio no es tanto eso: el erotismo, un bello cuerpo desnudo mostrado en un afiche, no me escandalizan en si. Lo que me parece realmente insoportable es el desequilibrio que hay entre la desnudez de las mujeres y la desnudez de los varones y la cantidad de imágenes en un caso y en otro.
- Tercer ejemplo: las mujeres violentas
La violencia es una de las cosas que más rechazo, horror, asco, me provocan en la vida. La aborrezco completamente. Lucho contra ella con todas mis fuerzas. Pongo tanto énfasis en mi lucha contra la violencia como en mi lucha contra el sexismo.
Dicho sea eso, cuando se habla de una mujer violenta, o que decidió ser soldada (con lo que ello conlleva: el hecho de tener que, en algunas circunstancias, matar a otras personas) o que tiene actitudes agresivas, no puedo dejar de pensar que es un paso hacia la igualdad.
Claro, no está bien pensar eso. Es un pensamiento fugaz nomás. Y no, definitivamente no, no hay que nivelar hacia abajo, y la lucha feminista no pasa por que las mujeres sean tan violentas como los varones (en este caso, hablo de "los varones" como el género varón, es decir, el estereotipo asociado con la palabra varón, y que implica violencia, insensibilidad, etc.; no estoy diciendo que los varones sean más violentos que las mujeres por naturaleza).
¿Por qué pienso que es un paso hacia más igualdad? Claro que no deseo que la sociedad sea violenta. Claro que deseo que las cualidades que sobresalgan y sean más frecuentes, sean las de dulzura, compasión y ternura. Pero el hecho de que una mujer sea violenta o quiera ser soldada significa que pudo liberarse del estereotipo de género que asocia las mujeres con la dulzura, la compasión y la ternura. En sí, no son valores negativos, claro. Lo negativo es que se considere que, por naturaleza, por esencia, las mujeres tienen esas cualidades, y los varones no.
Entonces, cuando una mujer demuestra que esas cualidades son mandatos culturales, y no naturales, pienso que es un paso hacia la desconstrucción de los estereotipos de género y, por ende, hacia el fin del esencialismo y, por ende, hacia el fin del sexismo.
Para concluir: el tema es que con eso de que las mujeres tienen que ser mejores, más inteligentes y cometer menos errores que los varones, dejamos la igualdad para las calendas griegas. ¿Por qué? Pues simplemente porque siempre habrá personas violentas, estúpidas, malas y egoístas.
Pensar que las mujeres deben dar el ejemplo y no caer en los defectos de los estereotipos varoniles es una manera de posponer para siempre los avances hacia mayor igualdad, porque nunca las mujeres (ni los varones) serán perfectas.
Cuán fácil es decir: "Las mujeres no deberían ser tan estúpidas como para caer en la tentación de querer ser tan competitivas, violentas, trepadoras como los varones", cuando en esta sociedad capitalista neoliberal, solamente las personas competitivas, violentas y trepadoras alcanzan los puestos jerárquicos y de poder.
Cuán fácil es mantener a las mujeres en la posición de dulzura, paz y ternura, facilitando así que el poder y el dinero, y lo que poder y dinero conllevan, queden siempre en manos masculinas.
Entonces sí, efectivamente, en lo absoluto, la lucha feminista no pasa por que las mujeres reproduzcan los errores de los varones. Pero tampoco caigamos en la ingenuidad de pensar que manteniendo a las mujeres en cortapisas de dulzura y espíritu de sacrificio lograremos una sociedad más justa.
Lucharé siempre contra la violencia y el egoísmo. Pero también por que las mujeres tengan derecho a ser tan idiotas, ineptas, imbéciles y necias como los varones, y por que no se juzgue peor a una mujer necia que a un varón necio.
Como dijo la política, periodista y escritora francesa Françoise Giroud: "La mujer habrá alcanzado la igualdad con los varones el día en que, en un puesto importante, se designe a una mujer incompetente". Y, agregaría, no se la juzgue peor que un varón por ello.