sábado, 26 de febrero de 2011

¡ 100.000 !

Es el número de visitas que he recibido desde el inicio de este blog, allá por el 2007. El aumento de visitas es exponencial, dado que las primeras 50.000 visitas fueron en casi dos años y medio, y las otras 50.000, en 11 meses.

Y desde entonces, mi blog también pasó del quinto al tercer lugar (luego de haber estado un tiempo en el segundo) en el sitio Los Mejores Blogs Argentinos. Con un empujoncito, ¡puede llegar al primer lugar!

Agradezco a todas y todos lxs que visitan mis blog, dejen o no comentarios. También agradezco a todas y todos lxs que dejan comentarios agresivos e insultantes que, por supuesto, no valido: se nota que no lxs dejo indiferentes, porque no dejan de volver y volver... Y su visita permite que mi blog sea mejor referenciado en Google. Así que a ellxs también, gracias.

Gracias también a lxs autores de los otros blogs sobre sexismo que ayudan a cambiar las cosas. No conozco a todxs y probablemente me olvide de muchxs, pero pienso en lxs creadores de Exocitosis, Mejoremos la educación. Mejoremos nuestro futuro, Holla back, Universo Quimérico, Masculinidades en deconstrucción, Desobediencia y Felicidad, Sexismo Publicitario, Sexismo e Misoginia, y tantos otros blogs de los que me olvido o que no conozco.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Cómo se nota que es una nena...

Miren bien estas dos caras. ¿Quién es el varón? ¿Y quién es la mujer?

Apuesto a que respondieron que la mujer es la de la izquierda, y el varón el de la derecha.

En realidad, se trata de la misma persona y de la misma foto. Sólo que la imagen de la izquierda está un poco más contrastada que la otra.

Esta es otra prueba de que la atribución del género es completamente cultural, no real. Como tantas otras cosas que nos parecen naturalizadas, y en realidad dependen de los estímulos que recibimos, la sociedad en la que nacemos.

Me hace pensar que muchas gente cree que ya se puede decir si un bebé de unos pocos meses es varón o mujer. En realidad, a esa edad, las diferencias físicas en la morfología y la cara (excepto en los órganos genitales, claro) no se notan. Los niveles de hormonas no se han diferenciado.

Eso sí: a las nenas se les pone aritos, se les pone moños en su incipiente cabello, se las viste con faldas y vestidos, y colores como el rosa o el violeta, el rojo o verde clarito.

A los varones, nada de aritos ni joyas ni adornos, a lo simple nomás (como luego será en la vida: las mujeres se pasarán su vida adornándose, subrayando lo más posible que son mujeres, diferenciándose, y los varones serán lo más naturales posible), se les viste con remeritas y bermudas, con colores como el azul, el beige, el marrón, el gris, el verde.
 
Si se agarrara al mismo bebé y, por un lado, se lo visitera como una nena y, luego, como un nene, nadie podría hacer la diferencia, y todxs caerían en la trampa de atribuir el sexo de acuerdo al atuendo y la apariencia dada por adultxs.

Pero muchxs asegurarán, convencidos de lo que dicen, que "ya se nota que es mujercita" o "varoncito"...

sábado, 19 de febrero de 2011

Una nota sobre los piropos, el acoso callejero y el sexismo en Tiempo Argentino

El diario Tiempo Argentino acaba de publicar una excelente nota acerca del revuelo que se armó en Internet (en mi blog, el de Holla Back, el grupo de Facebook, el blog de Exocitosis...) con el cartel de Coca-Cola y los piropos:


Me alegro mucho, no solamente de que se cite a mi blog, por supuesto, sino sobre todo de que se hable en un medio nacional de temas de sexismo cotidiano.

Así que agradezco mucho a su autora, Lucía Álvarez.

Ojalá con este tipo de notas cada vez más gente abra los ojos sobre el sexismo de todos los días.

La genialidad es masculina

Hace unos meses, recibí un comentario que no validé porque me pareció ofensivo. Sin embargo, me parece que refleja lo que muchas personas siguen pensando acerca de las diferencias entre hombres y mujeres:
Yo escucho el "sueño de amor" de Frank Lizst, y me digo: "Esto podrìa escribirlo una mujer?".
No. De ninguna manera, mujer. Sigue participando. Sigue aprovechándote de la única ventaja que la vida te ha dado : Ser madre.
No quieres serlo? No sirves.
Más allá de la estupidez manifiesta de la persona que escribió esto (me encanta cuando tipos tontos de remate hablan de la incapacidad de las mujeres...), me recordó conversaciones que tuve con muchos jóvenes que apenas tienen educación y cero cultura general, y ven la realidad sin pasar por el filtro del conocimiento: hay más hombres genios que mujeres genias.

Y lo peor de todo, es que me topé con personas mucho más educadas y mucho más inteligentes, que tenían más o menos el mismo discurso: la genialidad es masculina, prueba está que los mayores inventores, científicos, músicos, escritores, artistas, son varones. Y su corrolaria: los hombres están hechos para tareas nobles, creativas, intelectuales, y las mujeres, para tareas más terrenales y reproductivas

Esas personas no le tienen miedo a la contradicción: por un lado consideran que ser sensible es una cualidad femenina, pero por el otro sostienen que una mujer nunca podría haber creado "El sueño de amor" de Franz Liszt (y de paso corrijo la ortografía del nombre).

Para esas personas, algunos datos para tomar en cuenta:

Durante mucho tiempo, y estamos hablando de hasta hace solamente cien años, la educación fue vedada a las mujeres. No podían ir a la escuela ni a las universidades.

Cuando se empezaron a incorporar las niñas a la educación, fue para enseñarles a ser buenas esposas. Por ejemplo, en España, a principios del siglo XIX, se establecen escuelas públicas, "en que se enseñe a la niñas a leer y a escribir, y a las adultas las labores y habilidades propias de su sexo". La idea es formar buenas madres de familia con buenos valores morales.

En 1857, la ley Moyano, en vigor hasta 1970, precisaba todavía:

"En las enseñanzas elemental y superior de las niñas se omitirán los estudios de que tratan el párrafo sexo del artº 2º ["Breves nociones de Agricultura, Industria y Comercio"] y los párrafos primero y tercero del artº 4º ["Principios de Geometría, de Dibujo lineal y de Agrimensura" y "Nociones generales de Física y de Historia Natural"], reemplazándose con:
Primero. Labores propias del sexo
Segundo. Elementos de Dibujo aplicado a las mismas labores
Tercero. Ligeras nociones de Higiene doméstica"

Repito que esa ley estuvo en vigor hasta 1970.

Para la Iglesia católica, el fin de la educación de las mujeres era únicamente en pos de la cohesión de la familia.

Las mujeres han sido mantenidas en la ignorancia durante siglos, hasta hace muy poco tiempo, limitando su educación a las "labores propias de su sexo", es decir, las tareas domésticas y el cuidado de lxs niñxs. Y hoy en día, hay gente que tienen el cinismo de decir que el problema con las mujeres, es que no han estado a la altura de los varones en cuanto a descubrimientos científicos, inventos o creación...

Para resumir, es un poco como si se reprochara a lxs esclavxs negrxs no haber sido capaces de hacer otra cosa que cosechar la caña (bueno, seguro que existió gente para pensar eso).

Hoy en día, aunque las mujeres ya puedan ir a la escuela, a la universidad o votar (hablo de los países occidentales, claro, no es el caso en todo el mundo), las dificultades siguen siendo mayores para ellas que para ellos en el mundo laboral. Por la eterna discriminación sexual, pero también por los estereotipos restrictivos, las presiones que las mujeres siguen recibiendo para ser lindas, coquetas, "femeninas" (y que insume un tiempo valioso, tiempo que los varones tienen para desarrollar su genialidad), y por el hecho de que las tareas domésticas y la crianza de lxs hijxs sigue recayendo sobre ellas en gran medida.

Las mujeres representan más del 55% de lxs estudiantes en la universidad. O sea, tienen hoy día el mismo nivel de educación que los varones. Se podría pensar, entonces, que en el mundo laboral, la paridad continúa. Sin embargo, no es el caso. El buen desempeño en la universidad no garantiza que las mujeres tengan acceso a los mismos trabajos y tengan las mismas carreras que los varones, por las desigualdades de condiciones.

Está comprobadísimo que casarse y tener hijxs beneficia la carrera de los varones, y traba, frena y dificulta la de las mujeres.

Para un varón, está bien visto en su empresa que tenga una familia: demuestra que es alguien estable, responsable, maduro. Para una mujer, es la cuasi garantía de que no progresará en la empresa y en su profesión, porque lxs empleadores supondrán que se ausentará más seguido, pedirá licencias por maternidad y no rendirá como un varón.

Y por supuesto, y por todas estas razones, los varones ganan más que las mujeres.

En todo caso, aquí tienen una lista de mujeres escritoras por nacionalidad. Y aquí, de mujeres científicas (ambas en inglés).

Porque ése es otro tema: las pocas mujeres que lograron sobreponerse a las dificultades y desarrollar su genialidad no han tenido el lugar que se merecían en las clases de historia, literatura o arte. Siempre se ha privilegiado a los autores masculinos, por ejemplo. Los autores femeninos están catalogados, como mucho, en la categoría "literatura femenina", como si hubiera un solo tipo de mujer y un solo estilo femenino (por eso me revientan los ciclos "las mujeres y el cine" o "la literatura femenina", como si pudiera haber un ciclo "los varones y el cine"... Esta es otra prueba de que los varones son la norma, lo general, y las mujeres, lo satelital, lo "otro", la alteridad).

Por último, dejo la palabra a Simone de Beauvoir (una escritora de la que muchas veces se dijo que era más genial que su pareja, Jean-Paul Sartre, pero por supuesto, él es mucho más conocido que ella), en su monumental obra El Segundo Sexo (1947), que sentó las bases del feminismo moderno:
Los logros personales son casi imposibles en las categorías humanas a las que se mantiene colectivamente en una situación inferior. "¿Adónde se supone que podemos ir con esas faldas?", preguntaba Marie Bashkirtseff. Y Stendhal: "Todos los genios que nacen mujer están perdidos para la dicha del público". A decir verdad, no se nace genio: se hace; y la condición femenina hizo que hasta ahora este devenir fuera imposible.

Los antifeministas sacen del análisis de la historia dos argumentos contradictorios: 1º las mujeres  no han creado nunca nada grande; 2º la situación de la mujer nunca ha impedido el desarrollo de grandes personalidades femeninas. En esas dos afirmaciones hay mala fe; los logros de algunas privilegiadas no compensan ni excusan el rebajamiento sistemático de su nivel colectivo; y el hecho de que estos logros sean escasos y limitados prueba precisamente que las circunstancias les fueron desfavorables. Como lo dijeron Christine de Pisan, Poulain de la Barre, Condorcet, Stuart Mill, Stendhal, la mujer nunca tuvo oportunidades en ningún campo. Por eso hoy, muchas reclaman un nuevo estatus; y nuevamente, su reivindicación no es el ser exaltadas en su femeneidad: quieren que en ellas mismas como en el conjunto de la humanidad la trascendencia se imponga sobre la inmanencia; quieren por fin que se les otorguen los derechos abstractos y las posibilidades concretas sin la conjugación de los cuales la libertad sólo es una mistificación (*). Esta voluntad está camino a cumplirse. Pero el período que estamos atravesando es un período de transición; este mundo que siempre perteneció a los varones todavía está entre sus manos; las instituciones y los valores de la civilización patriarcal sobreviven en gran parte. Los derechos abstractos están lejos de serles reconocidos a las mujeres en todos lados: en Suiza, siguen sin poder votar; en Francia, la ley de 1942 mantiene bajo una forma atenuada las prerrogativas del esposo. Y los derechos abstractos, lo acabamos de decir, nunca fueron suficientes para garantizar que la mujer pueda tener una toma concreta del mundo: entre los dos sexos, aún no hay hoy en día una verdadera igualdad.

(*)Aquí también los antifeministas juegan con un equívoco. De pronto, y desconsiderando la libertad abstracta, se exaltan acerca del gran papel concreto que la mujer sometida puede desempeñar en este mundo: ¿qué es lo que reclama? Pero, del mismo modo, desconocen el hecho de que la licencia negativa no abre ninguna posibilidad concreta, y reprochan a las mujeres abstractamente liberadas el no haber demostrado lo suyo.

(Más de este texto aquí)
Este texto fue publicado en 1949. Desde entonces, las mujeres han obtenido el derecho de voto, las leyes que subordinaban a las mujeres a sus esposos han desaparecido. Pero si bien la discriminación ya no es legal, sigue existiendo de hecho. Estamos lejos, muy lejos, de haber alcanzado la igualdad que Simone de Beauvoir ansiaba tanto hace 60 años...

miércoles, 16 de febrero de 2011

Un sitio para denunciar el acoso callejero

A las mujeres, aseguran algunxs como en la nefasta publicidad de Coca-Cola, nos encanta que nos piropeen. Y es cierto. A algunas mujeres, que creen que la mirada masculina es imprescindible para sentirse plenas, les encantan esos ruiditos tipo "tch-tch-tch", esos silbidos que se parecen a la manera en que llamamos a los perros, esas consideraciones salaces sobre nuestros atributos, y otros románticos comentarios tipo "chupamela toda, perra".

Pero muchas mujeres han abierto los ojos sobre lo que significan realmente los piropos: terrorismo psicológico, acoso, objetización de la mujer. Participan en la idea de que la calle es un lugar inseguro para una mujer sola.

Algunas de esas mujeres que se hartaron de ser tratadas como vaginas con patas que tienen necesariamente que sentirse alagadas por las miradas y los comentarios libidinosos de algunos varones, han abierto un sitio en Internet, End street harrasment ("paremos el acoso callejero"), que se ha transformado en un blog en el que cualquier mujer puede enviar su propia experiencia.

El sitio se llama Holla back e invito a todas las que padecieron acoso callejero a subir su testimonio y si la tienen, ¡su técnica para reaccionar!

Allí relaté el mío:
"La primera vez que me “piropearon”, yo tenía 12 años recién cumplidos. Era muy nena, muy inocente, y recuerdo haberme sentido muy incómoda, y haberme sentido culpable por lo que me habían dicho.

Había ido a la esquina de mi casa a comprar un helado en cucurucho. Volvía a mi casa lamiendo mi helado, cuando un hombre de unos 60 años me siguió y me empezó a preguntar: “¿Es rico ese helado? ¡Qué lindo cómo lo chupás!”

Me sentí muy culpable de estar chupando un helado, porque aunque ni sabía que existía la felatio, entendí la alusión sexual y pensé claramente que yo había provocado eso.

Nunca más en mi vida pude comer un helado en cucurucho sin tener esa sensación de estar provocando a los hombres…"
¿Cuál es la importancia de testimoniar? En el sitio lo explican:
"El acoso en las calles nos ha enseñado a guardar silencio, pero eso puede cambiar. No debemos de tolerar el acoso en nuestras casas, en el trabajo ni en la escuela; y por eso mismo no lo vamos a tolerar en las calles. Al contar tu historia conviertes una experiencia aislante y solitaria en una que se comparte. Esto hace que la atención deje de estar puesta en ti y sea puesta en el acosador. Y finalmente, te vuelves parte de una comunidad mundial que te apoya."
Por último, un toque de humor con algo encontrado en el grupo de Facebook "No al acoso callejero o "piropos" (violencia verbal a las mujeres)":

domingo, 13 de febrero de 2011

Coca-Cola promueve la violencia contra las mujeres

Estoy cansada. Muy cansada. Este blog es una gota de agua en un océano de machismo.

A mi pequeño nivel, con mis pequeños medios, alcanzando a unos pocos centenares de personas por día,  y junto con otras pocas personas como yo (entre ellas, algunas han abierto un sitio contra el acoso callejero del que hablaré en otra entrada), trato de hacer entender que los piropos proferidos en la calle por desconocidos no son un homenaje, sino una agresión, trato de abrir los ojos de las mujeres, para que dejen de pensar que la mirada de los varones es lo que las define, que dejen de esperar siempre una aprobación masculina, que se hagan valer por ellas mismas y más allá de sus atributos físicos, que se den cuenta de que los piropos son agresiones verbales, de que sus autores nos tratan como un pedazo de carne con patas.......

......y de repente, viene una ola enorme, gigante, como un tsunami, que arrasa con todo, se lleva puesto la pulga insignificante que soy... un gigante llamado Coca-Cola, y que empapela la ciudad con estos carteles:

Foto encontrada en http://buenosaires.ihollaback.org/
¿Qué puedo hacer contra tamaño gigante, que tiene todos los medios para que millones y millones de hombres, mujeres, niñxs, vean ese mensaje todos los días y crean que sí, efectivamente, qué lindo que es no poder pasar delante de una obra sin que te digan de todo, lo más tierno de ese todo siendo "vení mamita que te chupo toda"?

¿Con qué derecho hablan en nombre de las mujeres con esa primera persona del plural que parece abarcarnos a todas?

Admiren, además, con qué nos apunta el "angelito" con casco y bigote: con una hermosa llave inglesa. ¿Para golpearnos más fuerte?

La verdad, la verdad... estoy cansada.

Si, en una de esas, tienen ganas de explicar a Coca-Cola todo lo que opinan al respecto de esta campaña, pueden dejar un mensaje, pero ojo, el camino es un poco complicado.
Primero tienen que ir aquí.
En esa página, cliquear en "Ask Coca-Cola", arriba a la izquierda.
Se abre una ventana, y ahí tienen que cliquear sobre "Contact Us", abajo a la derecha.
Se abre otra ventana, donde pueden dejar su comentario.
No dejen de hacerlo: las marcas saben que por una persona que escribe, hay cien más que opinan lo mismo pero no se toman la molestia de expresarlo.

PD: acabo de ver que otra bloguera retomó la noticia en su blog justo antes de que publicara en el mío, casi con el mismo título, ¡como si nos hubiéramos concertado! Al menos, me hace sentir que no estamos solas...

sábado, 12 de febrero de 2011

La vacuna contra el VPH, un gran negocio

Hace unos días, la Presidencia de la Nación argentina anunció con bombos y platillos que se incluiría, en el calendario oficial de vacunas y para las niñas a partir de 11 años, la vacuna contra el VPH (virus de papiloma humano). Esto quiere decir que la vacuna será obligatoria y gratuita para todas las niñas de 11 años.

Este virus provoca la inmensa mayoría de los casos de cáncer de cuello de útero (casi el 100%).

Se trata de un virus extremadamente contagioso, por vía sexual principalmente, pero no solamente (también se puede contraer el virus intercambiando toallas, por ejemplo), con el que el 90% de la población ha estado en contacto alguna vez en su vida, y que tiene más de cien cepas distintas. Solamente unas quince son oncógenas (pueden provocar cáncer).

Las otras provocan verrugas en la piel, las mucosas, etc., y aparte de ser antiestéticas o molestas, no son peligrosas. Se sacan con distintos métodos como ácido tricloroacético, láser o crioterapia (las lesiones provocadas por cepas oncógenas se tratan de la misma manera).

Esta vacuna, dijo Cristina Fernández, citada por el diario La Nación, debería "permitir que con el tiempo se elimine en un 98 por ciento el cáncer producido por el VPH". Perfil, por su lado, la cita diciendo que permitirá "que con el tiempo se pueda eliminar" el virus, que en "98 o 99 por ciento de los casos produce cáncer".

Esta última frase es un poco más acertada, pero en ambos casos, se trata, lisa y llanamente, de una mentira total y absoluta.

En ningún caso la vacuna permitirá eliminar el virus. Ni en un 98%, ni en un 90%, ni en un 80%.

Una de las dos vacunas existentes en el mercado sólo protege contra cuatro cepas oncógenas. La otra, sólo contra dos. Quiere decir que, aún vacunadas con la vacuna que protege contra cuatro cepas, las mujeres se podrán contagiar con las otras cepas oncógenas. Sólo estarán cubiertas en un 70% más o menos.

Pero al recibir la vacuna, es muy probable que esas chicas piensen que están protegidas y no se hagan los controles necesarios (papanicolau -citología- y colposcopía) para verificar que no se hayan contagiado con las otras cepas. Y es posible que tampoco se cuiden con preservativos ("total, estoy protegida"), con lo cual aumentarán los casos de otras enfermedades sexualmente transmisibles (ETS) y los embarazos no deseados.

La inclusión de esta vacuna en el calendario oficial es un debate en muchos países. Por ahora, pocos la han incluido (sólo Estados Unidos, España, Reino Unido y Panamá), precisamente por ese problema.

También hay muchas dudas acerca de sus efectos colaterales. Y tampoco se sabe cuánto tiempo dura el efecto de la vacuna. Si se vacunan chicas de 11 años, es muy probable que habrá que hacer refuerzos regularmente, y tampoco se conocen los efectos de los refuerzos, ni cuándo hay que darlos, ni nada por el estilo.

En los países nórdicos, se ha logrado bajar la tasa de incidencia de cáncer de cuello del útero a casi el 0%, mucho antes de que apareciera la vacuna, con campañas adecuadas de prevención por el método ultra sencillo de papanicolau y colposcopía regulares.

Con un pap por año, no hay manera de desarrollar el cáncer: desde el momento en que aparecen los primeros síntomas hasta el cáncer, pueden pasar muchos años. O sea que haciéndose una citología todos los años, y tratando los síntomas cuando aparecen, es prácticamente imposible desarrollar un cáncer.

Pero claro, con eso no hacemos negocios con un laboratorio que gana fortunas con una vacuna (las tres dosis salen 3000 pesos)...

Es mucho más fácil, y redituable políticamente (aunque es posible que el Gobierno lo haya hecho por ignorancia, influenciados por poderosísimos laboratorios que tienen toda la plata necesaria para hacer lobbying), anunciar que la vacuna será gratuita y que con eso nos libraremos del cáncer del cuello de útero (mortal solamente en el 0,3% de los casos), que hacer campañas y seguimientos adecuados para que todas las mujeres que iniciaron su vida sexual se hagan un papanicolau y una colposcopía regularmente (procedimientos sencillos y, sobre todo, muy baratos... mucho más baratos que cualquiera de esas vacunas).

Para más información, les recomiendo esta lectura y esta otra.

PD escrito un poco más tarde: me doy cuenta de que hay algo que expliqué mal: las cepas oncógenas del virus no producen cáncer en el 98% de los casos. Por el contrario, en la inmensa mayoría de los casos, el sistema inmunológico de las mujeres elimina el virus y ni se enteran de que lo tuvieron alguna vez. Son muy poquitos los casos en que se producen lesiones, y, como lo dije antes, hacen falta muchos años antes de que se vuelvan cancerosas. Pero visiblemente, el dinero está, ya que esa campaña masiva va a costar una verdadera fortuna al Estado.
Lo único bueno de la vacunación (obviando los posibles efectos colaterales, sobre los que, insisto, no se sabe nada), sería si viniera acompañada por una agresiva campaña para que las mujeres se hagan citologías regularmente. Tengo mis serias dudas al respecto...

jueves, 10 de febrero de 2011

¿Qué de las mujeres en Egipto?

Parece que en las multitudinarias manifestaciones en Egipto, las mujeres también salieron a la calle, a pedir por más democracia.

No sé bien si lo van a conseguir, pero de algo estoy segura: no habrá real democracia sin libertad e igualdad para las mujeres, garantizadas en la Constitución.

Pero por ello mismo, me preocupo. Luego de esta revuelta popular, ¿el derecho de las mujeres será reconocido en la Constitución? ¿O sucederá como en Irán en 1979 y retrocederá?

Estoy escuchando aquí y allá que la Hermandad Musulmana es un grupo "moderado". ¿Moderado con quién? Seguramente no con las mujeres. Aseguran que, si llegan al poder, no obligarán a las mujeres a llevar el velo. Todo bien con esa promesa. Pero yo no les creo nada. Fueron más que evasivos a la hora de hablar del papel de las mujeres en la sociedad. Y su historial no habla demasiado de un grupo muy igualitario que digamos.

Entonces tengo miedo. Tengo miedo a que los poderes religiosos y sectarios recuperen la rebelión popular y, como sucedió en Irán, los derechos de las mujeres retrocedan drásticamente con la imposición de la charia, la ley islámica.

Ojalá no suceda. Ojalá sea yo la pesimista de siempre. Ojalá el tiempo y las circunstancias me muestren lo equivocada que estaba.

Pero por ahora, tengo miedo.
.

sábado, 5 de febrero de 2011

Sin penetración, no hay sexo

El machismo se cuela hasta en la manera en que hacemos el amor. Desde el vamos, muchas veces, escucho que el hombre le hace el amor a la mujer.

¿Y la mujer, mientras tanto, qué? ¿Mira el techo? ¿Recibe pasivamente?

Esta imagen del hombre activo y de la mujer pasiva, amén de ser totalmente falsa, marca cómo vemos las relaciones entre varones y mujeres.

Preciso que me limito en esta entrada a las relaciones heterosexuales.

¿Por qué es mentira que en una relación sexual el hombre es activo y la mujer pasiva? Pues primero, porque no veo por qué lo activo sería la penetración y lo pasivo sería la recepción. En algunas sociedades, se considera que la mujer "traga" el sexo del varón, con lo cual es ella la que tiene el papel activo, y el varón es el que es pasivo (tragado).

Pero sobre todo, porque da una idea completamente falocentrista (centrada en el falo) de la relación, en que la penetración vendría a ser el centro, la meta, lo principal de una relación sexual.

De hecho, ¿no se habla de "preliminares"? La palabra "preliminar" significa: "Que sirve de preámbulo o proemio para tratar sólidamente una materia". O sea, los preliminares preparan para la "materia" de la relación, es decir, la penetración.

Pone el pene en el centro de la relación, con una hipocresía raramente vista: se llega a pensar que si no hay penetración, no hay relación. Así es como Bill Clinton afirmó lo más pancho que no había tenido relaciones sexuales con Monica Lewinsky, porque se trataba "sólo" de una felatio.

Así, mucha gente cree que se es infiel sólo a partir del momento en que hubo penetración vaginal con el pene. Si solamente hubo palabras de amor, juegos de seducción, besos o caricias, aunque fueran de carácter sexual, entonces se considera que no hubo infidelidad. En dos oportunidades, me he enterado de que me habían metido los cuernos, pero en ambas se justificaron diciendo: "Técnicamente, no pasó nada". Traducción: "no hubo penetración, o sea que en realidad no te fui infiel".

Para mí, sí hubo infidelidad. Pero peor aún: hubo hipocresía.

Yo considero que la fidelidad no tiene nada que ver con la penetración de la vagina por el pene. Se puede ser infiel de mil maneras posibles: con una cena, con un beso, con una mirada, con una intención. Se puede llegar a tener más intimidad en una cena que en una cama.

Yo en lo personal no le doy ninguna importancia a la fidelidad sexual. Sí a la honestidad, a la lealtad. Nadie, en su sano juicio, puede jurar serle fiel a otra persona, porque considero que con un pensamiento ya se es infiel. Lo que sí se puede es ser leal, honesto, transparente.

De hecho, mucha gente que pone la fidelidad por encima de todo termina siendo infiel (por lo general, les importa más la fidelidad de la otra persona que la suya propia). Eso sí, asegurando hipócritamente que "técnicamente, no pasó nada".

Volviendo al tema de la entrada: claro que la gente que cree que el sexo se resume a la penetración puede llegar a tener mil historias con otras personas que su pareja, con la consciencia perfectamente limpia: yo no penetré/no fui penetrada, entonces fui fiel.

¡Cuánto falocentrismo! Da la idea de que sin pene, no hay sexo, no hay placer. Que sin eso, ninguna mujer puede gozar. Así es como, para una mujer resentida, se le recomienda "una buena cogida", como si el pene fuera a alegrarla como para sacarle la amargura, o a calmarla. Se le da al pene facultades cuasi mágicas. Y por supuesto, no se entiende que dos mujeres tengan sexo no solamente sin pene, sino que también sin penetración.

En el imaginario porno, una mujer que se masturba se introduce toda clase de objetos en la vagina o el ano, todos más grandes los unos que los otros, como sucedáneo del pene, cuando la realidad es que la inmensa mayoría de las mujeres se masturba acariciándose simplemente el clítoris, sin siquiera rozar la vagina (*).

El día en que varones y mujeres (porque la ignorancia está en los dos lados, como casi siempre, y muchas mujeres creen que sin penetración la relación está incompleta) entiendan que podemos gozar  también sin penetración, no solamente las relaciones sexuales serán mucho más variadas, divertidas, creativas y gozosas: también se evitará que los varones que tienen problemas de erección o de eyaculación precoz la pasen mal, se sientan disminuidos, inútiles en la cama y fracasados.

(*) Recuerdo que sólo el 30% de las mujeres tiene orgasmos con penetración sin estimulación de la parte externa del clítoris (preciso "externa", porque en la penetración, lo que se estimula en realidad es la parte interna del clítoris, o sea que incluso los orgasmos llamados "vaginales" son en realidad orgasmos "clitoridianos", ya que la vagina sólo es sensible en el primer tercio). La totalidad de los varones a los que he contado eso me contestaron: "Mentira, conmigo todas gozaron". Lamento decepcionarlos: es muy probable que muchas fingieran y que ellos fueran incapaces de darse cuenta. Con lo fácil que es fingir un orgasmo:



Edit del 07/02: Una lectora de mi blog, Geli, envió un enlace a una nota de la revista Ohlalá!, que se llama "Matrimonios no consumados: cuando no hay sexo en la pareja", en la que nos enteramos de cosas maravillosas:
- el sexo sin penetración... pues como dice el título de esta entrada, no es sexo
- aunque haya orgasmo, se considera que no hubo relación "completa"
- la "no penetración" es un trastorno que hay que resolver yendo al médico
- el "matrimonio no consumado" (es decir, la no penetración) debería ser considerado una entidad clínica aparte.

Una joyita de falocentrismo.