Anoche durante una cena con personas amigas, uno de los hombres presentes contó sus hazañas de cuando era joven y frecuentaba prostitutas. Todo el mundo se rió de sus aventuras, enterneciéndose ante el candor del adolescente intimidado por esas mujeres experimentadas.
Todo el mundo, excepto yo. Pensé en esas prostitutas. En esas mujeres cuyo "trabajo" se asemeja a una violación legal. ¿Cuántas de esas chicas que mi amigo cogió sin el menor escrúpulo eran esclavas sexuales? ¿Cuántas habían sido secuestradas y obligadas a tener sexo con cualquiera, bajo amenaza de golpes, torturas, violaciones, muerte? ¿Cuántas habían decidido realmente, en su alma y consciencia, ejercer esta actividad? ¿Cuántas habían sido violadas en su infancia y sentían tanto asco por ellas mismas que sólo sabían reproducir la humillación y los malos tratos? ¿Cuántas lo vivían como una actividad normal y cuántas se sentían en realidad violadas cada noche por decenas de desconocidos?
En Argentina
desparecieron 550 mujeres desde 2007 y se considera que muchas (tienen entre 13 y 24 años) fueron a parar a redes de explotación sexual, convirtiéndose en esclavas.
¿Se preocupó mi amigo en saber de dónde venía la "mercancía"? ¿Se preocupó alguna vez en saber por qué esas chicas hacían lo que hacían? Nos escandalizamos porque algunas prendas están hechas por esclavos en talleres clandestinos, no queremos hacernos cómplices de una explotación inmunda. ¿Cuántos de los clientes de prostitutas se preocupan en saber si las mujeres con las que toman placer son esclavas sexuales? ¿Se acuerdan de
Marita Verón?
Más allá de eso,
¿se puede hablar de prostitución realmente voluntaria?Muchos estudios muestran que la mayoría de las prostitutas han sido violadas o golpeadas en su infancia. Son personas debilitadas, sin autoestima, a merced de explotadores y hombres sin escrúpulos que sólo toman en cuanta sus "necesidades" sexuales.
Los clientes prefieren creer en la libertad de la persona que se prostituye para evitar cuestionarse y para tener la consciencia limpia. Si tuvieran que cuestionar el mito de la prostituta voluntaria, estarían obligados a interrogarse sobre ellos mismos.
¿Pero cuántas prostitutas han elegido serlo? ¿Y cuántas pueden dejar esa actividad cuando se les da la gana?
Claro que hay mujeres que ganan mucho dinero con eso. Claro que algunas son chicas que no sufrieron ningún tipo de violencia y lo hacen porque es una manera "fácil" de hacerse unos mangos. Puede que hasta haya algunas que lo disfruten. Pero más allá de que no creo que coger con cualquiera pueda ser considerado algo "fácil", de todas formas esas mujeres son una ínfima minoría, diría que son el árbol que nos impide ver el bosque.
Otro mito:
la prostitución es el oficio más antiguo del mundo y siempre existirá.Antes que nada, la actividad más vieja del mundo es la de recolectar frutos o de cazar animales. No la de prostituirse. La prostitución no siempre existió y en algunos lugares del mundo sigue sin existir. Por lo demás, no es un argumento para justificar su existencia. Los asesinatos también existen desde hace milenios, y a nadie se le ocurriría decir que entonces está bien que existan.
La prostitución tiene que ver con una
relación de dominación, en general de hombres sobre mujeres, a veces de hombres sobre otros hombres, y muy raras veces de mujeres sobre hombres.
Otro mito:
la prostitución es un mal necesario, evita las violaciones.En primer lugar, la mayoría de los clientes son hombres "normales": casados, padres de familia, o solteros, pero sin el perfil de un violador serial.
En segundo lugar, ¿quién se salva de las violaciones? ¿Las mujeres "decentes"? ¿Aceptamos el sacrificio de algunas mujeres, obligadas a tener sexo con cualquiera, para proteger la integridad de otras? ¿Y quién se preocupa por la integridad de las mujeres prostitutas?
La prostitución nunca ayudó a hacer disminuir el número de agresiones sexuales. Porque un violador lo que quiere es obligar a alguien a tener sexo con él. No le interesa una persona que accede a tener la relación sin ningún tipo de resistencia.
Además, decir que la prostitución evita las violaciones da a entender que los hombres son animales con pulsiones incontrolables, incapaces de razonar y que necesitan "descargar", sin lo cual son capaces de llegar a violar. Esto es realmente ofensivo para los hombres mismos. Sin hablar del hecho de que es biológicamente falso: nunca escuché hablar de ningún testículo que haya explotado bajo la presión del esperma acumulado. Y si tal fuera el caso, existe algo bastante práctico, sano e inocuo para descargar que se llama masturbación.
Último mito:
la prostitución es un trabajo como otro.Si la prostitución es una actividad como cualquiera, ¿por qué nadie desea ejercerla? ¿Por qué no dejar de ser hipócritas y crear una carrera de prostitución en la universidad? ¿Por qué ningún padre, de esos que defienden la prostitución, la ven como un trabajo como otro y pagan por sexo, desearía que su hija ejerza este noble trabajo? ¿Por qué uno de los mayores insultos es "hijo de puta"?
Ojo: si bien siento un legítimo rechazo por la prostitución, no siento rechazo alguno por las personas prostitutas. Para mí esas personas son víctimas. Víctimas de un pasado de agresiones y humillaciones. Víctimas de hombres inescrupulosos que hacen pasar su propio placer por encima de todo. Víctimas de una sociedad machista que utiliza a las mujeres como bienes de consumo. Víctimas de la pobreza y de una explotación sin nombre. Son el eslabon más débil de la cadena social.
Por eso mi posición es
abolicionista: no creo que haya que penalizar o prohibir la prostitución, porque eso castigaría a las mujeres. A los que hay que castigar es a los proxenetas, por supuesto, pero también a los clientes, que son los primeros responsables de que exista la prostitución:
sin demanda, no habría oferta.
Se puede comparar la venta del sexo con la
venta de órganos: esta última está prohibida porque es contraria a la dignidad humana. Es una explotación en la que alguien que tiene dinero explota a alguien tan desesperado que es capaz de vender un trozo de su propio cuerpo, favoreciendo todo tipo de tráficos. En este tipo de delitos, la persona castigada no es la que vendió su órgano (es considerada una víctima: víctima de la pobreza que la llevó a ese extremo, víctima de una persona con tan pocos escrúpulos que es capaz de comprar la dignidad de alguien), sino la persona que compró el órgano y las personas que participaron en el tráfico. O sea, el delito no es la venta sino la compra.
En la prostitución debería suceder lo mismo: se debería castigar a las personas que participan en el tráfico, los proxenetas, y a las personas que compran el sexo de otra persona, los clientes. Y las prostitutas deberían ser consideras víctimas y no delincuentes. Es el caso en
Suecia, donde la prostitución es considerada una forma de violencia contra las mujeres desde 1999.
En muchas ocasiones las prostitutas se han quejado de que las feministas no tomamos en cuenta su palabra, y decidimos por ellas lo que está bien y lo que está mal. Este debate me recuerda otra situación: la del "lanzamiento de enanos". En Estados Unidos, algunos Estados han prohibido esta actividad. En Francia, un alcalde hizo lo mismo, argumentando que atentaba contra la dignidad humana, y todas las instancias jurídicas le dieron la razón, a pesar de que varias organizaciones de enanos se quejaron, puesto que se les cortaba una fuente de ingreso. Pero se consideró que la dignidad humana pasaba por encima de consideraciones económicas.
O sea: el hecho de que alguien realice una actividad no convierte esa actividad en moralmente aceptable. La prostitución atenta contra la dignidad humana por donde se la mire.
Si comparamos la prostitución con, digamos, una panadería, la prostituta no sería la panadera, sino el pan.
Algunas personas quieren
regular la prostitución, como se hace en Holanda: que sea una actividad reconocida, con derechos a una seguridad social, aportes jubilatorios, etc. Parte de una buena intención: evitar los tráficos clandestinos. Pero además del hecho de que legalizar la prostitución no contribuye a la eliminación de la misma, estas políticas suponen una legitimación de esta forma de violencia sexual.
La igualdad entre hombres y mujeres será imposible mientras siga habiendo hombres que compren, vendan y exploten a mujeres.Y hoy, leo esta noticia en el diario
Perfil: el líder del grupo mexicano Maná, José Fernando Olvera, explica que uno de sus placeres es "promover encuentros entre intelectuales y figuras ligadas a la cultura, para conversar, beber y filosofar", reuniones exclusivas para hombres pero a las que se invitan prostitutas: "Nos dan otra visión sobre asuntos como el sexo y la vida misma", precisó.
Saco dos conclusiones: para este eminente cantante, intelectuales y figuras de la cultura sólo pueden ser de sexo masculino. Y las mujeres no tienen opiniones interesantes sobre la "vida misma", excepto las prostitutas.
No sé por qué, pero dudo mucho de que en esas reuniones sólo se converse, beba y filosofe. Nunca fui fanática de Maná, ahora simplemente los voy a boicotear.
Si sos hombre y te indigna la explotación sexual de las mujeres, podés firmar el
Manifiesto de Hombres por la Abolición de la Prostitución.
En Argentina la Campaña "
Ni una mujer más victima de las redes de prostitución" cumplió un año.