En estos días circula en Facebook la campaña "Firmá una teta". Consiste en ir al sitio firmaunateta.org y firmar la Declaratoria de los derechos de la mujer en Latinoamérica en materia de cáncer. La campaña está organizada por el Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (Macma).
La firma, explican en el sitio, "ayuda a llamar la atención de los líderes del Gobierno, responsables de las políticas de salud y la sociedad en general, a crear conciencia sobre la creciente crisis del cáncer de mama y del cuello del útero".
Al firmar la convocatoria, aparece el nombre de unx como tatuado sobre una teta.
Y en algún punto, esta campaña me molesta.
Entiendo la necesidad de llamar la atención, de peticionar, de conseguir la mayor cantidad de firmas, entiendo lo estratégico que es usar unas apetecibles tetas para atraer a la gente e incitarlas a firmar. Sé lo difícil que es conseguir apoyo para cualquier tipo de campaña, y entiendo el argumento del "vale todo" con tal de conseguir dichos apoyos.
Lo entiendo, pero no lo comparto.
Usar un argumento sexista para una campaña contra el cáncer de mama no me parece una buena idea. Será útil, sí. Por la cantidad de tetas firmadas que vi pasar en mi Facebook, me imagino que la campaña fue un éxito. ¿Pero el fin justifica los medios siempre?
En este caso, la campaña refuerza la cosificación de las mujeres, a las que reduce a un par de lindas y jóvenes tetas. Una mujer sin cuerpo, un trozo de carne, sin cabeza, anónima: pura teta que cumple con los requisitos patriarcales para ser considerada una teta por la que vale la pena movilizarse.
Porque ése es el tema, la gente no firma para las mujeres: firma para sus tetas. Para salvar sus tetas.
Ahora, ¿qué pasa con las mujeres que se tienen que someter a una mastectomía? ¿Se deben sentir desvalorizadas? ¿Son menos mujeres? ¿Deben pasar obligatoriamente por una operación quirúrgica para reponer su "feminidad"? ¿Un par de tetas definen el ser mujer? ¿Si no tengo más tetas, no firmás por mí?
Yo pensé que en eso de la lucha contra el cáncer de mama, se luchaba por la vida de las mujeres. Pero resulta que se apela a la empatía de la gente para salvar sus tetas.
Me imagino que si la campaña hubiera mostrado otra cosa que tetas jóvenes y firmes, si no hubiera consistido en tatuar una teta, no habría tenido tanto éxito. Me imagino que el Macma habrá intentado muchas otras estrategias antes que esa, y no habrá conseguido nunca tantas firmas (eso espero, al menos, que al menos sirva para algo).
Como en otras entradas (aquí y aquí), les invito a imaginar la misma campaña para luchar contra el cáncer de testículos: ¿nos pedirán que firmemos un par de huevos?
"Firmá un cojón", ¿la nueva campaña que hace furor en las redes sociales?
PD: Preciso que he firmado la campaña, porque me parece importante hacerlo, y aliento a todxs a hacerlo, pero no compartiré mi "teta firmada" en Facebook o Twitter.