miércoles, 29 de diciembre de 2010

Feliz 2011

Como el año pasado, me tomo unos días sin computadora ni acceso a Internet.

Por lo tanto, no podré validar comentarios hasta el lunes 3 de enero.

Felicidades a todxs, y para esta última entrada del año, dejo la palabra a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito:

viernes, 24 de diciembre de 2010

¡Al fin una buena!

Siempre me quejo. Hoy festejo. No solamente por las fiestas de fin de año. Sino porque una agencia de publicidad nos dio un lindo regalo. Le pido prestada la entrada a la autora del muy buen blog Exocitosis, que publicó una publicidad que me hace pensar que, tal vez, las cosas estén cambiando de a poco.

¿Qué vemos en esta publicidad? Nada del otro mundo. Pero nos parece revolucionario: un hombre que recibe consejos de otro hombre para cocinar con verduras y que le guste a sus hijxs.

Por fin, una agencia de publicidad se atreve a mostrar otra cosa que el estereotipo de la familia en la que papá trabaja y mamá cocina. Muestra a un hombre preocupado por sus hijxs, por su familia, por que sus hijxs coman cosas sanas (o sea, no solamente el padre divorciado y totalmente desbordado sin su mujer y que cocina hamburguesas a sus hijxs porque no sabe qué otra cosa hacer porque hasta ahora era ella la dueña de la cocina), en fin, lo que han hecho las mujeres durante siglos, y lo que la publicidad ha atribuido pura y exclusivamente a las mujeres hasta ahora, aun cuando las cosas estaban cambiando.

¿Será que por fin abrieron los ojos? ¿O que se hartaron de recibir correos de quejas?



Un buen punto a la agencia Y&R, aunque me habría gustado ver algo así hace ya un par de décadas. Ahora espero la publicidad de un padre de familia limpiando la casa, alegrándose del olor a limpio y poniendo los brazos en el inodoro antes de que lleguen su esposa y sus hijxs, o disertando con otro hombre acerca del mejor polvo para lavar la ropa de toda su familia...
.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Quejarse de algo... pero defenderlo a morir

Por lo general, las personas que critican el feminismo y acusan a las feministas de odiar a los hombres (sin tomar en cuenta que hay varones feministas), son las mismas que se quejan del sexo "opuesto".

Pongo un ejemplo: un hombre se queja de que las mujeres, según él, busquen como pareja a hombres "de verdad", bien machos, bien viriles, y descarten a los hombres tiernos y dulces que ellas caratulan como "amigos".

Esto lo he escuchado miles de veces en muchos lugares y circunstancias.

Pues bien. Este hombre es el mismo que decreta que las feministas odian a los hombres y que las acusa de querer que seamos "todos iguales", cuando, según él, los hombres deben ser bien hombres y las mujeres, mujeres.

Ahora, ¿qué quiere decir que los hombres deben ser hombres y las mujeres, mujeres? Pues cuando lo pregunto, me contestan que los hombres son viriles, activos, saben leer un mapa y manejar pero no pueden encontrar un frasco de mayonesa en la heladera y no pueden hacer dos cosas a la vez (aunque esto difiere según la gente, algunos creen que son las mujeres las que no pueden hacer dos cosas a la vez), y que las mujeres son dulces, pacientes, sensibles, no tiene habilidades con el espacio pero sí son buenas comunicadoras.

Todo esto implica también otras cosas, según ellos: que las mujeres buscan la protección de un hombre, buscan que sea el proveedor del hogar. Y los hombres, buscan mujeres que los atraigan físicamente, sean dulces y sumisas.

El tema es el siguiente: las personas que critican al feminismo reivindican todo eso que estoy diciendo. Pero a la vez, critican al otro sexo por ser precisamente como... esperan que lo sea.

Muchos hombres se quejan de que las mujeres sólo se fijen en hombres fuertes, viriles, machos. Y muchas mujeres se quejan de que los hombres sólo se fijen en las mujeres con buen culo y que no abra demasiado la boca.

En el medio de todo eso, está el feminismo. ¿Qué dice el feminismo? Que no debemos encasillar a la gente según su sexo. Que no todos los hombres son de una manera, y no todas las mujeres son de otra. Que todos somos distintos como individuos, más allá del sexo o el color de la piel. Que los hombres no deben ser necesariamente los proveedores del hogar, y las mujeres no deben ser necesariamente madres abnegadas y esposas lindas y dulces.

O sea, el feminismo viene a reconciliar a los sexos, con una crítica del sistema que opone a los sexos. Y sin embargo, aquí tenemos a la mayoría de los hombres y de las mujeres, unidos en su rechazo del feminismo, o sea, en su rechazo de que cambien las cosas que ellos mismos critican.

¿No es un poco contradictorio?

Yo creo que sí, efectivamente, muchas mujeres buscan proveedores del hogar y hombres protectores. ¿Por qué? Pues precisamente por la educación sexista que recibieron: los cuentos sexistas que les dicen que tienen que esperar un príncipe azul que las rescaten de la mala madrastra y que las protejan. Los juguetes repartidos de manera sexista: muñecas y set de maquillaje para preparar a las niñas a ser madres y seductoras; armas y pelota de fútbol para preparar a los niños a ser guerreros y viriles. La televisión, que propaga ideas sexistas. Las publicidades, que no solamente las propaga, sino que las promueve. La escuela, en que todavía hoy se dividen las clases y las actividades de acuerdo al sexo del alumno. Y un sinfín de etcéteras.

El feminismo dice: basta de segregar por sexo, basta de educar de esta manera, demos a los niños la posibilidad real de elegir cómo quieren ser, no impongamos características desde que nacen de acuerdo a si son niña o niño. No pongamos en la cabeza de las nenas que su príncipe azul vendrá a rescatarlas y protegerlas. No pongamos en la cabeza de los nenes que deberán ser los proveedores del hogar. Eduquemos en igualdad. Cambiemos las cosas.

Y ahí saltan la mayoría de los hombres y de las mujeres que critican al otro sexo por actuar de manera sexista... a defender el sistema sexista con uñas y dientes (e insultos y agresiones). A acusar al feminismo de querer que todos seamos iguales, sin respetar las diferencias, cuando el que encasilla y encierra a la gente en roles predeterminados es precisamente el sistema sexista; cuando las personas feministas quieren, precisamente, rescatar la individualidad de cada persona.

Y acusan al feminismo de fomentar una guerra entre los sexos, cuando el que opone a los sexos entre sí es el sistema sexista. No el feminismo.

Y así es como la mayoría de la gente que se queja del otro sexo, no se da cuenta de que en realidad se queja de que el otro sexo sea así a causa precisamente del sistema sexista. Dicho de otra manera, no se dan cuenta de que en realidad les molesta el sistema sexista. Tanto como a mí. Pero en lugar de unirse a la lucha antisexista, defienden el sistema sexista a muerte.

Es un círculo vicioso, porque los hombres que se quejan de que las mujeres sólo busquen proveedores del hogar buscan solamente entre las mujeres... que buscan proveedores del hogar. Ellos mismos no son conscientes de que también responden a mandatos sociales de tener que buscar mujeres lindas ante todo. No buscan mujeres inteligentes, independientes, fuertes, con carácter, favorables a la igualdad de género y, por lo tanto, en contra de los estereotipos sexistas impuestos por la sociedad, en una palabra, feministas.

Mis amigas, que por supuesto tienen consciencia de género, no buscaron proveedores del hogar, sino compañeros de vida, hombres confiables, sinceros, igualitarios. Mis propias parejas, excepto el último, que considero haber sido un tremendo error de diagnóstico y de puntería de mi parte, han sido hombres sensibles, cariñosos, que no respondían a estereotipos machistas.

Es un 
Mostrar a las personas que se quejan del otro sexo que el sexismo es la causa de muchos de sus males, de muchas de sus quejas, de muchas de las oposiciones entre los sexos, de muchos de los malentendidos y enfrentamientos, es la meta del feminismo en general, y de este blog en particular.
.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Sexismo malo o sexismo bueno, pero sexismo al fin: el caso de la galantería

En muchas ocasiones, he sido objeto de acerbas críticas de parte de mujeres que consideran que la galantería es una buena cosa, y que no tienen la más mínima intención de ceder ese lugar de "diosa" a la que hay que venerar y tratar de manera particular por el mero hecho de ser mujer.
Me cuesta un Perú hacer entender a esas mujeres (y a la mayoría de los hombres) que la galantería es una forma de sexismo.

Lo he empezado a explicar en una de mis primeras entradas.

Ahora voy a tratar de darle un marco más teórico.

Existen dos formas de sexismo: lo que se podría llamar el sexismo negativo, agresivo, claramente discriminatorio contra las mujeres, en que las mujeres son menospreciadas. Lo que los psicólogos Peter Glick y Susan Fiske definieron como el sexismo tradicional o "sexismo hostil".

Excepto algunos trogloditas irrecuperables, muy pocos varones profesan un sexismo hostil. Muchos creen en la igualdad de derechos entre mujeres y varones, no se les ocurriría pegar a una mujer ni violarla, creen que las discriminaciones son algo malo. Hoy en día, en los países occidentales al menos, sólo una minoría de personas cree realmente que las mujeres son inferiores.

Sin embargo, existe otro tipo de sexismo, al parecer positivo, que coloca a la mujer en un pedestal (siempre y cuando responda a algunos criterios y estereotipos de mujer abnegada, dulce, condescendiente y buena madre), en que se glorifica a las mujeres. Un sexismo que Glick y Fiske definen como "sexismo benévolo".

El mejor ejemplo de sexismo benévolo es la galantería.
La galantería es una serie de actitudes que los varones tienen con las mujeres, por el hecho de ser mujeres, y que no tienen con otros varones: abrirle la puerta, dejarla pasar primero, pagar por ella en el restaurante, dejarle el asiento en los medios de transporte, etc. etc.

¿Por qué digo que es una forma de sexismo? Bueno, porque claramente, muestra una actitud de superioridad del varón, que siente la obligación de proteger a la mujer, como si la mujer necesitara siempre la protección de un hombre y no fuera capaz de abrir una puerta o quedarse de pie en el colectivo.

A algunas mujeres, de hecho, les encanta sentirse más débiles y buscan esa "protección" varonil, y pongo comillas esa palabra porque no veo bien qué tiene de protector que a una le abran la puerta.

Así, pues, actitudes que parecen ser de respeto hacia la mujer en realidad son otra forma de sexismo. Por eso también es tan difícil luchar contra el sexismo: porque no todas sus manifestaciones son abiertamente hostiles contra las mujeres. Algunas también parecen ser positivas y hacen creer tanto a mujeres como a varones que las mujeres están en una posición conveniente.

Una investigación llevada adelante sobre "Sexismo, masculinidad-feninidad y factores culturales" muestra que "sexismo hostil y sexismo benevolente son una potente combinación que promueve la subordinación de las mujeres, actuando como un sistema articulado de recompensas y de castigos para que las mujeres sepan 'cuál es su sitio'. La hostilidad sola crearía resentimiento y rebelión por parte de las mujeres. Es obvio que los hombres no desean ganarse la antipatía de las mujeres, dado que dependen de ellas. El sexismo benévolo debilita la resistencia de las mujeres ante el patriarcado, ofreciéndoles las recompensas de protección, idealización y afecto para aquellas mujeres que acepten sus roles tradicionales y satisfagan las necesidades de los hombres".

En 2000, Glick y otros realizaron una investigación empleando el ASI (Ambivalent Sexism Inventory), realizada en 19 países y con una muestra total de más de 15.000 personas. El resultado es que sexismo hostil y benévolo están relacionados y esa relación se explica como ideologías legitimadoras complementarias: las naciones con puntuaciones altas en sexismo hostil fueron también las naciones con puntuaciones en sexismo benévolo más elevadas. Y cuanto más sexistas eran los hombres de un país, más probable era que las mujeres aceptaran tanto el sexismo hostil como el sexismo benévolo.

"Las mujeres utilizan el sexismo benévolo para defenderse a sí mismas: cuanto más sexistas son los hombres, más buscan las mujeres la protección, idealización y afecto que el sexismo benevolente ofrece."

Y es normal. En un país en que las mujeres son discriminadas, desvalorizadas, y en que las exigencias que pesan sobre ellas para ser respetadas son inmensas (ser buenas madres, buenas esposas, buenas amantes sin ser putas, etc. etc.), es entendible que busquen sentirse valorizadas de manera especial por un trato galante. Inconscientemente piensan: "ya que va a haber sexismo, que al menos pueda sacar algo positivo de ello".

Y algunas mujeres se ponen realmente agresivas cuando una trata de hacerles entender que la galantería en realidad es una forma de discriminación, porque sienten que se les está sacando lo único bueno que tiene el sexismo.

Pero no por eso el sexismo benévolo deja de ser sexismo. En lo ideal, las mujeres no deberían sentir la necesidad de ser protegidas por un varón. Y, en todo caso, si necesitan protección, será contra agresiones y violencias; no en el momento de abrir una puerta o subirse a un colectivo.
.

martes, 7 de diciembre de 2010

Las madres nunca descansan

El sexismo se cuela en todos lados sin que nos demos cuenta, en detalles de los que, en general, no nos percatamos. Prueba está en esta nota del diario La Nación acerca de los recaudos a tomar cuando se toma sol.
En verano, los chicos están muy expuestos al sol. Van a la pileta, a la colonia o veranean en la montaña o el mar. ¿Cómo pueden hacer las madres para proteger a sus hijos mientras no están bajo su cuidado?
Y no sé, ¿yo sugiero al azar que estén al cuidado de sus padres? ¿O es que lxs niñxs nacen por partenogénesis?

Probablemente la autora de la nota ni se haya dado cuenta de lo que escribió, pero es bien representativo de lo que todavía se espera (y se da) en la sociedad actual: que sean las madres, y no los padres, los responsables del cuidado diario de lxs hijxs.

Así que durante las vacaciones, mientras Papá descansa de su duro año laboral alisándose el bigote, Mamá, ella, no se olvida de que su trabajo es noche, fines de semana y vacaciones incluidas.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Axe: ¿el próximo paso es la violación?

Hasta ahora nunca quise comentar las publicidades de Axe porque me parecían tan brutamente idiotas que pensé que ya era muy obvio denunciarlas.

Pero esta vez se pasaron. Esta vez, no se trata solamente de mostrar a las mujeres como objetos sexuales, sino directamente de incitar a la violación. Y no, no es un delirio mío. La última campaña, con el eslogan "menos amigas, más mujeres", es propiamente escandalosa.

¿Qué nos dice esa campaña, llamada "Semana del no amigo"?

Básicamente, que ya es hora de que los hombres de verdad dejen de ser amigos de las mujeres (porque eso es de imbécil), y empiecen a cogérselas a todas: "Dejá de ser amigo y empezá a ser hombre".

Para eso, nos muestran la imagen de una mujer y un varón, separados por un rayo, con los brazos cortados:


 O sea, ya estamos hablando de algo violento y mutilador.

Pero la cosa no sigue ahí. También está, por supuesto, la campaña en la tele. Y ahí estamos rozando la incitación a la violación. "Ser hombre", para Axe, significa ser un troglodita abusador que aprovecha que una mujer esté dormida para.... no queremos imaginarnos para qué.


Esta campaña no solamente es ofensiva para las mujeres. También lo es, por supuesto, para los varones, mostrándolos o como tarados por tener amigas mujeres, o bestias peludas que quieren cogérselas a todas.

Sí, sí, ya sé, no tengo humor, no entiendo el segundo grado... Pues ya me pudrí de que el segundo grado sea siempre sexista.

Un niño que ve ese comercial no entiende el segundo grado, se lo tomará literalmente y entenderá que ser amigo de mujeres es de pobre tipo, y que si se quiere ser un hombre de verdad, hay que meterla en cuanta vagina se le cruce, esté despierta, dormida, y más allá de su voluntad.

Así lo muestra el otro comercial: ahí vemos a una mujer que le pide a un amigo subirle el cierre del vestido. El amigo lo hace. Viene la bestia peluda que todo varón debería tener dentro, y se lo baja. El símbolo es bien claro: si sos hombre de verdad, tenés que pasar de la voluntad de la mujer, y hacer lo que a vos se te dé las ganas, más allá de lo que ella te pida o quiera. Total, con Axe, terminará pidiéndote lo que vos querés.

Porque es sabido que cuando una mujer dice que no, si insistís un poco, terminará diciendo que sí

Todas putas.


Corrolaria de todo eso: si sos un chico bueno, simpático, amable y gentil, las mujeres sólo te van a ver como un amigo. La única manera para que se quieran acostar con vos, es siendo una bruta abusadora.

Me encanta.
.

martes, 30 de noviembre de 2010

Yo voto por el aborto legal

Marianne Mollman y Juan Carlos Vega
Hoy en un día histórico, por primera vez se abrió el debate parlamentario sobre el aborto en Argentina. Fue la Comisión de Legislación Penal la que inició el debate, invitando a Marianne Mollman, de Human Rights Watch, como única expositora.

Recuerdo todavía las primeras reuniones de la Asamblea por el Derecho al Aborto, allá por el 2002, antes de la creación, en 2005, de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Libre, Seguro y Gratuito, que presentó un proyecto de legalización del aborto en el Congreso. Entonces éramos tres gatas locas. Hoy delante del Congreso, enfrentándonos a los anti-elección que nos quisieron provocar (y que cortaron el cable del camión de sonido que habíamos contratado), y dentro del mismo, éramos centenares de mujeres y hombres luchando por ese derecho básico de las mujeres, sin el cual no habrá igualdad de condiciones nunca.

Si quieren firmar el petitorio por el derecho al aborto, pueden hacerlo haciendo click en la mano.

jueves, 25 de noviembre de 2010

¿Realmente no lo ven?

Hoy es el Día Internacional de Lucha por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Y como estoy en una racha "publicidad sexista", les regalo esa de un proveedor de Internet francés. Salió en 2005, creo. O sea, ayer.

Se ve a una mujer debajo de la puerta de un lavaplatos, nos imaginamos que desmayada en el piso.

Comentario: "En lugar del partido, ella quería ver un documental sobre las estrellas fugaces. Pues las vio."

Supongo que muchxs dirán que nada que ver, que estoy loca, que hay miles de interpretaciones posibles. Puede ser. Pero una de ellas es, sí, claramente: el tipo le pegó con la puerta del lavaplatos (o con lo que sea) hasta desmayarla y que ella viera "estrellitas" para poder ver su partido de fútbol en paz.

Súper cómico. Me descojono de la risa.

Esto fue en 2005. No en 1955. Y después dicen que el machismo ya fue...


lunes, 22 de noviembre de 2010

Menos mal que hoy ya no pasa...

Muchos comentarios acerca de las publicidades vintage que subí en mi entrada anterior expresaban alivio porque hoy en día ya no se ven comerciales tan sexistas y que denigran tanto a las mujeres.

Lamentablemente, yo no opino lo mismo. Quizás las publicidades de hoy no digan explícitamente "las mujeres son inferiores y hay que someterlas", pero el sexismo sigue impregnando la mente de los publicistas, que al parecer, cuando se trata de mujeres, se permiten cualquier tipo de agresiones, insultos, denigraciones, humillaciones, muchas veces bajo el manto protector del "humor" o de la "seducción".

He aquí un ejemplo de publicidad que no dice nada explícito, pero que muestra claramente una escena de sometimiento, haciendo pensar en una violación colectiva.



Esta publicidad salió en el 2007. Ante la presión del Instituto de la Mujer de España, de Amnistía Internacional de Italia y de otras instituciones, Dolce & Gabbana decidió finalmente retirarla en el mundo entero. Pero jamás reconocieron el sexismo del asunto. Se defendieron diciendo que se trataba de un "juego de seducción" y que no veían cuál era el problema.

Hasta que se retiró esta publicidad, ¿cuántos niños y niñas vieron esto en las calles y las revistas, pensando que es normal que varios hombres sometan a una mujer?

domingo, 14 de noviembre de 2010

Comercial Vintage #1

Algunas personas siguen minimizando la situación a la que estuvieron sometidas las mujeres hasta hace muy poco tiempo en los países occidentales. Algunas publicidades de la década de los cincuenta (o sea, ayer) muestran a qué punto las mujeres eran odiadas, sometidas, ridiculizadas, inferiorizadas. Si los publicistas se permitían semejantes libertades, es porque estaban en una sociedad que se lo permitía.

Algunos aseguran que hay que tomarlo en un segundo grado. Yo me harté de que el segundo grado siempre sea para rebajar a las mujeres. Vean por sí mismo.



domingo, 7 de noviembre de 2010

¡El apellido paterno no se toca!

España está a punto de modificar la ley acerca de la transmisión de los apellidos a lxs hijxs. Hasta ahora, los padres podían elegir libremente el orden de los apellidos (primero el de la madre o primero el del padre, indiferentemente), lo cual ya era un gran avance. Pero en caso de desacuerdo, primaba el apellido paterno.

Si se aprueba la ley, en caso de desacuerdo, se elimina la prevalencia del apellido paterno y regirá el orden alfabético.

Ya era hora de que esto sucediera. La primacía del apellido paterno es una discriminación absoluta entre hombres y mujeres, que ya no tiene ninguna justificación. Es un resabio de la sociedad patriarcal en que el padre era el jefe de familia encargado de protegerla. Los tiempos han cambiado.  La ley debe cambiar también.

Hace poco, mi abuela fue bisabuela, de parte de mi primo hermano. Como las otras primas hermanas somos todas mujeres, mi abuela deseaba con fervor que el hijo de mi primo fuera varón, "para que no desaparezca el apellido". Con la nueva ley, se podrá descorchar el champán tanto cuando nace un niño como cuando nace una niña.

Ahora, los que se oponen a la ley buscan excusas como: "Con lo del orden alfabético irán desapareciendo los apellidos de la última parte del alfabeto". Pues bien, si lxs legisladores tuvieran un poquito de imaginación, podrían proponer que en caso de desacuerdo, se impusiera el orden alfabético ascendente si el bebé nació un año par, y el orden descendente si nació un año impar, y asunto resuelto.

Ahora bien, ¿qué pasa en Argentina?

Una de las aberraciones discriminatorias entre varones y mujeres que sigue existiendo en la ley argentina concierne precisamente el apellido de lxs hijxs (y algunos siguen diciendo que varones y mujeres son iguales ante la ley...).

Por ley, el apellido del padre es siempre el primero. Se puede, muy generosamente, agregarle el de la madre, pero siempre atrás. Y el que esa persona legará luego es su primer apellido, o sea, siempre el apellido paterno.

La única manera de que alguien lleve primero el apellido de su madre desde el nacimiento, es que sea la madre que lo reconozca primero, y que el padre lo haga más tarde. Se imaginarán el drama si la madre llega a morir en el ínterin: el bebé se queda sin madre y, de hecho, sin padre legal.

Ahora bien, en el medio de todo ese lío machista, llega el matrimonio igualitario. De repente, chan chan, dos hombres o dos mujeres pueden casarse y por ende, tener hijxs. ¿Qué se hace en esos casos, ya que no hay un padre y una madre, sino dos padres o dos madres?

Lxs legisladores lo resolvieron de manera extremadamente simple:
Los hijos matrimoniales de cónyuges del mismo sexo llevarán el primer apellido de alguno de ellos. A pedido de éstos podrá inscribirse el apellido compuesto del cónyuge del cual tuviera el primer apellido o agregarse el del otro cónyuge. Si no hubiera acuerdo acerca de qué apellido llevará el adoptado, si ha de ser compuesto, o sobre cómo se integrará, los apellidos se ordenarán alfabéticamente. Si el interesado deseare llevar el apellido compuesto del cónyuge del cual tuviera el primer apellido, o el del otro cónyuge, podrá solicitarlo ante el Registro del Estado Civil desde los DIECIOCHO (18) años.
¡Así de simple!
Pero ojo, la ley sigue estipulando que
(...) los hijos matrimoniales de distinto sexo llevarán el primer apellido del padre.
O sea, la ley de matrimonio igualitario viene a echarles en cara la discriminación sexista de la ley sobre transmisión del apellido, entonces le agregan un párrafo sobre hijos de parejas del mismo sexo, ¡pero no se toman la molestia de modificar lo que se hace en caso de pareja de distinto sexo!

Resultado: ahora hay una doble discriminación: entre varones y mujeres por un lado, ¡y ahora entre parejas de distinto sexo y parejas del mismo sexo por el otro!

¿Qué tan difícil era modificar esa parte de la ley? ¿Y por qué extraño motivo no lo hicieron? ¿Debo pensar que la sociedad argentina está lista para aceptar el matrimonio igualitario, pero no está lista para aceptar la igualdad ante la ley entre hombres y mujeres?

No me gustaría llegar a esa conclusión, pero...
.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Las mujeres son todas iguales

Hace unos días he participado en una conversación muy interesante. Un conocido mío pone en su perfil de Facebook: "Mujeres, mujeres, ¿por qué serán tan complicadas si las cosas pueden ser simples?"

Como en los últimos meses he conocido a un varón particularmente complicado, rebuscado, y con el que la relación no funcionó precisamente por eso (en todo caso de mi lado), se lo explico y digo: "¿Ves? Yo también podría decir: varones, varones, ¿por qué serán tan complicados si las cosas pueden ser simples?"

Por supuesto, ese chico no entendió la ironía que consistía en explicarle lo ridículo de las generalizaciones por sexo, y cayó en la trampa diciendo: "Ah, pero no todos los varones son iguales".

A lo que contesté, por supuesto: "Pero entonces ¿por qué decís que todas las mujeres son iguales?"

Como ya visiblemente no entendía más nada, contestó: "Pero yo hablaba de una mujer en particular".

"Si, contesté yo, yo también hablaba de un hombre en particular. Sin embargo, al hablar de 'varones', entendiste perfectamente que estaba generalizando a todos los varones y te defendiste diciendo que no todos son iguales. Por qué, ya que hablabas de 'mujeres', no debería entender que estabas generalizando a todas las mujeres?"

Esto fue demasiado y abandonó la conversación ahí.

Me llama la atención cómo a algunos varones les encanta despotricar contra todas las mujeres en general a raíz de un episodio con una mujer en particular, pero no soportan que hagamos lo mismo con los varones.

¿Ponerlos en la misma situación será la mejor manera de mostrarles que las generalizaciones son siempre abusivas? No lo sé, porque al parecer, ese chico no entendió absolutamente nada a lo que le estaba diciendo...

De paso, también me asombra a qué punto muchos varones heterosexuales critican a las mujeres: que son tontas, que no saben manejar, que tardan horas en prepararse, que no saben leer un mapa, que no les gusta el fútbol, que sólo piensan en cosas superficiales...

Digo, si tanto odian a las mujeres, si tanto les disgusta lo que ellos definen como "ser mujer", ¿por qué son heterosexuales? ¿Y por qué terminan con mujeres superficiales y que pasan horas delante de un espejo?

lunes, 1 de noviembre de 2010

Reacción o solución: ¿cómo vencer al sexismo cotidiano?

En una entrada anterior, una persona dejó un comentario diciendo que una solución ante la agresión permanente que las mujeres vivimos en la calle es tener la cabeza bien alta.

Ese comentario me hizo pensar. Y llegué a la conclusión de que justamente, a lo que apunto con este blog, es a cambiar las mentalidades a futuro, para que la solución no sea simplemente una reacción personal y cortoplacista, sino una resolución global y universal del problema.

Muchas veces he escuchado personas decirme: "Bueno, cuando te pasa eso, ¿por qué no reaccionás de tal o cual manera, y asunto resuelto?"

El tema es que así no se resuelve el asunto, porque en la siguiente esquina me puede volver a pasar lo mismo. La solución no pasa por lo que yo deje o no deje de hacer para que una situación no me moleste. Pasa por que la situación no se repita.

En el caso del acoso callejero o en los lugares públicos, la solución no pasa por responder tal o cual cosa de tal o cual manera. Esa es una reacción. No una solución.

La solución sólo puede pasar por un cambio de mentalidades. Y claro, estamos hablando entonces de largo, muy largo plazo. Para las generaciones futuras.

Por eso insisto tanto en las manifestaciones ínfimas del sexismo, como el lenguaje sexista, las publicidades sexistas, los "piropos" que no son otra cosa que acoso callejero, etc. Muchas veces me lo reprochan, me dicen: "Son detalles, hay cosas más graves, andá a ver en Afganistán cómo están las mujeres".

Es que yo no pienso solamente en mí. Pienso en las generaciones futuras. Mientras lxs niñxs sigan viendo publicidades en que papá trabaja y mamá limpia y cuida a lxs hijxs, carteles con mujeres semi-desnudas en la calle, mientras las niñas empiecen a escuchar guarangadas en la calle desde los primeros síntomas de la pubertad y que nadie se escandalice (yo tenía apenas 12 años cuando me dijeron mi primer "piropo": "Cómo me gustaría ser tu helado para que me chupes así"... y a un diputado se le ocurrió crear un "día del piropo"...), mientras las mujeres sean negadas en el idioma, mientras escuchen en la escuela "el masculino siempre le gana al femenino", mientras se sigan imponiendo estereotipos sexistas a lxs niñxs desde su más tierna infancia (colores, juguetes, personajes a los que identificarse, etc.), mientras a la gente le parezca pícaro que un niño levante las faldas de una niña y no se le explique que eso no se hace, no se podrá abolir el sexismo, la discriminación, la violencia de género, las violaciones, etc. etc., porque todo eso está íntimamente ligado y relacionado.

Mi blog apunta a eso: hacer tomar consciencia a la gente del sexismo, para que traten  que las generaciones futuras estén libras de este flagelo.

jueves, 28 de octubre de 2010

Mi blog, citado en Página/12

Se me había pasado mencionarlo: por primera vez, mi blog ha sido citado en un diario nacional, Página/12. Por supuesto, no en otro. Se puede criticar todo lo que se quiera ese periódico, que se ha convertido en una suerte de órgano oficial del Gobierno argentino (que hoy está de luto), pero hay que reconocer que es el único diario en defender abiertamente, es más, en militar, por la legalización del aborto, la igualdad de género, la educación sexual en las escuelas, el acceso a los métodos anticonceptivos, y por otros valores en los que me reconozco.

La nota que cita mi blog se llama Costumbres Argentinas, y fue escrita cuando un ignoto diputado del PRO presentó un proyecto de ley para instituir un Día del Piropo.

Aunque menciona sólo la última entrada al respecto (una lástima que no funcione el enlace), una de mis primeras entradas también hablaba del tema.

Ah, y si les gusta mi blog, recuerden que pueden votar por él en esta página: Los Mejores Blogs Argentinos. Hoy me di cuenta de que aunque hace varios meses que no entro en ese sitio, conserva un muy honesto 5° lugar.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La conmocionante verdad sobre lo de siempre

En Facebook existe una página que se llama: "The shocking truth about men and women. You don't want to see this". Que se podría traducir por: "La conmocionante verdad sobre varones y mujeres. Quizás no deba ver eso".

Por supuesto, fui a ver. Me temía lo peor.

Y no es lo peor: es lo clásico. Lo de siempre. Lo no original. Lo aburrido. Lo esperable. ¿Cómo alguien puede seguir pensando que eso es divertido, cómico, revolucionario u original? Es simplemente lo mismo de siempre, que te meten y te meten y te meten en la cabeza, llenándote el cerebro para que no puedas pensar otra cosa. 

La imagen a la que se llega es la siguiente:


¿No se dan cuenta los que suben ese tipo de cosas de que sólo están siguiendo al rebaño y repitiendo como loros lo que nos meten en la cabeza desde que nacimos, a saber, que los varones sólo piensan con su sexo, están obsesionados por su pija y el sexo, y las mujeres son unas tiernas que sólo piensan y esperan el gran Amooor?

¿Tanto miedo tienen a un cambio posible que creen necesario repetir mil veces lo mismo, por las dudas de que no hayamos entendido las supuestas diferencias intrínsecas entre varones y mujeres?

Digo, si esas diferencias fueran tan obvias, tan naturales, tan esenciales, ¿sería necesario remarcarlas constantemente?
Obviamente las personas que lo hacen, inconscientemente, quieren asegurarse de que sea así y no de otra manera, por el miedo que le tienen a que se derrumben sus certezas y sus construcciones mentales. Pero si es natural que sea así, ¿por qué habría de cambiar? ¿Será que de alguna manera se dan cuenta de que esas diferencias no son natas, sino inculcadas, y que sin esa pesadísima reiteración, las cosas podrían modificarse, y los varones ser sentimentales y las mujeres obsesionadas por el sexo?

En todo caso, yo no puedo creer que en 2010, haya 82.251 personas, al día de hoy, que se hicieron admiradoras de esa página...

sábado, 11 de septiembre de 2010

Si no te gusta tu condición de mujer, matate

Si no te gusta que los hombres se acerquen cuando estás tomando tranquilamente un café en la barra, no te quedes en la barra: si te quedás no es porque querés tomar un café tranquilamente, sino porque buscás levante.

Si no te gusta que te miren el culo cuando estás con un pantalón apretado o un short, no lleves pantalones apretados o un short: si te ponés este tipo de prendas, no es porque te gusten a vos, sino porque querés que los hombres te miren el culo.

Si no querés que te miren las tetas, no lleves escote. Si te ponés escote no es porque tenés calor, sino porque querés que los hombres te miren las tetas.

Si no querés que te digan cosas sucias, no lamas un helado en la calle. Si chupás un helado en la calle no es porque te gusta el helado en cucurucho, sino porque estás enviando una invitación a la fellatio.

Si no querés que los obreros se babeen y te digan horrores cuando pasás delante de ellos, cambiá de vereda. Si no cambiás de vereda, es porque buscás que te digan cosas.

Si no te gusta que te digan cosas por la calle, no salgas. Si salís, es porque querés provocar a los hombres con tu sola presencia. No te olvides de que la calle es de los hombres, vos sólo estás de invitada.

Si no querés que te violen, no salgas sola de noche. Si salis sola de noche, es porque buscás provocar. Más si salís sola de noche y con minifalda.

etc. etc. etc.

¿Se dan cuenta de todo lo que tenemos que modificar las mujeres en nuestras vidas cotidianas si no queremos ser molestadas por los hombres machistas, o si no queremos que nos culpabilicen por lo que nos puede llegar a pasar en la vía pública?

Básicamente, según la inmensa mayoría de la gente a quien no le escandalizan los piropos y los "ch-ch-ch" y otros "tsssss, qué hermosa" u "hola muñeca", las mujeres estamos siempre buscando la aprobación de la mirada masculina, sólo vivimos para que ellos nos miren y nos aprecien y nos digan cuán profundo nos la quieren meter.

Y si no querés todo eso, qué querés que te diga: en el fondo, es porque sos lesbiana.
.

domingo, 22 de agosto de 2010

¿Qué es el feminismo?



Y para todxs aquellxs que llegan a este blog decretando que odio a los hombres, quiero exterminarlos, soy una frustrada y quiero una guerra entre los sexos, les recuerdo que hice un pequeño resumen de quién soy aquí, y de lo que es el feminismo, aquí.

domingo, 15 de agosto de 2010

La ciencia, también influenciada por el machismo

Gracias a antropólogos muy serios, todos y todas sabemos que los hombres prehistóricos salían a cazar el mamut mientras las mujeres prehistóricas se quedaban tranquilitas en la cueva pintando boludeces en las paredes, alimentando el fuego, cocinando y amamantando a su prole (y no digo planchando porque en ese entonces no había electricidad...).

Oh casualidad, esa imagen ideal de la familia ideal, con papá afuera, mamá adentro, e hijitos agarrados de sus polleras, fue construida por antropólogos varones, que no escapaban al machismo de su época. O sea, vieron lo que quisieron ver.

Resulta que en cuanto aparecieron científicas mujeres con alguna idea de igualdad de género, las cosas cambiaron, y estudios no menos serios mostraron que las mujeres no se quedaban fregando en la cueva, sino que salían a recolectar frutos, a cazar animales pequeños, en fin, no se quedaban encerradas entre las cuatro paredes de su hogar, sino que eran tan activas como sus activos machos.

Sin embargo, esos estudios jamás alcanzaron la popularidad de los que aseguran tajantemente que los varones tienen mejor ubicación en el espacio porque sus antepasados salían a grandes terrenos a cazar el mamut, y que las mujeres ubican mejor al frasco de mayonesa en la heladera porque eran las encargadas del orden en la cueva (creo que es más o menos lo que sostiene John Gray en Los hombres vienen de Marte y las mujeres de Venus, aunque no lo puedo asegurar porque no tuve el coraje de leer semejante bazofia esencialista y sexista).

Resultado: la gente como usted y yo sigue pensando que las mujeres no salían a cazar y que por eso hoy en día no tienen sentido de la orientación.

Otro mandato casi imposible de derrocar en las mentalidades de la gente: la teoría del macho dominante. A partir del momento en que mujeres se pusieron a analizar el comportamiento de los animales, sin el sesgo machista imperante en la época, descubrieron que no era tan así como decían sus colegas masculinos. Y que había una buena dosis de antropomorfismo (tendencia a a atribuir rasgos y cualidades humanos a las cosas) en los estudios de muchos científicos de renombre.

Quería compartir con ustedes una nota encontrada en el diario Le Monde, acerca, justamente de cómo influye la cultura, la pertenencia a un género y el sexismo, en las investigaciones y las conclusiones científicas. Y cómo, entonces, nuestras certezas sobre el comportamiento animal o los humanos prehistóricos no son tan certeras.

La nota fue escrita por la periodista Catherine Vincent y publicada el 8 de agosto de 2009. La traducción la hice yo. Sabrán disculpar los galicismos...

Ciencia del sexo, y sexo de las ciencias
Por Catherine Vincent
Le Monde, 08-08-2010
Masculino, femenino: ¿cómo ser neutro en este terreno de estudio, cuando el o la que lo aborda se reconoce necesariamente en uno u otro sexo? Reconozcámoslo: la propia autora de estas líneas no escapó a la regla. Los investigadores tampoco. Sea cual sea su voluntad, la ciencia no es nunca completamente "objetiva" cuando concierne, de lejos o de cerca, la diferencia entre los sexos. Y hay muchos ejemplos que demuestran que los avances del feminismo, al modificar las mentalidades, al permitir al sexo "débil" participar más ampliamente a la elaboración de los conocimientos, modificaron estos conocimientos de manera sensible.
Demostración en tres puntos.

AÑOS 1970: LA JERARQUÍA ENTRE LOS BABUINOS, ¿UN ARTEFACTO?

"Envíen a un hombre y a una mujer a una iglesia, háganlos salir quince minutos después. El hombre no habrá visto nada; la mujer describirá los sombreros y los zapatos". El autor de esta frase, el antropólogo estadounidense Louis Leakey, codescubridor del Homo habilis, tuvo la idea genial, al principio de la década de los sesenta, de enviar a su secretaria a observar  los chimpancés a la jungla de Tanzania. Se llamaba Jane Goodall. Le seguirían muchas otras, después de lo cual la primatología no sería nunca más la misma.

"Estas mujeres se quedaban en el terreno mucho más tiempo que los hombres", relata la etóloga y psicóloga Vinciane Despret, profesora en la universidad de Liege (Bélgica). "No era, como se dijo, porque eran más pacientes y observadoras, sino simplemente por razones de carrera: en la década de los sesenta, si querían regresar a la universidad y obtener un puesto, tenían que tener en su activo muchas más publicaciones que sus colegas masculinos". Su mirada lo cambió todo. Principalmente el concepto de "jerarquía de dominación", según el cual los machos dominantes, entre otras prerrogativas, desempeñan un papel particular en la defensa contra los predadores. Una noción tan central en el estudio de los primates que se había convertido, en esa época, en un sinónimo de organización social.

A mediados de la década de los sesenta, este modelo perfecto conoce sin embargo una excepción: los babuinos de la selva ugandesa de Ishasha, observados por la primatóloga Thelma Rowell, huyen en total desorden cuando ven a depredadores, cada uno según sus propias capacidades. "Lo que significa que los machos están bien lejos adelante, y las hembras, estorbadas con sus críos, penando atrás", precisa Vinciane Despret. Constata también que no parece haber, en esa tropa, una jerarquía entre machos y hembras. Unos años más tarde, otra mujer, Shirley Strum, completa la demostración con los babuines kenianos de Pumphouse. "La dominación de los machos es un mito", afirma. La controversia crece. Hasta que las más altas instancias de la primatología admitan lo que nadie había entendido hasta entonces: no son las condiciones de vida de los babuinos los que los vuelven agresivos y jerarquizados, sino las condiciones de observación por parte de los humanos.

"La dominación y la competencia que supuestamente debe regularla emergen bien sólo en dos condiciones muy particulares", precisa Vinciane Despret. "Las investigaciones en cautiverio, y aquellas en que los animales son observados en libertad, pero alimentados por investigadores para poder ser acercados". La dominación de los machos entre los babuinos sólo sería entonces un artefacto. Y tal vez, como lo sugería Thelma Rowell, también el resultado de una forma inconsciente de antropomorfismo.

AÑOS 1980: ¿POR QUÉ LAS MUJERES NO SON CAZADORAS?

De acuerdo a los datos de la prehistoria y al estudio de las sociedades tradicionales, la repartición de las tareas entre los pueblos de cazadores y recolectores siempre fue la misma: los hombres se encargan de cazar los animales grandes, y las mujeres de recolectar los alimentos vegetales, los huevos y los insectos. Durante mucho tiempo, la explicación de esta situación parecía evidente: las mujeres no participaban en la caza debido a los embarazos y a sus niños pequeños. También parecía evidente que la invención de la caza había sido una fuente importante de innovaciones adaptativas (técnicas, sociales, alimentarias) para el género Homo, innovaciones cuyos méritos eran entonces atribuidos a los varones.

Esta última afirmación fue cuestionada, a principios de la década de los ochenta, por varias investigadoras estadounidenses. Para la antropóloga Nancy Tanner y la primatóloga Adrienne Zihlman sobre todo, no son los hombres cazadores, sino las mujeres recolectoras las que fueron el motor de la evolución humana. Gracias a la observación de las sociedades tradicionales y de los grandes primates, propusieron el modelo siguiente: las hembras fueron las primeras entre estos homínidos en usar regularmente herramientas, con los cuales desterraban o capturaban los alimentos que luego ponían a salvo de los depredadores. La eficacia de esta colecta femenina permitió entonces a los hombres dedicarse a la caza, actividad de rendimiento más aleatorio.

En el mismo tiempo, la explicación según la cual las mujeres no iban a cazar porque eran menos móviles que los hombres empezó a resquebrajarse seriamente. Alain Testart, investigador del laboratorio de antropología social del Colegio de Francia, es uno de los que más estudió el tema. Autor, en 1986, de un libro sobre "Los fundamentos de la división sexual del trabajo entre los cazadores-recolectores", sostiene que esta división del trabajo reposa no en la maternidad, sino en una ideología vinculada con el símbolo de la sangre. Una hipótesis que, desde entonces, nunca dejó de apuntalar.

Si miramos desde más cerca, en efecto, las mujeres no están excluidas de manera sistemática de la caza. Entre los esquimales, por ejemplo, pueden, en el verano, acercarse a las focas dormidas y matarlas con mazos. Entre los ainues, población de la isla de Hokkaido, en el norte de Japón, cazan a los cérvidos con perros, cuerdas y redes. Entre los aborígenes australianos, cazan a los animales escarbadores llenando de humo sus madrigueras. Por lo tanto, para ellas, dar la muerte es posible. Pero nunca con flechas, lanzas o arpones.

"La mujer no caza si la sangre animal debe ser vertida, pero sí caza en el caso inverso", resume Alain Testart. Recuerda "las muy numerosas creencias, prohibiciones, tabúes variados y coloridos que rodean la sangre de las mujeres, sea el del parto o de la virginidad, o sobre todo la sangre menstrual, en la casi totalidad de las sociedades primitivas", y subraya el paralelismo entre la sangre de las mujeres y la de los animales. "Todo ocurre como si la mujer no pudiera poner la sangre en juego, en la medida en que está en juego, en ella, su propia sangre". Como consecuencia, en casi todos lados las mujeres fueron excluidas de la guerra, y por lo tanto de la política, así como de los ritos de sacrificio, o sea de la religión.

AÑOS 1990: ¿EL CROMOSOMA Y DETERMINA EL SEXO?

XX = mujer, XY = hombre: el hecho de que la presencia del cromosoma sexual Y, en un solo ejemplar, sea suficiente para inducir el desarrollo de los órganos machos, llevó durante mucho tiempo a los investigadores a atribuirle un papel "dominante". Un "dominante" incapaz de vivir sin su "dominado" (ya que un huevo fecundado en el que el cromosoma Y está solo no es viable), un "dominado" que, en cambio, vive muy bien sin su "dominante" (dado que la mitad de la población sólo es portadora de cromosomas X)... "Pero durante mucho tiempo, ¡estas ideas no se les ocurrieron a nadie!", señala la bióloga Joelle Wiels, directora de investigación CNRS del Instituto Gustave-Roussy (Villejuif, Francia). Como el desarrollo hembra era considerado el desarrollo "por default", las investigaciones apuntaban a buscar los "acontecimientos suplementarios" necesarios para la elaboración del macho.

Entre 1970 y 1990, se encontraron así sucesivamente tres genes del cromosoma Y implicados en la formación de los testículos. En los artículos científicos de entonces, no se los llamaba genes de determinación "del sexo macho", sino "del sexo".

Sin embargo, en 1986, dos biólogas estadounidenses, Eva Eiche y Linda Washburn, emitieron la hipótesis de que existía, junto con el "determinante del testículo", un "determinante del ovario". Pero hubo que esperar 1994 para que un equipo italiano demuestre la existencia, en el cromosoma X, de un gen capaz, expresado en doble dosis, de provocar el desarrollo hembra en los individuos XY. Gen del que se descubrió unos años más tarde que en realidad no era indispensable para la formación de los ovarios. Pero tuvo el mérito de llamar la atención sobre los mecanismos de determinación del sexo hembra. 

"Estos progresos permitieron sobre todo poner en evidencia la complejidad y la sutileza de los acontecimientos que gobiernan, a partir de un mismo tejido, la formación de dos órganos tan distintos como los ovarios y los testículos", comenta Joelle Wiels. Aún si este nuevo enfoque no puso totalmente fin a "los antiguos reflejos", la bióloga nota que el vocabulario de los científicos cambió, y que no es raro, desde el principio de los años 2000, "que una concepción un poco más paritaria se exprese en los artículos". Hasta se podía leer en 2005, en la revista Molecular and Cellular Endocrinology, un artículo cuyo resumen empezaba por esta frase: "Pruebas cada vez más numerosas indican que la organogénesis del ovario no es un proceso pasivo que llega por defecto en caso de ausencia de desarrollo de los testículos".
¿Vieron lo que les dijimos?

domingo, 1 de agosto de 2010

Taller para varones de buena voluntad

En Argentina existe un Colectivo de Varones Antipatriarcales. Su meta es aportar a las luchas contra el patriarcado, en tanto sistema de opresión basado en la inferiorización de "lo femenino".

Y sí, existen varones feministas. Porque de eso se trata: luchar por la igualdad de género es anti-sexismo, o sea, feminismo.

Ese colectivo tiene la excelentísima idea de organizar talleres para varones, con la idea de deconstruir la masculinidad que imponen a los hombres desde que nacen, y dar nuevas visiones de las masculinidades, en un marco de identidad de género. La idea del taller es "reflexionar sobre la forma –crítica y/o acrítica– en que se viven estas  masculinidades en un sistema patriarcal que impone como único un modelo de masculinidad hegemónico, basado en un sistema de dominación y jerarquías de género".

Muchos de esos talleres se organizan en La Plata, pero el sábado 7 de agosto, de 15h a 19h, organizan un taller de y para varones en la Ciudad de Buenos Aires.

La cita es en Angel Gallardo 752. Los varones deseosos de participar deben confirmar su asistencia a varonesantipatriarcales@gmail.com

No puedo más que alentar a los varones de buena voluntad que quieren ver de qué se trata la igualdad de género, hacer un análisis crítico de sus comportamientos y ver en qué pueden cambiar, a sumarse a ese evento.

domingo, 25 de julio de 2010

Matrimonio igualitario sí; aborto libre y gratuito no

Ahí va. Ya empezamos.

Después de la felicidad por la legalización del matrimonio igualitario, por el que, dijimos, Argentina se convertía en un país en que se respetan más los derechos humanos, caemos nuevamente en la desigualdad, el fanatismo religioso y el sexismo.

Esta vez, no contra las personas homosexuales, sino contra las mujeres.

Resulta que desde 2007 existe en Argentina una "Guía Técnica de Atención Integral de los Abortos no punibles en Argentina", elaborada por el Ministerio de Salud de la Nación.

¿Qué es eso? Es simple. En Argentina, el aborto está penalizado, excepto en dos situaciones contempladas en la ley: en la primera, cuando está en riesgo la salud o la vida de la madre. Y en la segunda, cuando el embarazo es fruto de una violación, o de un atentado al pudor cometido "sobre una mujer idiota o demente".

Preciso que se entiende "salud" como "el estado de completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedades", de acuerdo a la OMS. Es decir, Si una mujer considera que ese embarazo atenta contra su bienestar mental o social, también debería poder abortar, y sin necesidad de autorización judicial.

Pero resulta que los directores de hospitales, que temen el rayo divino o un juicio de no sé qué grupo extremista, exigen que esas mujeres lleguen con una autorización judicial para practicarles un aborto. Aunque ese derecho esté previsto en la ley.

Es un poco como si ahora los funcionarios del Registro Civil exigieran a las parejas homosexuales una autorización judicial para casarse, cuando la ley ya autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo: un absurdo total.

Pero a ese absurdo total se enfrentan las mujeres que, aunque estén en una de las dos situaciones contempladas en la ley, buscan abortar.

Por supuesto, los plazos de la justicia no son los mismos que los plazos de un embarazo. Muchas veces la autorización llega demasiado tarde. O es negativa, a pesar de que la ley autoriza el aborto. Entonces las mujeres que pueden, pagan un aborto en una clínica privada (muchas veces manejadas por los mismos directores que se niegan a hacerlo en el hospital público... ¿por qué será? ¿por convicción, realmente?), las otras ponen su vida en riesgo, y otras se resignarán a tener un hijx al que no deseaban.

Bueno. Resulta que ante esa situación absurda, el entonces ministro de Salud, Ginés González García, decidió la redacción de una guía destinada al personal de salud, para que se garantice la práctica del aborto en las condiciones contempladas en la ley. Una manera de decir: "Chicos, hay una ley que permite el aborto en tal y tal situación, déjense de romper las pelotas y aplíquenla. Si existe, se aplica y punto, sean cuales sean sus ideas al respecto" (a ese extremo tenemos que llegar con el aborto...).

Esa guía fue validada por el entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner (puesto que salía del Ministerio de Salud, que depende del Gobierno nacional).

El tema es que claro, se trata de una guía, y por lo tanto no es obligatorio que todas las provincias la apliquen. Creo que por ahora, sólo Capital y dos o tres provincias lo hacen. Hace pocos días, se pidió entonces al actual ministro de Salud, José Luis Manzur, que firme una resolución ministerial a fin de garantizar la implementación de la guía en todo el sistema de hospitales públicos del país.

Guía que, lo recuerdo, no establece ningún derecho nuevo, sino que se limita a lo establecido en el Código Penal desde hace casi 90 años, y simplemente establece los procedimientos a seguir en los hospitales públicos para proceder de manera efectiva y humanizada.

Bueno, pues luego de firmar la resolución, y probablemente ante la presión de sectores religiosos, fascistas, misóginos y retrógrados, Manzur dio marcha atrás, y afirmó que nunca jamás en su vida había firmado el texto.

O sea, no estamos hablando de legalizar el aborto a pedido de la mujer, como debería ser el caso, no se trataba de dar más derechos a las mujeres, como se dieron más derechos a las personas homosexuales: se trataba simplemente de hacer cumplir al personal médico un derecho ya establecido en la ley. Y a pesar de eso, nuestro ministro se asustó, dio marcha atrás y se desdijo.

Si una guía tan anecdótica y que sólo busca que se respete la ley despierta tanta polémica, ¿qué pasará  entonces cuando se busque legalizar el aborto? ¿Encarcelarán a las personas que luchen por ese derecho? ¿Las quemarán en la hoguera? Si la Iglesia habló de guerra santa en el caso del matrimonio igualitario, imagínense lo que nos espera con el derecho al aborto...

¿Argentina, país más igualitario? Ciertamente no para las mujeres.

Recuerdo que Argentina firmó la Convención para la Erradicación de Toda Forma de Discriminación hacia las Mujeres. Y que el aborto libre, seguro y gratuito, la posibilidad de tener control sobre su propio cuerpo y su aparato reproductor sin que nadie se lo impida ES un derecho básico de las mujeres.

Y por favor no vengan con el eterno argumento de que la sociedad argentina no está preparada para semejante debate, bla bla bla. Según una reciente encuesta de la consultora Ibarómetro, casi el 60% del país no está de acuerdo con que se penalice a una mujer que se practica un aborto, y un 58,5% cree que las mujeres tienen derecho a interrumpir su embarazo conforme a sus necesidades y convicciones personales.

Sin aborto libre, seguro y gratuito, no habrá jamás igualdad de condiciones con los varones.

jueves, 22 de julio de 2010

Los encantos de ser mujer...

En Francia existe un canal especial para mujeres, June. Su eslogan: "La tele que da ganas de ser una chica".

¿Cuál es la programación de June? Pues claro, sin sorpresas, programas de chimentos, de moda o telenovelas para subnormales. A las las mujeres no les interesan temas políticos, económicos, de actualidad internacional ni de sociedad. A las mujeres sólo les gustan las cosas superficiales, saber quién se casó con quién, cómo hacerse el peinado más complicado, que crema anticelulítica usar y cuál va a ser la moda del verano que viene.

Básicamente, nos dicen: "Nosotros los hombres nos cansamos de siempre tratar temas serios, a veces nos gustaría ser tan frívolos como las mujeres".

Porque las mujeres somos frívolas, por supuesto.

Pero lo peor de ese canal es el spot publicitario con el que se promocionan. Con un cinismo alucinante, muestran a un hombre en situaciones "típicas" de mujer (en la peluquería, depilándose, caminando con tacos, etc.) porque claro, June da ganas de ser mujer a los varones.

El tema es que al pobre hombre se lo ve en situaciones incomodísimas, torciéndose los tobillos con tacos altos, gritando del dolor cuando le sacan el pelo de las piernas, metiendo la panza constantemente y, colmo del cinismo, la última imagen lo muestra sentado en un sofá al lado de sus amigas, él cómodamente sentado con las piernas bien abiertas, como lo hacen muchos hombres, hasta que se da cuenta de lo indecoroso de su postura, y la corrige cruzándo sus piernas y optando por una posición menos cómoda, como nos han enseñado a las mujeres.

O sea, además de imponernos estereotipos pelotudos, June nos muestra lo incómodo de lo que tienen que hacer las mujeres para ser mujeres de verdad: usar vestidos cortos que impiden el movimiento si no quieren quedar en bombacha delante de todo el mundo, caminar sobre tacos altísimo que traban el caminar, depilarse el cuerpo entero sometiéndose a sesiones largas y dolorosas (pero no se preocupen, después uno se acostrumbra, en el spot las mujeres no tienen cara de sufrimiento cuando les arrancan la cera de las piernas), sentarse de manera incómoda con las piernas bien cerraditas porque la comodidad es privilegio exclusivo de los varones...

¿Y tienen la desfachatez de hacernos creer que todo eso es envidiable?

Envidiable para disfrazarse dos horas y constatar lo incómodo que es obedecer a las imposiciones acerca de lo que es la "feminidad", puede ser...

viernes, 16 de julio de 2010

Viva la igualdad

Algo me está molestando bastante en torno a toda esa alegría por la aprobación de la ley que permite las bodas de personas del mismo sexo.

Son las personas que, alrededor mío, gritan "viva la igualdad", pero cuando les hablo de igualdad entre hombres y mujeres, pegan alaridos de vírgenes ofendidas, con el argumento de que "si hombres y mujeres fueran iguales el mundo sería aburrido".

Y no entiendo. La verdad que no entiendo. ¿No se dan cuenta de que aceptar la homosexualidad como algo normal es precisamente aceptar que las cualidades "femeninas" o "masculinas" son estereotipos y construcciones sociales, y no algo natural? ¿Y que, por lo tanto, la supuesta complementariedad de los sexos no existe? ¿Que todas y todos somos individuos distintos entre sí, independientemente de nuestra pertenencia a tal o cual sexo, pero iguales en derechos y en valor?

Por supuesto, me alegro mucho de que el 99% de mis amigxs celebren la ley de matrimonio igualitario. Pero sé que dentro de ese 99%, al menos el 80% se me pone en contra cuando hablo de igualdad de género. ¿No se dan cuenta de la contradicción fundamental? ¿No se dan cuenta de que considerar que hetero y homosexuales somos iguales significa precisamente que todo lo que les contaron acerca de la diferencia entre los sexos, lo "femenino" y lo "masculino" son simplemente un invento social y cultural en el que no todas las personas se reconocen?

¿No se dan cuenta de que decretar que las mujeres son de tal o cual manera, y los hombres de tal o cual otra, es un esencialismo caduco? ¿Que no todas las mujeres por un lado, y todos los hombres por otro, tienen las mismas características? ¿Que no hace falta ser gay o lesbiana para no conformarse a los estereotipos impuestos?

O sea, esa misma gente celebra la igualdad entre personas heterosexuales y personas homosexuales, y me alegra sobremanera, porque entonces significa que entendieron eso de la igualdad de género, pero la misma gente celebra la supuesta diferencia intrínseca y natural (que no existe más que en las pautas sociales que nos imponen desde que nacemos) entre hombres y mujeres, demostrando que no entiendieron nada a eso de la igualdad de género...

Van a tener que explicármelo mejor porque hay algo que se me perdió en el camino...
.

lunes, 12 de julio de 2010

El mismo amor, los mismos derechos


El martes 13, la Iglesia Católica saldrá en Cruzada contra la igualdad de derechos en el matrimonio, que el Senado tratará el miércoles 14. Bergoglio convocó a una “guerra de Dios”.

Por eso se organizó para el mismo martes un "Ruidazo por la Igualdad", en que todxs están invitadxs a salir a la esquina o plaza desde las 19h30. Pueden llevar vuvuzelas, trompetas, cacerolas, bombos, invitar a amigos y familiares, organizar una movida barrial. También pueden unirse y propagar el evento de Facebook.

Algunos barrios que ya tienen su Defensa de la Alegría confirmada para el 13:

1) Plaza Juramento y Vuelta de Obligado (Belgrano)
2) OBELISCO, Corrientes y 9 de Julio (centro)
3) Scalabrini Ortiz y Corrientes (Villa Crespo)
4) Plaza Flores (Flores)
5) Parque Rivadavia (Caballito)
6) General Paz y Ruta 3
7) GBA - San Isidro: Belgrano y 9 de Julio
8) San Juan: esquina de Mitre y Mendoza
9) Salta: ANFITEATRO - PARQUE SAN MARTIN - Avda. San Martin y Lavalle
10) La Plata: Martes 13/07 - 17HS - desde Pza. San Martin marchamos a la CATEDRAL y cerramos frente a la GOBERNACION.
11) Mar del Plata: Plaza Mitre

PD el 15 de julio: ¡¡¡ya es ley el casamiento entre personas del mismo sexo!!! Difícil creer en un país tan machista como Argentina, pero los milagros sí existen. Y ahora, ¡a por el derecho al aborto libre, seguro y gratuito! Siempre se puede soñar... ¿quién hubiera dicho que en Argentina las personas homosexuales se podrían casar? ¡Así que a seguir soñando!

sábado, 10 de julio de 2010

El clítoris, ese gran desconocido

Si bien la sexualidad masculina ya no tiene casi ningún secreto, la situación es muy distinta cuando se trata de la sexualidad femenina, que sigue siendo un tema tabú, incluso en el requetemoderno siglo XXI.

Los niños varones son alentados desde muy chiquitos a conocer sus genitales. Padres y madres se extasian ante el tamaño del pene de su hijo cuando lo cambian, y hasta cuando lo ven en la ecografía ("ese va a ser bien machito").

¿Las nenas? ¿Alguna vez escucharon un padre o una madre extasiarse ante sus genitales? ¿Alabar el tamaño de su clítoris? ¿Entusiasmarse con la forma de su vulva? ¿Hablar siquiera de esas cosas?

Estudios muestran que incluso llegadas a la edad adulta, muchas mujeres, por no decir la mayoría, no conocen su anatomía, nunca vieron su vulva y no tienen idea de cómo funcionan sus genitales.

Si Eva Ensler escribió los Monólogos de la Vagina, era precisamente para elevarse contra el hecho de que nunca se habla de esta parte de la anatomía femenina. Pero menos aún se pronuncian las palabras "vulva" o "clítoris". Yo, por ejemplo, descubrí a los 13 años la existencia de este maravilloso apéndice. Y lo descubrí leyendo en un libro, no porque alguien me lo hubiera enseñado, extrañada por lo que sentía cuando me tocaba "esa parte" (supe mucho después que se trataba de un orgasmo). Mis padres, que sin embargo se jactaban de ser modernos y abiertos, nunca me dijeron que las mujeres están dotadas del único órgano del cuerpo humano dedicado pura y exclusivamente al placer: el clítoris.

El clítoris es tan desconocido como sensible: tiene más de 8.000 terminaciones nerviosas acumuladas en un espacio muy reducido, lo cual lo hace más sensible que la lengua o la punta de los dedos. La cabeza del pene, al lado, es un chiste.

Tanta envidia le tienen algunos varones (y después hablan de la envidia del pene, vaaaaamos...) que en algunas sociedades de África sobre todo (pero también en la Europa del siglo XIX), se recomienda su ablación pura y simple, para "purificar" a las mujeres, ergo: impedirles tener placer. No sea que estas perras tengan más placer que los hombres.

Lo peor de todo, es que esa ignorancia alcanza a la medicina. En algunos dibujos de anatomía del siglo XX, ni siquiera aparece mencionado el clítoris, como si directamente no existiera o no cumpliera ninguna función.

Ahora bien, el clítoris no es solamente lo que se ve afuera. Ésa es solamente la punta del iceberg. ¿Sabían que en realidad, el clítoris es diez veces más grande de lo que uno se imagina, y dos veces más grande de lo que las ilustraciones de expertos muestran? Al parecer, el clítoris mide entre 8 y 10 cm de largo, y entre 3 y 6 cm de ancho. Y no se parece ni a un botón ni a nada por el estilo, sino más bien a una pera:


O sea, el clítoris tiene ramificaciones internas a lo largo de las paredes de la vagina. De hecho, el famoso "orgasmo vaginal" no es sino otro orgasmo clitoridiano, por la presión que el pene (o el objeto introducido en la vagina) ejerce sobre las ramificaciones del clítoris. Pero como esto no se enseña en las facultades de medicina, por considerarlo secundario, pues los médicos, ignorantes de la anatomía femenina, pueden hacer estragos al realizar episiotomías u otras operaciones en la región vulvar, cortando nervios esenciales para el placer sexual femenino.

Pero sólo son mujeres, ¿qué importa su placer, no es cierto? Al pene, prohibido tocarlo, es sagrado, pero el clítoris... ¿Se imaginan si un médico cortara un pene por inadvertencia?

Para saber más acerca de este órgano tan peculiar, les recomiendo visionar este documental francés (aquí traducido al español, en siete partes): El clítoris, ese gran desconocido. Dura una hora, pero vale la pena, para desasnar tanto a varones como a mujeres.