miércoles, 26 de diciembre de 2007

Hola bomboncito...

Salgo de mi casa, camino por la calle. Paso delante de una obra, estoy obligada a caminar entre tres o cuatro obreros. Todos, sin excepción, me hacen algún tipo de comentario. "Hola bomboncito..." , "Mamita qué buena que estás...", "Ay Dios mío..."

Sigo mi camino. Me cruzo con dos tipos que vienen enfrente. Uno de ellos habla con el otro: "Entonces le dije a mi jefe..." Se interrumpe un segundo, se da vuelta hacia mí, dice de manera automática: "Hola muñeca..." y como si nada, sigue contando: "... le dije que no podía ser, que ese laburo no lo podía hacer..."

Sigo caminando. Decido comprarme un helado. Me paro en una heladería. No tengo tiempo de comerlo dentro de la heladería, así que decido comerlo caminando por la calle. Claro que lo tengo que chupar para que no se derrita (y aparte odio comer el helado con cucharita). Con una gran muestra de originalidad, tres o cuatro tipos me dirán lo mismo, hasta que acabe mi helado: "Mamita, cómo me gustaría ser ese helado y que me chupes todo".

Cuando termino el helado, recuerdo que no tengo que comer un helado en la vía pública si no quiero que me molesten.

Cuando termino mi recorrido callejero, recuerdo que no tengo que caminar por la vía pública si no quiero que me molesten.

Todo eso ha sido en invierno, tapada hasta los ojos. En verano, los comentarios se multiplican, claro, porque me pongo polleras y remeritas más cortas o ajustadas.

Lo sé: a muchas mujeres les encanta que les digan piropos. Porque no pueden vivir sin la mirada masculina, creen que eso las valoriza.

A mí me parece insoportable y totalmente sexista.

Cuando hablo de eso con hombres, me dicen que les encantaría que las mujeres les digan piropos en la calle. Claro, porque se imaginan que serían mujeres lindas, flacas, jóvenes y atractivas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los hombres que dicen cosas a las mujeres en la calle son los más feos, los más repugnantes, los que menos me llevaría a mi cama. ¿Cambiaría algo si fueran hombres lindos y atractivos? No. De hecho, las pocas veces que sucede, me molesta igual.

También está el hecho de que no se podría comparar a una mujer diciendo algo a un hombre con un hombre diciendo algo a una mujer: los hombres no les tienen miedo a las mujeres en la calle. No está esa amenaza constante de la violación. Nunca les dijeron: "Ojo, no hables a mujeres desconocidas, cuidate en las playas de estacionamiento vacías, procurá estar acompañado, no estés a solas con una mujer". Son cosas que a nosotras nos metieron en la cabeza y sí, cuando estamos en una calle oscura, solas, y nos cruzamos con un hombre, tenemos tendencia a querer cambiar de vereda y a pensar en el peligro de la violación. Un hombre solo en una calle oscura que se cruza con una mujer no va a pensar en cambiar de vereda por miedo.

A un hombre le parecería piola que una mujer le diga: "Papito, te la chuparía toda" porque sabe que esa mujer no lo puede violar.

Cuando un hombre me dice: "Mamita, te rompería toda", hay una amenaza virtual, porque es perfectamente factible que ese hombre me viole. Lo más probable es que no lo haga, pero la posibilidad existe. Y por más que ese hombre sepa perfectamente que nunca violaría a una mujer, tiene que saber que con su comentario aparentemente anecdótico alimenta ese ambiente de agresión y de miedo que sentimos constantemente en la calle.

Un día hablaba de eso con un amigo, que me dijo que no entendía qué me molestaba. Entonces le di la única comparación posible: "Imaginate que no puedas andar por la calle sin que los hombres homosexuales te miren el culo, te digan: 'cómo me gustaría que me la chupes' o 'qué bomboncito que sos'. ¿Cómo reaccionarías?"

Respuesta de mi amigo: "Les rompo la cara".

Ajá. ¿Y por qué a él le molestaría a punto de querer romperles la cara, y yo me tendría que sentir valorizada y feliz de que un hombre me quiera coger? ¿Será porque cree que una mujer necesita la mirada masculina para sentirse bien? ¿Tan indispensables se creen algunos hombres?

Una vez, un taxista me gritó algo. Le hice "fuck you" con el dedo, y me gritó: "¡Lesbiana!". Qué prueba magnífica de que algunos hombres creen ser el centro de la vida de las mujeres: si no nos gusta que nos digan cosas, es necesariamente porque somos lesbianas. Con su ego desmesurado, no se pueden imaginar que una mujer heterosexual no necesite la mirada de los hombres para sentirse plena.

Cuando le dije todo eso a mi amigo, lo pensó y me dijo: "Bueno, pero si estoy en un barrio gay, en su territorio, no tengo nada que decir, me lo banco y chau, hasta que salga del barrio".

Ajá. ¿Quiere decir que el espacio público es territorio masculino y que me la tengo que bancar hasta que salga de ese territorio, es decir, hasta que vuelva a mi casa? Porque no hay barrio donde eso no suceda. Puerto Madero, Chacarita, Recoleta, Villa Lugano, Belgrano o la Boca: no hay barrio donde los hombres no se sientan el derecho de molestar a las mujeres con comentarios sexistas.

Muchas veces, se vuelve aún más violenta la cosa: un hombre camina hacia mí y hace como que se viene directamente sobre mí. A último momento se desvía y al cruzarse conmigo me dice algo como: "Te rompería toda" o "qué buenas tetas". Claro que en el momento en que creo que el tipo se va a chocar conmigo, me entra mucho miedo, porque no sé si el tipo me quiere robar, o agredir, o simplemente pedirme la hora.

Sin hablar de los que, directamente, te tocan el culo o las tetas. Ya estamos hablando de otro grado de agresión, una agresión física. El nivel siguiente es la violación.

En todos los casos, esos hombres crean un ambiente sexual, de agresión, que hace que una mujer no pueda sentirse tranquila caminando por la calle. De hecho, una mujer caminando por la calle no es un ser humano: es una vagina con patas. Así es vista por muchísimos hombres, que se creen el derecho de poder agredirla verbal o físicamente.

Y no, no hago diferencia entre un piropo como "los de antes", y las agresiones como "chupame la pija". Porque la intención es exactamente la misma: marcar el territorio, poner a la mujer en un papel de objeto sexual. En un caso, esta agresión está disfrazada con lindas palabras o poesía. Pero el resultado es el mismo.

Me encantaría poder caminar por la calle y que me vean como un ser humano, y no como una vagina con patas. Me encantaría que llegue el verano y poder ponerme una remerita sin que me hagan comentarios sobre mis tetas (y eso que no las tengo muy grandes, no me imagino el infierno de las mujeres a las que la naturaleza dotó de pechos generosos). Me encantaría poder estar en la vía pública y no pensar que al fin y al cabo, estaría mucho más tranquila si llevara la burka afgana.

Por último, quiero subrayar la cobardía de los hombres que dicen piropos o cosas obscenas en la calle: en general, eligen decirlas una vez que la mujer pasó, cuando está de espaldas. Nunca lo dicen de frente. Y cuando una les encara y les pregunta: "¿Qué me dijiste?", en la mayoría de los casos, se hacen los boludos. Ni siquiera tienen la valentía de bancarse sus propias palabras.

PD: preciso que hablo de piropos u obscenidades proferidas en la calle, no de intentos genuinos de seducción. Es evidente que los hombres que dicen cosas a las mujeres en la calle no intentan seducirlas: sólo quieren marcar su territorio y remarcar que son machos de verdad.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Manuelita era feminista

María Elena Walsh publicó este texto en la revista Humor en 1980, en plena dictadura. Aunque tengo algunas leves discrepancias (no creo en la "femineidad" como algo natural), lo copio aquí porque me parece maravilloso... y tan actual.




Sepa por qué usted es machista

por María Elena Walsh

1. Porque le falta el principal de los sentidos: el del humor.
2. Porque se siente Dios, aunque no sea Ministro.
3. Porque cree todo lo que le dicen los medios (o miedos) de difusión de la Argentina actual, y ya tiene el cerebro más lavado que mate cebado por un polaco.
4. Porque su mamá es una santa, por lo tanto las demás mujeres son unas brujas.
5. Porque su mamá es una bruja, por lo tanto las demás mujeres también.
6. Porque no tiene mamá y no consigue quien lo mime.
7. Porque en realidad le gustan más los hombres, aunque no ejerza.
8. Porque quiere hacer mérito ante los centros de poder, exclusivamente masculinos: empresariado, Fuerzas Armadas, animadores de TV, deporte, sindicatos, clero, pompas fúnebres, etcétera.
9. Porque todo ese asunto de la gestación y el parto le da miedo y asquete, como la educación sexual al Ministro de Educación.
10. Porque usted tiene los mismos atributos de Woody Allen pero no le dan el mismo resultado.
11. Porque no soporta la idea de un rechazo sexual hacia usted o hacia otro, y cree que la bella siempre debe estar a disposición de la bestia.
12. Porque usted no vive en el presente (y para eso lo ayudan mucho) sino en la prehistoria mental, y se da manija con tangos del 40.
13. Porque usted es burro y en lugar de corregirlo con tiempo y esfuerzo lo disimula con agresividad.
14. Porque usted es culto pero culturiza fuera de la maceta, y leyó a Julián Marías y no a Simone de Beauvoir.
15. Porque en el fondo es antisemita, antinegro, antiobrero, antijoven, pero como eso ya no corre se desquita con la misoginia, que aquí y ahora viene con premio (pero no se descuide: por poco tiempo más).
16. Porque usted ama el orden por sobre todo, y cada cosa en su lugar las mujeres en la cocina (o en cueros en tapas de revistas), y Pinochet, Castro y García Meza en el poder.
17. Porque cree que la inepcia es cuestión de sexo, que es como creer en la cigueña o en elecciones inminentes.
18. Porque teme que las mujeres hagamos rancho aparte, y no piensa que son los hombres quienes lo inventaron y perpetúan. (Ver punto 8.)
19. Porque supone que la mujer quiere imitar al varón, y no sabe que antes muerta que imitar a semejante fabricante de desastres, desde la guerra atómica hasta el IVA.
20. Porque le gusta que al mundo lo manejen los colectiveros.
21. Porque tiene mucha paciencia para dejarse pisar la cabeza por cualquier matón y muy poca para comprender errores de mujeres, que al fin y al cabo son, históricamente, debutantes en la mayoría de las profesiones.
22. Porque teme que las mujeres "pierdan la femineidad", cosa imposible de perder, salvo que usted llame así a cosméticos y pilchas.
23. Porque usted teme que le roben algo y no sabe bien qué, a pesar de que a diario lo saqueen y basureen, y no precisamente las mujeres.
24. Porque es sincero, y vale más machista recuperable que "feminista" patrocinante como un papito que a las pretensiones femeninas dice que sí PERO...

Ahora ya sabe. Con estos 24 puntos usted ahorra años y fortunas en psicoanálisis. Usted puede ser hombre o mujer, el machismo tampoco es cuestión de genes: poca gente más machista que algunas mujeres, sólo que ellas lo son por instinto de conservación, por despiste, por imitar a los hombres, por comodidad o porque así las dejan hablar por TV. Usted también lo es por todas estas razones pero además porque se cree superiorcito: hace unos 10.000 años que le pasan el aviso y claro, usted sigue comprando un producto inexistente. Ahora puede seguir siendo machista, pero con apoyo logístico. No se trata tampoco de ejercer la represión desde estas páginas. Es posible que la perseverancia le acarree aplausos y sensación de deber cumplido, amén de las palmadas de la patota. Pero ojo que no hay premio mayor que saberse persona inteligente y civilizada. Si no opta por eso, estará contribuyendo a la contaminación mental, que es la que nos mata. Y no la humedad.
Estará inflando la maquinaria del prejuicio y la prepotencia y al fin se va a quedar solo como un ciempiés, de luto, convertido en drácula de utilería y en hazmerreír de las criaturas primaverales.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Houellebecq reconoce ser misógino

El escritor francés Michel Houellebecq estuvo en Buenos Aires estos días. En una nota a Página/12, reconoce ser misógino. Extrañamente, la autora de la nota afirma en el copete (a menos que haya sido el/la editor/a de la sección Cultura que lo haya hecho, me parece más probable) que el autor "se defiende de las acusaciones de (...) misoginia". A mí me parece, al contrario, que las reivindica:
“No creo ser xenófobo; misógino, puede ser, pero no desprecio a las mujeres. Lo más penoso del tema es que cambio de parecer con frecuencia. En realidad, me contradigo bastante”, reconoció el escritor. “Las mujeres muy femeninas y encantadoras me molestan un poco, pero cuando veo a las alemanas, que rara vez se rasuran las axilas, me digo que es bueno que las mujeres hagan el esfuerzo por ser bonitas y femeninas”, ejemplificó.
Y sí... A mí los hombres muy masculinos me molestan un poco, pero cuando veo a alguien como Houellebecq, petiso, debilucho y casi calvo, me digo que es bueno que los hombres hagan el esfuerzo por ser atractivos y viriles...

martes, 11 de diciembre de 2007

Presidenta

Qué les puedo decir... No deja de emocionarme. Una mujer en el máximo escalafón del poder es una potente imagen para luchar contra el sexismo. Al menos eso espero.
Pienso en los niños viendo esas imágenes, en las niñas que se pueden identificar con ella y que pueden soñar con ser, ellas también, "presidenta de la Nación", y no eternas maestras o enfermeras.
Deseo a Cristina Fernández éxito en la gestión de su gobierno.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Agresión sexista

Sábado de madrugada. Estoy sobre la calzada, cerca de los autos estacionados, esperando que pase un taxi. De repente veo un auto dirigirse a gran velocidad hacia mí, hacer como que me va a pisar y a último momento, esquivarme. El acompañante al lado del conductor me escupe con furia y me grita: "¡Puta!". Y con mucho coraje, el conductor pisa el acelerador y desparecen de mi vista.
El escupitajo, por suerte, no dio en el blanco. Ni el insulto, de hecho.

Pero me hizo pensar. ¿Por qué estos jóvenes me agredieron de esa forma, me escupieron y me insultaron, cuando no les hice absolutamente nada?

La única respuesta que veo: porque soy mujer. Y una mujer que está en la vía pública sólo puede ser una puta. Una mujer "decente" está encerrada en su casa y no sale sola. Una mujer en la calle sólo merece que se le escupa (una marca clara de desprecio), por estar en el territorio masculino. Supongo que los violadores tienen el mismo razonamiento, llevado al extremo.

Estos chicos estaban visiblemente borrachos y espero que se hayan estrolado en la esquina siguiente por manejar ebrios. Supongo que tenían ganas de joder, y punto. Pero no habrían hecho lo mismo con un hombre. No le habrían escupido, no le habrían recordado que no tiene que estar en la vía pública. Salvo que ese hombre haya parecido homosexual, claro.

Esta agresión fue, en todos los sentidos, absolutamente sexista.

PD: preciso, para los comentaristas sexistas que no dejarán de decirlo, que no estaba vestida de manera indecente. Aunque la agresión tampoco habría estado justificada si hubiera estado más desabrigada.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Una historia de "amor" a prueba de balas...

Una nota alucinante en Perfil: un hombre cree que su esposa lo engaña. Le dispara seis veces con un calibre 32. Luego intenta suicidarse. Los dos sobreviven. Ella le perdona. Se siguen queriendo: hermosa historia de amor, ¿no?

Detalle muy importante: al final era todo mentira, la mina no era una puta, nunca lo había engañado. O sea: no se merecía los disparos.

"Era mentira. El tipo le vendió un buzón. Mi vieja nunca anduvo en nada raro", cuenta el hijo de ambos.

Y con eso, el autor de la nota y el hijo dan a entender que si ella hubiera andado en algo "raro", entonces sí habría merecido que el esposo intentara matarla.

Y de haber muerto ella, el título de la nota habría sido: "Otro crimen pasional".

Porque todos saben que cuando un hombre mata a una mujer, no es porque sea un asesino cabrón subnormal que merece pudrirse en la cárcel: es un hombre "apasionado", que "la amaba demasiado" y no soportó que ella fuera una atorranta. Ella se lo buscó. Y él la mató por amor.

Yo no puedo entender que todavía, hoy en día, se siga diciendo que alguien puede matar por otra cosa que egoísmo, odio o rencor.

¿Puede ser que estemos viviendo en el siglo 21? Cuando nos referimos a la sexualidad de las mujeres, creo que seguimos viviendo en la edad de piedra...

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Madre a los 64 años... ¿y el padre?

Una mujer de 64 años dio a luz a una niña después de recibir el óvulo de una mujer joven fecundado por el esperma de su marido.
El diario Clarín da cuenta del escándalo desatado en Alemania, donde sucedió eso:
  • "toda Alemania discute aún si es correcto que una mujer dé a luz a los 64 años de edad"
  • "Es un abuso a los avances médicos, no va para nada en beneficio del niño"
  • "Las críticas de la prensa, las asociaciones profesionales y los consejos éticos fueron fuertes."
  • "Cuando la hija empiece la primaria, la madre tendrá 70 años. Cuando la chica llegue a la secundaria, la madre, en el mejor de los casos, estará en el asilo. ¿Y quién se va a ocupar de las dos? ¡El estado de bienestar social!"
  • "Los únicos que se alegran son los padres"
  • "Hay que preguntarse si está bien tratar a mujeres de más de 45 años"
¿El padre? Bien, gracias.
¿Alguien le preguntó su edad? No. Lo más probable es que tenga la misma edad o sea más viejo que la madre. ¿Alguien le reprochó algo? Obvio que no.
Y a nadie se le ocurre pensar que, si se llega a morir la madre, se puede ocupar el padre.

¿Alguien criticó al padre de Julio Iglesias por tener un hijo a los 97 años y luego dejar nuevamente embarazada a su esposa unos meses antes de morir? No. La anécdota no pasó de ser algo divertido. ¿Alguien habló del egoísmo de ese señor? En ningún momento.

Los hombres pueden tener hijos hasta cualquier edad, nadie les dice nada. ¿Cuántas veces escuchamos que tal actor, a los 65 años, es nuevamente papá? Y todos se extasian ante la noticia. "Mi bebé me dio una nueva juventud", dirá en los medios. ¿Alguien se preocupará en calcular la edad del actor cuando su hijo o su hija entre en la escuela primaria? Obvio que no.

Por lo demás, recién se está sabiendo que la calidad del esperma, no solamente de los óvulos, también disminuye con la edad. Y que los niños concebidos con esperma de ancianos tienen más posibilidades de contraer algunas enfermedades que otros. ¿A alguien le preocupa? ¿Alguien carga contra esos hombre egoístas que no piensan en el futuro de sus hijos? No. ¿Alguien mencionó que la niña de la que Clarín habla en su nota fue concebida por un óvulo de buena calidad (la donante tenía 25 años), pero un esperma probablemente de mala calidad (la del padre)? No.

No me estoy pronunciando aquí sobre si está bien o mal que una mujer de 64 años tenga un bebé. Estoy criticando la diferencia flagrante y escandalosa (y sexista) de tratamiento de la noticia cuando se trata de una mujer y cuando se trata de un hombre.


sábado, 1 de diciembre de 2007

¿Qué es el esencialismo y por qué lo odio?

Las mujeres son más pacíficas que los hombres.
Los hombres tienen mentalidad guerrera.
Las mujeres tienen instinto materno.
Los hombres usan más el lado derecho/izquierdo del cerebro.
Las mujeres son más sensibles.
Los hombres no pueden hacer dos cosas al mismo tiempo.
Las mujeres comunican mejor.
Los hombres no muestran sus sentimientos.
Las mujeres hablan todo el tiempo.
Los hombres están más en la acción.
Las mujeres son más conciliadoras.
Los hombres están programados genéticamente para coger con cuanta hembra se le cruce.
Las mujeres están programadas genéticamente para querer estar con un solo hombre toda su vida.
etc. etc. etc.

¿Qué es eso?
Una muestra de esencialismo.
¿Qué es el esencialismo?
Es la teoría según la cual los hombres o las mujeres tienen tal calidad o tal defecto por esencia, por naturaleza.
A mi entender, es sexismo.

El racismo es un poco más obvio. Si digo: "los judíos son amarretes" o "los judíos se manejan mejor con el dinero porque viene en los genes" o "los negros son brutos", también es esencialismo, y es racismo, y casi nadie (salvo algún cretino perdido por ahí) lo niega. Digamos que la gente con más o menos dos dedos de frente reconoce el racismo de esas palabras. Extrañamente, entre la gente más o menos inteligente, hay un montón de personas que estarán convencidas de que las afirmaciones sobre "hombres" y "mujeres" no son sexistas.

Falta mucho camino por recorrer...

¿Cuántas veces habrá que recordar que todo depende de la educación, y no de los genes? Que si a una niña la educan como un varón, es muy probable que desarrolle las mismas habilidades que un varón, y viceversa?
Considerar, a priori, que una mujer es así o asá es discriminatorio, porque vamos a prejuzgar sobre lo que puede ser y hacer esa persona, antes misma de conocerla, por su sexo. Y si somos empleadores y estamos queriendo contratar a alguien, esos prejuicios pueden ser muy negativos: "Es mujer: es demasiado sensible para este puesto". "Es hombre: es demasiado violento para este trabajo". "Es mujer: no va a poder levantar una bolsa de 10 kilos". "Es hombre: no sabrá manejarse con niños pequeños".

Prejuzgar a alguien de acuerdo a su sexo es tan escandaloso como prejuzgarlo sobre el color de su piel, su nacionalidad o el color de sus ojos.

Para contratar a alguien, habría que hacerle pasar tests, exámenes, etc, pero no prejuzgar de antemano. Me recuerda el caso de las heladerías Freddo. Habían contratado sólo a hombres porque habían decidido que una mujer no tenía la capacidad física de levantar baldes de helados de 9 kilos.
1) Algunas mujeres no podrán hacerlo (ejemplo: yo). Otras sí (ejemplo: mi hermana, que es mucho más fuerte que muchos hombres). ¿Por qué a esa mujer que postula para ese trabajo no la van a contratar por el solo hecho de ser mujer? Es discriminatorio.
2) ¿Las mujeres no pueden levantar baldes de 9 kilos? ¿Y cómo hacen cuando tienen que cargar 9 kilos en su panza cuando están embarazadas? ¿Cómo hacen cuando tienen que cargar veinte veces por día a un niño de 10 kilos?
3) Por todas esas razones, Freddo fue condenado por la justicia a contratar sólo a mujeres hasta lograr la paridad.

En fin, por todas esas razones es por lo que odio el esencialismo. Yo no me siento la típica mujer sensible, mejor comunicadora y no sé qué otra bazofia más. Odio que crean a priori que soy así sólo porque tengo tetas y vulva. Odio que tengan un a priori sobre mi persona sólo porque soy mujer.

Las cualidades "femeninas" y "masculinas" no existen en la naturaleza. Por ejemplo, el "ser sensible" no es "femenino". Existe, pero no tiene sexo a priori. Por la educación que reciben en el mundo occidental, la mayoría de las mujeres occidentales serán más sensibles que la mayoría de los hombres occidentales, pero la naturaleza no tienen nada que ver con eso. En otras culturas, es muy posible que el "ser sensible" sea atribuido a los hombres y no a las mujeres. Si fuera una ley natural, tendría que ser universal. Y no lo es.

Odio la idea del yin y del yang, los sexos que se complementan, la mujer pasiva y el hombre activo (qué casualidad, ¿no? siempre es la mujer la que tiene el papel pasivo...). No todos los hombres me complementan, y algunas mujeres me complementarían mejor que algunos hombres. Por lo demás, no busco que un hombre me "complemente", sino que me "acompañe". Nada que ver. No busco a mi "media naranja", porque eso querría decir que sola, no soy completa, que me falta algo.

Y no me falta nada, gracias. Me siento muy bien conmigo misma. No digo que no necesite compañía, compañerismo, amistad o amor. Pero de ninguna manera busco que me "completen". Y si buscara eso, entonces buscaría a alguien sumiso, débil, dependiente y que sepa cocinar y planchar, porque yo me considero dominadora, fuerte, independiente y no sé ni cocinar ni planchar ni me interesa aprender.

Por todas esas razones considero que publicidades como las de Brahma son sexistas, porque muestran a los hombres como naturalmente obsesionados con el sexo, y esto, es sexismo puro.