lunes, 18 de enero de 2010

Elogio de la mujer brava

Buceando en los archivos de mi computadora, encontré este texto de Héctor Abad, escritor y periodista colombiano, que se remonta a al menos 2003. Me parece un tanto naïf (habla de "las mujeres" como si fueran todas iguales) pero me dieron ganas de compartirlo con ustedes.

Elogio de la mujer brava
Por Héctor Abad

A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viragos, marimachos.

En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.

La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bolas, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran "no más usted me avisa y yo le abro las piernas", siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo, y se quedan a medias).

A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan, y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan, y sólo se desnudan si les da la gana.

Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio, y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa, y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.

Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche, y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.

Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros, y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar, y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.

Somos animalitos todavía, los varones machistas, y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes, y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza: nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué le paso a este pobre hombre ? Una jovencita le mandò al carajo?

Irene dijo...

Naif????
Es erróneamente esencialista con incorrectos datos sobre determinismo en general y determinismo biológico en particular y a ratos bastante machista.

Mmmmm, no sé. ¿Le hago un fisking?

"estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, ...."
"Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ..."

¿nuevas? ¡Anda ya! Determinismo puro y duro. El patriarcado es un invento del neolítico. La organización social anterior estaba probablemente plagadita de mujeres asertivas a las que no se podía dejar plantadas ni mangonear. Cuando la reproducción de la especie era seguramente más importante que la supervivencia del individuo ¿quién se iba a atrever a dejar plantada a ninguna mujer en edad de perpetuar tus genes? Hombre, alguno habría seguro, pero ¿todos? Evolutivamente hubiera sido un desastre.

"nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido.". Lo que es bastante machista ¿desde cuando ser asertiva, pedir lo que necesitas y exigir responsabilidades es sinónimo de ser "duro", atributo esencialmente masculino? Es sinónimo de ser listo, atributo esencialmente humano.

"La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, ..."

De nuevo, erróneamente determinista. Ya me imagino yo a los infrahumanos homo erectus deseando que sus parejas fueran sumisas y mansas, ya. Y que se las comiera el tigre de dientes de sable a la primera de cambio. Menuda cagada de la evolución..

"Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio."

Absolutamente determinista y patriarcal. Aún un sistema primitivo en el que las hembras sólo se dedicaran a la procreación y los machos a la obtención del alimento, sistema que para más inri nunca ha existido, ambos sexos serían como mínimo absolutamente interdependientes el uno del otro. El dominio es posterior. Del neolítico, cuando se inventa la agricultura, cuando ya no se depende tanto de la naturaleza para subsistir y aparece la propiedad privada, permitiendo que el macho use la producción de comida como medio para asegurarse no ya la perpetuación de la especie, sino su descendencia, de su propiedad y tenga que asegurarse precisamente de que su descendencia es suya, para lo que necesite dominar a la hembra. La productividad,puro y simple pavoneo cultural que no existió hasta que no existe una cultura muy compleja que lo permite y que permite que la tasa de mortalidad masculina disminuya equiparando las poblaciones sin ser ecológicamente inviable. Machista y capitalista, porque equipara la producción de comida al poder, olvidandose del poder de producir crías y minusvalorando por tanto lo femenino.

"Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas,"
Machista a la totalidad. Sin comentarios.

"porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros "
Más de lo mismo. Absolutamente machista y capitalista. ¿Desde cuando el que gana el dinero o caza el bisonte es el que tiene que mandar?

"si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes, y por eso mismo las más estimulantes,"
Y más de lo mismo.

Un señor bastante influído por la cultura judeocristiana y al que además interesa aparentemente perpetuar alguna de sus lacras, sin darse cuenta de que antes de que Dios dijera aquello de "trabajarás la tierra con el sudor de tu frente" el ser humano ya existía y vivía en el Paraíso, dicen. Dicen que aquel paraíso estaba compuesto esencialmente por ginecogrupos matrilineales, más que nada porque ecológicamente era lo único viable, además de lógico y por tanto biológica y culturalmente determinante.

:P

Anónimo dijo...

Gracias por el texto que ayuda... a mi, al menos, me puso una sonrisa.

Naty dijo...

que bonito estuvo

Chiquilleando dijo...

Me encantó. Sobre todo por su sinceridad.

bastadesexismo dijo...

Irene, sos de mala fe. Vos comparás la situación únicamente con los seres humanos prehistóricos de antes del neolítico, cuando es obvio que ese señor lo hace con la situación de las mujeres en los siglos posteriores.

El machismo no es decir que los varones han deseado históricamente (no se refiere a qué parte de la Historia se refiere, pero es obvio que habla de la época en que surge el machismo, ¡no antes!) a mujeres sumisas. ¡Lo machista es desear que las mujeres lo sean!

Este señor critica el machismo, y vos le rebatís: "sos un machista porque la humanidad no siempre fue machista, es más, antes del neolítico no lo era, o sea que criticar el machismo posterior diciendo que siempre hubo machismo es ser machista".

yo dijo...

Muy bueno el texto....más allá de los detalles es lo que le llega a transmitir, la idea que quiere dar me parece que es clara