viernes, 30 de octubre de 2009

¿Y? ¿Ya tenés novia?

Indefectiblemente, a los niños se les pregunta si tienen novia, y a las niñas si tienen novio. No importa que tengan tres, cuatro, cinco años, ya se les atribuye atracciones hacia el sexo opuesto.

Siempre hacia el sexo opuesto. Claro.

Enfureciendo a mucha gente, cuando escucho este tipo de pregunta idiota(*), agrego: "¿O novio?" si se trata de un nene, "¿o novia?" si se trata de una nena.

Miradas escandalizadas de los padres, a punto de saltarme a la yugular, con aires de estar machucando entre sus dientes: "Delante del nene no, pero después te voy a reventar".

Claro, porque según ellos, la homosexualidad se adquiere en la infancia, por influencias, educación (perdón: mala educación), y yo qué sé otra cosa más . Es más, la gente que no sabe un sorete acerca de la homosexualidad habla de "elección". Como si los homosexuales eligieran serlo.

Gente, lamento decepcionarles, pero los homosexuales no eligen serlo. No más que los heterosexuales eligen ser atraídos por el sexo opuesto.

Uno o una no elige ser homosexual: lo es, y punto. No sé si es un tema de hormonas, de genes o de pindonga ni me interesa. Yo creo que homosexual se nace y listo.

Lo que sí es largo es el descubrimiento de que uno o una es homosexual. Desde que nacemos nos ponen el chip heterosexual. Por default, somos heterosexuales. A los niños se les pregunta si tienen novia, y a las niñas, si tienen novio. Toda la vida, desde que nacemos, recibimos mensajes que nos ponen en el casillero "heterosexual". El cine, las publicidades, la escuela, las revistas, los libros, en todos lados, los niños y las niñas reciben conminaciones a ser heterosexuales. Se dice a un varón que "no sea maricón", significándole que ser gay es algo negativo.

¿Cómo pretender que un infante se dé cuenta enseguida de si es homosexual? Es casi imposible que lo pueda hacer antes de la adolescencia o incluso la edad adulta, porque uno mismo se cree, por default, heterosexual. Ser homosexual es lo anormal, lo fallado. Primero se piensa en la heterosexualidad. Luego, si algo "anda mal", bueno, a ver, pensemos, ¿ese chico será gay, que no nos trae a ninguna noviecita? ¿Esa chica será trolita, que nunca se pinta y prefiere el pelo corto?

Por lo general, cuando hago la pregunta fatídica "¿o novio?" a un varón y "¿o novia?" a una chica, sus padres, ya con baba espumosa en la boca de lo rabiosos que están, me escupen: "¿Qué? ¿Vos querés hacerlo gay?".

O sea. Porque yo, una vez, le pregunto acerca de alguna atracción por alguien del mismo sexo, ¿voy a tener una influencia tal que voy a modificar su orientación sexual, cuando este mismo chico recibe millones y millones de mensajes por día que lo conminan a ser heterosexual?

Vaaaaamos, padres y madres, no sean ridículos, tanta influencia no tengo en los chicos...

Aparte creo una cosa: si homosexual se nace, creo que al contrario, escuchar esa pregunta puede ser beneficioso para el chico o la chica. Por una vez, alguien va a significarle: "Es absolutamente normal que sientas atracción por alguien del mismo sexo". Si ese chico o esa chica es homosexual, ¿se imaginan el alivio que va a sentir, aunque sea inconscientemente, por una vez? Quizás mi pregunta quede en algún rinconcito de su cerebro, y le retumbe cuando se sienta anormal o rechazado... Digo, si tanto influencia tengo, que sea positiva, ¿no?

Así que seguiré agregando mi preguntita pérfida cada vez. Los padres me odiarán, pero si ese chico o esa chica es gay, en algún lugar de su mente me lo estará agradeciendo.


(*) ¿Es razonable preguntar a un niño o una niña de cuatro o cinco años si tiene novio o novia? ¿Es razonable sexualizarlos desde tan chicos? ¿No tendrán tiempo suficiente para esas cosas? ¿Desde tan chicos hay que enchufarles el tema de la seducción? ¿No les pueden dejar vivir su infancia en paz, que ya tendrán tiempo para esas cosas? .

miércoles, 28 de octubre de 2009

La felicidad de los hombres

Excelente ejemplo de lenguaje en el que se considera que lo masculino es lo universal, lo general, lo global. Clarín titula: "La fórmula de la felicidad: casarse con una mujer más educada y al menos 5 años menor", citando un oscuro estudio británico.

¿La felicidad para quién? Para los hombres heterosexuales, claro. Al poner "casarse con una mujer", el o la periodista muestra que está hablando de hombres heterosexuales, no de la humanidad en su conjunto.

Un título menos sexista habría sido: "La fórmula de la felicidad para una pareja heterosexual: que la mujer le lleve cinco años al hombre y sea más educada". Ahí, el sujeto ya no era "el hombre que se casa con una mujer", sino "la pareja".

Pero para eso, hay que tener consciencia de que "la humanidad" no significa "los hombres heterosexuales".

Algo todavía demasiado complicado para la mayoría de la gente...

De todos modos, no sé si una pareja duradera es garantía de la felicidad... Pero ya es otro debate...
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martes, 27 de octubre de 2009

14 años, mamá y baleada

"Drama del paco", relató Clarín hace pocos días: "matan a una embarazada de 14 años". Luego el diario cuenta la historia desgarradora de una chica de 14 años mamá de una beba de ocho meses y embarazada de cuatro meses, baleada por su pareja o su hermano, no se sabe muy bien, ambos drogados en el momento del crimen.

Lo que no se comenta es: ¿cómo puede ser que una nena de 14 años tuviera una hija de ocho meses y estuviera nuevamente embarazada? Quiere decir que la primera vez que quedó embarazada tenía 13 años.

¿Educación sexual desde la escuela primaria? Qué va, eso sería fomentar el sexo entre los jóvenes, dice la Iglesia católica... ¿En qué momento el no tener educación sexual ayudó a esa chica y a su compañero a no tener sexo?

¿Qué futuro podía tener esa chica de todas formas? ¿Un hijo por año? ¿Ése era su destino?

Considero que la Iglesia y todos los mal llamados "pro-vida", que no solamente están en contra de la legalización del aborto, sino también de la educación sexual y de la distribución gratuita de anticonceptivos, son responsables de los 400.000 abortos que se practican todos los años en Argentina y de los miles y miles de embarazos de niñas y adolescentes, que deberían estar en la escuela formándose para su futuro en lugar de dar la teta.

Acuso a la Iglesia, acuso a los que se oponen a la libre elección, a la educación sexual, a la anticoncepción, a los DIU, a la pastilla del día después, al aborto legal, de ser directamente responsables de las muertes por aborto séptico y de la miseria de las nenas que empiezan a parir a los 13 años.

Los abortistas son ellos, y no las personas sensatas que reclaman educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir.
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jueves, 22 de octubre de 2009

Ser madre, lo más lindo que le puede pasar a una mujer

¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase trillada? ¿Cuántas veces hemos leído en una revista que tal actriz consiguió su "rol más lindo: mamá"? ¿Cuántas veces han entrevistado a mujeres sobre su maternidad y han elegido contar experiencias siempre positivas?

Y como corolario, ¿cuántas veces hemos escuchado que el embarazo y el parto son los momentos más lindos que puede vivir una mujer? ¿Cuántos testimonios hemos escuchado acerca de lo hermoso que es llevar un ser en el vientre, y el momento único que es el alumbramiento, y toda una serie de descripciones llenas de rosas y corazones sin ninguna sombra?

¿Y cuántas veces nos han dicho que "lo mejor para el bebé es darle la teta durante dos años"?

Todos estos discursos son muy lindos, pero completamente culpabilizadores para las mujeres que no viven las cosas de esa manera. Y las hay. Y muchas. Y el choque con la realidad puede ser terrible para todas aquellas que se comieron el discurso de que todo es siempre lindo, y para las que embarazo, parto, lactancia y maternidad terminan siendo sinónimo de dolores, molestias, heridas, degarros, o depresión.

Olvidemos por un momento que se puede ser mujer y no tener ni querer hijos, y que la felicidad de una mujer no pasa necesariamente por la maternidad, que existen muchísimas maneras de sentirse plena sin necesidad de pasar por tener cría.

Olvidemos también por un momento que un embarazo no deseado puede ser vivido como una tortura o una violación (ni hablar un parto no deseado).

Hablemos solamente de las mujeres que quieren tener hijos y deciden por voluntad propia quedar embarazadas.

Pero... ¿por voluntad propia? Desde el vamos, esta decisión muchas veces no es tal, sino impuesta socialmente. Nos machacan tanto el cerebro con que tenemos que tener hijos sino no vamos a ser felices (ni bien nacemos nos enchufan muñecas y nos enseñan a cambiarle los pañales, nos hablan de "cuando" tengamos hijos, nunca de "si" tenemos hijos, etc.) que la inmensa mayoría de las mujeres ni siquiera se plantea si los quiere realmente o no. Ni se lo cuestiona. Hay que tener hijos para ser una mujer feliz y plena, punto y aparte.

Pero además, en general, no saben bien en qué se meten. Creen que tener hijos es mirarlos jugar y crecer y morirse de amor viendo sus caritas de ángeles inocentes. Recientemente, una amiga que trabaja en su casa me contó que cuando decidió tenerlo, sin pensarlo demasiado, estaba convencida de que con su bebé, podría seguir trabajando sin problema, mientras él jugaba solo. "Pensé que estaba buenísimo porque podría trabajar, y al mismo tiempo tenerlo cerca para abrazarlo y darle besitos cuando se me antojara", me dijo, visiblemente influenciada por la imagen siempre positiva y libre de problemas que se da de la maternidad.

A los pocos días de nacer el bebé, se dio cuenta de la realidad que le ocultaron. El bebé se la pasa llorando, cada dos o tres horas hay que dejarlo todo para amamantarlo, la sesión muchas veces dura más de media hora y te deja agotada, cuando no dolorida, es imposible dormir a la noche, con lo cual lo único que una quiere durante el día es descansar, y eso no se puede porque el bebé es muy demandante. Y cuando crece y empieza a gatear, peor todavía, hay que vigilarlo constantemente, estar con él, jugar con él. ¿El padre? Bien gracias, afuera todo el santo día.

¿Alguien le advirtió de que sería así? ¿Alguien le contó: "Mirá que la cosa no va a ser tan fácil, que ocuparse de un bebé las 24h del día es agotador y que es probable que el padre a lo sumo cambie un pañal cuando vuelva de trabajar"?

No. La gente prefiere obviar esos detalles y hablar solamente de lo "lindo" y "enternecedor" que son los bebés. Tan enternecedores que más de una vez escuché a amigas que acababan de tener a un bebé que tuvieron la fantasía de tirarlo por la ventana después de escucharlo gritar desaforadamente durante una hora seguida sin que nada pudiera calmarlo... O que se aburrían soberanamente al cabo de dos semanas de llevarlo a la plaza y no saber qué más hacer con un ser cuya conversación es muy limitada y que no nos ayuda precisamente a realizarnos como personas.

Claro que me contaban eso con un cargo de culpa enorme, pensando en lo espantosas que eran por decir eso, cuando todos te aseguran que ocuparse de un bebé es la actividad más gratificante del planeta.

Pero parece que esas cosas no se cuentan, a ver si las mujeres empezamos a pensarlo dos veces y nos negamos a tener hijos, o en todo caso retrasamos el momento de tenerlos. O exigimos que sean nuestros compañeros los que se queden en casa y nosotras vayamos a trabajar...

En cuanto a embarazo y parto, lo mismo. El discurso mayoritario es: "Bueno, sí, en el embarazo hay molestias, en el parto hay dolores, pero después, estás tan feliz que te olvidás de todo". Y sí... Mejor olvidarse, porque a veces el parto puede ser una tortura tal que si una no se olvida, no se vuelve a embarazar ni de casualidad.

El embarazo, momento de plenitud para la mujer... Sí, y momento de náuseas, de vómitos, de hemorroides, de infecciones urinarias, de retención de líquidos, de várices, de estrías, de dolor de espalda.. Pero no te cuentan esos "pormenores". Y si lo hablan, te lo minimizan: ¿cómo te van a importar algunas estrías si estás llevando a tu Hijo en el vientre? Por lo general, los que dicen eso son los hombres, que nunca tendrán que pasar por eso, y que aparte son los primeros en reprocharte tus defectos físicos y en dejarte por una pendeja de 20 años cuando tengas 45 y estés hecha mierda después de tres embarazos y tres partos y tengas las tetas caídas porque amamantaste durante seis años.

Y ojo con quejarse. Si te quejás, es porque no sabés apreciar ese don de la naturaleza.

Y ni hablar de la carnicería que puede llegar a ser un parto. Claro, cuando hablo de carnicería para un parto, me miran horrorizados. Yo lo lamento, pero no podría asistir ni en pedo a una operación quirúrgica, por ejemplo. No soporto la sangre, las heridas, los cortes. Y la mayoría de la gente es como yo. Pero un parto, aaaaah, un parto es distinto, un parto es hermoso...

¿En qué es hermoso? No porque al final haya un bebé de por medio deja de ser, en el mejor de los casos, muy impresionante (¿cuántas historias escuchamos de padres que se desmayan?), y en el peor, repugnante. En un parto, no solamente hay sangre y cortes (la episiotomía, inútil en el 90% de los casos, pero muy cómoda para el obstetra, y de la que nunca hablan, te la imponen sin preguntarte), sino también mierda. Y sí, es probable que una persona, si puja mucho, se cague (y no hablo de los hemorroides, con la mierda creo que me hago entender lo suficiente).

¿Cuentan eso a las mujeres que van a dar a luz por primera vez? No, o se minimiza. Como si cagarse delante de varias personas fuera una anécdota. Un acto que durante nuestra vida entera hemos hecho en total intimidad, porque tenemos pudor, y que hemos tratado de tapar con música en el momento decisivo o con desodorantes de ambiente para que nuestra pareja no se entere, de repente lo hacemos delante de nuestro compañero, las/los enfermeras/os, las parteras, el o la médico/a, con ruido, olor y todo... Y se supone que no nos tiene que importar, no nos tiene que dar vergüenza o asco. De repente, ya no somos seres humanos con pudores, somos animales y tenemos que sentirnos únicamente animales.

Y nuevamente, ojo con quejarse. Si lo hacemos, es porque no entendemos lo hermoso del asunto...

Solamente a las mujeres se pide que se olviden de conceptos como el pudor, la vergüenza. Muchos hombres afirman que en ese momento te olvidás de esos conceptos, ¿pero acaso ellos estarían dispuestos a perder el pudor así nomás? ¿Ni un poquitito de vergüenza les daría cagarse delante de su compañera? Cuando pregunto a un hombre si cagaría delante de su compañera, me dice: "Ni en pedo". Pero cuando le comento algo acerca de la vergüenza que puede sentir una mujer en el momento del parto, contesta: "Ah, pero no es tan grave, en ese momento no te importa nada".

Yo no creo que nadie, ni hombre ni mujer, pueda cagarse con las patas abiertas delante de todos (y en particular delante de su compañera/o) y no sentir vergüenza. Pero algunos hombres son los primeros en decir: "Peeeeero, cómo te va a dar pudoooor, estás dando a luz a tu bebéééé, es el momento más lindo de tu viiiiiida, qué te importa ese detaaaaalle". Sí, y mientras tanto ellos están vestidos y de pie al lado nuestro, no cagando delante de todos con una enfermera limpiándoles el culo como si fueran bebés.

Si cagarse delante de todos es tan anecdótico, propongo que el hombre, antes o después del parto, cague delante de su compañera, tirado en la cama y con las piernas abiertas. Así, ambos se habrán visto en esta situación tan vergonzoza y estarán a mano.

Luego viene el momento de amamantar, con el verdadero terrorismo psicológico que existe alrededor de un acto que tendría que relevar de la voluntad de la mujer y únicamente de la mujer, dado que se trata de su cuerpo.

Que tenga información acerca de las ventajas y desventajas de cada una de las opciones, me parece bárbaro. Esta entrada es justamente acerca de tener la mayor cantidad de información posible. Pero decretar así nomás que, en todos los casos, "lo mejor para el bebé es la teta hasta los dos años", me parece horriblemente culpabilizante para las mujeres que no pueden o no quieren amamantar, o no lo quieren hacer tanto tiempo.

He visto a una amiga mía llorar del dolor cada vez que amamantaba, la he visto llorar desde antes mismo de que el bebé se acercara a su pecho sabiendo el dolor que la esperaba. Lo intentó varios días y decidió dejar de intentarlo. La culpabilizaron con todo.

¿Dar la teta llorando del dolor es realmente lo mejor para el bebé? ¿Dar la teta es siempre la mejor opción para el bebé, aunque sea con una madre estresada y odiándolo por infligirle tanto sufrimiento, como le pasó a mi amiga, que veía a su bebé como una especie de instrumento de tortura que había nacido para hacerla sufrir?

¿Hasta dónde nos van a pedir que nos sacrifiquemos con la eterna excusa del amor materno?

Yo creo que lo mejor para el bebé es proporcionarle amor y contención y cariño, no sacrificarse, hacer las cosas sin ganas, por obligación, y terminar odiándolo por lo que sentimos. Yo no creo en el sacrificio como prueba de amor. Y mucho menos para un bebé, porque lo más probable es que cuando crezca, si hemos hecho las cosas por obligación y si lo hemos padecido, le recordemos a qué punto nos hemos sacrificado por él, hemos sufrido por él, cosa que él nunca pidió, y probablemente le provoque algún tipo de trauma o de culpa.

Estos discursos culpabilizan a las mujeres que no viven su embarazo o su parto o la lactancia como una bendición y que han sufrido durante esos procesos. Se sientan malas mujeres, malas madres, entonces se callan la boca porque nadie quiere escuchar que la pasan o la pasaron mal. En todo caso, se les dice: "Cuando veas a tu bebé te olvidarás de todo". Y si no se olvidan, que se jodan.

Nena, si te dijimos que era lo más lindo del mundo, ¿qué nos venís a hinchar los huevos con tus problemitas?

Ah, y ojo con desatender a tu compañero durante el embarazo. Porque además de todos los problemas que puede acarrear el embarazo, encima se exige de ellas que sean sexys y siempre dispuestas. ¿Cuántas veces hemos escuchado que las mujeres embarazadas siempre tienen ganas de tener sexo porque tienen las hormonas a full? Y las que no sienten ganas, que están hartas de vomitar, de sentirse gordas, de que les duela la espalda y las tetas, que se jodan, encima tienen que ponerse lencería sexy y ocuparse de mantener alegre al muchacho, a ver si se harta y se va con otra... O sea, además de tener que soportar el embarazo, se tienen que ocupar de calentar a su compañero.

A mí me parece que todas estas visiones angelicales del embarazo, el parto, la lactancia, la maternidad, son para ocultar una realidad que puede ser muy distinta ("suavizar el horror", dijo mi psicoanalista), porque si las mujeres supieran todo eso, se lo pensarían dos veces antes de tener un bebé. O, en todo caso, esperarían a ser más maduras para tenerlo.

Y no estoy diciendo que el embarazo, el parto, la lactancia, siempre sean un horror. Digo que pueden serlo, y que ocultarlo a las mujeres con discursos siempre positivos no es la mejor manera de permitirles que elijan con libertad.

Sí estoy a favor de que se muestre al embarazo, el parto, la lactancia, como momentos que pueden ser positivos y agradables. Pero no estoy a favor de que se oculte que también pueden ser desagradables. Para una mujer, tendría que quedar claro que puede ser algo positivo, y también que algunas mujeres lo viven mal, porque física o psicológicamente es difícil, estresante y/o agotador, y que no pasa nada con eso, que es normal, tan normal como lo otro, y que no todas las mujeres lo viven de la misma manera.

Ninguna mujer debería sentirse culpable de vivir esos momentos como algo negativo.
Si la pasan mal, la pasan mal, y listo. Eso no quiere decir que serán malas madres u odiarán a su hijo. Creo que es mucho más probable que lo odien si, además, tienen que ocultar y callar el hecho de que sufrieron.

Tampoco estoy diciendo que hay que desalentar a las mujeres a tener hijos. Estoy diciendo que hay que darles toda la información disponible, lo bueno y lo malo, para que se puedan hacerse su propia idea y puedan hacer una elección real, y no impuesta por falsas expectativas y falsas promesas de felicidad infinita. Porque el choque con la realidad puede ser terrible si creen que todo va a ser siempre rosas y sonrisas. Y es la mejor manera de crear mujeres resentidas y que se la pasan reprochando cosas a sus hijos y haciéndolos culpables de todos sus males ("yo que sufrí 17 horas para tenerte", "yo que por culpa tuya tengo estrías", "yo que lloré todos los días amamantándote, sos un desagradecido").

Y sí, teniendo toda la información en la mano, probablemente menos mujeres tengan hijos, pero probablemente también esos hijos sean más deseados, con mayor consciencia, y criados con más placer, más entrega, más madurez y sabiduría y, sobre todo, sin rencores de ningún tipo.

PD luego de leer uno de los comentarios de mi nota: les recomiendo leer, como complemento, esta entrada escrita por una lectora de este blog. Habla más o menos de lo mismo, con un poco más de humor! :-)
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domingo, 18 de octubre de 2009

¡¡Feliz día de la mucama!!


El tiempo pasa, pero las mentalidades no cambian... Nos siguen haciendo creer que lo mejor para regalar a las madres para su día son electrodomésticos. O sea, no un regalo que le guste, algo lindo, bonito, algo que ella desee, no, no: un electrodoméstico para que pueda seguir haciendo de mucama en la casa y que papá pueda seguir rascándose la panza como antes.

De hecho, Clarín sacó algo divertido al respecto el otro día: parece que según una encuesta de D'Alessio Irol, los hombres, a la hora de comprar un regalo a sus compañeras, prefieren consultarlo directamente con ellas para saber qué es lo que quieren (fue la opción más mencionada, 36%). Nada de tomarse la molestia de investigarlo discretamente y de caer con una linda sorpresa. "¿Qué querés que te compre?" y listo, a otra cosa mariposa, van, lo compran, y se olvidan del tema. Una muestra de cariño maravillosa...

Yo un regalo así, paso.

El 35% es más atento, prefiere guardar la sorpresa y pide consejos a hermanos, vendedores y amigos.

Pero parece que los que no preguntan nada, deciden comprar... ¡electrodomésticos!

Sólo que a ellas, oh sorpresa, según esta misma encuesta, no les gusta que le regalen aparatos para limpiar, cocinar o planchar, y preferirían que les regalen carteras, zapatos, perfumes o ropa.

A la flauta, ¿¿EN SERIO?? Por qué sera, pregunto yo...
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martes, 13 de octubre de 2009

Contradicciones #3

Ultimamente, me estoy dejando crecer las uñas para disfrazarme de mujer-mujer. A veces me divierte. Pero muy rápidamente pasa algo que me recuerda lo incómodo que es ser mujer-mujer.

Como lo dije en otra entrada, parece que todo lo incómodo se enchufa a las mujeres: maquillaje que se te corre, esmalte de uñas que tarda horas en secarse, tacos que te hacen torcer los tobillos, y con los que no podés ir a más de 1 km por hora (ni hablar de correr un colectivo...), vestidos o polleras o pantalones apretados que te traban los movimientos, medias que se corren, uñas largas que se rompen, peinados que tardás horas en hacer y que un imbécil tarda segundos en deshacer al abrazarte, etc. etc.

Bueno, entonces me estoy haciendo crecer las uñas. Todo bárbaro, queda muy lindo con esmalte, estamos de acuerdo. Pero intenten escribir en la computadora con uñas largas. Se las regalo. O hacer cualquier actividad manual, de hecho, con uñas largas... Imposible. Lo único para lo que sirven es deshacer un nudo, despegar una etiqueta o sacar una astilla de la piel. Para el resto... una mierda.

En fin, estaba con un amigo enseñando mi nueva cámara de fotos. Apreto una tecla chiquitita, y claro, si lo hago con la yema del dedo, la uña larga toca la tecla de arriba y se me va todo al carajo. Entonces debo apretar con la punta de la uña. Grito de mi amigo: "Con la uña no, mamita, sos igual a mi madre, con la uña vas a estropear la tecla en dos segundos. Con la yemita, ¿ves?", hablándome como si fuera una tarada mental...

Lo irónico del asunto es que ese amigo es el primero en criticar el hecho de que yo no sea femenina, opinando que debería pintarme más, peinarme mejor, y dejarme crecer las uñas...

Eso es para poner en la categoría Contradicciones: te dicen de tener uñas largas, pero después te critican que no puedas usar los dedos correctamente.

¿Por qué no se van un poquito a la pija que los escupió con sus mandatos de mierda?
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viernes, 9 de octubre de 2009

Tener ovarios

Hacen falta pocas cosas para ponerme de buen humor. Y me puso de buen humor algo que dijo... Diego Maradona. Sí, sí, Diego Maradona.

Maradona dijo, hablando de Mercedes Sosa:

"Ninguna mujer tiene ovarios como para cantar lo que cantaba ella".

Por una vez que alguien habla de "ovarios" y no de los masculinos "huevos" o "cojones" para hablar de coraje, valentía, bravura, pues me pone de buen humor.

Y ya que siempre resalto lo negativo, también me parece bueno resaltar lo positivo cuando sucede.

Bueno, mi felicidad será completa cuando alguien diga de un hombre valiente que tiene "ovarios". Al fin de cuentas, ¿cuántas veces se dijo de una mujer valiente que tiene cojones?

lunes, 5 de octubre de 2009

La pija que te escupió

Vieron que, al menos en Argentina, siempre insultamos a las mujeres cuando insultamos? La concha de tu madre, la puta que te parió, andá a la concha de tu hermana...

En España, algo cojonudo es algo bueno. Un coñazo, en cambio, es algo malo.

Bueno, yo les propongo modificar las cosas y empezar a insultar también a los hombres, los padres, los hermanos, el sexo masculino...

Así que propongo difundir masivamente insultos derivados de la pija en lugar de la concha:

La pija que te escupió
Andate a la pija de tu hermano
Por qué no te vas un poco a la pija de tu padre

etc. etc.
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jueves, 1 de octubre de 2009

Las mujeres son masoquistas a las que les gusta sufrir

Hoy leo una nota en el diario La Nación titulada: "Ellas eligen zapatos que causan dolor".

En la nota, que cita un estudio estadounidense, se explica que "más del 60% de las mujeres dijeron que generalmente habían usado tacos altos o tacones, sandalias y chatitas, que son calzado considerado de alto riesgo para la salud de los pies".

Y concluye: "El estudio halló también que, cuando se trata de zapatos, los hombres eligen mucho mejor: menos del 2 por ciento usaba zapatos malos para el bienestar de los pies".

Ahora resulta que las mujeres son unas idiotas subnormales masoquistas que no saben elegir lo que es bueno para ellas, y los hombres, muuucho más inteligentes, a la hora de escoger un calzado, piensan: "Veamos, veamos, ¿qué me pongo hoy, tacos aguja o zapatos cómodos? Mmmmhhh, no sééé... Bueno, sí, mejor zapatos cómodos porque son menos nocivos para mis pies"...

¿No será que la moda, la presión social, los mandatos culturales, siempre imponen calzados, vestimentas, hábitos poco cómodos para las mujeres, y en cambio para los hombres siempre son cosas simples, cómodas, para nada dolorosas, que no traban los movimientos?

¿No será que se exige siempre a las mujeres un atuendo incomodísimo, y si no se someten a este tipo de atuendos, son criticadas y consideradas machonas, feas y poco arregladas?

¿Cuántas veces tuve que soportar que novio, padre, amigo, me reprocharan que no me pusiera minifaldas, tacos altos, pantalones ajustados, que no tuviera uñas largas? Y ellos, comodísimos en sus zapatos, pantalones, camisas, sacos anchos, sin tener problemas para caminar por la calle, correr un colectivo, sentarse con las piernas abiertas...

Y ahora resulta que nosotras somos unas taradas, idiotas y masoquistas y ellos, que son tan racionales, "eligen" mejor...

Si quieren, puedo hacer la lista de todo aquello que nos impuso la moda a lo largo de los siglos, de los continentes, para trabar nuestra libertad de movimiento, y vernos taaaaan lindas:

La crinolina

Era una prenda de ropa interior que se usaba en el siglo XIX. Era de metal y servía para darle forma de campana a las faldas. Por la forma y sobre todo por el peso del atuendo, el caminar se hacía difícil, por no decir imposible. Ni hablar de las dificultades para pasar por las puertas, caminar por la calle, etc. Los caricaturistas empezaron a burlarse de las mujeres que llevaban crinolina. Como siempre se alienta a las mujeres a llevar cosas incómodas, y cuando lo hacen, se les burla y se les reprocha que sean masoquistas...

La mujer jirafa


Alrededor de los cinco años, las nenas de la tribu Padaung, en el norte de Tailandia, reciben su primer collar espiral, para estirar su cuello, collar que será reemplazado a lo largo de los años por unos más largos, siguiendo el crecimiento de la nena. Después van a decir que las mujeres lo hacen por gusto... ¿Qué elección puede tener una niña de cinco años?

Los pies vendados de las chinas



Durante más de 1000 años (la costumbre fue prohibida a principios del siglo XX), las madres vendaron los pies de sus niñas para impedir su crecimiento. Los chinos pensaban que de esta atrofia dependía el prestigio de la familia. Para ellos, una mujer que no tenía pies pequeños no podría encontrar marido. Llegadas a la edad adulta, las mujeres apenas podían caminar, lo cual restringía su libertad de movimiento, sin hablar de los dolores atroces que esto generaba. Ah, pero cierto, nosotras elegimos sufrir...

Los tacos altos


Otra manera de impedir los movimientos. Imposible caminar normalmente con ellos en la calle, mucho menos en las calles porteñas, con veredas irregulares, baches, baldosas flojas... El caminar se hace lento, difícil, doloroso. Es malísimo para los pies, las rodillas, la espalda. ¡Pero quéééé sexyyyy! Y sí, muy sexy, pero nuevamente, muy incómodo, mientras que para los hombres, un buen calzado elegante nunca deja de ser cómodo.

La minifalda


¿Alguna vez intentaron sentarse con una de esas en el subte? ¿Agacharse para levantar algo que cayó al piso? ¿Caminar normalmente? Imposible. Cuando caminás, se te levanta aún más. Tenés que estar continuamente bajándotela. De todas formas, por lo general el pack viene con los tacos altos, así que de por sí no se puede caminar normalmente. Ni hablar de correr el colectivo...

El pantalón apretado
Marca el culo, ¡buenííísimo! También favorece las micosis vaginales, las infecciones urinarias... Aprieta, duele, es difícil sentarse, te corta la circulación...

Las uñas largas
Muy sexy, pero hace de tus manos dos paletas inútiles. Imposible usar un teclado normalmente, o realizar cualquier tipo de actividad manual. Hasta la masturbación se nos hace difícil con uñas largas... ¿Los hombres? Y, ellos son taaaan inteligentes que eligen cortarse las uñas al ras...

Y puedo seguir así durante horas... ¿La moda para los hombres?

El traje


Elegante, cómodo, no te aprieta, no te impide caminar, no te impide correr, no te impide sentarte, no te duele nada, a lo sumo te aprieta un poco la corbata (¡¡y los muy turros se quejan y te dicen: "Claro, vos no tenés que soportar una corbata, no sabés el suplicio que es eso"!!).

Y sí, ellos "eligen mucho mejor"...
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martes, 29 de septiembre de 2009

Contradicciones #2

Hace unos días, abrí una nueva sección, "Contradicciones". Tuve muchos comentarios de lectores y lectoras con otros ejemplos de contradicciones acerca de lo que se exige a las mujeres, pero se les reprocha si lo hacen.

He aquí los ejemplos de contradicciones que más me gustaron (gracias a todas y a todos por sus aportes):

- Si se realizan profesionalmente, y tienen un título (o varios), un buen trabajo y un buen sueldo, intimidan (y si ganan más que el hombre, los hacen sentir menos viriles). Ahora, si no es así, son unas mantenidas de mierda.

- Si no saben de fútbol, son unas taradas e ignorantes (y no saben lo que les gusta a los hombres). Si saben de fútbol, son unas machonas. Esto se aplica también a automóviles, arreglos en la casa, etc.

- Te preguntan 80000 para cuándo vas a tener hijos, y cuando los tenés, te critican por tomarte los tres meses de licencia (que gran descanso, no te imaginás)

- Se les exige que no sean "huecas" ni pusilánimes, pero si tienen un pensamiento propio y lo defienden son "hinchapelotas".

- Se exige que te vistas con ropa "femenina", te maquilles y te pongas tacos (para ser más "mujer")... eso sí, si te ponés un escote muy pronunciado, sobras negras o azules y taco aguja sos un "gato"...

- Y la típica, los hombres que se quejan de las mujeres que viven cuidándose con las comidas, pero despues no se sienten atraídos por una que no sea flaquita.

- Muchas veces escucho que las mujeres usamos maquillaje, sujetadores que nos levantan el pecho, perfumes, nos depilamos, invertimos dinerales en ropa, nos matamos a dietas, tacones... Todo eso para engañar a los hombres y conseguir lo que queremos con nuestras mentira.
Pero...
¿Adivináis qué piensas esos mismos hombres de la mujeres que ni se maquillan, ni se depilan, ni usan tacones ni ropa sexy? Noooo, desde luego que nada bueno. Jajajajaja.
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viernes, 25 de septiembre de 2009

28 de septiembre, día por el Derecho al Aborto de las Mujeres de América Latina y del Caribe

Hace poco, el diario Crítica Digital reveló que cada 30 minutos, una mujer de Argentina llama a una línea telefónica abierta recientemente para asesorarse sobre el aborto farmacológico. Esta línea gratuita, llamada “Aborto: más información, menos riesgos”, da asesoramiento acerca de la interrupción farmacológica de un embarazo.

O sea, por más que el aborto esté penalizado, las mujeres abortan, y lo hacen masivamente.

En este contexto, en que el tema del aborto está nuevamente en los medios de comunicación, con la jueza Carmen Argibay que volvió a reiterar que había que despenalizarlo, el lunes 28 de septiembre se celebra el Día por el Derecho al Aborto de las Mujeres de América Latina y del Caribe.

A las 16h30 está organizada una marcha para reclamar por este derecho básico de las mujeres. La concentración comienza en Plaza de Mayo para luego marchar por Avenida de Mayo hacia Congreso, parando en la calle Perú. A las 19h se realizará una concentración en Plaza Congreso.

Educación sexual para decidir
Anticonceptivos para no abortar
Aborto legal, seguro y gratuito para no morir


Por un Estado laico

Ni una muerta más por aborto clandestino

Nosotras parimos, nosotras decidimos

Por la inmediata sanción del proyecto de ley presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito

Convocan:
Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito (Ciudad de Buenos Aires) / Mujeres organizadas e independientes CONURBANAS / Campaña “Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución” / Pañuelos en Rebeldía - Equipo de Educación Popular / Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del ABORTO / Foro por los Derechos Reproductivos / Revista Baruyera, una tromba lesbiana feminista / Asoc. Civil “ La Casa del Encuentro / Lesmadres / Juventud Comunista Revolucionaria / Mujeres de Socialismo Libertario / Agrupación de Mujeres Pan y Rosas / Organización de Mujeres Plenario de Trabajadoras / Partido Obrero / Agrupación de Mujeres Las Rojas (MAS e Independientes) / Convergencia de Izquierda / Partido de los Trabajadores Socialistas / Agrupación de Mujeres de Izquierda / Secretaría de Género e Igualdad de Oportunidades de CTA Nacional / Partido Comunista de la Argentina. CABA / Amas de Casa del País / Comisión de Mujeres del PCR

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Esencialismo entre profesionales de la salud

Dos notas esta mañana, una en Clarín, la otra en La Nación, contienen pequeñas frases que son las que me hacen saltar sobre mi silla. Frases que muestran a qué punto el esencialismo está presente en las mentes.

Las dos notas son firmadas por profesionales de la salud mental. O sea, personas que, a mi entender, deberían estar alejadas de los prejuicios culturales imperantes en nuestra sociedad pero que, visiblemente, los perpetuan.

En La Nación, Hugo Marietan, "psiquiatra especialista en psicopatías", escribe sobre el crimen de una chica por otra, que la degolló. Y concluye: "son pocos los que pueden pensar que una mano femenina, diseñada para el amor, se prolongue en el acero que cercenará una vida".

Es posible que este psiquiatra haya usado esta formulación en segundo grado, y no me queda claro si está de acuerdo o no con el postulado de que la mujer fue diseñada para el amor, pero... ¿diseñada para el amor? ¿Quién dijo? ¿De dónde saca que hubo un diseño especial de amor en la mujer? ¿Y por qué en la mujer y no en el varón? ¿En qué una mano femenina está diseñada para el amor?

En Clarín, se trata de una psicoanalista, Any Krieger, la que analiza una noticia trascendental: en Internet existe una página en que chicas que no son ni estriper ni desnudistas, o sea, chicas como usted y yo, suben fotografías de ellas en poses sugestivas hasta llegar al desnudo total, para participar en un concurso y ganar 500 dólares. Algo extremadamente original, en efecto, y absolutamente acorde a una sociedad machista que hace de las mujeres un objeto de deseo masculino. Pero ella interpreta que "la fantasía de ser objeto y causa de deseo del hombre está presente en todo sujeto femenino y desde siempre", como si fuera una realidad biológica y no un mandato cultural.

¿Desde siempre? ¿Siempre cuándo? ¿Desde que nacen las nenas? ¿Desde que existe la humanidad? ¿De dónde saca esta afirmación? ¿Es tan complicado entender que desde muy chiquita, las niñas ven cómo se objetiza el cuerpo de la mujer, cómo se le alienta a seducir a los hombres, a corresponder a sus fantasías y sus deseos, y son alentadas a reproducir ese esquema?

A veces me pregunto qué se enseña en la facultad de Psicología, pero en realidad no me asombra. En un mundo esencialista, es normal que hasta los profesionales de la salud mental lo sean. Aunque viniendo de estas personas habría esperado una reflexión un poquito más profunda.
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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Violaciones perfectas

Existen dos tipos de violaciones: las violaciones perfectas y las imperfectas.

Las violaciones perfectas son aquellas de las que nadie pone en duda su realidad. Nadie, excepto personas realmente enfermas, van a atreverse a decir: esto no fue una violación. Son casos excepcionales, que no ocurren casi nunca en la realidad, pero son los casos de los que más se habla en los medios y son los casos que las mujeres más temen, cuando las posibilidades de ser violadas en esas circunstancias son casi tan escasas como las de morir en un accidente de avión: ocurre, pero es raro.

Ejemplo de violación perfecta: una mujer que se encuentra sola en una calle oscura o una playa de estacionamiento, y es atacada por un violador serial que la amenaza con un arma y le deja heridas en las partes íntimas (porque la mujer se debatió y hubo desgarros) que son una prueba irrefutable de la existencia de la violación.

Cuando se habla de violación, en general la gente piensa en este tipo de violación. Son casos suficientemente raros como para que se crea que pocas mujeres fueron violadas (y es cierto, la cantidad de violaciones de este tipo es realmente mínima) pero de los que se habla lo suficientemente como para infundir miedo entre las mujeres y que éstas no se atrevan a salir solas de noche por la calle.

Sin embargo, la inmensa mayoría de las violaciones (el 70%, según lo que tengo entendido) no ocurren así. No ocurren en la calle sino en la propia casa de la víctima o en un lugar familiar. No son cometidas por desconocidos sino por personas allegadas, marido, novio, familiar, padre, médico o amigo. No dejan rastro, porque la mujer no se debate tanto. De hecho, a mí siempre me han enseñado que en caso de violación (perfecta o imperfecta), lo mejor era no resistir para no sufrir heridas mayores; sin embargo, las heridas constituyen una prueba, y si no hay heridas, poca gente se tomará en serio eso de que hubo una violación.

Una mujer que acepta estar en una cama con un hombre, pero finalmente cambia de opinión a último momento, corre el peligro de ser violada... y que nadie considere que eso fue una violación. Un caso reciente fue el de la hermana de un amigo mío, hace pocos días. Ella estaba saliendo con un chico. Terminaron en la cama. Ella, a último momento, por razones que desconozco pero que sólo le incumben a ella, cambió de parecer. Él insistió. Ella se negó. Él no tomó en cuenta la negación y siguió adelante con su propósito y la forzó. Ella, por miedo a que se pusiera violento, finalmente dejó de debatirse.

¿Fue una violación?

Para mí, no cabe la menor duda de eso. A partir del momento en que hay un "no" y en que la otra persona hace caso omiso a ese "no", se trata de una violación.

Cualquier persona, hombre o mujer, tiene derecho a cambiar de opinión en cualquier momento de la relación sexual y a negarse a seguir. Se le podrá tachar de histérica, de gataflora, de lo que sea, pero no se tiene derecho a insistir o forzarla si esa persona se niega. El límite entre la insistencia pesada ("Dale, dale, abrite, dejame, dale...") y la violación es muy fino. Pero el derecho a la integridad física es mayor al supuesto derecho a una relación sexual. Nadie debería creerse que tiene un derecho sobre el cuerpo de otra persona.

Sin embargo, el psicólogo de esa chica decretó que no se trató de una violación, porque un varón, cuando empieza, "no puede parar", y que ella tendría que haberlo previsto cuando aceptó meterse en la cama con él.

A ese psicólogo habría que demandarlo y sacarle la licencia (como mínimo). Considera que un hombre tiene derecho a tener acceso al cuerpo de una mujer a partir del momento en que "empezó", sin tomar en cuenta el consentimiento de la mujer.

¿Y qué es una relación sexual sin el consentimiento de ambas partes? Pues sí: una violación. Sea cuando sea que se produzca esa falta de consentimiento.

Si un psicólogo considera que esto no es una violación, imagínense un policía, un juez. ¿Esa mujer denunciará a su violador? No, porque sabe que nadie considerará que fue violada. Y esa falta de reconocimiento duplica el sufrimiento de la violación: a la violación en sí hay que soportar la negación de la existencia de la violación. Les puedo asegurar que esa falta de reconocimiento de la violación es tan dolorosa como la violación en sí.

Por eso es que la inmensa mayoría de las mujeres violadas (más del 90%) no denuncian las violaciones de las que fueron víctimas: saben que si no se trata de violaciones perfectas, nadie les creerá, porque todavía existe la idea de que los hombres tienen derechos sobre el cuerpo de las mujeres.
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sábado, 29 de agosto de 2009

Contradicciones #1

Abro una nueva sección que llamo Contradicciones, pero que se podría llamar el juego de cara o ceca: cara, las mujeres pierden. Seca, no ganan...

Aquellas cosas que se exigen a las mujeres, pero que si las hacen, se las critica por hacerlas.

Por ejemplo:

- Se exige de ellas que estén perfectamente depiladas (piernas, pubis, axilas, cejas, etc.), arregladas, pintadas, peinadas con pelo largo.
Todas esas cosas llevan mucho, mucho, mucho tiempo.
Pero si lo hacen, se les critica porque tardan horas en prepararse.

- Se exige de ellas que no sean regaladas (sino son putas), no sean fáciles (sino son putas), no se acuesten la primera noche (sino son putas).
Pero si no se regalan, no son fáciles y no se acuestan la primera noche, son unas histéricas.

Y seguro que se me van a ocurrir muchos, pero muchos más ejemplos...
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lunes, 17 de agosto de 2009

Mujer-madre-médica, etc.



Cuantos estereotipos en esta publicidad...

El hombre es un idiota que nunca escuchó hablar de colesterol y estaría perdido sin su mujer.

La mujer tiene sabiduría sobre los temas relacionados con la salud, el cuidado, el cuerpo, porque sabemos que el hombre es lo intelectual y la mujer lo corporal (así es también cómo se justifica que sean las mujeres las que supuestamente saben "más" que los hombres acerca de los bebés: parece que viene en los genes, junto con el conocimiento innato sobre el uso del lavarropas y de la aspiradora).

Y por fin, en una pareja, la mujer cuida al hombre como si fuera su madre.

Como dice el maravilloso blog Observatorio Publicitario sobre Sexismo, que les recomiendo enfáticamente: "Que es una situación similar a las de la vida real, ya lo sabemos... Que es importante cuestionar ese modelo, también".
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jueves, 6 de agosto de 2009

Mirar debajo de las faldas de las chicas...

Un niño de cuatro, cinco, seis años, levanta la pollera de una niña para satisfacer su curiosidad.

¿Cuántas veces hemos presenciado este tipo de escena? ¿Y cuántos de nosotras o nosotros la hemos vivido?

Por lo general, los padres del niño se emocionan ante la precocidad o el atrevimiento de su progenitura.

A mí siempre me espantó la reacción complaciente de esos padres. En lugar de explicar al niño que lo que hizo está mal, se le premia con una sonrisa o una risa, que significan: "Lo que hiciste es divertido, es tierno, a los adultos nos causa gracia, seguí así".

¿Qué es lo que hizo ese niño? Sí, a esa edad, quiso simplemente satisfacer una legítima curiosidad de niño que empieza a preguntarse acerca de la diferencia biológica entre los sexos. No digo que sea un perverso o un delincuente. Pero, sin saberlo, lo hizo avasallando la intimidad de una niña. Y ahí es imprescindible que intervenga un adulto para explicarle que eso está mal, que no se pueden hacer esas cosas y que no se tiene que repetir en el futuro.

No critico el gesto del niño, que, a esa temprana edad, no lo hace pensando a mal. Critico la ausencia de reacción de los padres, que tendrían que aprovechar esta ocasión para explicar a su hijo que hay que respetar la intimidad de las personas, de todas las personas. Y también los padres de la niña tendrían que explicar a su hija que lo que hizo el varón está mal, que ella, si le molesta, tiene derecho a quejarse y defenderse cuando ocurren cosas así.

Claro que cuando una niña va a quejarse de que un varón le levantó la pollera, la reacción de los padres no tendría que ser: "Pero bueeeeno, no es graaaave, lo hizo sin pensar a mal, ¿cómo te va a molestar eso?", porque eso le daría la idea de que lo que pasó no es un abuso, que se tiene que someter a los atropellos de los varones a su intimidad sin chistar y que, en todo caso, no puede esperar ayuda de los adultos en casos como éste, cuando es muy importante explicar desde muy chiquita a una niña (y a un niño) que tiene derecho a la intimidad. Eso ayudaría mucho a luchar contra la pedofilia, si los niños y las niñas víctimas de abusos sexuales supieran desde chiquitos que nadie tiene derecho a avasallar su integridad sexual (por más que sea "solamente" una ojeada debajo de sus prendas) y sintieran que están en su derecho de denunciar las agresiones.

Tengo recuerdos muy vívidos de la bronca, la impotencia, la vergüenza, la humillación que sentía, de niña, cuando un niño me levantaba las polleras, cuando tenía 6 o 7 años y el uniforme escolar era, para las niñas, un vestido (otro motivo de discriminación: no se tiene la misma libertad de correr, trepar, jugar, con una pollera o un vestido que con un pantalón, cuando siempre se tiene miedo a que se levante, se vea la bombacha, etc.). A partir del momento en que cambié de colegio y se pudo elegir la ropa, recuerdo perfectamente haber preferido llevar pantalones para tener la libertad de movimiento que tienen los varones y para no correr el riesgo de que algún varón fuera a mirar debajo de mi falda.

Entonces, al sonreírnos ante un niño que levanta la pollera de una niña, al no explicarle que lo que hizo está mal, estamos enviándole como mensaje que tiene derecho a violar la intimidad de una chica, a no respetar su integridad física, a cometer acciones sobre una chica sin pedirle permiso. Si ningún adulto, en algún momento, interviene para hacer entender a ese niño que lo que hizo está mal y no lo tiene que repetir, ese niño crecerá con la impunidad de saber que los avasallamientos de la intimidad de las mujeres no está castigado, no está prohibido, es más, divierte a los adultos. Y las niñas crecerán con la idea de que su cuerpo es un objeto del que cualquiera puede disponer sin pedirle permiso.

No estoy diciendo que ese niño terminará siendo un violador, ni mucho menos.

Pero son esos minúsculos pero múltiples detalles que, acumulados, meten en la cabeza de los niños y las niñas que los varones tienen derechos sobre las mujeres. Esos minúsculos y múltiples detalles que no me canso de denunciar en este blog, que participan en la construcción de una mentalidad sexista, y por los que, sin embargo, me dicen constantemente que exagero y no debería calentarme.

No me canso de repetir que el sexismo es un sistema, y dentro de ese sistema, cada detalle cuenta, se trata de un engranaje en que cada pieza está íntimamente vinculada a la otra, y en que cada pieza hace que el sistema funcione.

Empezar a nombrar esas piezas, a reconocerlas, a designarlas y a sacarlas del sistema, permitirá, espero, modificar todo el sistema.

Volviendo a nuestros niños, ni hablar cuando se trata de niños más grandes o de adolescentes que juegan a levantar las polleras de las chicas: ya no lo hacen para satisfacer una legítima curiosidad de niño pequeño que va en búsqueda de explicaciones, sino para molestar deliberadamente a las chicas. A esos chicos que hacen eso a los 10, 11, 12 años, probablemente nadie les haya explicado, siendo muy niños, que se trata de una agresión.

A esos niños, con muchísima más razón, hay que dejar bien claro que lo que hicieron está mal, en lugar de mirarlos con ternura y decir: "Ay, esos chicos, qué precocidad..."

No veo qué tiene de tierno ser precoz en las agresiones.
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sábado, 25 de julio de 2009

El machismo, recompensado en un tribunal

Y después dicen que no hay sexismo en Argentina, que las leyes son justas y la justicia también, y que no se entiende de qué nos quejamos las feministas...

Mejor vean esta noticia: en 2001, un hombre mató a balazos a su esposa, en pleno día, en la vereda de su casa, e hirió a su hija de 15 años. Fue condenado a 19 años y medio de cárcel.

El tema es que ahora la justicia revisó el caso, y decidió bajarle la pena, considerando como atenuante (agárrense)... ¡¡su machismo!!

Sí, sí, tal como lo leyeron, los jueces (tres hombres) consideraron el carácter violento del hombre y su machismo ¡como un atenuante!

Consideraron que el hombre, que acababa de perder su empleo y tenía que trabajar como remisero (entiendo, pobrecito, es una situación terrible que justifica asesinar a su esposa y herir a su hija...), era "violento, impulsivo e intemperante, patriarcal, celoso al punto de negarse a aceptar que su mujer trabajara".

Y todo eso, en lugar de agravar su pena, como se podría pensar lógicamente, fue considerado un atenuante y le rebajaron la pena a 16 años de cárcel.

¿Argentina, un país machista? Naaaaa, qué va... O mejor dicho sí, y a mucho honra, parece que el machismo es una calidad positiva que hay que premiar y recompensar.

Hombres, ya saben, cuanto más machistas, violentos, patriarcales e impulsivos, mejores personas serán.

PD después de pensar un poco más : ese hombre es claramente el producto de una sociedad, de un sistema, que crea hombres violentos y justifica la violencia conyugal. Es la historia sin fin del perro que se muerde la cola: este fallo también justifica de alguna manera la violencia conyugal, da como mensaje a la sociedad que el machismo es un atenuante a una masacre, que pobrecito, también, su mujer quería trabajar, qué perra...

Estos mensajes son los que, a su vez, crean la idea de que la violencia conyugal no es tan grave, y así sucesivamente.

Los hombres violentos también son el producto de una sociedad patriarcal que hace todo para fomentar esa violencia. Por eso mismo mi lucha no es contra esos hombres (aunque considero que hay que alejarlos de la sociedad e impedir que sigan haciendo daño, eso sí), sino contra el sistema en el que estamos inmersos, que con un montón de mensajes aparentemente anecdóticos (y por los que, cuando me quejo, me dicen que exagero o que hay cosas más graves) propicia esa mentalidad machista. Cuando un niño levanta la pollera de una niña y sus padres se ríen ante tanta ternura, en lugar de castigarlo o retarlo diciendo que esto no se hace porque es un avasallamiento de la intimidad de la niña y un abuso, esos padres están dando como mensaje a su hijo: "Andá nomás, hacé con el cuerpo de las mujeres lo que te plazca, total, están para tu regocijo".

Todos esos detalles que no me canso de denunciar en este blog son los que, sin que nos demos cuenta, ayudan a forjar la idea de que los hombres tienen derechos sobre el cuerpo, la integridad, la intimidad de las mujeres.

En algunos casos, combinados con otras situaciones, esos mensajes llevan a agresiones graves, abusos, golpes, violaciones, asesinatos.

Claro que ese hombre es culpable y se tiene que pudrir en la cárcel, pero claro también que es el producto de una sociedad que envía constantemente mensajes contradictorios sobre las mujeres.

Y este fallo indignante es uno de esos mensajes contradictorios. ¿Qué aprenderá ese hombre? Que su violencia y su machismo lo sacaron antes de su celda...

domingo, 19 de julio de 2009

¿Los sexos se complementan?

Menos mal que somos diferentes, así los sexos se complementan", escucho cada tanto por ahi.

Lamentablemente, es lo que sigue pensando muchísima gente con total ingenuidad, sin pensar dos minutos en lo que significa tal aseveración.

Yo creo que la inmensa mayoría de las personas que suelen decir "los sexos se complementan" están de acuerdo con lo que voy a decir, el tema es que no se dan cuenta de lo que su afirmación implica.

Pensemos dos minutos: si decimos que los sexos se complementan, quiere decir que, necesariamente, todos los hombres por un lado tienen las mismas características, y todas las mujeres por el otro tienen características exactamente opuestas a las de los hombres (y que, por lo tanto, complementan las características de los hombres).

Significa que hay solamente dos categorías de personas: los hombres y las mujeres, que se complementan entre sí. Las 6.000 millones de personas se reducen a solamente dos grupos.

Y en nuestra sociedad, ¿cómo se dividen estos dos grupos? Bueno, por un lado están las personas con lo que llamamos caracteres "viriles" (fuertes, activas, independientes, insensibles, enérgicas y un montón de otras cualidades por el estilo que, por lo general, se atribuyen a los hombres) y las personas con caracteres "femeninos" (débiles, pasivas, dependientes, sensibles, dulces, maternales, buenas comunicadoras, etc., cualidades que se suelen atribuir a las mujeres).

Esta es, dicho sea de paso, la gran diferencia entre "sexo" y "género": para resumir, "sexo" es el sexo biológico. "Género" es lo que se atribuye culturalmente a cada sexo.

El tema es que según este sistema, una persona no puede elegir su género: si nacés con pito, tenés que ser viril y todo lo que esto implica. Si nacés con concha, tenés que ser femenina y todo lo que esto implica.

Si te salís de eso, sos un maricón o un trola.

Claro, yo no creo eso.

Pero hay que entender que cuando se dice "los sexos se complementan", en realidad se dice: los hombres son de tal o cual manera, las mujeres son el contrario, y está perfecto porque así cuando están en pareja, se complementan (y las personas homosexuales... pues no sabemos muy bien, igual son "raritas" así que no entran en la ecuación).

O sea, aprueban eso de que los hombres tienen que ser bien viriles, las mujeres bien femeninas, y cualquiera que se salga de estos esterotipos, pues... que se joda.

Ahora, si no estamos de acuerdo con categorizar a las personas en solamente dos grupos bien definidos, si pensamos que los seres humanos somos un poco más sutiles que eso, si creemos que un hombre puede ser a la vez fuerte y dulce, sensible y activo, y una mujer también, si dejamos de creer que hay cualidades "masculinas" y cualidades "femeninas" por naturaleza, si reconocemos que, en todo caso, esas cualidades son impuestas por la cultura, la educación, la sociedad, y por lo tanto pueden cambiar, si pensamos que todas y todos podemos tener un poquito de muchas cualidades a condición de que nos den opciones, entonces ya no podemos pensar que un hombre y una mujer se complementan necesariamente, porque ya no existen los géneros "masculino" y "femenino": existen seres humanos, todos distintos entre sí.

Porque si agarro a una mujer con un carácter típicamente "masculino" (como suelo ser yo), entonces ya no es un hombre típicamente "masculino" el que la va a complementar. Sino un hombre típicamente "femenino"... o una mujer típicamente "femenina". O sea, me tendría que volver lesbiana.

A lo que voy: no todas las mujeres son iguales entre sí y no todos los hombres son iguales entre sí. Y puede haber muchas más diferencias entre dos hombres (por ejemplo, no veo mucho qué tienen en común Nelson Mandela y George W. Bush, aparte del hecho de que ambos tienen pito), que entre un hombre y una mujer (a Nelson Mandela lo asociaría más en mi imaginario con la opositora birmana Aung San Suu Kyi, por ejemplo).

Soy la prueba viviente de que los estereotipos de lo "femenino" y de lo "masculino" son solo eso: estereotipos. Y culturales. No naturales (porque sino, significa que soy una aberración de la naturaleza...).

Para concluir, la gente que dice "menos mal que las mujeres y los hombres somos diferentes, sino seríamos todos iguales", en realidad aboga sin darse cuenta por una sociedad aburridísima en que hay solamente dos categorías de personas, y ojo con salirse de la norma.

Yo, por el contrario, creo que hay tantas categorías como seres humanos, mas allá del sexo o del color de la piel. Creo que los seres humanos somos mucho más complejos que "todo viril" o "todo femenino". Y ojalá todos y todas tuviéramos la libertad de elegir nuestra personalidad, con matices, sutilezas, complejidades, sin que sea con solamente dos opciones impuestas y cerradas: femenino o masculino.

Ahora, estoy de acuerdo: en una sociedad sexista como la nuestra, los sexos se complementan, porque por lo general no damos la opción, la libertad real de elección a las niñas y los niños. Los formateamos con la idea de que un niño tiene que ser viril y jugar con armas y muñecos tipo GI Joe, y una niña tiene que ser femenina y jugar con muñecas rosas.

Pero no es mi visión ideal de la humanidad. En mi utopía, todas y todos tendríamos que tener la libertad de elegir nuestro carácter, nuestras preferencias, sin que sea todo negro y todo blanco, o mejor dicho, todo celeste y todo rosa. En mi mundo ideal, todas y todos tendríamos que poder elegir las características que mejor nos parezcan, sin llamarlas "masculinas" o "femeninas", sino "humanas". Y el concepto binario de género desaparecería.

Para terminar, quiero citar la Declaración de Varones por la Equidad en el marco del Día del Orgullo (para un lenguaje mas equitativo, reemplazan la "o" y la "a" que marcan el género por la "x", algo que a veces hago y otras no):

El Patriarcado tiene mandatos para todxs y cada unxs de nosotrxs. Son sus ideas en relación a “lo masculino” y “lo femenino” las que marcan las pautas sobre lo que debemos hacer, sentir, expresar y desear. Sus instituciones nos sancionan socialmente cuando nos desviamos de las mismas, aún cuando lo hagan tan sutilmente, naturalizando, generando consensos, que no reconozcamos la opresión que cae sobre nosotrxs cotidianamente.

La imposibilidad de elegir de forma autónoma el destino de nuestras vidas, es el “armario” que todxs tenemos en común en el marco de este sistema patriarcal, más allá de nuestras orientaciones sexuales e identidades de género.

De hecho, invito los varones a adherirse a esta convocatoria, "asumiendo con consciencia y compromiso la lucha contra la lesbofobia, transfobia, homofobia, y toda discriminación por razones de género, clase y/o raza".

Pueden hacerlo entrando en el blog de Varones por la Equidad aquí.

PD: dicho todo eso, de todas formas, yo no creo que en una pareja las dos personas se tengan que complementar necesariamente. Yo no creo que seamos "incompletos" y que la otra persona tenga que venir a "llenar" eso que nos falta, a perfeccionarnos (definición de complementario: "que sirve para completar o perfeccionar algo"). Como lo dije en otra entrada en la que explicaba el concepto de "esencialismo" (recomiendo su lectura, que completa :-) esta nota), no necesito una "media naranja" (concepto en el que no creo, porque entonces hace de cada ser humano una persona incompleta hasta que no esté en pareja, y no creo tampoco que la felicidad pase necesariamente por tener una pareja): lo que necesito es un compañero, en el pleno sentido de la palabra. Alguien que me acompañe, esté conmigo, a mi lado, a la par (par-eja), con el que pueda compartir, disfrutar. Pero ¿que me complete? No necesariamente.

jueves, 16 de julio de 2009

¿Madre a los 72 años?

En estos días, estamos nuevamente con lo mismo, por una mujer que fue madre a los 67 años y murió de cáncer tres años después (al parecer por los mismos tratamientos a los que se sometió para tenerlos), y nos encontramos con los mismos comentarios de siempre: es una egoísta, dejó a dos chiquitos huérfanos, bla bla bla, y claro, nunca se habla del padre de las criaturas, pero bueno, ya sabemos que el padre es optativo en la vida...

En fin, leo La Nación, y veo esta nota, sobre una mujer, Jenny Brown, que al parecer, tiene como meta "ser la madre de mayor edad", porque tiene 72 años y se está sometiendo a tratamientos de fertilidad desde hace años para conseguirlo.

La Nación, visiblemente, está convencido de que el único objetivo de la mujer es batir un récord: "El que sería su séptimo intento podría catapultarla a la fama y convertirla en la madre de mayor edad en el mundo", "su pretencioso plan"...

Luego, se aclara: "Aunque siempre tuvo en mente la idea de ser madre, Jenny dedicó su vida a estudiar ciencias médicas y zoología. Sintió que el tiempo indicado para tener un hijo había llegado a los 50 años. Desde entonces intenta quedar embarazada."

Este es el típico ejemplo de cómo la sociedad machista es responsable de esta situación. He aquí una mujer que siempre quiso ser madre, pero que no quiso postergar su carrera.

Un hombre en su misma situación no habría tenido ningún problema en tener hijos Y seguir con su carrera, porque un hombre sabe que está mamá-mucama para ocuparse de todo en casa. Una mujer sabe que un hombre no va a ocuparse de sus hijos, entonces si quiere llevar adelante una carrera éxitosa (¿y quién la puede culpar? los hombres lo hacen todo el tiempo y nadie les dice nada), tiene que postergar la llegada de los niños.

Hasta que tienen 50 años, y se dan cuenta de que ya no pueden tenerlos. Si la sociedad fuera menos machista, si los hombres se ocuparan de los niños a la par de las mujeres, si tomaran sus responsabilidades en un 50% real, si las mujeres no se tuvieran que hacer cargo de todo en casa (además de su carrera), no tendrían que elegir entre la carrera y ser madres, las cosas estarían más equilibradas. Pero claro, se sigue pensando que son las mujeres las que se tienen que encargar de los nenes, faltar al trabajo cuando enferman, etc. etc. y tienen que poner su carrera entre paréntesis para no solamente quedar embarazadas, parir y amamantar, sino también para ocuparse durante años de su prole, mientras papá llega a casa luego de su extenuante jornada laboral y dice: "¿Los nenes ya están dormidos?" y sube los escalones de la jerarquía de su empresa.

Y llegamos a situaciones extremas en que una mujer de 50 años intenta tener hijos, no puede, y está 22 años con tratamientos, todo para que luego le digan que es una egoísta y una irresponsable por querer ser madre a los 72 años y se haga burla de su "pretencioso objetivo"...

Qué mundo injusto para las mujeres, no me canso de repetirlo...
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martes, 14 de julio de 2009

Hombres desaliñados, mujeres impecables

El otro día fui a ver State of Play, una película estadounidense, con Russell Crowe y Ben Affleck, entre otros.

Y pensé algo.

Russell Crowe interpreta a un periodista de unos 45-50 años que pone su vida en riesgo para llevar a cabo una investigación. Un profesional con una ética irreprochable, apasionado por su trabajo, laburador, tenaz, en fin, un modelo a seguir. Por la pasión que pone en su laburo, es también un tipo un tanto desaliñado, con el pelo grasoso, siempre vestido igual, con vaqueros, un par de camisas distintas en toda la peli (y sin planchar), zapatos cómodos pero no muy elegantes, sin afeitar, con pancita, en fin, un tipo que no tiene mucho tiempo para cuidar su apariencia.



La heroína, por su lado, es una chica hermosa, de 25 años como mucho, también apasionada por su trabajo, también excelente profesional, pero ella, mágicamente, encuentra el tiempo para estar siempre impecablemente vestida, con trajes o vestidos distintos en cada escena, pintada, con zapatitos de tacos altos con los que cualquiera se torcería los pies en la calle, sin una uña rota ni una onza de grasa. O sea, para prepararse todas las mañanas, tarda mínimo una hora y media, entre lavarse el pelo, hacerse un brushing para que no haya un pelo fuera de lugar (les aseguro que para tener los peinados impecables que tiene, o bien tiene que ir a la peluquería todos los días, o bien levantarse a las 4 de la mañana para hacérselo ella misma), limarse las uñas, pintarse, ponerse las medias (sin romperlas), etc. etc. Y supongo también que está impecablemente depilada, con ropita interior de encaje y toda la parafernalia de la mujer perfecta.

¿Cómo m... hace?

Yo en su situación, estaría como Russell Crowe, con el pelo sucio y sin peinar, el mismo jean, las uñas rotas, sin maquillar. De hecho, cuando me mandan a trabajar en misiones, estoy bastante así, porque laburo 15 horas por día, estoy afuera todo el tiempo y no tengo tiempo ni ganas de cuidar mi apariencia.

Pero una mujer como yo no es la heroína de una película. Un hombre, sí.

El día en que una película de Hollywood, o sea, para el público masivo, muestre como modelo a seguir a una mujer de 50 años con panza, vestida con jean y zapatillas, con el pelo sucio, sin pintar y sin depilar, ese día habrá paridad y se podrá hablar de igualdad. O, en todo caso, se podrá decir que nos tratan por igual y nos dan las mismas oportunidades a los dos sexos. Antes no..
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